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Una Princesa Sin Igual

El Origen

Puede que no crean lo que leerán a continuación, pero les digo que es una historia real y que depende de ustedes creerla o no. Soy Lore, y les contare la historia de una princesa que fue maldita desde su creación y que tuvo que enfrentarse a grandes desafíos, teniendo lugar en muchos hechos históricos y canónicos.

Hace muchísimo tiempo Yabel, el mayor de todos veía como su Hijo, Jehová se la pasaba solo sin nadie que lo acompañe, entonces tuvo una de las ideas mas hermosas de su vida: crear a la primera mujer. No la iba a crear para que se vuelva la esposa de su Hijo o algo así, sino para que fuera su hermana menor, la idea le resultó genial a Jehová, ya que tendría a alguien para cuidar y conversar, darle amor y enseñarle cosas.

Empezó a crearla, era una niña como de unos 2 años, pero era increíblemente hermosa, tenia la piel blanca y perfecta, los ojos color café, grandes, profundos y tiernos, cabello oscuro y ondeado, labios rojos y la sonrisa mas contagiosa de la existencia. Ya casi estaba lista para vivir, faltaba el toque final, pero se escuchó un ruido intenso y escalofriante. Las fuerzas de la Obscuridad que existen mucho antes de que Satanás fuera nombrado su Rey, se apoderaron de la pequeña y comenzaron a desintegrarla, consumiendo la mitad de su alma que aún no estaba lista. Su Padre y Hermano lucharon contra esas fuerzas malignas haciendo que su querida Hija y Hermana pudiera sobrevivir. Yabel la tocó y al fin tenía un cuerpo tangible, pero tenía media alma contaminada. No se la pudieron limpiar, pero si reducirla. Y la llamaron Neith.

Ese ataque por parte de Las Fuerzas de la Obscuridad fue para un plan maligno y nefasto que sabrán mas adelante.

Neith era mitad demonio, 50% luz y 50% oscuridad, esa oscuridad se podía mantener oculta si Ella desechaba los malos sentimientos y pensamientos que su demonio le daba. Como apenas era una niña, no se le complicaba tanto.

Desde que fue creada su Hermano se volvió su mas fiel amigo, cuando se sentía triste la animaba y cuando estaba feliz se alegraba con ella.

Yabel y Jehová se encargaban de enseñarle todo, desde cosas sencillas hasta luchar con la espada y manejar toda clase de armas. Los 3 vivían en un hermoso palacio, habían sirvientes, pero trabajaban porque les nacía ayudar a La Familia Real, todos eran buenos los unos con los otros, pero sobre todo querían más a la pequeña Neith que acababa de cumplir 6 años, para su edad era muy lista y cada día que pasaba era mas hermosa, solo que a veces cuando se enojaba dejaba ver una parte del demonio que tenía dentro, su ojo derecho se tornaba rojo oscuro y le salían colmillos, su belleza no se perdía, pero lograba controlarlo.

Neith sentía una inclinación por la lucha, ya que admiraba al ejercito del Reino Celestial que estaba conformado por El General, El Comandante, El Capitán y los soldados, guerreros increíbles, todos eran hombres. Solo los que poseían el sacerdocio, que es una porción del poder de Yabel para sus Hijos. Todos los días desde los 5 años, Neith entrenaba para algún día poder ser parte del Ejercito de las Huestes Celestiales, aunque aún no sabia que no podía entrar a menos que fuera hombre.

Eso no impidió que se volviera muy ágil con cualquier arma, hábil con la "magia", algo que solo la Familia Real poseía y ser muy servicial.

Al ser una princesa debía permanecer en el Palacio para cumplir sus deberes reales, pero en lugar de eso ayudaba en todo lo que podía a los sirvientes, no le gustaba atender sus deberes reales desde muy pequeña.

Pasaron los años y Neith tenía 12, estaba decidida a ser parte del Ejército, así que con un poco de magia y una armadura fue y se enlistó en el Ejercito de las Huestes Celestiales, con esa magia se veía como un hombre muy apuesto, increíblemente hábil, fuerte y honorable. Sus compañeros no tenia idea de que la Princesa estaba entre ellos, nadie la conocía fuera del Palacio, y para Neith todo eso era una experiencia nueva. Ese mismo día era su coronación y presentación al Reino, su Padre no sabía que su hija estaba en su primer día de entrenamiento.

Su Alteza Real: Neith De Los Ejércitos, Protectora De La Humanidad

El primer día de entrenamiento de la Princesa fue la experiencia más aterradora que pudo tener en toda su vida, más que todo por su demonio, de por sí su demonio salía al descubierto cuando se enojaba y cuando el orgullo la dominaba; por alguna situación se podría saber la verdad que hay dentro de Ella.

Cada vez que se sentía tentada a enojarse o jactarse de sus habilidades, recordaba a Su Amado Padre, eso le daba paz y se tranquilizaba.

En el Ejército, sus compañeros "lo admiraban" creyendo que era un hombre, aunque algunas veces tenía comportamientos de mujer nadie sospechaba de Neith. Sus superiores tenían grandes expectativas de "El" por sus impecables habilidades en el entrenamiento básico. El Capitán de su escuadrón "lo trataba" con mucho respeto y se notaba que algo de cariño, ya que "el soldado" le recordaba a su hijo, que había fallecido hace unos años y que ahora se encontraba en otra dimensión.

