Luego de tanto amor, de momentos de loca pasión, de entregarte todo, cuerpo y alma sin restricciones. Hoy me dices que no me amas, que nuestra relación para ti ha terminado, con frialdad confiesas que hay alguien más en tu vida.
Confiesas que ya varios meses has sentido un vacío junto a mi, te sientes confundido. Que te duele, pero es mejor no seguir juntos.
Ahora siento un profundo dolor en mi corazón, todo lo que hemos construido se acaba de derrumbar en este instante, mi tonto corazón, que no ha hecho más que amarte siente que no podrá seguir sin ti, mis lagrimas comienzan a salir, cubren por completo mi visión, una oscuridad que jamás había experimentado, la de una traición.
Sin remordimiento continuas hablando.
-Ya no me busques dices en tono frío, descaradamente me abrazas.
Yo no reaccionó a tus brazos.
Me das un último beso en la frente, y te vas.
Estoy en shock, tanto que no senti cuando la lluvia empezó a caer, estoy en este parque donde pasamos bellos momentos. Parada cual estatua sin mover un músculo más que el de mi corazón, que late a mil por hora, quisiera salir tras de ti, pero mi cuerpo está estático. Mi mente ha quedado en estado de locura. No sabe que hacer, si tan solo dejarte ir o pedirte que regreses.
Ahora estoy sola bajo esta lluvia espesa, en este día que se ha tornado oscuro, tan oscuro como mi vida. No siento nada solo mis lágrimas cayendo por mi rostro, siento que el cielo llora conmigo, sabe que he quedado muerta en vida.
(y en este doloroso instante de mi vida, pasa por mi cabeza el primer día en que te vi, ese día en que tan sólo con tu mirada me enamoraste, desde ese instante ya todo cambió para mí.
Recuerdo claramente, paseaba con mi mejor amiga un día de chicas, buscábamos diversión así fue como entramos ese lugar oscuro, iluminado a penas por luces de lámparas colgantes en cada mesa.
Tenía apenas 17 años. Estaba asustada, ansiosa y emocionada por estar ahí, fue la primera vez en un bar.
Luna mi amiga pidió bebidas para ambas, por mi parte tenía gran vergüenza y claro si aún éramos menores de edad.
-¡Kiara tranquila!, toma un refresco para los nervios. -Vamos sentémonos en la mesa de la esquina esta libre y se ve bien. Luna estaba aun más emocionada que yo, siempre fue más liberal y sin miedo a nada.
Creo que a mí se me notaban más los nervios o eso era lo que yo sentía. Empezó la canción más hermosa, romántica y con la que te conocí.
Mi amiga salió a bailar con un chico. Sentí un poco de soledad con su ausencia.
Y no paso mucho tiempo. Cuando un guapo muchacho se sentó frente a mi.
-Hola, hermosa. ¿Te gustaría bailar?. Prácticamente gritó para que pueda oírlo.
Fue en ese instante cuando supe que el amor a primera vista existe.
- ¡sí, claro!, dije tartamudeando por la sorpresa.
Eras realmente alto, me tomaste por la cintura y empezamos a bailar, fue un momento romántico.
En mi cabeza imaginaba estar a tu lado por siempre.
- ¿Cómo te llamas? preguntaste igual a gritos.
-Kiara dije avergonzada.
-Soy Tomás. por si quieres saber dijiste sonriendo
Me puse roja como un tomate. por suerte la iluminación estaba a mi favor, no pudiste notarlo.
Todo fluyó con falicidad, tu preguntabas yo respondía, y no se si fue obvio pero la verdad no podía dejar de ver tus ojos azules que aun con la luz casi inexistente me cautivaron. Tanto que me sentía parte de ellos.
Cuando terminó la canción Luna se acercó con su nuevo amigo, vaya casualidad era tuyo también.
-Kiara te presento a Felipe, podemos sentarnos con ellos dijo suplicando prácticamente.
Como rechazar su propuesta si yo quería lo mismo.
-Claro amiga me gustaría.
-Chicos les presentó a Luna y Kiara dijo Tomás con una gran sonrisa.
-Hola, dijimos juntas.
Ellos estaban con Raúl, Soledad, Rosa y Victoria, quien por cierto mostró que no era de su agrado.
En el pasado ella había sido novia de Tomás, pero por una infidelidad por supuesto de ella habían terminado.
