IMPERIO SAPPHIRE
Un rey furioso yendo a pasos vastos por el pasillo, uno que parecía un camino sin fin. Rechino los dientes por ver la puerta que llevaba a la sala, maldijo entre dientes al arquitecto. Hasta que después de unos minutos llegó a la tal esperada puerta que llevaba al salón de reuniones del estado.
Azotó las puertas con gran violencia, asustando a los presentes.
— ¡¿Ya encontraron a mi hijo!? — espetó él enojado, irradiaba un aura asesina lo cual solo significaba una sola cosa que hoy alguien se iría bajo tierra.
Sus cuerpos se estremecieron del miedo al ver a su mocarca tan furioso que empezaron a temblar. Sabían que hoy serían castigados y piden con fuerza que al menos sus familiares estuvieran a salvo de él.
— L-lo sentimos..su majestad — costestaron todos nerviosos sin mirarle la cara al rey, poniéndose todos de rodillas con la cabeza en el pisó, sintiendo el frío del mármol y la pesadez de sus cuerpos por tal imponente figura frente a ellos.
— ¡¿Crees que un "lo siento" arreglas las cosas?! — exclamó enojado — ¡Mi hijo fue secuestrado mientras yo no estaba! —sus cuerpos se tensaron al sentir la mirada del rey. Esa mirada fría e imponente, se decía que con tan sólo encontrarse miradas con él veías tu vida pasar por tu frente.
Todos sabían que sí no encontraban al príncipe heredero todos sus cabezas rodarian por el suelo, pero no podían evitarlo. Esas sanguijuelas se esfumaron cuando entraron a la habitación del pequeño príncipe; ellos ya no estaban ahí se habían ido, dejando sin rastro alguno del incidente.
El rey comenzó a impacientarse, acto seguido desenvainó su espada y comenzó arrastrarlo por el piso creando unas pocas chispas dando pasos lentos hasta llegar estar frente de unos de sus hombres — Mientras yo arriesgaba mi vida para ponerlos a salvos de bandidos saqueadores ustedes tenían que arriesgar su vida protegiendo al ¡Príncipe hereder! — puso su espada en el cuello del hombre cortandolo un poco es como si fuera a matarlo en ese mismo momento por ser inservible. El hombre empezó a sudar frío.
— Quiero que vayan y busquen a mi hijo — dijo con un semblante oscuro — Y no descansarán hasta escontrarlo ¿Entendido? —
— S-si, su majestad — respondió temblando ante esa semejante figura imponente, le tenía miedo y quien no lo tendría. El era el Rey del Imperio y el que estaba desaparecido era el príncipe no era cualquier niño. Keyran Esmet Sapphire Rey del Imperio Sapphire y el caballero más fuerte de todo el reino a pesar de solo tener 28 años de edad, era inteligente, astuto y no solamente eso, él es el hombre número uno en la lista de las mujeres solteras hasta de las esposas de sus vasallos, codiciaban a este Rey despiadado y cruel. Es alto con un cuerpo bien estrenado; con su cabello blanco y ojos azules como el océano profundo, pero este hombre en este mismo instante es el ser más aterrador, es como si fuera el mismísimo Rey Demonio que camina sobre la tierra.
Ay.. Dios mío si existes sálvame por favor pensó desesperado el hombre.
— Quiero que busquen hasta en los confines de la tierra... ¡Si es necesario! — elevo el volumen de su voz, lo cual era abrumador — Si no habrá una mar de sangre en este palacio — amenazó — y no sólo serán ustedes si no todo el que se crucé en mi camino, sus cabezas serán separadas de sus cuerpos ¡¿Entendieron?! — espetó furioso — ¡Ahora vayan y busquen a mi hijo! —
— ¡¡ SI, SU MAJESTAD!! — respondieron todos al unisono , él volvió a guardar su espada en su funda.