Ya eran las 5 pm, la hora de la Coronación, el entrenamiento se terminó. El Capitán dijo a todos los cadetes:

-Pueden irse a casa, hoy al fin conoceremos a la princesa de la que todo el mundo habla. Los rumores dicen que es una joven muy hermosa, lista y amable. Parecida al Príncipe.

Neith al escuchar esto se sintió feliz y en un abrir y cerrar de ojos desapareció de la vista de todos. Se teletransportó a su habitación, y en ese preciso instante entró su querido Hermano para avisarle que vendrían a prepararla, solo que Neith aún seguía siendo un hombre.

Jehová pensó que era uno de los pobladores poseído por las Fuerzas de la Oscuridad y que le había hecho algo a su Hermana. En ese momento Neith retiró el hechizo que la hacía ser hombre y calmó a su Hermano.

Le contó sobre lo del Ejército y todo lo que había hecho durante el día, pero Jehová estaba algo enojado con Ella, así que llamó a su Padre.

Yabel se enteró que Neith había sido admitida en el Ejército, pero a base de una mentira. Neith le suplicó a su Padre que la dejara seguir en el Ejército, sin revelar su género y haciendo todo lo que le pidiera.

Ante tanta insistencia Yabel aceptó, pero dejándole a Neith la responsabilidad de sus decisiones.

Entraron unas mujeres al cuarto de la Princesa, la prepararon para su Coronación, usaba un hermoso vestido, se veía radiante y angelical.

La multitud se reunía a afueras del Palacio para ver a esa Princesa de la que todos rumoreaban, entonces sonaron las trompetas, Yabel salió al balcón de Palacio y dijo:

-¡Mis queridos hijos e hijas, me complace anunciar a Su Alteza Real: Neith De Los Ejércitos!

Neith salió al balcón, al verla, el pueblo quedó maravillado con su belleza y dulzura. Yabel tomó la Corona y se la puso en la cabeza, luego dijo:

-¡Larga Vida a La Princesa!

Y todos en el Reino repitieron:

-¡Larga Vida a La Princesa!

Y se regocijaron

Capitán

Después de la Coronación de Neith, todo el Reino quería saber más acerca de la Princesa, lástima que eso no era posible "ya que permanecía en casa todo el día". Pero ustedes y yo sabemos que eso no era así, Neith tenía un nuevo plan en mente.

Para no tener problemas con su género y posibles incidentes con los cadetes de su Escuadrón, la Princesa tomó una decisión: Usar la armadura siempre cuando esté en el Ejército.

Y así fue, nadie le reprochó nada, porque después de todo era un soldado excepcional. El Capitán del Escuadrón Moroni (el escuadrón de Neith) vio el potencial del soldado, entonces la llevó a una entrevista con El Comandante. El Capitán Colt quería que Neith (que en el ejército se hacía llamar Nathan) sea el nuevo Capitán, porque según él, Nathan era increíble en todos los aspectos y merecía el puesto de Capitán.

El Comandante Rusell no estaba seguro de esto, apenas había entrado al Ejército, pero Colt tenía razón, era un soldado increíble. Solo requería pasar la prueba para saber que tan buen Capitán sería. Para eso debía pasar por ayunos, luchas cuerpo a cuerpo, el uso de las armas y su resistencia a las posibles cosas que lo dejarían traumado.

Aquella preparación duraría 4 meses. Neith tenía 12 años, pero eso no le impediría pasar con éxito todas las pruebas, confiaba que con esfuerzo lograría tener el rango de Capitán. Empezaron las pruebas espirituales, debía tener autocontrol, ayunar mientras todos comían un gran banquete. Pudo superar el reto, se sentía mareada pero aún podía seguir con su día de entrenamiento. Que una niña de 12 se someta a esto era una verdadera locura, ¿no lo creen? Debía demostrar su habilidad con la espada, que por cierto manejaba con mucha destreza; pero esta vez debía para luchar contra El Capitán Colt.

Al principio no quiso pelear contra él y en ese momento una voz demoniaca en su cabeza le decía: ¡Mátalo ya! repetidas veces, entonces ella tomó aire, cerró los ojos, pensó en su familia y combatió contra Colt.

Ganó Nathan limpiamente, pero después de eso empezó a sentir dolor en la cabeza, se despidió y pidió permiso para irse a casa. Se quitó la armadura y regresó al Palacio. Justo cuando iba a entrar por la ventana de su habitación, escuchó un grito desgarrador que venía de una casa que estaba cerca, tomó una capa con capucha, su espada y su varita. Ya les había dicho anteriormente que solo la Familia Real tenía poderes.

Fue corriendo hasta donde estaba una mujer embarazada siendo absorbida por Espectros Obscuros, que la estaban torturando horriblemente. Neith tomó su espada y luchó contra aquellos Espectros, cuando estaban débiles, cogió su varita y los purificó, le preguntó a la mujer si estaba bien a lo que respondió que si, al saber esto, Neith se despidió de la mujer, cuyo nombre era Lilith con un característico movimiento y diciendo: Au revoir y desapareciendo al instante.

Lilith quedó aliviada y maravillada con la agilidad de esa Forastera.

 

 

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