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Mansión Silver "Los Inicios"

Este es el inicio

Personaje:

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...Capítulo 1 ...

    En las afueras de la ciudad, muy cerca del bosque denso y oscuro, se encontraba una gran mansión que, en su portón alto y lujoso, se encontraba escrito "Silver", por lo que ese lugar se le conocía como "Mansión Silver".

    El sitio era atendido por una joven de 25 años de edad, cuyo nombre es Melby, quien siempre vestía elegantemente, con un lindo cabello rosado muy pálido que combina con sus ojos celestes, cuya ocupación es doctora, quien se dedicó a acoger personas, todo era tranquilo, hasta que él apareció. Una noche lluviosa, un sujeto alto de 1.98 y bien vestido con traje y corbata, se paró en la puerta principal y comenzó a tocar.

        —¿Quién es? — preguntaba Melby, para después abrir la puerta, para contemplar la gran altura de 1.98 del sujeto parado ante ella.

        —Buenas noches, señorita— decía el sujeto mirándola desde el otro lado de la puerta, empapado por la lluvia —¿Me dejaría pasar la noche aquí, hasta que pase la lluvia?

        —Por supuesto, adelante— dijo la peli rosa, haciéndose aún lado con una sonrisa.

        —Muchas gracias— exclamó para entrar y contemplar el maravilloso lugar —Qué bonito lugar, es este—

        —Muchas gracias– dijo Melby con una sonrisa — Por favor tome asiento, señor...

        —¡¿Pero en dónde están mis modales?! Mi nombre es Pablo— inclinaría levemente su cabeza al presentarse.

        —Encantada señor Pablo, mi nombre es Melby— diría para de igual forma inclinar un poco la cabeza —y que es lo que le trajo a este lugar, señor Pablo— la peli rosa se sentaría en un sillón individual.

        —El gusto es mío y pues verá Melby — diría mientras se sienta en un sillón enfrente de la peli rosa.

        —Por favor dígame Mel si gusta— dice sonriente.

    Pablo sonreía mientras se cruza de piernas y entrelaza sus dedos —Está bien... Mel (este sitio a donde me mandaste es... interesante papá) — pensó Pablo.

    Mel se sentaría en un sillón enfrente de Pablo, y le preguntó —y le vuelvo a preguntar, señor Pablo, ¿a qué se debe que usted esté aquí?

        —Digamos que... es una recomendación que me hicieron, desconozco los motivos, ¿pero me dijeron que este paraje tiene algo peculiar, ¿no? — diría Pablo.

        —supongo que si Pablo, y ¿No le gustaría quedarse aquí? — diría Mel.

        —No veo por qué no, y ¿Dónde pasaré la noche? — diría Pablo.

        —Puede ocupar la habitación 7— diría Mel, para posteriormente viera la hora y exclamar —por Dios mire la hora, yo tengo que pasar a retirarme, señor Pablo.

    Pablo asiente con la cabeza —está bien señorita Mel, vaya a descansar, yo en un rato pasaré a mi habitación— Mel pasaría a retirarse a su cuarto para descansar, mientras Pablo la vería subir aquellas escaleras que dirigían a los cuartos y este al escuchar la puerta del cuarto de Mel cerrándose exclamaría —humanos, tan inocentes y frágiles, aún no comprendo tus motivos de enviarme aquí, pero espero que sea algo importante y espero que me estés escuchando, de cualquier parte del cosmos en donde te encuentres... Padre.

    Al día siguiente, Mel se levanta y baja para la cocina, entonces bajando las escaleras huele a comida recién hecha, al asomarse ve a Pablo cocinando, quien había preparado hotcake, con tocino y jugó de naranja.

        —Buenos días, señorita Mel— diría Pablo sin dejar de preparar el desayuno mientras estaba de espaldas, entonces esta le respondería.

        —¿no sabía que supiera cocinar?

        —a veces hay que saber un poco de todo para encajar en la sociedad, eso me decía mi padre y fue gracias a él que sé cocinar señorita Mel— eso le contestaría Pablo.

De repente se escuchan varias personas bajando de las escaleras, dirigiéndose a la cocina.

