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Vidas Cruzadas

Capítulo 1 La visita del taxista

Es lunes son las 7:00 am. en la ciudad de Caracas, Venezuela llueve a cántaros, el tráfico está bestial y hoy comienzan las clases de actuación en la famosa Academia Actoral de nuevos talentos, Leonela Santander está al borde del colapso ya que se encuentra en su casa y su auto se encuentra accidentado por fallarle la batería.

En ese momento tocan el timbre de la puerta y Dora deja la bandeja sobre una mesita y se dirige a la puerta, también intrigada de quién podía ser tan temprano y a plena lluvia.

- Anda Dora a ver quién es y ahorita no estoy para nadie, necesito resolver mi problema.

- Si Srta. Leonela, con su permiso.

Dora se dirige a la puerta apresurada y cuando abre pega un grito de sorpresa lleno de alegría y se lanza a los brazos de aquel joven.

- Mi muchacho!! Pero qué haces tú aquí? cómo llegaste? por qué no me avisaste que vendrías? te pasó algo? Pero pasa te estás mojando, anda pasa no te quedes ahí.

- Ya madre son muchos preguntas al mismo tiempo, déjame pasar que me estoy mojando. Sólo pasé a saludar a la madre más hermosa.

Y la abrazó dándole un beso en la frente con ternura.

Mientras a lo lejos se escuchó la voz de Leonela preguntando;

- Se puede saber quién es Dora?

Alzó la voz sin soltar el teléfono ya que estaba haciendo varios intentos para poderse comunicarse y pedir un taxi pero las líneas estaban colapsadas.

- Ay Srta. es mi hijo que vino a visitarme.

Leonela preguntó extrañada:

- Tú quéeee?

En ese momento después de tantos intentos llamando a las líneas de Taxi por fin escuchó que estaba repicando la llamada:

- Hola buenos días, por favor estoy llamando porque necesito el servicio de taxi para la Castellana, pero lo necesito ya!

- Hola buenos días, Srta. lamento decirle que en este momento no tenemos disponible ninguno si gusta puede llamar en media hora.

La voz de Leonela fue tan fuerte que se escuchó hasta la sala principal donde todavía se encontraban Dora y su hijo, quienes pusieron una cara de asombro al escuchar semejante escándalo.

- Cómo que no tiene Taxi? (gritó) pero qué clase de servicio es éste que no tienen un miserable taxi y más cuando se trata de una emergencia? Alo, alo, alo, aloooooooo!!

Sólo se escuchaba el tono del teléfono...

_ Pero qué gentuza me colgaron!

Dora! Dora! Dooooooora!

Dora fue corriendo asustada ya sabía que ese tono significaba un ataque de histeria de esos de los que ella ya estaba acostumbrada a ver en Leonela.

- Voy Srta. Leonela, dígame qué le pasa?

- Pasa que voy a perder mi clase de actuación, pasa que no deja de llover y pasa que no hay un miserable taxi en esta ciudad.

Dora bajó la mirada y con su acostumbrada voz suave y dulce le dijo;

- Pero calmese Srta. le puede hacer daño.

Inmediatamente Leonela interrumpió;

- No me calmo un carajo! Necesito un taxi pero ya, no entiendes que hoy es mi primer día de clases?

En ese momento entró el hijo de Dora a la sala y con una voz muy clara y directa le dijo;

- Si gusta yo puedo llevarla!

Leonela volteó la mirada hacia aquel joven rubio, de ojos azules, de 1,80 de estatura, de complexión delgada, que estaba en el medio de su sala. Y Álvaro se quedó atrapado en aquella mirada de esa mujer de ojos color café, cabello rubio largo, tés muy blanca, delgada y de una estatura de 1.64.

Ambos se quedaron perplejos viéndose directamente a los ojos como si todo lo demás en ese momento hubiera dejado de existir.

