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El Mejor Amigo De Mi Hermano

1

Mi nombre es Lya Pimentel y hoy les contaré lo que me pasó con el mejor amigo de mi hermano Chris, Jared.

Los dos tienen la misma edad (26 años) y estudiaron en la preparatoria juntos, después de graduarse lograron conseguir trabajo cada uno en su área pero casualmente en el mismo edificio. Jared Vive un poco lejos del centro de la ciudad ya que no le gusta la vida tan acelerada, el pesado tránsito y la vida nocturna. Chris vive cerca de mi apartamento, pero se queda mucho en mi casa para adelantar trabajo, según é; pero sé que lo hace porque me sigue viendo como su hermanita menor, pequeña e indefensa a pesar de tener 24 años

Son inseparables y lo cierto es que Jared es muy buena gente, responsable y divertido. A mí me cae bastante bien, ya que siempre me gastaba alguna broma y se interesa por mí cuando estamos en el instituto y mi hermano no ha ido a clase, por si me hace falta cualquier cosa.

Voy a describirme un poco: soy de estatura media, tengo el cabello largo y de color marrón, mis ojos son verdosos, mi nariz es pequeña y está cubierta por algunas pecas. Hace poco que me quitaron los aparatos, por lo que tengo unos dientes rectos y blancos y mi cara es fina. No practico ningún deporte, por lo que mi cuerpo no está muy definido, aunque soy delgada. Mis senos son algo grandes, aunque yo los preferiría más pequeño, pero este fue el cuerpo que Dios me dio, y estoy bastante conforme con ello.

El único hombre en mi casa era mi hermano, mi padre murió cuando éramos pequeños y Chris ha sido esa figura paterna que siempre faltó en mi vida, a pesar de que solo era mayor que yo por dos años yo lo sentía como mi cuidador y mi mejor amigo, alguien en quien confiaba ciegamente y adoraba con la vida.

Chris era rubio con ojos similares a los míos, alto y con un cuerpo tonificado, siempre fui atlético y deportista. Lo cierto es que nos parecemos mucho físicamente aunque su cara era es un poco más ancha que la mía y él no tiene pecas.

Jared, sin embargo, era alto, por lo que tenía el tren superior bastante desarrollado y sus manos eran ásperas. Tenía el pelo negro, recortado por los lados y con un buen flequillo, muy moderno. Tenía los ojos casi negros, una nariz respingona y una sonrisa muy atractiva, era realmente hermoso. Su pecho estaba muy desarrollado, al igual que su espalda y sus enormes brazos.

Mi hermano Chris es un hombre tímido y responsable. Conoció a Jared cuando este se mudó aquí, hace un par de años. Y desde el primer día se hicieron los mejores amigos y se han vuelto inseparables.

La historia comienza aquí: mi hermano y Jared terminaron la semana de trabajo y salieron junto a otros compañeros de trabajo.

Aquella noche, yo me encontraba durmiendo plácidamente cuando un ruido me despertó. Eran mi hermano y Jared, que acababan de llegar. Miré el reloj de mi móvil: las 4:30 de la madrugada. Pues sí que se les había alargado la fiesta, sí. Presté atención para intentar escuchar lo que decían:

Amigo, Chris, déjame irme a mi casa. – decía Jared.

Ni de broma, no eres capaz de llegar así ni de broma. Además, si tus padres te ven llegar de esa forma te meten en una clínica de desintoxicación o algo. – le respondió Chris.

Los padres de Jared vivían en el mismo conjunto residencial que él.

Hombre, razón no te falta, desde luego… hip. – hipó Jared, al que era difícil de entender – Bueno, pues me duermo en el sofá, ¿no?

Que va, mañana viene Laura la chica que hace la limpieza y no te puedes quedar ahí. – mi hermano hablaba normal, por lo que intuí que iba muy borracho. – Ya sé, mi hermana tiene una cama nido. ¿Te importa dormir en su cuarto?