        —Buenos días...— diría una joven de cabello largo, negro, que aún usaba su ropa de dormir.

        —Buenos días— diría una pequeña niña, con pelo café.

        —Buenos días, niños— diría Mel a los que recién habían bajado.

    Fue entonces cuando Pablo se voltea para servir el desayuno, sin pena que no le conociera, solo haciendo la tarea que tenía que hacer, entonces los jóvenes se sorprendieron y la joven chica de pelo negro le preguntaría a Mel —Mel... ¿Quién es él y por qué está cocinándonos? — a lo que Mel respondería asombrada porque no se acordó de decirles sobre su nuevo inquilino —o es verdad, niños, él es señor Pablo y pues... Se quedará aquí un tiempo— y rápidamente voltearía a ver a Pablo para presentarle a los chicos —señor Pablo, déjeme presentarle a estos que yo considero mis niños, esta joven despreocupada se llama Kagamy, pero de cariño le decimos kary.

    Kary era la joven de pelo negro, quien tenía una apariencia de venir de un sueño muy profundo, con unos ojos de color lila y unos rasgos físicos muy finos, pero que mostraba seguridad, entonces esta diría bostezando —un gusto señor Pablo. Después de que Kary se presentará, Pablo haría una peque inclinación hacia delante con la cabeza, entonces Mel volvería a hablar para presentar a la siguiente persona —y esta otra niña es Danieline, pero le decimos Dani.

    Dani, una niña con unos bellos ojos azules y con un pelo café que le llegaba hasta el cuello, ella no pronunció palabra alguna, solo se dispuso a sonreír mientras comía el desayuno a gusto. Pasando un tiempo después de desayunar, Pablo camina por un pasillo, cuando de la nada una joven, de un cabello largo castaño, una complexión delgada y una altura de 1.70 aproximadamente, le atacaría sin razón aparente, a lo que Pablo nada más bloqueara sus golpes algo confundido, entonces Pablo para acabar la pelea, usando la misma fuerza de la chica, la empuja hacia delante y le detendría para decirle.

        —señorita, es de mala educación golpear a las personas que no conoces.

A la lo que la chica respondería —también es de mala educación entrar a casa ajena, anciano.

    Esta se levantaría y se sacudiría la ropa, —en realidad... Llegué ayer en la noche, ahora me hospedó aquí— diría Pablo viéndole y se le comienza a acercar —me presento yo soy...

A lo que la chica gritaría asustada —¡NO TE ACERQUES!

    De repente, una extraña sensación envolvía el ambiente; Pablo observa que a su alrededor y saca su reloj de bolsillo y ve que las manecillas no se mueven —interesante...— diría medio sorprendido.

    Pero la chica al ver que aun Pablo se movía se asustó y le preguntó confundida y sorprendida —pero ¿Cómo puedes moverte sí...?

        —¿Detuviste el tiempo?, es algo gracioso, Mmm déjame adivinar... Lousie te llamas ¿verdad? Y, además, ¿por qué trataste de atacarme?, yo no te he hecho nada hasta ahora que se dé ti — diría Pablo mientras le señala a la chica.

        —Si, claro, ¿cómo no sé qué no tratas de hacernos algo? Aquí en su mayoría hay chicas y que curioso que un tipo de tus características viene solo para "pasar la noche" y además ¿Cómo sabes mi nombre? Y luego dices por qué te ataco, asqueroso acosador — la desconfianza de Lousie se haría más grande.

    Pablo le contesta, mientras se acerca a ella y le acaricia la cabeza —hay cosas que es mejor no preguntar y además si quisiera hacerles algo ya lo hubiera hecho, pero tengo ni quiero hacerlo.

    Lousie se quitaría la mano de Pablo de su cabeza con un manotazo —sigo sin entender ¿Cómo es que te puedes mover con el tiempo detenido?

        —como ya te mencioné hay cosas que es mejor no saber, al menos no aun — le sonreiría Pablo, entonces pasaría a seguir su camino y le diría a Lousie mientras camina sin mirarle —a propósito, mi nombre es Pablo y regresa todo a la normalidad porfa.