Dora se quedó en silencio viendo aquella escena entre su hijo y la Srta. de la casa, pero después hizo un ruido con su garganta e interrumpió para decir;

- Ujum ujum, Srta. Leonela le presento a mi hijo Álvaro Medina. Hijo ella es la Srta. Leonela Santander.

Álvaro le extendió su mano y ella imitó lo mismo, se presentaron y con las manos entrelazadas en un fuerte apretón, él la miró fijamente a los ojos y le dijo:

- Es un placer conocerla Srta. Santander

- Gracias igu igu igualmente quiero quise... quise decir. Ayyy bueno tú me entiendes.. (se había vuelto bolas y no cabía dudas que Álvaro la había puesto súper nerviosa).

- No se preocupe claro que la entendí. Pero le repito me ofrezco a llevarla.

- Ah siii! se me había olvidado que entraste diciendo eso, bueno digo se me olvidó porque estoy nerviosa voy a llegar tarde a mi clase de actuación. Y entonces me puedes llevar? pero y tú entonces eres hijo de Dora? pero y tienes vehículo?

Leonela lo dijo de una manera despectiva puesto que Álvaro se veía muy bien, pero no entendía que siendo hijo de una humilde sirvienta tuviera vehículo.

- Sí Srta. Leonela tengo mi propio vehículo porque es mi fuente de trabajo, yo soy taxista y justo hace un momento estaba dejando a una clienta cerca de aquí, por eso decidí buscar la dirección que mi madre me había dado de su trabajo y pasé a saludarla.

- Ah vaya! me parece fabuloso, entonces no hay más nada más que hablar llévame a la academia pero ya!

Leonela tomó su bolso y sin más caminó rumbo a la puerta sintiendo que el taxista debía seguirla. Ella es una joven imponente, caprichosa y que siente que todo el mundo tiene que hacer su voluntad.

Se quedó parada en la puerta de la mansión y volteo y le gritó a Álvaro:

- Pero apúrate que no tengo todo el día después te despides de Dora. Mi clase es más importante por favor apúrate y dime dónde está tu auto?

Álvaro llegó hasta la puerta de salida donde se encontraba Leonela y señaló con la mano para que ella viera en donde estaba estacionado su auto. Era un vehículo viejo, con la pintura opaca y en algunas partes pelada, Tenía los asientos rotos y para colmo de males no tenía aire acondicionado. Pero el motor al menos funcionaba.

La cara de Leonela era un poema, se quedó con los ojos bien abiertos y puso una cara con expresión de asco que era casi imposible disimular.

-Pero a eso llamas tú auto? es una broma? por favor estas demente si piensas que yo Leonela Santander se va a subir a un vehículo que se está cayendo a pedazos y encima con esta lluvia de seguro se moja por dentro. No puedo llegar a la academia en esa cosa horrorosa!

No continúen leyendo la novela, ya que no está completa, no tiene capítulo final.

He ido quitando fragmentos de la historia ya que no deseo continuar trabajando en Novel Toon ya que los autores no reciben el pago justi por sus historias. Gracias a todos.

Capítulo 2. El bochorno

Álvaro estaba indignado en ver la actitud de Leonela, era insoportable y no comprendía cómo su madre soportaba trabajarle a aquella chiquilla malcriada que no tenía idea del sacrificio que tenían que hacer algunas personas para poder vivir. Como era su caso, Álvaro era un hombre muy trabajador y gracias a su madre pudo estudiar ingeniería en la universidad, pero en vista de la situación tan difícil que existe en Venezuela, no ha podido encontrar un trabajo que se relacione con su profesión, por lo que tuvo que recurrir a ese viejo auto que heredó de su padrino Pancho, (quién fue para él como un padre, ya que no pudo conocer a su verdadero) y su padrino lo ayudó a repararlo para que pudiera trabajar como taxista.

Álvaro ya ofuscado por la actitud de Leonela decidió decirle;

_ Bueno Srta. Leonela, en vista que mi auto no es digno de usted, entonces yo me despido hasta pronto y suerte.