No escuché la respuesta, pero me hice la dormida, no sé por qué, cuando estos llegaron a mi habitación.

Alumbra, Jared. – dijo mi hermano.

¿No quieres que te ayude? Hip. – preguntó Jared.

Jaja, no, da igual. – contestó Chris mientras tiraba de la cama que había debajo de la mía.

Jared se tiró en la cama bocabajo, haciendo que mi cama se tambalease.

¿Qué pasa? – dije yo, somnolienta.

Hey, perdona princesa. – Me dijo mi hermano, mientras cerraba la puerta y encendía la luz - ¿Te importa que Jared duerma contigo? Es que va muy borracho y si sus padres lo ven así le matan. Es el único lugar en que puede dormir.

Mi apartamento es pequeño, tiene 2 habitaciones, la principal que es la mía y la otra la convertí en mi estudio, y es allí donde Chris duerme cuando se queda aquí..

No, claro. – dije yo, frotándome los ojos.

Jared estaba medio dormido en la cama. Iba vestido con unos vaqueros y una camisa y tenía los zapatos puestos.

¿Me ayudas a desvestirlo? Yo solo no voy a poder. – me preguntó Chris con una sonrisa nerviosa.

Jajaja, ¿tan mal está? – dije yo, riéndome bajito.

Peor todavía: ha bebido un montón y el idiota ha mezclado. Estaba hablando con una chica, se iban a liar y el muy idiota le ha vomitado encima. Por eso me lo he llevado de allí. – contó mi hermano mirando con estupor a Jared.

Me tuve que tapar la boca para no dar una carcajada.

Bueno, deja de reírte y ayúdame, que me quiero acostar ya. – me dijo Chris.

Vale, vale. – le die yo, bajando de la cama con mis calzoncillos como única prenda.

La verdad era que siempre había visto a Jared como casi un hermano.

2

Entre mi hermano y yo volteamos a Jared, que no sabía ni por dónde le daba el aire. Yo le quitaba los zapatos mientras mi hermano le desabrochaba la camisa. Mientras yo tiraba de él, mi hermano pudo quitársela.

Siguiente paso: pantalones. Le desabrochamos el botón de los vaqueros y le bajamos la cremallera. A la cuenta de tres, mi hermano y yo tiramos desde la parte de abajo y conseguimos que Jared se quedase en calzoncillos. Unos calzoncillos de algodón grises que dejaban ver un gran bulto.

Mi hermano puso la ropa sobre la silla de mi escritorio y yo arropé a Jared con una sábana.

Gracias, Princesa. Si hay algún problema avísame, ¿vale? – mientras iba hacia la puerta y apagaba la luz.

Vale, buenas noches. – le contesté mientras me tumbaba de nuevo en mi cama.

Mi hermano cerró suavemente la puerta y yo caí dormida de nuevo. No mucho después, Jared empezó a toser desenfrenadamente y me desperté alarmada.

Jared, ¿estás bien? – le dije mientras me incorporaba para darle palmaditas en la espalda, que estaba sentado en la cama.

Sí, sí. Ay… ¿me haces un favor? ¿Puedes ir a por algo de agua, porfa?

Claro. – me levanté y fui sigilosamente hacia la nevera, donde había una botella de agua pequeñita y volví a subir.

– Toma. – le dije cuando se la di.

Gracias, Lya. – Tomo agua, cerró la botella y la dejó en el suelo. – Perdona que te haya despertado.

Duérmete, anda, que es muy tarde. – me dijo mientras se echaba de nuevo

Vale, buenas noches. – le dije, apagando de nuevo la luz del cuarto.

Me volví a echar en la cama, pero, por algún motivo, no conseguía conciliar el sueño. Escuchaba la respiración pausada de Jared, pero no sonaba como si estuviese dormido.