    Fue ahí donde el tiempo volvió a correr con normalidad, las agujas de los relojes volvían a girar, las gotas de los grifos que estaban suspendidos en el aire volverían a caer y los demás integrantes de la mansión recobrarían el movimiento de lo que estuviesen haciendo.

    Lousie con un enojo mezclado con miedo, sé encerraría en su cuarto mientras que estaba recargada en la puerta, dejaría caer su cuerpo para sentarse en el suelo —ese tal "Pablo" no me da buena impresión, yo sé que algo trama, pero... sí mis poderes no le afectan, ¿Qué puedo hacer al respecto? Yo sé bien que él no es de fiar, no dejaré que le suceda algo a mi familia.

    Entonces la chica daría un golpe fuerte contra la pared porque no se le ocurría nada para hacer con su pequeña intuición —no puedo llegar así de la nada y decirle a Mel que ese tipo nos va a hacer algo, no me creería, además ya se va ganando la confianza de las demás, pero sobre todo... ¿Quién mierda es ese sujeto? Y ¿Qué cosa es donde es inmune al tiempo? A eso me dedicaré a investigar y de esta forma podre decirle a Mel lo peligroso que él puede llegar a hacer... si eso haré.

    Pero su momento fue interrumpido, ya que Kary había tocado su puerta —oye Lousie de casualidad, ¿no sabes dónde está mi cepillo para el pelo?

        —lo dejé por el cajón al lado de tu cama— le contestaría Lousie.

    Kary se retiraría del lugar, mientras que Lousie se levantaría del suelo y se sacudiría —ya verás, señor Pablo, "todo a su tiempo" pero descubriré que eres.

Compañera sospechosa

Personaje: 

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...Capítulo 2...

    Han pasado 4 meses desde que Pablo llegó a la mansión, ahí él se ha percatado de muchas cosas, como que cada quien que vivía ahí poseía poderes y habilidades especiales, la señorita Mel era superdotada en conocimientos en medicina, además de que podía controlar los elementos básicos de la materia. Dani, venía de una familia de brujas, por ende, poseía magia con elementos básicos, además de que estaba aprendiendo a usar la alquimia, sin embargo... no sabía volar la escoba, porque no tenía una. Lousie controlaba el tiempo, que lo podía parar y reinar a voluntad, además de saltar entre este, pero solamente por 20 segundos, sin embargo, Kary ella era una humana normal, sin poderes y/o habilidades especiales.

    Pablo se ofreció a ser el mayordomo para ayudarles en lo que fuese, poco a poco, se fue ganando la confianza de cada una, salvo Lousie, ya que ella aún no confiaba completamente en él, ellas, sin embargo, conocían muy poco de él, sus orígenes y todo, pero no le dieron mucha importancia.

    Dani se encontraba practicando un poco de alquimia en la sala, Pablo se encontraba con Dani en la sala, él estaba leyendo el periódico, Mel estaba en su oficina, y Lousie estaba en la cocina escuchando música mientras comía un emparedado y Kary había salido a caminar.

        —Si logro hacer oro, finalmente podré hacer cualquier material— diría Dani mientras se concentraba, para colocar una gota en un frasco, sin embargo, al colocar la gota, la reacción del químico fue tal que explotó.

        —¡¿qué fue eso?!— Mel estaría asustada al escuchar el ruido de la explosión, tal fue su impresión que estuvo asomándose del segundo piso, recargada en el barandal —¿¡Dani estás bien?!— muy preocupada bajaría rápido las escaleras preocupadas, pero entonces Mel vería ya una vez dispersado la cortina de humo, que Pablo cubrió a Dani recibiendo la explosión él.

    Mel se acercaría asustada y preocupada por lo que pudo pasar —¡¿se encuentran bien?!— Preguntaría Mel a ambos.

        —Yo estoy bien Mel— Dani se encontraba sin rasguños.

        —yo igual estoy bien, solo necesito cambiarme— Pablo tendría la camisa quemada por la espalda.

        —¡¿pero se encuentra bien?! Déjeme revisar sus quemaduras— la peli rosa trataría de manera angustiada ver las quemaduras que podía tener Pablo.