Leonela se quedó en silencio viendo cómo Álvaro se dirigía hacia su auto y la dejaba parada allí en la puerta de su casa, en medio de la llovizna y sin otra opción que le pudiera solucionar su problema.

De pronto sus pensamientos la invadieron de pánico y se dijo a si misma: "de no aceptar subirme a ese pedazo de chatarra, me voy a quedar aquí y voy a perder mi clase de actuación y le Voy a dar el gusto a las bolas de envidiosas de mis amigas, a ver Leonela tú puedes".

Tragó grueso y alzó la voz llamando a Álvaro;

- Álvaro! Álvaro! espera no te vayas, eh bueno disculpa no quise ofenderte, pero de verdad necesito que me lleves a la academia, ya la clase va a comenzar y no creo que pueda conseguir otro taxi a esta hora.

Álvaro disimuló las ganas de reír que tenía y dio la vuelta y le abrió la puerta del copiloto para que subiera al auto.

Al mismo tiempo Dora se reía viéndo todo desde la ventana.

Leonela salió corriendo tratando de no mojarse con las gotas de lluvia que aún caían y caminó rápido tambaleándose porque llevaba unos zapatos de tacón muy alto y una falda negra ceñida al cuerpo que destacaba su hermosa silueta.

Ya ambos dentro del auto, Álvaro se concentró en encender el motor y le pidió a Leonela que se pusiera el cinturón de seguridad, ya listos arrancaron y se fueron rumbo a la academia.

Las ventanillas estaban abiertas y la lluvia todavía continuaba, por lo que Leonela le pidió a Álvaro que por favor prendiera el aire acondicionado para poder cerrar las ventanas, él la miró y sonrió diciéndole:

- Lo siento Srta. pero a este auto no le funciona el aire acondicionado. Así que tendrá que ir con los vidrios abiertos a menos que quiera que los cierre y nos quedemos sin oxígeno.

- Pues Claro! qué pregunta la mía, era más que obvio que esta cosa no tuviera aire, entonces conduzca con cuidado porque las gotas de lluvia me están mojando y las calles están rebosadas de agua.

- Como usted ordene Srta. Leonela. (dijo Álvaro en tono irónico).

Álvaro trató en la medida de lo posible conducir con cuidado y sobre todo evitar caer en un hueco, porque las calles estaban inundadas. Pero todos sus intentos por cuidar que todo saliera bien y que Leonela llegara a tiempo a su clase y sobretodo que la ventana abierta no fuera causante de que ella se despeinara, fueron en vano.

Al llegar a un semáforo con la luz en rojo, Álvaro se detuvo y en ese preciso instante un vehículo quiso comerse la luz y aceleró con tanta fuerza que cuando pasó por encima del charco de agua sucia que había en el lugar, ésta se metió por la ventana y arruinó el cabello y la ropa de Leonela. Dejándola desastrosa totalmente.

- Pero qué animal! Mira como me dejó! y ahora qué voy a hacer, yo no puedo presentarme así en la academia. Me arruinó toda la ropa y mira el cabello un verdadero asco!

Álvaro no encontraba la forma para no reírse, sentía que ya no podía, pero sin embargo disimuló y pudo contenerse.

- Dios lo siento, déjeme ver en la guantera creo que tengo un pañito, qué pena de verdad lo siento mucho.

Leonela lo miro furiosa haciendo una mueca con la cara que dijo más que si hubiera articulado palabras..

- Pónganse ésto, es mejor que la lleve puesta para que no se le vean las manchas y bueno así disimula un poco el percance. No le parece?

- Bueno Srta..ya llegamos por fin sana y salva.

- Sí ya llegamos diez minutos tarde y de paso mojada con agua de charco y mi cabello arruinado. Pero en fin! Cuánto te debo por haberme traído?

- Por favor Srta. no es nada, para mí ha sido un placer haberla traído hasta acá.