Después de eso él se sentó con frustración y todos aquellos presentes se aliviaron un poco, salieron apresurados de ahí no podrían aguantarse el miedo que imponía ese hombre, era espantoso y espeluznante. ¿Cómo es que esos bastardos tenían tantas agallas?. ¿ Cómo es que hicieron tal barbaridad?. ¿ Quién estába detrás de esto?. Esas preguntas no podían ser respondidas por ellos tenían que encontrar al culpable.
Al día siguiente movilizó todas sus capitanes con sus escuadrónes para buscar por todos lados, inclusive irían a los reinos vecinos en busca de él. El palacio era un caos.
En el día,en la tarde, en la noche no paraban los caballeros irrumpian en cada casa, buscaron en cada rincón de la cuidad estaban cansados pero no podían descansar, no hasta encontrar al príncipe. Una semana después atraparon a todos los sospechosos que interactuaron con el pequeño antes de haber desaparecido y ser interrogados por él mismo, escoltas, caballeros y doncellas fueron encerrados en las mazmorras iban a ser interrogados, siendo torturados hasta que colapsaran si fuera posible había pensado keyran.
Hasta el más mínimo sospechoso era encarcelado. Un mes después seguian buscando. El rey cansado y frustrado de no encontrar a su único hijo, estaba irritado todos temían por sus vidas, no querían ni cruzarse con él, por qué un movimiento en falso frente a este era torturado. Después de dos meses de busqueda dieron con uno de los perpetradores.
— Su majestad recibimos información del Capitán Williams — informó el joven con un rostro sereno. Y este era el único hombre valiente que podría hablarle sin temblar o temer por su vida y ese era su mejor amigo el Marquéz Anthon Mex Lamonique.
Un joven de 23 años de edad con cabello negro como la noche y unos ojos dorados como el oro.
— ¿keyran estás vivo? — pregunto el peli negro.
— Callate. Y dime ¿Dónde hay que ir? — contestó levantandose de su escritorio apesadumbrado.
— ¿Estas seguro?. No te ves bien no quiero que colapses en medio del camino — respondió preocupado al ver la expresión de su amigo , a pesar de sólo conocerse hace 5 años y aunque al principio al rey no le agradaba su compañía poco a poco se dejo llevar.
Quiero que el se cuide mejor, es tan obstinado y necio que no escucha a nadie solo su hijo lo hacía poner atención dio un suspiro Príncipe eras el único que ponía a tu padre firme
— Uff — suspiro rendido.
Discutir con él es solo una pérdida de tiempo
keyran estaba demacrado, se notaban unas ojeras grandes y su tez era pálido; es como si fuera que no a comido ni dormido por días, y es luego claro que no lo haría ya que estaba desaparecido el pequeñín.
— Bien...vamos — con una mirada perdida se dirigieron hacia el carruaje.
—¡No! — exclamó — A caballo será más rápido — movio su mano a unos de sus sirvientes para que trajeran caballos.
Luego ya los caballos ensillados se apresuraron rápido hacia su destino.
...(Nota : no se si lo hice bien pero espero que les guste éste sera mi primera novela que haya escrito sin más preámbulos disfrútenlo)...
CIUDAD DE LO NOBLES BAJOS "ZERATT"
Después de cabalgar una hora llegaron a una ciudad pequeña llamado zeratt. En un rincón cerca de la plaza, estaban como unos 20 hombres con armaduras y ellos eran dirigidos por el Capitán de la guardia imperial Tristan Williams Winters. Un joven Vizconde de cabello dorado y ojos carmesí. Un hombre muy atractivo y maduro a pesar de solo tener 19 años de edad, siendo tan joven ya era alguien muy conocido en el reino y más por su apodo de "BELCEBÚ" siendo el segundo hombre más temido después del Emperador keyran.
Se decía que él era el demonio que erradicaría la vida de todo ser humano asqueroso e infame que caminará sobre la tierra y dio a relucir esa teoría, atrapaba a todos los criminales que había. Él era muy inteligente y habilidoso. Era afable con las personas inocentes, pero muy cruel y frío con los que no se merecían su perdón, además de eso es uno de los hombres más codiciados en el reino de Sapphire, estaba en el tercer puesto y el segundo lo ocupaba el Marquéz Lamonique. Estos tres hombres serán los más codiciados en el reino pero jamás seran tocados por tener miedo de ellos.
