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Atormentado Dilema. (Pasiones Peligrosas - #5)

Capítulo 1.

MOSCÚ - RUSIA.

20:00 horas. (8 de la noche)

...MARCEL...

Llevo ya varios minutos observando desde el ventanal la hermosa ciudad de Moscú. Hace dos días Jade, Enzo, Matt y yo nos mudamos en una de las mansiones de un viejo amigo mientras hacemos negocios con un poderoso ruso.

Acostumbramos a hacer esto los cuatro, viajar de un lado a otro, en tan poco tiempo hemos formado un grupo de cuatro mejores amigos en el que Jade más conocida como "La Emperatriz" en el mundo del narcotráfico, es la única mujer.

Muevo de un lado a otro el vaso de Whisky que sostengo en mi mano cuando dejo de fijarme en la ciudad, para ahora hacerlo con una fotografía que me tomé con Jade hace un mes. Tan solo la miro, con una sonrisa embobado.

No quería hacerlo, pero quien puede evitar enamorarse de ella, siempre tan sensual, inteligente y teniendo una agilidad para moverse en el bajo mundo. Siempre autoritaria. No por nada le llaman La Emperatriz, siendo ella la reina de la mafia rusa. Jade Petrov, la única mujer de la que puedo decir que me eh enamorado como un imbecil. ¿Cuando pasó todo? No tengo ni la más mínima puta idea, solo sé que la deseo, y esto quema, comiendome vivo. Ella tan solo me ve como su amigo, como su socio. ¿Acaso tengo que tragarme este sentimiento y seguir siendo tan solo su amigo? Esa son los putas preguntas que dan vuelta tarde y noche. Pero ya no más, quiero declararmele, sin pensar las consecuencias.

La puerta de la sala de descanso donde me encuentro se abre, y de reojo miro a Enzo y a Matt.

-- ¿Dónde estaban?-- curioseo-- llevo horas esperándolos, bastardos. Ya casi me vacío dos botellas de Whisky.

-- Estábamos paseando por la ciudad-- responde a mi pregunta Matt y arrebata mi vaso.

-- ¿Donde está Jade?-- me mira Enzo esperando una respuesta y solo me encojo de hombros.

-- ¿Que pasa con esa cara de imbecil, Marcel? Has estado muy pensativo últimamente. ¿Se puede saber que te pasa?

-- Me enamoré, Matt.

Se miran por unos segundos y no tardan en sentarse en los sillones que están a mi lado.

-- ¿Quien es?-- me preguntan al unísono.

-- Que les importa, no se los diré-- me levanto-- y mucho cuidado en decírselo a Jade.

-- Los amigos no se guardan secretos.

-- Les aseguro que muy pronto lo sabrán, ya que hoy, pienso declararme a la mujer de la cual me enamorado como un imbecil. Pero sé que ella no siente lo mismo por mi.

-- El único no eres-- ahora las miradas están sobre Matt-- También amo a una mujer, que no me ve con los mismos ojos que yo la miro. Quiero declararmele hoy, tan solo necesito valor para confesarle este amor de colegio. Un amor que hace más de 12 años me eh tragado.

Enzo nos mira y ríe.

-- Lo siento, lo siento. Pero no puedo creerlo, yo también estoy como ustedes-- continúa riendo-- digamos que, hace dos meses descubrí que siento algo por una mujer, nada comparada con las zorras con las que acostumbro a estar. Ay carajo, como pude enamorarme de ella-- susurra-- el problema es que...pienso decirle hoy acerca de mis sentimientos. ¿Saben? Me siento peor que un mocoso de colegio-- reímos.

-- ¿Hoy es el día de las confesiones de amor y declaraciones o qué mismo?-- ríe Matt y descansa en la cabecera del sillón-- me siento fatal.

Sirvo tres vasos de Whiskys y los reparto.

-- Brindemos porque todo salga bien esta noche, porque esas mujeres que amamos nos miren-- sonrío y chocamos nuestros vasos-- por cierto, no entiendo, esas nenas están aquí en Rusia, digo, piensan declararse hoy, no?