    Pero Pablo de manera instintiva detendría a Mel sujetándole la muñeca de la mano derecha y ejerciendo un poco de fuerza —dije que solamente necesito cambiarme— la mirada de Pablo sería muy seria pero tenebrosa.

    La mirada de la peli rosa estaba llena de temor y miedo, ya que era la primera vez que Pablo reaccionaba de esa manera y más con ella. Entonces Pablo al ver lo que estaba haciendo soltaría la muñeca de Mel y sin decir una sola palabra se iría a su cuarto a cambiarse y solo quedando como un mal recuerdo esa ocasión. Cayendo la noche, las chicas estaban viendo la televisión, Kary acababa de llegar, a lo que Kary le preguntaría a Dani que, si se encontraba bien, ya que le habían comentado lo del suceso.

        —Si Kary estoy bien, si no fuera por el señor Pablo, si hubiera tenido una quemadura grave— Dani estaría acostada en el regazo de Mel —Pero saben algo... cuando el señor Pablo me cubrió de la explosión, sentí como una sensación de protección, además muy cálido.

Extrañada todas, Mel le cuestionaría al respecto — ¿Cómo a que te refieres Dani?

A lo que Dani contestó —como si me cubrieran un montón de plumas.

    Todas se quedarían en duda, pero no le dieron mucha importancia porque se trataba de una niña aún. Unos minutos después, Pablo bajaría de su cuarto, ya con otro saco y bien vestido, —ya estoy mejor— mencionó a las chicas que estaban presentes, para sentarse en un sillón individual, pero cuando está por sentarse, tocan a la puerta.

        —no se levanten chicas, yo iré a abrir— Pablo se dirigiría a la puerta, al abrirla, se percata de que había una chica, aproximadamente de 1.67 de alto, joven, con un cabello blanco como la nieve, con unos hermosos ojos azules y una piel pálida, que sin duda dejaron perplejo a Pablo.

        —buenas... noches— la albina observaría un poco nerviosa y asustada al ver a Pablo, ya que este le sacaba varios centímetros de diferencia.

        —¿Buenas noches, señorita, que se le ofrece? — le planteó Pablo.

        —disculpa, pero me gustaría que me dieran hospedaje, es que acabo de llegar, pero no conozco a nadie, y… escuche que aquí acogen a viajeros— le respondería la albina.

        —claro, por favor pase— Pablo se haría a un lado y dejar que la joven entrara, seguido a ello la albina entró a la mansión, pero en ese momento a Pablo le llegó un olor, lo que cerraría el puño con fuerza sin que se diera cuenta.

        —(¡No puedo creer que eso esté aquí!)— Pensaría Pablo, mientras mantendría su sonrisa ante la albina —es por aquí, señorita— le indicaría el camino Pablo a la albina para que le siguiese a donde estaban las demás, mientras caminaban Pablo le preguntaría varias cosas, como de dónde venía, solo para sacarle platica, al llegar con las demás Pablo se detendría y diría dirigiéndose a Mel.

        —señorita Mel, aquí está la que tocaba la puerta, con su permiso iré a traer algo de beber— Pablo se retiraría del lugar para dirigirse a la cocina, estando en la cocina vasos con agua, y antes de llevarlos pronunció algo en hebreo — בשמו, אתה נמכר וטהור —[en nombre de él, quedas bendito y puro] y el agua se tornó brillante durante dos segundos y después volvió a la normalidad.

    Una vez hecho eso Pablo las coloco en una charola y se dirigió a entregarles los vasos a todas, —he traído agua, para todas— al llegar Pablo le entregó a cada una su vaso correspondiente.

        —señor Pablo, permítame presentarle a Moon, ella es una joven de 17 años y es pasante de enfermería— Mel tendría una sonrisa, a lo que Moon se levantaría del asiento y se dirigiría a Pablo para presentarse.

        —es un placer en conocerle señor Pablo— Moon le extendería su mano.

        —el gusto es mío... Moon— estrecharía su mano con la de la albina.