— Saludos a su Majestad el Emperador de Sapphire — dijo con una mano en el pecho y otro atrás de su espalda.
— ¿Dónde está el bastardo?,...Williams — contestó con una mirada que brillaba de la furia.
— Por aquí, por favor su majestad — respondió con una expresión de suma seriedad.
Se dirigieron hasta a un establecimiento de bebidas entraron y se dirigieron hacia una puerta corrediza que daba hacía al sótano del bar. El perpetrador estaba atado de las dos manos, este colgaba del techo estaba horrendo y hediondo empapado de sangre.
Al parecer Baal se estaba divirtiendo con él creo que es ahora mi turno ladeo la cabeza tronando su cuello Bueno, no hasta sacarle la información que quiero pensó complacido.
Él hombre al visualizar bien a keyran comenzó a tirar tratando de romper la soga con la que estaba colgado igual que un conejo con mucho pavor que fue atrapado por su depredador, el moribundo hombre sentía que le iba a salir el corazón de la boca; se paralizó cuando keyran estaba frente de él su cara comenzó a palidecer del miedo.
— Dime donde esta el príncipe y tal vez te deje ir con tus extremidades — propusó con una expresión aterradora.
Por eso no quería meterme con ellos, son como los dioses de la muerte pensó él al ver a los tres hombres parados frente a él con un aura espeluznante.
— N-no l-lo sé...— desvío la mirada temblando del miedo.
— No lo sabes, hmm... — puso sus dedos en su mentón pensativo — mira, si no me dices lo que quiero esto es lo que haré — dicho esto agarro unas tenazas con cuatro puntas afiladas de las manos de un caballero que lo sostenía, empezó clavando las cuatro puntas en el pecho del cautivo y apreto fuertemente incrustadose en la piel del hombre. Dicho acto hizo un sonido alarido desgarrador el pobre hombre.
— ¡¡ AHHHHH!! — gritó, aunque la tortura infringida era simple aún dolía bastante y más si él ya está sensible por todo el dolor de otros diferentes torturas, keyran eligió algo simple por que no quería que se desmayara no tenía paciencia para esperar más. Él tenía que saber ya el paradero de su hijo.
— ¿ Y ahora?, ¿ Ya sabes dónde está? — preguntó con una sonrisa aterrador.
— Si... ¡SÍ!, Por favor detente, de-detente, — dijo entre ahogados sollozos — Por...por favor....se u-uhg... lo suplicó — con un susurro cansado de ser maltratado aceptó a hablar.
— Bien por fin nos estamos entendiendo — aparto las tenazas de su pecho, chilló de dolor — Bien preguntaré de nuevo. ¿Te parece? — él asintió, keyran esbozó una gran sonrisa.
Los caballeros presentes sintieron escalofríos por todos sus cuerpos, pensaron que jamás querían ser torturados por él solo de precenciar esa risa malévola. Si el Capitán Williams era belcebú el rey sería Lucifer.
— Si...— asintió de nuevo el hombre.
— Bien. ¿Dónde está el paradero del príncipe? — preguntó de nuevo, su mirada penetrante hacía él hizo que casi se mordiera la lengua.
— Pri-primero queríamos matar al niño, pero....— se le hizo un nudo en la garganta, pero se esforzó de hablar — pero después no lo hicimos y lo vendimos a un comerciante errante de esclavos que se dirigía al Imperio Crecent — finalizó temblando del terror cerró los ojos con gran fuerza.
¿Imperio Crecent? pensó entrecejando sus ojos.
— ¿Quién ordenó esto?..—
— ¿Sí? — contestó
— Dije ¿¡QUIÉN ORDENO HACER ESTO!? — gritó enfurecido, con mucho miedo el gritó al fin el nombre del cabecilla.