-- ¿Pues sí no?-- Ríe confundido Enzo-- ya que entramos en confianza. ¿Quién es aquella mujer Marcel? Y después de ti sigo yo y de ahí Matt.

-- De acuerdo, se los diré-- carraspeo con una sonrisa-- ya la conocen.

-- ¿A sí?-- arquean una ceja.

-- Esa belleza tiene nombre y apellido. Jade Petrov, Emperatriz.

Sus sonrisas se esfuman y sus miradas se pierden en la habitación. Los miro atentamente y aprieto mi mano, imaginándome por sus caras lo que está pasando.

Nos levantamos de golpe y sin pensarlo entre nosotros nos apuntamos con nuestras pistolas.

-- ¡¿Es ella no?!-- miro a los dos.

-- ¡Pensé que eran mis amigos, cabrones!-- grita Matt enojado, hasta donde supe estuvo enamorado hace años de una mujer.

-- ¡Jade es mía, la vi primero!-- ahora discute Enzo.

-- ¡Eso no es cierto, el único que la vió primero fui yo!

-- ¡Callense la puta boca, cabrones! Ustedes no arruinaran los planes que tengo hace mucho tiempo.

Unos tacones dan firmes pasos al tocar el suelo de la habitación y un disparo va directo en uno de los floreros que se encontraban a mi lado.

-- ¡¿Que chingados está pasando?!-- pregunta Jade mirándonos a los tres pero seguimos en la misma posición-- ¡les pregunté algo!

-- No pasa nada, Jade. Solo que Matt, Marcel y yo tenemos algunas diferencias.

-- Bajen las armas. Son amigos, que les pasa. ¿Puedo saber la puta razón por la que se están apuntando en este puto momento? ¿Acaso...es por una mujer?-- nos mira detalladamente-- ¡no se queden como imbeciles y digan algo! ¡¿Están peleándose por una mujer?!

Capítulo 2.

...MATT...

-- Puta mierda-- dice Jade en lo bajo.

Bajamos nuestras armas pero aún con nuestras mirada nos asesinabamos entre sí.

-- Simple cosas de amigos-- guarda Enzo en su pantalón su pistola y mira con una leve sonrisa a Jade-- hace unas horas te estaba buscando.

-- Estaba cerrando el negocio con el ruso, finalizamos, acordamos la mercancía. Los árabes nos quieren ver mañana. Vine a informarles eso-- nos mira incrédula-- Matt ven conmigo, te necesito para darte algunos trabajos. Nada puede fallar mañana.

Sale de la habitación sin decir más nada. Una mano sujeta mi brazo y es Marcel.

-- Quita tus manos de mí imbecil.

-- ¡Matt te estoy esperando!

Sonrío y voy detrás de ella aún sintiendo las miradas de esos bastardos detrás de mí.

-- ¿Y, tu sí me lo vas a decir?

-- ¿Decir qué?

Me sujeta de la camisa y me arrincona contra la pared sin hacer tanta presión.

-- Hemos trabajado juntos por más de un año, Matt. Tu, Enzo, Marcel y yo. Los tres unos completos idiotas cortados por la misma tijera, los conozco como la palma de mi mano. Nunca habían llegado al punto de apuntarse hasta hace un momento, ¿qué pasó allá dentro?

-- ¿Es obligación decirlo?

-- Es una orden.

-- Nos enamoramos de la misma mujer.

Su mirada clavada en mis ojos me atraviesan y frunce el seño.

-- Que gran estupidez.

Ahora sí parece convencida. Me indica con su barbilla la puerta de la oficina.

-- Tenemos que trabajar, debemos revisar el mapa-- da una palmada en mi pecho y la sigo en dicha dirección-- quién lo diría-- inquiere con burla pero su expresión sigue seria, como si algo le molestara.

...▪︎▪︎▪︎...

-- ¡Suban todas las cajas a los camiones, en diez minutos salimos!-- da el aviso Jade.