Pasamos una tarde muy agradable, teníamos la misma edad, tu estudiabas en el centro, yo al norte. Realmente era una casualidad haber llegado a ese bar y conocerte.
-Es tarde Luna le dije a mi amiga nos van a matar nuestros padres.
-¡Es verdad!, vámonos. Luna por fin reaccionó.
Salimos finalmente de aquel bar, afuera estaba muy noche. No podía creerlo, pasé tanto tiempo ahí. Empecé a preocupame en forma extrema.
-Sabes jamás había conocido a alguien como tu dijo Tomás. Por primera vez escuché su voz sin música de fondo, muy varonil por cierto, sentí como la sangre llegaba a mi rostro hasta ponerse rojo.
-Yo tampoco dije en voz dulce. -Pero ya me tengo que ir gracias por todo Tomás. El miedo podía más en mi ser. Mis padres me matarían al momento de llegar a casa.
-Me gustaría acompañarte. ¿crees que sea posible?.
-¡No!, dije sorprendida. -Digo no te preocupes yo tomo un taxi, vivimos muy lejos el uno del otro y no quiero que tengas problemas por mí.
Aunque por dentro con ganas de que si me llevará.
-Adiós chicos dijo Luna.
Por suerte llegó un taxi subimos lo más rápido posible.
Te dije adiós desde lejos.
Camino a casa me di cuenta que no tenía su número, jamás lo volvería a ver no sabía nada más que su nombre y que pase la noche más hermosa de mi vida con el chico de ojos más cautivadores del mundo y no iba a llegar a nada más por el simple hecho de que no podría contactarlo.
-Fue increíble amiga la noche más emocionante de nuestras vidas dijo Luna.
-¡Sí!
Pero sin la esperanza de volver a verlo, pensé.
-Por cierto, Kiara. Sé que tu jamás le hubieras pedido el número a Tomás así que yo le di el tuyo. Él tenía mucha vergüenza de pedírtelo, se nota que le gustaste mucho.
-Me lo juras amiga dije con una alegría que ni yo podía creer.
-Claro, somos amigas casi hermanas.
-Gracias Luna, la verdad con tanta emoción ni pensé en darle mi número o peor aún separarme de él.
-¿Qué te pareció Felipe? Él y yo ya somos novios. Tenia mucha emoción que contagiaba todo el lugar.
-Luna, me alegra amiga, aunque apenas lo conoces.
-Kiara el amor es así, a veces llega a primera vista.
-Tienes razón, creo que me pasó lo mismo.)
:(
Después de haber recordado el día en que te conocí, vuelvo a este momento tan doloroso de mi vida, aquí en este parque, bajo la lluvia, y como mi único testigo de este mal sabor de boca. Tengo un hueco en mi corazón. y mi alma también llora, unas lágrimas como ácido, ellas van perforando todo dentro de mi.
Mi celular suena.
Debe ser mamá ella sabía que me encontraría con él, no sé si contestarle sé que se pondrá triste.
No tengo la fuerza para contestar. Rechace la llamada y apague el teléfono.
Dicen que llorar bajo la lluvia trae mala suerte y en este momento lo iba a constatar, de pronto por mi lado derecho escucho una voz grave.
-Dame todo lo que tengas. No vayas a gritar, nada malo te va a pasar.
¡Un ladrón!
Eso era lo único que podía faltar para agravar mi situación.
Él dijo que no grité, pero no pude, grité tan fuerte que él ladrón actuó agresivo. Me quito el celular, mi bolso con tal rapidez que me tiro al suelo.
Vaya que fue fuerte mi grito, varias personas corrieron a mí.
Incluso él. Alguien que cambiaría mi vida. Un Héroe. Creí que sólo existían en las historietas y películas, pero no.
Un hombre alto, con su uniforme para correr en la lluvia, estiró su mano y me ayudó a poner en pie.
-¿Estás bien? pregunto el héroe.
-Confundida, asustada por la ocasión y con una voz muy baja dije sí.
-Ok, espérame aquí, voy tras él.
Sentí mucha preocupación por él, pero no podía hacer nada más que mirar cómo corría y se alejaba.
Había mucha gente a mi alrededor, aunque la verdad no me importaba con todo lo que me había pasado en este día de tanta mala suerte, solo oía como zumbidos las voces de las personas.
No sé cuánto tiempo pasó, pero el héroe regreso.