— ¡¡ ES, ES EL CONDE SEFARDÍ Y EL DUQUE WEMBLEY!! — gritó lo más fuerte posible temiendo que no lo escuchará — ¡¡ELLOS NOS ORDENARÓN DE HACER DESAPARECER AL PRÍNCIPE HEREDERO...,QU-QUERÍAN QUE USTED SE DESVARATARA POCO A POCO ASÍ APROVECHARÍAN PARA DESTRO... — fue interrumpido por el Emperador.
— ¡Esos malditos bastardos! — exclamó furibundo tirando las tenazas hacía la pared, se apresuró a salir de ahí, ordenó que matarán al hombre.
— Ang dirígete hacía el Condado Sefardí con tus hombres ¡Williams tu y yo iremos por el Duque! — ordenó, apresurado subió a su caballo seguido del Capitán fueron galopando lo más rápido posible hacia el ducado.
Después de unos 30 minutos de cabalgata con 40 hombres llegaron al fin a la Mansión Wembley, y vaya que era ostentoso la maldita Mansión eso hizo que keyran rechinara los dientes furioso.
— Su Majestad es mejor calmarse — dijo Williams.
— No te preocupes solo hablaré con él — empezó a caminar hacía la puerta para entrar — No tengo tiempo para matarlo — Williams dio un suspiro aliviado.
El mayordomo al ver a un monarca furioso caminando hacía él, asustado se apresuró a ver al Duque, este tomaban vino charlando y riendo con su esposa en su estudio pero fue interrumpido por un hombre pálido y jadeando de tanto correr ya no era joven por lo que le costaba, tomó una bocanada de aire y dijo.
— ¡Duque, el Emperador está aquí para arrestarlo por traición a su nación e intento de asesinato hacía el príncipe heredero! — dijo exaltado en efecto el mayordomo sabía de la situación en la que estaban la familia Wembley. El Duque respondió horrorizado.
— ¿ Qué... qué dices? — su tez se volvió pálido.
— Lo que oíste Duque Gordon Wembley — entró diciendo el Emperador seguido de unos caballeros.
El Duque palideció aún más pero aun queriendo mostrar su "Dignidad" como Duque se mantuvo firme y contestó los más serio posible, bueno fingidamente.
— ¿Disculpe?. Su majestad pero irrumpir en una propiedad sin tener permiso del dueño es un crimen hacía el Duque de este imperio — respondió — además no puede arrestar a alguien sin pruebas, también, eso es un delito — reiteró.
— Si eso es cierto su majestad — animo la duquesa queriendo ayudar a su esposo aunque nerviosa por tal acusación.
— ¿Pruebas? — una leve sonrisa se notó en su rostro.
¿Qué tan cínico puede ser? pensó keyran fastidiado.
— ¡Aquí están tus pruebas! — le tiró en la cara unos papeles que eran los recibos y el contrato de esos hombres que contrataron, donde en cada hoja llevaba su firma.
— Y hay más, están unos 46 testigos que escucharon que ¡TÚ! — le apuntó con el dedo —Y el Conde Sefardí mandaron a asesinar al príncipe heredero, osea a mi hijo — afirmó Keyran enojado conteniéndose para no matar a golpes a ese bastardo — Tantas ganas tenías de morir como para ir a ¡Meterse con mi hijo! ¡Ha! — exclamó furioso — ¡Arrestenlo y llevenlo a las mazmorras! Mañana se le dará su veredicto, claro no antes de recibir un poco de lecciones de mi parte — dicho esto el Duque empezó a maldecir al Emperador siendo arrastrado por los soldados, su esposa precenciando todo ésto la duquesa se desplomó en el suelo desconsolada empezó a llorar por lo sucedido; Sus hijos corrieron hacía su madre no les importo lo que estaba pasando con su padre.
A la mañana siguiente toda la gente amontonada en la plaza central de la Capital de Sapphire.
Los hombres del Conde y del Duque fueron decapitados uno a uno, unos 27 cabezas cayeron manchando el suelo con sus sangre y él que estaba encargado de supervisar era el Capitán Williams.
IMPERIO CRECENT "MANSIÓN ECKART"
Habitación de la Archiduquesa.