Desde lo que pasó anoche no eh vuelto a hablar del tema con esos bastardos ni mucho menos cruzar palabra. No sé cuánto tiempo seguiremos así, solo sé que el orgullo puede más.

El quinto cigarrillo que se fuma y aún el imbecil de Marcel me mira asesinamente, tal vez me tenga más coraje porque haré el viaje junto con Jade y él y el otro imbecil en los otros camiones.

-- Ya es hora de irse. Enzo tu encárgate de que la mercancía llegue a salvo a las manos del ruso. Marcel tu ve en los otros camiones que yo y Matt te alcanzamos luego.

Se despide con una palmada en sus hombros y nos subimos en una camioneta negra. Nos sentamos en cada extremo del auto y vi como nos alejabamos del lugar. Prende un cigarrillo y lo lleva a su boca.

-- Rara vez fumas.

-- Esta es una de las raras veces.

Me mira con el cigarrillo en la mano y se cruza de piernas.

-- Jade...

-- ¿Cómo se llama aquella mujer que tiene loco a mis amigos?-- guardo silencio-- bien no me lo digas.

-- ¿Estas molesta?

-- ¿Tendría que estarlo? Lo que me molesta es que se peleen por un par de tetas de plástico. Estos...-- agarró en sus manos sus senos al hacer una pausa-- si son reales-- trago grueso.

Nos bajamos del carro luego de tormentosas horas cerca de aquella mujer que me está haciendo perder la cabeza.

-- Cuanto tiempo sin verte Emperatriz, es un gusto hacer negocios con la sucesora de la demonia-- da un apretón frío de manos con el Sr. Jalil, un árabe que hace mucho tiempo quería conocerla-- igual de hermosa que tu madre y con la misma agilidad de moverte en este mundo.

-- Como tiene que ser. ¿Para qué quería verme?

-- ¿Te interesa la palabra "negocios"?-- señala el sillón y ambos se sientan-- me han hablado mucho de ti.

-- Espero que la verdad.

Le sirve un trago de Whisky.

-- No suelo hacer negocios con mujeres, pero mi padre hizo negocios con tu madre, y porque no yo ahora con su hija. Tu droga es una magnífica sensación en Latinoamérica y en gran parte de Asia. Pero nunca tuve la oportunidad de probarla.

-- Siempre hay una primera vez-- me hace una seña y uno de sus hombres que se encuentran en su lado izquierdo, toma un paquete de droga y lo acerca al Sr. Jalil-- pruébela y luego me dice si vale la pena o no comprarla.

Hace lo que la belleza le dice y lleva unos gramos a sus labios los cuales al tener contacto con dicho producto, forman una sonrisa satisfecha.

-- Ahora dígame Sr. Jalil, ¿hay trato o no hay trato?

-- Quiero diez toneladas para que sean distribuidas en Europa.

Me encanta su manera de hacer negocios, siempre directa y su altivez, como me fascina. Terminamos cerrando negocios con el árabe y la belleza quedó satisfecha con el trato.

Decidimos los cuatro quedarnos en Italia hasta que Jade cierre un par de negocios con el padre del bastardo de Marcel; por ahora nos quedaremos a dormir en una de las mansiones que Jade compró hace unos meses.

Pasamos juntos a la sala donde gobierno un silencio entre Enzo y Marcel que se callan al sentir los tacones de Jade aproximándose a ellos.

-- El árabe terminó haciendo negocios conmigo, no tuve que hacer mucho-- nos sirve un vaso de tequila y los reparte-- ya habrá tiempo mañana para hacer negocios con tu padre, Marcel.

-- Yo iré a darme un baño, el viaje me dejó agotado. Buenas noches-- me alejo sin más y subo hasta la habitación donde me quedaré esta noche.

Me deshago de mi ropa y entro a la ducha.

...JADE...

Los problemas en indiferencia entre Enzo y Marcel se palpan en el aire.

-- Iré a dormir-- rompe el silencio Marcel-- buenas noches-- tan solo se despide de mí y al otro lo ignora.

Se pierde por las escaleras.