    En ese momento fue cuando la albina sintió, una rara sensación de miedo y peligro al estrechar su mano con la de aquel sujeto alto y bien vestido, Moon simplemente sonreiría nerviosa, a lo que tomó su vaso de agua con tanta rapidez y diría —Bueno, yo iré a mi habitación a descansar— entonces Moon tomaría sus cosas para irse a su habitación que le había dado Mel antes.

        —por favor permítame ayudarle— diría Pablo para tomar un par de equipaje que traía la albina consigo.

        —muchas... gracias— diría Moon, y se dirigieron a la habitación de Moon, una vez llegaron Moon agradecería gesto de Pablo y entraría a su cuarto, Moon una vez adentro corrió rápidamente al baño de su cuarto y vomitó sangre en la taza del baño.

        — ¡¿qué me habrá dado ese sujeto?!— diría Moon asustada en el baño, al día siguiente que era un día lluvioso y estaba cayendo relámpagos, Mel había salido al trabajo, Kary, Lousie y Dani estaban en la sala, Kary estaba leyendo, Lousie se encontraba aburrida y Dani estaba contemplando desde la ventada como caía la lluvia y se veían los relámpagos en el cielo.

        —Como me encantan este tipo de días— Dani seguiría maravillada al ver las nubes oscuras, la lluvia y como se iluminaba el cielo con los relámpagos, llenando los ojos de Dani un deleite visual de la naturaleza.

    Mientras tanto, en el segundo piso, Moon caminaba por los pasillos de los cuartos simplemente apreciando la decoración de las paredes del lugar, cuando de la nada Pablo la puso contra la pared sosteniendo el cuello de la albina.

        —¿Crees que no me he dado cuenta? — diría Pablo con una voz suave y tenebrosa.

        —no... sé de lo que me habla— Moon lo vería confundida y asustada.

    En eso que se va la luz en toda la casa, — ¡carajo! — diría Lousie, —iré por una lámpara que tengo en mi cuarto, no tardo— Lousie usaría su poder y aparecer en las escaleras, y al recorrer los pasillos Lousie, nota a Pablo y a Moon en esa situación y rápidamente se esconde detrás de una pared viendo de reojo lo que ocurría.

        —¿Piensas que soy tonto?, no te hagas la inocente maldita demonio— Pablo le apretaba más del cuello a la albina, dejándola poco a poco sin aire.

        —(De... ¡¿demonio?!)— Pensaría Lousie escondida y escuchando lo que discutían Moon y Pablo.

        —como... sabes que...— diría la albina con el poco aire que tenía y en su mirada se notaba asombro y miedo.

En eso es interrumpida por Pablo —no eres la única que tiene sus secretos aquí.

    En eso los ojos de Pablo comenzarían a brillar en un tono azul y en ese momento un rayo ilumina gran parte de la mansión y en la ventada que estaba cerca de Pablo y Moon, tanto la albina y Lousie vieron que la sombra del aquel señor alto, y bien vestido proyectaba algo más que solo su cuerpo, si no que también unas grandes e imponentes... alas.

Cambios inesperados

Personaje: 

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...Capítulo 3...

    En ese momento la albina estaría impactada por lo que había visto, — ¡¿eres un... ángel?!— la angustia de Moon se haría notar en su voz con el poco aire que alcanzaba a exhalar e inhalar.

        —¿qué esperabas un bebé regordete con alas blancas tocando arpa, como en las pinturas renacentistas? — bromearía Pablo con respecto a su especie, seguidamente le volvería a insistir a la albina —eres un maldito demonio, no sé qué tramas con esta gente, pero no permitiré que les hagas daño, acabaré contigo antes de que se den cuenta— Pablo con su voz en un tono amenazante y bajo, le causaría un miedo angustiante a Moon, dándole a entender que estaba dispuesto a matarle.

    Pablo alzaría su puño para golpear a la albina, y esta simplemente cerraría los ojos para no ver el impacto que tendría el golpe contra ella, pero por unos momentos, aquel ángel vería a Moon con los ojos cerrados y que de estos brotaban unas lágrimas de miedo, Pablo al ver esto comenzó a relajar su puño porque algo dentro de él, le hizo tener clemencia contra el demonio, sorpresivamente en ese momento la luz volvió a toda la casa.