__ uaaaah __ bostezó cansada __ estoy tan cansada pero aun tengo tanto trabajo que hacer __ desvío su mirada hacía las hojas desparramadas que se encontraban en su cama __ unos minutos más y ustedes serán mis compañeros de dormir __ dijo somnolienta.
* Malditas hojas, debería quemarlos * llevó la mano en su sien masajeandolo __ haa... creo que me voy a volver loca es más creo que ya estoy delirando __ de unos segundos alguien toco la puerta.
__ Su gracia... surgió un problema __ habló una sirvienta detrás de la puerta.
__ ¿Problema?, ¿ qué clase de problema? __ preguntó, dejando las demás hojas en la cama.
__ Si me lo permite ¿puedo pasar? __
__ Si, pasa __ contestó.
Después de dar el permiso de entrar, la sirvienta se asomó con un niño a lado. No hacía falta preguntar más sobre el "problema".
__ Cariño, ¿no puedes dormir? __ dijo con voz dulce.
__ Se-señorita Dénile puedo preguntarle algo __ manifestó el niño un poco tímido.
__ Oh, por supuesto __ contestó acercándose a él __ ¿Cuál es la pregunta? __ hablo con tono suave , no quería espantar al niño.
__ Pue-puedo quedarme a..a..a dormir contigo __ susurró con la carita sonrojada.
*¡AHHHHH! PERO QUE NIÑO MAS ADORABLE, ES UN ÁNGEL CAÍDO DEL CIELO* gritó en sus adentros.
__ S-señorita __ barrunto el pequeño sancandole a la joven mujer de sus pensamientos.
__ Ejem.. Mi niño querido ¡claro que puedes! __ dijo encantada por la ternura del niño.
Pero después se dió un golpe en la frente, mirando hacía su cama el desastre que había, no podían dormir ahí. Pidió a la sirvienta que prepara la habitación de invitados.
Ellos se quedaron solos el niño con su cara sonrojada de la vergüenza y Dénile divertida adoraba ver a su pequeño copo de nieve así, lo llamo así por su inusual color de cabello era tan blanco como la nieve y unos ojos amatista se veía a leguas que de grande las mujeres se pelearán por la atención de este chico.
*Oh mi chiquitín,no se por que tanto apego pero me gusta su compañía es como si fuera mi hijo* pensó con ternura.
__ ¿No quieres un abrazo? __ preguntó amable, el niño asintió.
__ je, je __ se acerco más a él y le dió un abrazo cálido.
* pobre mi niño, no recuerda nada y no sé como buscar a sus padres perdidos, el doctor me dijo que tenía amnesia temporal*.
UN MES ANTES.
__ Su gracia, su majestad a venido a verla - reportó Andrue el mayordomo de la Mansión.
__ No me digas __ contestó sarcástica.
- Mi señora debería hacerlo pasar al estudió o al salón principal __ dijo con calma el hombre de mediana edad.
__ ¡Tengo una mejor idea! Por que no lo invitas a salir de la mansión __ Respondió resplandeciente.
__ Mi señora usted no tiene remedio __ contestó tranquilo __ Por favor le pido que baje y hablé con él, es de mala educación dejar plantado al Emperador, además de que se tomó la molestia de venir a verte hasta aquí __ replicó, sin antes de que la joven respondiera con alguna otra tontería se apresuró a salír de ahí.
__ Tch, maldito de seguro quieres mandarme a otra misión caramba...__ dijo molesta con los brazos cruzados.
Sin más se levantó malhumorada de su silla y salió dirigiéndose a donde estaba el invernadero. Después de unos minutos llegó.
Y ahí estaba el Emperador observando con una sonrisa idiota a mis flores *Aléjate de mis jazmines los vas a matar con tu precencia no deseada* quería gritarle ese pensamiento pero no podía él era el maldito Emperador.
__ Vaya, mira que tenemos aquí __ sonrió burlon.
__ Creí que me dejarías plantado otra vez __ dijo con una sonrisa.
__ Si, ve directo al grano __ contestó malhumorada.
__ Aún sigues hermosa desde la última ves que te vi __ mencionó con una sonrisa.
Luego de un breve silencio, habló la joven.