Lya, ¿estás despierta? – susurró Jared al cabo de un tiempo

Sí, ¿te pasa algo? – le dije mientras me asomaba.

¿Te importa si subo a dormir contigo? No quiero dormir solo. – me dijo en un susurro.

Aquello me tomo por sorpresa. Su voz sonaba triste y me daba pena decirle que no.

Bueno..., vale, súbete la almohada también. – le dije finalmente.

Perfecto. – dijo, mientras se incorporaba y trepaba a mi cama con la almohada en la mano.

Me eché hacia la pared, acerqué mi almohada y estiré mis piernas, haciéndole hueco a Jared. Este subió hasta mi cama, puso su almohada al lado de la mía y se acostó.

La cama no es muy grande, por lo que nuestras piernas estaban entrelazadas. Su piel era calentita y debía haberse afeitado las piernas o algo, porque estaban suaves.

Los dos estábamos bocarriba y arropados, ya que hacía bastante frio. No sé si fue por la compañía de Jared, pero poco a poco me estaba quedando dormida, cuando escuché a Jared de nuevo:

Oye, Lya, ¿tú eres virgen?

Sí, claro. – le dije yo, divertida. Se le notaba en la voz que seguía muy borracho.

¿Y tampoco has hecho nada con ninguna chica? – Yo negué con la cabeza – me dijo sorprendido.

No, soy más virgen que el aceite de oliva, jajaja.

Joder. Pues no sabes lo que te pierdes… La sensación de tener relaciones es increíble.

Jajaja, y tú, ¿a qué edad fue tu primera vez?

Pues a los 17 o un poco antes, con una vecina un par de años mayor que yo. Oye, pero sí haces otras cosas, ¿no? – me preguntó, girando la cabeza para verme.

Claro, hombre, tampoco soy tan inocente, jajaja. – le contesté yo.

Pasó un momento en silencio, hasta que Jared volvió a hablar de nuevo:

¿LO hacemos juntos juntos?

¿Qué? No creo que sea lo apropiado Jared- le dije, un poco asustada.

Dios, como llegamos a este momento

Venga, no seas tonta, si te va a gustar.

No me dio tiempo a responder, cuando este llevó su mano derecha hasta su paquete, que ya estaba cobrando vida propia, no sé por qué.

¿Ves? Que mi amiguito si quiere

Bajo mis bragas lo suficiente para que pudiera verme completa. Me encontraba muy nerviosa, pero a la vez muy excitada. Nunca me había sentido así.

Jared es bastante grande y apetitoso. Ya empezaba a verlo con el hombre tan atractivo y deseable que era.

-Te gusta lo que ves Lya – me dijo mientras la agarraba con su mano y comenzaba a subir y a bajar la piel.

Yo no decía nada, simplemente me dejé llevar. Me acabé quitando todo por completo, dándole vía libre a Jared para terminar el trabajo. Con cada una de sus sacudidas, el placer inundaba mi cuerpo.

Estaba a punto de terminar, cuando Jared frenó y me preguntó:

¿Te queda mucho?

Estaba a punto… - le dije, exasperada por aquel súbito parón.

Perfecto, tu turno, ¿vale?

Asistí con la cabeza, mientras Jared se tumbaba en la cama y, al igual que yo, se quedaba completamente sin ropa. Dubitativa, acerqué mi mano a y lo agarre agarré como pude.

Comencé a subir y a bajar la piel , que se veía enorme en comparación con mi mano.

Jared se encontraba estirado en la cama, con las piernas extendidas y rígidas y de su boca salían pequeños ruidos.

Lya, bésala. – dijo de repente Jared.

3

¿Qué? Eso ya es demasiado, Jared - le dije yo, nerviosa.

Anda, Lya, y después te lo hago lo mismo a ti, te lo juro. Hazlo por mí, anda.

Pero es que nunca lo he hecho, no quiero hacerte daño.

-Para todo hay una primera vez, y esta es la tuya. Tranquila yo te enseñare.