    Pablo, para no exponer la clemencia que le tuvo a la albina, simplemente le susurró al oído —tuviste suerte— después simplemente soltó del cuello de Moon y está caería de rodillas al suelo respirando de manera rápida tratando de recuperar aire, —te estaré vigilando— esa fue la advertencia que le dijo Pablo y solo se fue caminando fuera del lugar de los hechos.

Lousie al ver que Pablo se acercaba uso su poder para salir de allí y aparecer en la sala con las demás.

        —¿por qué tardaste Lousie? — preguntaría Kary.

    A lo que Lousie con tono nervioso respondería —a perdón, Kary es solamente que no encontré la lámpara y cuando está buscando regresó la luz— y para evitar más preguntas, disimularía con una sonrisa demostrándole a Kary de todo está bien — (no debo decirles nada... Aún no)— pensó la chica de pelo castaño.

    Mientras tanto, Pablo se encontraría en el segundo piso un poco dudoso —(¿por qué no acabe con ella? ¿Por qué le perdoné? Es un demonio, si algo les llegase a pasar a las chicas no me lo perdonaría)— meditaría Pablo profundamente en su cuarto, mientras que Moon se encontraría en su cuarto acostada en su cama mirando al techo y se pondría la mano el pecho y por alguna razón no tenía miedo por lo ocurrido simplemente sentía como un calor que cubría su pecho sin saber por qué.

    Pasando aquella noche lluviosa, Mel habría llegado cansada y se estaría tomando una taza de café en la cocina sentada en una de las sillas mientras estaba recargada en su mano medio dormida, —¡que sueño tengo Lousie! — enervaría Mel, mientras que Lousie estaba lavando los platos, — (así que Pablo es un ángel y Moon un demonio... pero entonces... tal vez sí, pero)— se estaría preguntando Lousie en su cabeza muy profundamente, en ese momento, alguien entraría por la ventana de la sala, rompiendo la ventana.

        —¿Qué fue eso? — Lousie preguntaría extrañada que generó la ventana al romperse.

        —Creo que ya sé quién es... Simón — la peli rosa solo soltaría un suspiro de decepción porque ya sabía que provocó ese ruido.

    Un chico cuyo nombre era Simón, de acuerdo con la peli rosa con sudadera naranja, cabello café, de piel blanca y una altura de 1.73, entraría a la cocina con toda confianza, —ya volví— diría a las que estaban presentes.

        —a… con que eras tú — Lousie exclamó sin ganas.

    A lo que Mel le alegaría a la castaña un tanto segura —te lo dije, Lousie solamente giraría los ojos y seguiría con lo suyo, al ver que las palabras de la peli rosa eran correctas.

    En el segundo piso, Pablo, terminando de acomodar los cuartos de los que ya se habían levantado y el suyo, estaba por bajar las escaleras, cuando su mano estaba por tocar el barandal derecho, su mano chocó con la de Moon, estos al ver lo sucedido, Moon solamente se quedó medio sonrojada, sin decir nada ni mirar a Pablo, por otro lado, aquel alto solo apartará la mirada, quitaría su mano bruscamente y bajaría las escaleras, rápido y sin tocar de nuevo el barandal.

    La albina nada más se le quedaría viendo, sin darse cuenta de que Kary había contemplado toda la escena, a lo que se acercaría a la albina y le tocaría el hombro para decirle — oye Moon— la albina se asustaría y pegaría un pequeño brinco, para luego ver que era Kary.

        —a Kary eras tú, me asustaste, je, je, je— exclamaría Moon, un tanto a penada.

        — lo siento, ya vamos a desayunar, a y tranquilízate que estás roja como un tomate— diría Kary para posteriormente bajar las escaleras, con Moon atrás de ella mientras se daba unas palmadas en las mejillas para quitarse lo sonrojada.

Mientras tanto, Pablo se dirigía a la cocina y al entrar vería a Lousie, Mel y a un tipo completamente extraño.

        —Buenos días — diría Pablo a todos los que estaban en ese lugar.