__ Por que no toma asiento "Su Majestad " __ contestó aguantandose las ganas de darle un buen puñetazo sobre ese descarado comentario.
__ Oh claro, después de usted __ le señaló la silla para que se sentara.
*Éste idiota no tiene nada más que hacer que venir a molestarme* pensó enojada, al final suspiro y se sentó. Después de que los dos se sentarán los sirvientes procedieron a servirles té.
Ranae Von Crecent Emperador del Imperio Crecent. Un hombre ya de 30 y tantos de cabello rubio y ojos azules como el océano.
Un Emperador generoso y afable siempre saludando con una gran sonrisa a todos en especial a las mujeres bonitas. Él es un hombre muy fuerte por lo menos; cuida a su gente después de que él sucediera el trono, el imperio se fue a flote hizo contratos y negocios con otros imperios vecinos lo que le llevo a ser aun más poderoso de lo que ya era.
Gracias a eso el imperio se volvió aún más rico.
Construyó unos orfanatos para niños de las calles y barrios bajos, también escuelas donde los niños pudieran estudiar y escoger que pueden hacer cuando crezcan, y les daba la oportunidad a los niños más listos para ir al extranjero a continuar con sus estudios; ese lado suyo lo respetaba ya que esta siendo un buen soberano para ellos.
No había más personas que fueran tan pobres, la economía había mejorado mucho y claro pero no faltaba que algún noble abusara de ellos. Haciendoles pagar impuestos muy altos, pero no duraban mucho el Emperador siempre se enteraba de tales actos viles dirgidas hacía su gente mandaba a sus caballeros imperiales a arrestarlos.
Y los castigos dados eran ser despojados de sus títulos y exiliados del imperio el no necesitaba de nobles corruptos andando por ahí.
Pero lo que no me gusta de él y lo odio por eso es que colecciona jóvenes hermosas los convertía en concubinas para que estaran con él. Creo un harem de chicas bellas.
* Asqueroso * si no fuera por ese detalle tal vez podría tratarlo mejor pero no es un idiota.
__ "Su Majestad" dime que se le ofrece __ habló con una sonrisa disimulada *Ya no quiero que este aquí, quiero que te vayas ya*
No le gustaba la compañía del emperador, esta aguantandose al no golpearlo.
__ Oh...si, lo siento se me olvido al verte tan bella hoy se borro de mi cabeza __ contestó con una leve sonrisa.
__ Por favor...su majestad no estoy de humor para tus tonterías __ le dirigió una mirada fulminante.
__ Oh mi __ se llevo la mano hacía el corazón __ siempre tan fría conmigo __ fingiendo estar herido por lo dicho.
__ Bien, bien quiero pedirte un favor __ habló con toda la seriedad posible.
*Hasta que al fin lo dices ya sabia este bastardo *
__ Bien y que clase de favor es __ respondió con desinterés.
__ Bueno quiero que atrapes a unos hombres de trata de blancas, quisiera que destruyeras su organización.
Ella quedo en shock *Trata de blancas * pensó enojada
__ ¿Dónde? y ¿Cuándo? __ preguntó con frialdad
Los que más odiaba en el mundo era a los comerciantes que subastaban niños y jóvenes mujeres como si fueran objetos.
*Los atrapare y los torturare hasta que se arrepientan de haber nacido*.
__ Lo aceptaras....¡Muy bien! Te daré los coordenadas mañana __ sin más se levantó y se despidió.
__ No, dámela ahora. No quiero molestarte en el palacio __ respondió ella.
__ Hmmm...__ pensó unos segundos y después acepto __ esta bien __ dijo sonriendo __ Estoy feliz de que aceptaras __ dijo con una sonrisa __ no hay nadie mejor que tú para estos trabajos __ se fue diciendo.
__ ¡Andrue! __ exclamó Dénile.
__ Si, su gracia __ contestó.
__ Llama a los chicos diles que las vacaciones terminaron y que los necesito que estén aquí esta noche __ dijo sería
__ Ahora mismo lo haré __ dicho esto se retiró.
* Los voy a hacer pedazos malditos como se atreven a entrar a este imperio con esos viles actos* pensó furiosa.