- Ah y la chaqueta? me la dejo puesta, puedes pasar a buscarla cuando quieras en casa.

- No se preocupe no hay apuro con eso, que le vaya bien. Y perdone todo lo malo.

- Gracias! Grrrrrrrrr

Leonela se bajó del auto refunfuñando, con la chaqueta de Álvaro puesta, le cerró la puerta súper fuerte, estaba furiosa. Él se echó hacia atrás cuando sintió el portazo, pero luego se echó a reír a carcajadas. Arrancó su auto y se fue para continuar con su trabajo.

Pero cuando miró el asiento del copiloto, se dió cuenta que Leonela se le había quedado el celular, lo que hizo que Álvaro tuviera que dar vuelta en la siguiente calle para devolverse y buscarla en la academia y entregárselo.

Mientras tanto Leonela entró a la academia y se dirigió a la recepción para preguntar en qué salón le tocaba su clase.

La recepcionista era una mujer madura algo amargada, tenía muchos años trabajando en la academia Actoral y conocía a todos los que allí laboraban.

Miró a Leonela de arriba abajo y le preguntó;

- La puedo ayudar en algo joven?

- Sí, soy Leonela Santander y tengo clases con el actor Dimas Manrique.

- Dimas está en este momento en clase, tienes 20 minutos de retraso, Sube por la escalera derecha y llega al primer piso, es el segundo salón y toca a ver si él acepta que entres. Es muy estricto. Ah y por favor muéstrame tu carnet para rectificar que hayas cancelado las clases.

- Tenga aquí está, yo cancele el curso por adelantado.

La recepcionista buscó en el sistema y efectivamente Leonela estaba solvente. La miró y le entrego el carnet.

Leonela lo tomó y guardó enseguida.

- Ya me puedo ir?

- Sí adelante y bienvenida..

- Gracias!

sin decir más nada Leonela sube de prisa las escaleras y busca el salón con desesperación y nervios. Teme que no la dejen pasar por haber llegado tarde y al mismo tiempo siente emoción porque va a conocer a su actor favorito Dimas Manrique.

Por fin encontró el salón, se dirige hacia la puerta y toca tres veces. Está sudando, los nervios la invaden, siente que el corazón se le va a salir del pecho.

.

Capítulo 3 El primer actor

- Buenos días! qué desea?

- Tengo clases con Dimas Manrique

- Ah! entiendo pero ya la clase empezó, déjame preguntarle si te va a dejar pasar, espera un momento aquí, es que está haciendo unos ejercicios de relajación justo en este momento. Espera..

Leonela estaba impaciente, sentía que ya no aguantaba esperar más, aquéllos minutos se le hicieron siglos, hasta que por fin se abrió la puerta de nuevo y para sorpresa de Leonela, era el mismísimo Dimas Manrique en persona.

Ella sintió que las piernas le temblaban, hasta creyó escuchar el sonido de sus rodillas que pegaban la una con la otra, se quedó sin poder articular palabra alguna.

Dimas Manrique la miró fijamente, era un hombre con carácter, imponente, seguro de sí mismo, sabía el impacto que causaba en la gente por su fama y el prestigio que tenía en el medio artístico. Era un hombre alto como de 1,90, musculoso, de tés morena, ojos color miel, cabello liso con canas, realmente muy atractivo. Se acercó a ella diciéndole:

- Buenos días o mejor dicho buenas tardes Srta? Mi clase comenzó hace más de veinte minutos.

Leonela bajó la mirada y luego levantó la cara y le dijo extendiendole la mano;

- Leonela Santander mucho gusto. Y perdone es que hoy justo ha sido un día muy complicado, se me accidentó el auto, no encontraba Taxi para llegar y bueno el hijo de mi sirvienta fue quien me dió un aventon hasta aquí. Y bueno para variar un carro pasó a toda velocidad y me mojó, en fin comencé el día con el pie izquierdo.