        —Buenos días, señor Pablo— respondería Mel un tanto somnolienta y cansada, Lousie sin mirarlo solo diría Buenos días a secas, el otro chico solo se le quedaría mirando sin decir nada, Pablo haría lo mismo mirando a aquel chico un tanto raro.

    Mel, al percatarse de este acontecimiento, mencionó —así casi lo olvido, señor Pablo, él es Simón, él también vive aquí, aunque a veces no está aquí.

    Pablo escucharía todo lo que le dijo a lo que preguntaría —emmmm está bien, pero... ¿Por qué el traje naranja? — mientras señalaba discretamente a Simón, ya que ese atuendo le provocaba ruido en su cabeza.

        —A por qué Simón estuvo en prisión— contestó Kary mientras llegaba a la cocina.

    Pablo al escuchar esa respuesta se quedaría callado, asimilando unos segundos que estaba en frente de un ex prisionero, a lo que posteriormente con voz media dudosa se refirió a Simón —a.… ok, mmmm, pues Simón yo soy, Pablo no tengo mucho que trabajo aquí como mayordomo, será un gusto conocerte mejor— después de ello se le acercó y le extendió la mano.

Simón respondería estrechando le su mano y argumentó —pienso lo mismo.

    Ambos se sonreirían en señal de amistad y de respeto mutuo, a lo que las chicas ahí presentes se les quedarían mirando con caras sonrojada y muy atentas, imaginando cosas con respecto a lo que acontecía en sus ojos y que solo Dios sabría lo que pasaba por sus fantasías de mujer.

Pablo al percatarse soltó la mano de Simón y con seriedad exclamó —muy bien vamos a desayunar.

    Pero Lousie caminaría aún lado de Pablo para decir sin mirarlo —no tengo hambre, gracias— y se retiraría de la cocina.

    Un par de minutos después, todos se encontraban desayunando, con excepción de Lousie que estaba en su cuarto, mientras todos hablaban a gusto, Lousie, encerrada en su cuarto, estaría, en su computadora buscando información de ángeles.

        —Mmmmm, no hay nada más información, que no sean únicamente especulaciones— diría Lousie un tanto molesta y frustrada —(¿Qué debería hacer?... pero Moon es un demonio... no se supone que ella es mala, pero tengo un mal presentimiento)— pensaría Lousie acostada en su cama mirando al techo.

    Mientras tanto, en el comedor, mientras todos estaban desayunando, Moon se encontraba simplemente comiendo aún lado de Pablo, sin mirarle, solamente observando su comida, en eso que Mel para meter a Moon a la plática le pregunta —y tu Moon, ¿Cómo te la has pasado en el tiempo que has estado aquí?

    La albina tardaría en reaccionar unos segundos a la pregunta de Mel para luego dirigir su mirada a la peli rosa y solo respondería un tanto sorprendida —a.… pues... — esas fueron las primeras palabras que salieron de su boca, y respondía con la voz entrecortada, pero sentiría más presión, por la mirada amenazante de Pablo, quien la estaba viendo serio y atento a lo que diría.

        —a.… bien, todo bien Mel, muy bonito, este lugar— terminaría de completar la oración Moon con una sonrisa.

        —me alegro mucho que te haya gustado el paraje— Pablo contestó a Moon mientras seguía comiendo.

        —sí... Muy bonito sitio y más por la gente que está aquí— esa última expresión señalaría una indirecta a Pablo por el pequeño percance que tuvieron ayer.

        —tienes razón, aquí todos somos muy amables— entre dientes pronunció Pablo, con una sonrisa fingida, pero que no lo parecía.

    Mientras que para los demás que estaban en la mesa, tanto Moon como Pablo actuaban como un viejo matrimonio después de una pelea de "quien dejo la tapa del inodoro levantada", era divertido, pero a la vez incómodo estando presentes en la mesa.

        —(estos dos no van a tardar en sentir algo por el otro)— pensó Mel, mientras tomaba un sorbo de su café y en su cara solo se dibujó una sonrisa.

        —¿Qué es lo divertido Mel? — le cuestionaría Kary al ver que esta estaba sonriendo de repente.

        —nada Kary, absolutamente nada— le respondió la peli rosa con una leve sonrisa.

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