En la noche Sala de reuniones en la Mansión Eckart.
__ ¿Por qué nos habrá llamado ? __ habló un peli verde de ojos grises.
Serfield Astarés, Lider de Clan Sombras de Eckart.
21 años de edad, fue salvado por la Archiduquesa en las lejanías del Imperio Crecent. Era hijo de un barón del Imperio del Norte frío.
__ No lo sé, pero debe ser importante para que nos necesitará esta noche __ contestó un chico de cabello rubio y ojos celestes como el cielo.
Caín Derrick hombre de confianza de la Archiduquesa y Capitán de sus tropas originario del Imperio Crecent.
24 años de edad, era un mercenario contratado para matarla pero al enfrentarla fue derrotado terriblemente después de eso se unió a ella para servirle.
__ ¿Cuándo vendrá la Archiduquesa? __ siguió un chico de caballo negro como el carbón y ojos celestes.
Donatelo Forrest hijo del Marquéz Forrest originario del Imperio Crecent.
19 años de edad, su familia a servido a los Eckart de generación en generación.
__ Tengo hambre __ dijo una joven mujer de cabello color miel y ojos cafes.
Eleanor Lannet hija de la Condeza Lannet originario del Imperio Crecent.
21 años de edad, en la guerra contra el Imperio Kennedy estaba con Dénile cuando ella tenía solo 15 años, ella creyo que la protegería pero la que terminó protegida fue ella, desde entonces lo a seguido.
__ Tú siempre pensando en comida __ manifestó el chico del cabello verde.
__ Tanto quieres ser golpeado __ respondió enojada la mujer.
__ Por favor no discutan __ habló un chico de cabello plateado y ojos rojos como la sangre.
Dane Serat Eckart Hermano mellizo de Dénile Eckart
18 años de edad, originario del Imperio Crecent.
Ellos después de tener 5 años su padre el antiguo Archiduque Oren Dietrich Eckart los entreno para ser mejor de lo mejor, los crío para ser soldados crueles y sin corazón pero Dane al cumplir 14 años se derrumbó de una enfermedad del corazón. Desde ahí Dénile decidió esforzarse el doble por él convirtiéndose en lo que es ella ahora.
__ Oh, su gracia ¿ no sabía que usted hablaba? __ dijo el chico rubio.
__ Caín no seas descortés con mi hermano __ dijo Dénile al chico rubio.
__ ¡Saludos su gracia! __ dijeron todos al unísono.
__ Hola hermana __ dijo con una leve sonrisa.
__ Bienvenido de nuevo Hermano Dane __ esbozó una sonrisa.
__ Y también a ustedes bienvenidos __ respondió ella.
Se desplazo de la entrada hasta su hermano para abrazarlo.
__ Te extrañe mucho __ susurró melancólica
__ También yo, no te e visto desde que me enferme __ contestó con un tono dulce.
__ Fueron 4 años sin verte Dan __ lo abrazo con más fuerza.
__ Me tuve que alejar no quería preocuparte pero ahora ya estoy bien __ dijo con un tono suave queriendo reconfortarla.
Su padre los separó poniendo a Dane en otra Mansión en el sur del Imperio para curarlo, como eran muy unidos ellos dos, solo hizo más grave su enfermedad pero se mejoró después de escuchar que le estaba yendo bien a su hermana.
Dos años después el Archiduque murió al encontrar la cura para su hijo, una manada de lobos ataco el carruaje, los caballos entraron en pánico y dirigieron el carruaje hacía el acantilado y cayeron ninguno sobrevivió.
__ Bueno el momento emocional ya terminó __ dijo alejándose de él para tomar su lugar.
__ Je, je, mi hermana es muy madura diriges muy bien el Archiducado __ respondió orgulloso de su hermana.
__ Si, bueno a lo que ibamos necesito la colaboración de ustedes para atrapar a unos bastardos comerciantes que hacen "trata de blancas".
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