Dimas la miró de arriba abajo, pudo darse cuenta de la belleza de Leonela a pesar de haber llegado con la ropa mojada y el cabello desarreglado,

Alzó la mirada y le dijo:

- Bueno está bien Srta. Santander, puede pasar a mi clase, pero que no se vuelva a repetir. Me gusta la gente responsable y comprometida. Adelante.

La dejó avanzar hacia el salón y la siguió con la mirada, no dejaba de ver esa silueta tan hermosa de aquella mujer.

Dimas Manrique era un primer actor y director de cine reconocido, maduro, de carácter fuerte, tenía 59 años, divorciado, no tenía hijos (al menos eso pensaba) y dedicaba su vida a la actuación.

Pero la gente que lo conocía de cerca, sabia que no podía ver a una mujer bonita, porque eso era su debilidad. Y de allí el motivo de su divorcio, su ex esposa no pudo aguantar tanta infidelidad de su parte hasta que decidió darle la libertad que él tanto anhelaba.

Dimas ingresó al salón luego de que Leonela entrara y continuó dando la clase.

- Disculpe Sra.(inmediatamente fue interrumpido por Violeta)

- Señorita para la próxima.

Álvaro no pudo sino reírse en su mente..

- Ah disculpe Srta. es que ando buscando a otra Srta. que estudia acá ella se llama Leonela Santander.

- Déjeme revisar la lista. (hace una pausa, revisa cuidadosamente la asistencia) ah sí efectivamente ella confirmó su presencia hoy, pero en este momento se encuentra en clase y no puede interrumpirla. Si desea puede esperar, faltan 15 minutos para que termine la clase.

- Ok muy amable, esperaré aquí. Gracias.

Y Álvaro no le quedó otra alternativa sino esperarla, aunque realmente se preguntaba si tenía que esperar o si era una excusa para volver a verla. Total podía dejarle el celular en su casa y entregárselo a su madre. Pero al mismo tiempo ya estaba allí porqué no esperarla y dárselo en sus manos.

Pasaron más de 15 minutos y ya Álvaro estaba ansioso, veía las escaleras que estaban cerca de la recepción esperando que ella bajara por allí.

Cuando volteo de nuevo su corazón empezó a latir fuerte, era ella venía bajando con su chaqueta colgada en el brazo, estaba sorprendido de sentir aquélla emoción por su cuerpo de tan sólo volverla a ver. Ella venía entretenida hablando con un hombre mayor bien fornido, y de pronto su cara le pareció familiar, claro! pensó; "es el primer actor Dimas Manrique"

Se acercó a ellos y Leonela se sorprendió, no entendía qué hacía Álvaro allí. Y ella en ese momento estaba extasiada en compañía de su ídolo y que ahora era su profesor de actuación.

Miró a Álvaro con extrañeza y le preguntó:

- Qué haces tú aquí?

- Buenas noches Srta. Leonela, ah y mucho gusto conocerlo en persona Sr. Dimas (dijo esto mientras le extendía su mano).

Dimas se quedó viéndo a Álvaro fijamente, le extendió su mano también y no dejaba de verlo. Pensó que esos ojos le recordaban a alguien, pero en ese momento no sabía a quien.

- Mucho gusto joven,

Leonela se dirigió a Dimas y le dijo tratando de explicar quién era Álvaro como si le debiera una explicación de su presencia:

-Profesor Dimas, él es hijo de mi sirvienta, en realidad es el chófer que le pedí que viniera en su auto por mi porque como le dije tengo el mío accidentado en casa.

Álvaro tragó grueso y no artículo palabra, la miró y con esa mirada penetrante de esos ojos azules, le dijo mucho. Se sentía molesto por la forma tan despectiva que lo presentó. No porque se avergonzara del trabajo que hacía su madre, sino por la forma como lo dijo y que en realidad él no era su chófer, sólo estaba allí haciéndole un favor a ella.

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