-- Ya que estamos solos-- lo miro-- ¿me dirás quién es la afortunada?-- dejo mi copa en la mesa-- Matt me contó del tema de la discusión. ¿Es enserio, una mujer?-- río.

-- Ella no es cualquier mujer, es la mujer que desde que conocí se ha clavado en mi corazón-- mi sonrisa se esfuma-- Amo a esa mujer y no permitiré que esos imbeciles la enamoren antes que yo.

-- Ya fui suficiente por hoy, estoy cansada, iré a dormir; deberías hacer lo mismo.

Siento su mano sujetar mi brazo cuando me levanto. Me jala cortando la distancia entre nosotros.

Mis ojos se fijan en sus labios incitandome a probarlos al estar a tan escasos centímetros donde puedo sentir su respiración agitada.

-- Enzo, yo...

Su grandes dedos se entrelazan entre mis cabellos y me presiona en sus labios, acabando con el maldito deseo de besarlo, saciandome por fin. Mi mano acaricia su cabello pero unos quejido y ruidos desde la habitación de Matt, cortan el agradable y apasionado beso. Nos quedamos mirando por unos segundos.

...MATT ...

-- ¿Que carajos te pasa para entrar a mi habitación y golpearme imbecil?-- limpio la sangre que baja de mi nariz por el golpe que me acaba de dar Marcel.

-- Te aprovechas de cada oportunidad que tienes, no? Para estar cerca de Jade-- sonrío-- ¿no te has puesto a pensar si lo que en realidad sientes por ella no es amor sino un simple y estúpido sentimiento de adolescente?

-- Amo a Jade, y ni tu ni el imbecil de allá abajo permitiré que le endulce el oído, los conozco y sé que están acostumbrados a jugar con las mujeres.

Le devuelvo el golpe y cuando me lo iba a regresar lo esquivo y caigo en la cama, la toalla que tenía alrededor de mis caderas se cae y lo peor, Marcel cae encima de mí.

La puerta de la habitación se abre de golpe y ambos abrimos los ojos de par en par cuando vemos que es Jade junto con Enzo que nos miran con sus ojos apunto de salirse de su orbita.

-- ¿Qué carajos?-- murmura Jade.

Enzo ríe y se cruza de brazos.

-- Tanta mariconada me empalaga-- suelta una carcajada.

...__________________...

Mis amores, que tal, quería dejarle unas cosas bien en claras por si las dudas.

✔ Enzo es el mejor amigo de Layla y Luigi, tío por parte de madre de Jane, y actual socio de Jade.

✔ Marcel es el mejor amigo de Zafira y Massimo y socio de Jade.

✔ Matt es mejor amigo de Malik, y mano derecha de Jade.

✔ La edad de Enzo es de 38 años, la de Marcel 34, la de Matt 29 y la de Jade 28.

✔ Historia corta, según yo con no más de 35 capítulos.

✔ Solo les puedo decir que la pareja de Jade puede ser quien menos lo piensen, o tal vez el que tienen en su cabeza. Su pareja ya la tengo decidida, solo espero a que voten por el que más les guste, pero ojo, el protagonista ya está elegido y puede que en los próximos capítulos sucedan cosas que les de alguna pista de quien puede ser.

Capítulo 3.

...ENZO...

Este momento no creo olvidarlo nunca.

Matt empuja a Marcel y coloca de nuevo la toalla en sus caderas.

-- Te dije que estaba todo bien Jade. No creo que sea bueno que interrumpamos a los chicos que la están pasando de lujo...

-- ¡Cállate!-- me gritan ambos y vuelvo a reír.

-- Pensé que eran mis amigos...¿Cuando me lo iban a decir?

-- Yo también me pregunto lo mismo.

-- ¿Son gays?

-- Claro que no-- niega Matt.

-- Puto asco.

-- ¿Entonces, por qué ustedes...estaban así...?-- tartamudea.

-- Las cosas no son como las imaginas Jade, nosotros estábamos...estábamos...

-- No, no quiero escuchar más. Ustedes diviertanse, y si quieres uneteles Enzo-- nos mira-- buenas noches.

