Isabella cerró el grifo de la ducha y salió de la cabina.Eran las diez de la noche y quería acostarse temprano para estar descansanda y preparada para cuando llegara Jed su novio al día siguiente.
Al pensarlo sintió miedo, se miró en el espejo y se cubrió con una bata su cuerpo delgado ¿cuanto tiempo continuaría delgada ?, tenía que decirle a su novio que estaba embarazada
Jed Salvatore era un financiero exitoso de treinta y cinco años, también contaba con el poder que había detrás del emporio Salvatore Corporativo, ellos se habían conocido un año antes ella trabajaba como camarera en un conocido restaurante, Jed Salvatore había concurrido almorzar con unos inversores ni bien ingreso al restaurante él se fijó en la chica que estaba frente a la barra, se quedó observándola, su rubia melena ondulada caía sobre sus hombros, su cuerpo era exquisito la falda negra y la blusa blanca que llevaba puesta no servían para ocultar su silueta , Jed sonrió mientras la veia caminar con sus tacones en un suelo de mármol luciendo unas piernas que harían volar la imaginación de cualquier hombre.
Él la siguió con la mirada hasta que llegó a una mesa y se dirigió con una sonrisa al siguiente cliente, su sonrisa hizo que a él se le cortara la respiración, en aquel momento no salía con nadie y decidió que esa chica sería para él.
Jed se sentó en su lugar y pidió que lo atendiera ella y como era lógico a Jed Salvatore nadie lo contradecía, Isabella se acercó a la mesa porque le habían pedido que atendiera esa mesa. Cuando se acercó sonrió amablemente él se percató que de cerca era aún más guapa. Era una mujer de rostro ovalado, tez blanca los ojos azules brillantes, los labios sensuales.
Jed le sonrió y cuando le sostuvo la mirada ella se sonrojó.
Jed le pidió que saliera a cenar con él esa noche ,sorprendentemente ,ella rechazo su propuesta diciendo que no tenía permitido salir con los clientes, ella necesitaba mucho ese trabajo ya que con el sustentaba sus gastos mientras estudiaba Historia en la universidad. Él le dio su tarjeta ofreciéndole la posibilidad de un trabajo mejor.
Desde la barra Isabella observaba a ese hombre era perfecto, tenía el cabello negro sus ojos eran marrones ,sus labios perfectos y tenía un mentón prominente.
Era el sueño de cualquier mujer.
Isabella regresó al presente agarro una toalla se inclinó y comenzó a secarse el pelo
_¡Ah!-grito al sentir que alguien la agarraba del hombro ¡Jed eres tú!, exclamó ella.
— Eso espero ¿a quién más esperabas en tu baño?, Se burló él.
—Jed no te esperaba hasta mañana, te he echado de menos dijo Isabella y se acurrucó en sus brazos.
Él la tomo entre sus brazos y la llevo al dormitorio.— ¿quieres tomar algo?, llegaste antes de tu viaje.
—No podía estar otro día más sin ti, lo único que quiero eres tú, la tumbo sobre la cama y se colocó a su lado.
Entusiasmada por el deseo que el mostraba hacia ella ,Isabella comenzó acariciarlo y lo beso apasionadamente.
Él le hizo el amor despacio con tanta pasión, explorando cada curva de su cuerpo llevándola hasta el clímax .
Horas más tarde mientras se encontraba entre sus brazos pensaba si su hijo se parecería a Jed ,ella había soñado con casarse antes de embarazarse ,él le comentó que tenía una sorpresa para ella ¿sería un anillo?
Jed se puso de pie y fue en busca de la sorpresa de Isabella
—Sientate toma, por tu graduación le dijo entregándole una caja ,ella abrió la caja y en su interior había una gargantilla de diamantes.
—Gracias Jed es preciosa respondió, trato de que no se le notará la decepción. Durante ese año que llevaban juntos él solía regalar cosas.
A la mañana siguiente mientras desayunaban Isabella comenzó a sentirse mal , eran sus nauseas como cada mañana.
Corrió al baño mientras Jed preguntaba que le pasaba,cuando salió del baño Jed le preguntó ¿que tenía? su mirada reflejaba preocupación y ternura ,ella sonrió se acercó a él poniendo su mano sobre su vientre
-Estoy embarazada, confesó ella.
—¡Embarazada!, ¿cómo podía Isabella estar embarazada?, pensó él
El tomo todas las precauciones pero … Estaba enfurecido Isabella lo había traicionado.
—Jed ,cálmate yo estoy bien entiendo que te tome por sorpresa.
—Pero claro que crees que estás bien con un collar de diamantes y embarazada, ¿ Ahora que dirás que es mío?
—¡Por supuesto que es tuyo!, sabes que eres el único hombre con el que he hecho el amor. Somos novios te quiero y creí que tú me querías.
- ¡Yo no quiero a nadie!, y no pienso cargar con el hijo de otro, no esperaba que mi amante se quedara embarazada.
— No soy tu amante.
—¿Se supone tomabas la píldora que fue lo que paso?
—Aquella noche que te acompañe a Roma por tu trabajo me olvide llevarla fue un accidente
Jed comenzó a reírse —Claro la única vez q te invito acompañarme y te olvidas la pildora, eres una mujer muy perversa. Jed tomo su maletín —tengo una reunión impostergable luego hablaremos, y salió del departamento dando un portazo.