No respondí y me quedé mirándolo en la oscuridad que estaba en su máxima extensión. Dios mío, lo cierto es que me gustó mucho cuando Jared me estaba tocando y, según él, que te hagan trabajo oral se siente mejor.

Yo también estaba muy excitada y quería saber cómo se sentía que te hicieran un oral, por lo que me di valor y bajé la cabeza hasta él.

Allí, mis labios se encontraron con el. Saqué la lengua y comencé a deleitarme, hasta que terminé abriendo la boca lo que pude dentro de ella. Sabía extraño, un tanto agridulce, pero no me era desagradable al gusto.

Jared dio un enorme grito cuando notó que se encontraba dentro de mi boca.

Muy bien princesa. Ahora solo tienes que subir y bajar y tener cuidadito con los dientes. – me dijo mientras acariciaba mi cabeza.

Hice caso y comencé a subir y bajar, con mi mano aun agarrando su tronco para ayudarme, sintiendo como la parte superior entraba y salía de mi boca. Así estuve un tiempo, hasta que su mano pasó de darme caricias a empujar hacia abajo para que tragase más y a un ritmo más rápido.

Estaba al borde de la arcada, con las lágrimas saliendo de mis ojos por el esfuerzo a no vomitar, cuando Jared dijo:

Uff, Diooos Lya! – gimió mientras me soltaba la cabeza.

Pude quitar mi cara justo a tiempo, ya que tras varios gritos y jadeos.

Yo, por mi parte, me limpié la boca con la mano y fui a mi escritorio, donde guardaba un rollo de papel higiénico en el último cajón. Lo cogí y se lo pasé a Jared para que se limpiara.

Gracias. – se quedó mirando el escritorio y dijo: - Chica lista, jajaja. ¿Estás bien? Lo has hecho de maravilla.

No sé si tomármelo como un cumplido, jajaja. – le respondí.

Bueno, tómatelo como quieras. Ahora te toca a ti disfrutar. Acuestate.

Le sonreí y me tumbé bocarriba donde él había estado hace unos segundos antes. Estaba muy excitada por lo que se avecinaba, por lo que mi intimidad estaba húmeda.

Jared comenzó a tocarme. Yo eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos para concentrarme en aquel gusto que me estaba dando el amigo de mi hermano.

De repente, Jared paró y quitó su mano de mi. Abrí los ojos y pude ver cómo levantaba una de mis piernas y pasaba por debajo de ella, para situarse entre mis piernas, ahora abiertas.

Cierra los ojos y disfruta. – me dijo a la vez que me guiñaba un ojo.

Le hice caso y cerré de nuevo los ojos. Justo después, sentí la cercanía de su boca, los ligeros toques de su barba corta y perfecta. Una sensación húmeda recorría cada parte de esta. Sentí cómo Jared con su lengua  y cómo me hacía ver las estrellas cuando introdujo su lengua.

De mi boca salían gemidos ahogados, y es que Jared me estaba haciendo un oral excepcional. Comenzó a devorarme con fiereza.

Aquello era demasiado para mí, estaba a punto de correrme de nuevo cuando Jared aparto su boca y comenzó con  mi punto dulce . Aquello me estaba volviendo loca.

Quería correrme cuanto antes, pero Jared continuó lamiendo hasta mi entrada nuevamente. Me levantó ambas piernas e introdujo un dedo.

Jared … ¿Qué haces? – pregunté asustado.

No te preocupes, tú confía en mí, ¿vale? Esto te va a encantar. – me dijo en un tono tranquilizador.

No respondí y me llevé las manos a la cara. Sabía lo que se avecinaba y no estaba muy segura de si quería que pasase.

Jared volvió a agachar la cabeza y a continuar con el trabajo que estaba haciendo de maravilla. Poco a poco, fue haciendo que un placer totalmente diferente me recorriese el cuerpo.

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