Me arrimo a la puerta y los miro riendo.

-- Yo también los dejo, diviertanse. Que mariconada-- les hago la mano y cierro la puerta detrás de mí para alcanzar a Jade pero al darme cuenta ya estaba encerrada en su habitación.

No pasa de mañana que me tiene que dar su opinión, comentario de nuestro primer beso.

...▪︎▪︎▪︎...

Hace una hora Jade salió para cerrar el último negocio con el padre de Marcel.

-- ¡Buenos días, buenos días chicos!-- me siento en la mesa donde están Marcel y Matt sentados en cada extremo-- ¿Como la pasaron anoche?-- estallo en risas al recordar lo que mis ojos observaron ayer.

-- Cierra la puta boca-- me dice Marcel mirandome de reojo.

-- Les recomiendo que dejen de pelearse por Jade. Esa nena es mía-- ríen y terminan de hacerlo cuando pongo la cereza en el pastel-- Anoche mientras estaban en su mariconada, ella y yo nos estábamos besando. Y vaya que besa tan bien-- echo la cabeza para atrás y agarro mi pistola al igual que ellos y volvemos a apuntarnos.

-- ¿Que hiciste qué?

-- Lo siento Matt, pero creo que le gusto a Jade.

El desayuno se vuelve un desastre cuando el comedor se llena de disparos.

-- ¡Hijos de puta!-- exclamo cuando por casi una bala hiere mi brazo.

-- ¿Te besó o la besaste?-- ríe Marcel-- no me cabe duda de que fué la segunda.

-- Por qué no se rinden y me dejan conquistarla. Ella merece a alguien como yo, y no a unos inmaduros como ustedes que discuten solo por unas bragas.

Los tres estamos ocultados en diferentes paredes de la mansión. La casa en menos de diez minutos se ha vuelto un desastre, no me quiero imaginar la cara de Jade al verla así.

Doy un largo suspiro y siento como ellos también lo dan.

-- No podemos seguir así-- Marcel rompe el silencio luego de varios minutos-- Jade no es un juego ni propiedad de nadie.

-- Opino lo mismo-- ahora habla Matt-- Somos amigos hace más de un año. No podemos discutir por inmadureces.

-- Hasta que usan la cabeza-- sonrío-- hagamos algo sano. No más discusiones, ni insultos. Jade es la primera mujer que ah tocado nuestro corazón. Ella es una dama en todo el sentido de la palabra y se merece lo mejor. Por lo que qué tal si sin romper una amistad la conquistamos como tiene que ser.

-- Me parece lo mejor-- se levanta Marcel y luego nosotros dos.

-- ¿Amigos?-- extiendo mi mano hacia ellos y damos un apretón.

-- ¡¿Que mierda pasó aquí?!-- abrimos los ojos bien grandes cuando Jade entra y recorre con su mirada el desastre de casa-- ¿me van a dar una explicación, imbeciles? ¿Quién fué?

Marcel y yo señalamos a Matt.

-- ¿Yo qué?

...▪︎▪︎▪︎...

Apenas pisamos suelo norteamericano, los hombres de Marcel y los de Jade bajan las cajas con la droga y la suben a camiones.

Anhelaba regresar a México para poder ver a mi sobrina, como extraño a mi princesa.

Sonrío de labios cerrados y boto el cigarrillo que me acabo de fumar. Camino hacia Jade que acaba de entrar a una de las bodegas donde se encuentra la droga.

-- Una, dos...tres, cuatro...

Interrumpo su conteo al agarrarla del brazo y su navaja queda en mi cuello.

-- Carajo muñeca, que movimiento.

-- Reflejos. ¿Que quieres?

-- Mmm...-- sonrío ladeado y la apego a la pared. Mi pierna queda entra las suyas para evitar que se vaya-- ¿que qué quiero? Otro beso como el de anoche-- mis labios ya iban a hacer contactos con los suyos pero pone su dedo entre los míos.