Isabella se sentó en los pies de su cama con la mirada perdida ¿amante?¿perversa? ¿el hijo de otro? como podía después de compartir un año de su vida, él pensar así de ella.
Isabella se preparó para ir al trabajo, trabajo que Jed le había conseguido ese sería su último día de trabajo, ya que se había recibido y ahora esperaba poder dedicarse a la enseñanza.
Jed llegó a su oficina tenía un humor de los mil diablos, nunca le perdonaría a Isabella su traición, ¿por qué lo había traicionado?, golpeó la mesa.
—Maldita sea,exclamó tomo el teléfono y llamo a su asistente.—Marixa tráigame unos analgésicos y suspenda las reuniones, hoy no estoy para nadie.
—Enseguida señor Salvatore .
Isabella se presentó en las oficinas de Jed , como era de esperar Marixa le dijo que él señor Salvatore no se encontraba disponible y no podía atenderla, pero ella no estaba dispuesta a seguir esperando y se metió a la fuerza .
—¡Señor Salvatore disculpé!, le dije que usted no podía recibirla, llamaré a seguridad.
—Deje Marixa yo me haré cargo
¿Qué demonios haces Isabella?
— No he sido tu amante, pensé que eras mi novio, pensaba que.
Él la interrumpió —basta no eres tan inocente te he dado coche, joyas, ropa, podías tener lo que quisieras menos un anillo jamás te ofrecí matrimonio, eres demasiado malvada respondió Jed.
—¡Malvada!¿ como puedes decirme eso?.
—Si en algún momento creíste que podías atraparme con un hijo no deseado, debiste pensarlo mejor, pero no te preocupes hablaré con Roberto es un médico estupendo y muy amigo mío, discreto. Se ocupará de tu embarazo y yo pagaré. Ahora márchate no tengo tiempo para esto.
Isabella regresó a su casa se sentía muy mal, ahora todo cobraba sentido el hecho de que nunca le presento a su familia, a sus amigos los regalos caros, y ¿ahora que haría?, él no quería un hijo, creía que ella solo quería atraparlo y hablaría con Roberto¿para qué?, ¿quería que ella abortara?.
Ahora veía a Jed como lo que en realidad era un mujeriego que solamente, frío y despiadado, tomo una decisión tenía que marcharse del departamento y terminar con Jed .
Ella no sacrificaría a su hijo. Se puso de pie y se dirigió hacia la habitación tropezándose con la alfombra.
Jed Salvatore finalizó la videoconferencia que había mantenido con alguien al otro lado del Pacífico, había sido un éxito eran las ocho de la noche y había terminado de trabajar.
Se pasó la mano por el cabello y pensó en Isabella. Había conseguido no pensar en ella por un par de horas, pero ya no tenía excusas.
En ese momento ingreso al despacho Marixa su secretaria.
—¿Me necesitas para algo más?
— No, puedes irte respondió él.
— Pareces cansado Jed ,deja que te traiga un whisky y te daré un masaje ¿si quieres?, podrás relajarte.
—El whisky si ,el masaje no. Miró a su secretaria sorprendido de que le estuviera ofreciendo un masaje ,debía de verse fatal.
Marixa era una Morena muy atractiva y eficiente, él consideraba que era afortunado de tenerla como secretaria, ella nunca cometía errores, ella no se hubiese quedado embarazada.
Isabella era mucho más joven 21 años y él había sido su primer amante, ¿quizás su embarazo había sido un verdadero accidente?.
—Aquí tienes el whisky-Marixa dejo el vaso sobre el escritorio y la botella al lado. Después se colocó junto a él apoyando su mano sobre su hombro ¿estás seguro de que no quieres un masaje?.
—Si ,marixa márchate estaré bien.
— De acuerdo, se agachó y le susurro al oído ¡no te olvides que mañana nos vamos a París intenta descansar!.
"Solo está preocupada por mí "pensó él mientras ella salía del despacho, entonces recordó lo poco que se había preocupado por Isabella aquella mañana.
Agarró el vaso y bebió un trago
¿cuándo se había convertido en un demonio cínico y terco?.
Nunca quiso casarse, pero sabía que algún día tendría un hijo, un heredero para su fortuna. Había sido un niño feliz con una hermosa familia unos padres que lo querían y dos hermanas que lo adoraban.
Por lo menos así había sido hasta que su madre falleció, quince años antes cuando él tenía 20 años ,con su padre había tenido algunos roses después de que este se casara con una mujer mucho más joven tras la muerte de su madre, una trepadora mujerzuela, que se la pasaba coqueteándole cada vez que Jed iba a visitar a su padre.
Se sirvió otra copa ,no confiaba en las mujeres, excepto en su madre y hermanas, nunca había pensado en casarse, pero también sabía que un hijo suyo no sería un bastardo.
Isabella, su bella y sexy Isabella ¿sería tan duro casarse con ella?, estaban juntos hacía un año, cuando la conoció en aquel restaurante la persiguió por un mes hasta que acepto salir con él, tuvo que esperar otro mes para llevársela a la cama, para sorpresa de él ella era virgen, ellos se llevaron bien hasta esa mañana cuando le informó que estaba embarazada, sexualmente .Era su amante más receptiva y en lo que a él le constaba ella nunca le había sido infiel y la idea de que hubiese estado con otro le repugnaba.
Ya lo había decidido si todo salía bien, haría de Isabella una mujer respetable.
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