-- No tan rápido Enzo. No te confundas, tu me besaste. Y si te seguí el juego fué porque a decir verdad besas muy bien-- sonríe-- pero ten por seguro que no se volverá a repetir, ¿entendiste o te lo digo en italiano?

-- No te preocupes, entiendo el idioma español.

-- Que bien-- me hace a un lado-- por lo que veo arreglaste tus problemas con esos dos-- mira a Matt y a Marcel que están conversando entre risas.

-- No había caso que siguiéramos con juegos de niños tontos.

-- Bueno saberlo-- me mira por unos segundos. Siento como está por soltar una pregunta pero Matt la interrumpe al entrar.

-- Jade, los billetes lavados que hoy viajaban hasta acá...-- hace una pausa.

-- ¿Qué?

-- Sabían de esto. Se los robaron.

-- ¿Dónde está el encargado de traer la mercancía?-- salimos los tres juntos de camino al auto.

-- Marcel fué a investigarlo para sacarle algo. Al parecer le pagaron.

-- Bien. Enzo tu encárgate de llevar esta mercancía a casa de Malik. Nos vemos luego, vámonos Matt, quiero que me digas todo lo que sabes de esta mierda.

...JADE...

El carro de Enzo se aleja y Matt me dá detalles de lo que sucedió en el robo de mi dinero.

-- Ese maldito Keller. No se cansa de joderme la vida.

-- No pudieron saber de esto, nadie lo sabía. El dinero iba muy bien guardado, hay un traidor entre nosotros...

-- ¡Jade!-- damos media vuelta cuando vemos a Franco acercarse.

Franco es uno de mis socios, fué el primero que tuve. Más que socio ah sido mi amigo aunque al idiota de Malik nunca le cayó bien.

-- Me enteré de lo del dinero. No se como carajos pudo pasar.

-- Lo únicos que sabíamos éramos tu, Marcel, Enzo, Matt, el encargado de llevarla y traerla de Inglaterra, y yo.

-- Yo tengo la misma duda-- La mirada de Matt no se despega de Franco.

-- Llegaré hasta el fondo de esto-- su celular suena-- tengo que contestar.

-- ¿Qué pasa?-- le pregunto a Matt cuando aún se lo queda viendo al alejarse.

-- Lo siento pero Franco nunca me ah dado buena espina.

-- ¿Qué insinuas?

-- ¿Me creerías si te digo mis sospechas?

-- No.

-- Lo suponía.

-- Franco es de los nuestros, Matt. Confío a ciegas en él así como en ti y en los demás.

-- Malik me contó que Franco fué tu primer y único novio. Que arreglaron sus diferencias. Tal vez por eso es que crees que sería incapaz de engañarte. Yo que tu lo tendría vigilado.

Sonrío de lado.

-- ¿Celoso?-- me queda mirando por unos segundos-- olvídalo-- murmuro-- vamos tenemos que sacarle información a ese hijo de puta-- me sujeta del brazo y me arrincona en la pared. Sus manos están en cada lado de mi cabeza.

-- ¿Y qué pasaría si te digo que me muero de los celos?-- me agarra de la cintura.

-- Matt basta.

Su mano en mi cabeza me presiona contra sus labios. Por más que trato de empujarlo es imposible. Mis fuerzas se pierden por cada maldito segundo en el que mis labios se pierden placenteramente en los suyos. Mis dedos viajan a su cabello y ahora soy yo la que intensifica el beso.

Maldita sea, como puede ser que me haya besado a mis dos mejores amigos en menos de un día, y lo peor, que les haya seguido el beso porque realmente me encanta.

Por falta de aire nos alejamos pero su respiración agitada aún podía sentirla.

Su mano vuelve a enrollarse en mi brazo cuando iba a caminar hacia el carro.

-- ¿No me dirás nada? ¿Acaso no te gustó o por si las dudas quieres otro?

-- ¿Te digo la verdad? No sentí nada. Y no lo vuelvas a hacer. ¿Quedó claro?

Mis pasos apresurados se alejan de él pero su mirada me sigue.

Claro que no, yo no puedo sentir nada por el, ni por Enzo, ni por nadie.

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