-Toma aquí tienes tus cosas.
Yo aun en shock sin saber cómo reaccionar, y sin pensar en lo que hacía le di un abrazo, lo necesitaba no sólo por el robo, si no por la pérdida de Tomás.
-Tranquila, todo está bien, la policía ya lo ha capturado.
-Gracias dije en voz baja.
Aun tengo una tristeza muy grande dentro de mí, las lágrimas aún caen por mi rostro, luego de un instante de estar así lo solté.
-No debiste hacerlo. No soy nadie para ti. Aun asi gracias señor.
Se quitó su capucha al fin puedo verlo, tiene cabello negro, ojos color miel, no sé si él también esta asustado su piel está muy pálida parecida a la luz de la luna, concuerda con sus labios rojos, pensandolo bien parece un héroe de película. Si no estuviera en el momento más triste de mi vida creo que me enamoraría de él.
-Tranquila ya paso, pero tienes que poner la denuncia. ¿Te sientes bien?, puedo llevarte a una clínica dijo tan amable el héroe.
Lo último que quiero es ir a un hospital, pero lo que sí debo es denunciar al ladrón y claro como dejar suelto a un hombre así, el ladrón debe pagar lo que hizo.
-Gracias, pero no te molestes, yo puedo ir a denunciarlo. Luche con fuerza para levantarme. Tuve un mareo inmediatamente, y claro no pude disimular.
-¡No es molestia!. Necesitas ver a un doctor. Su voz sono en tono de preocupación.
-¡Doctor!, no por favor que vergüenza contigo yo puedo sola.
Intenté caminar el mareo aumento gravemente todo se torno en oscuridad.
(Pensar y pensar... preguntarte qué hubiera sido de la vida si acaso hubiera tomado otro rumbo. Solo quedará en una intriga del qué hubiera sido si tomabas ese otro camino, solo te queda imaginar, divagar de aquello que jamás volverá. Qué pasó con aquellas ganas de comerte vivo el mundo y qué pasó con esas locas ganas de vivir cada segundo como el último, ese ayer ya se quedó en el pasado. No sé si pudo haber sido mejor o peor, lo que importa es recuperar ese antiguo tú y comenzar a soñar, luchar, amarte. )
Tantas cosas pasaban por mi cabeza, abrí los ojos.
Y claro estoy en el lugar menos esperado por mí, un cuarto de hospital ese sitio horrible para mí que tantos malos recuerdos y miedo me provoca.
Como no tener este horrible dolor, si no han pasado más que unas semanas en que estuvo él aquí acostado sufriendo por mi causa.
El estar aquí me hace recordar a mi padre, que tristeza más grande al recordar que murió el día en que sería mi boda.
Nunca lo voy a superar, perdí a mi padre y perdí a mi novio el mismo día.
Siento la herida abierta y profunda.
Pero cómo llegué aquí lo último que recuerdo es haber tenido la plática más horrible, llena de dolor y mala suerte, quisiera que todo fuera una pesadilla. Que él entrará por esa puerta.
Cerré los ojos, la puerta se abrió, ¿acaso?.
-¿Cómo te sientes?
No era Tomas, claro que no. Es ese guapo héroe que me salvó hoy.
Sorprendida de verlo dije en voz baja. -Estoy bien, gracias.
Con timidez se acercó a mí, tomó mi mano.
-Te ves mejor, ya no estás fría como un muerto.
¡Un muerto!, me horrorizó al oír esas palabras y no pude evitar sorprenderme, y él lo noto.
-Disculpa, no quise asustarte.
Otra vez recordar a mi padre, ese hombre tan importante en mi vida. Quién ya no está a mi lado, pero no es su culpa, no sabe las desgracias de mi vida.
Pero qué egoísta soy estoy aquí agonizando solo mis penas, pero no sé cuáles son las suyas a lo mejor él sufre peores cosas y aun así fue tan caballero al ayudarme.
-Gracias, mil gracias. Nadie hace lo que tu por una completa extraña, estoy en deuda contigo. Apreté su mano, su rostro cambió ahora él estaba sorprendido.
Se sonrojo, ya no estamos en la oscuridad de la noche ahora puedo verlo claramente con color en sus mejillas. Hacen que sus ojos miel y su cabello negro resalte. Vaya qué simpático es mi héroe, un hombre así seguro debe tener una novia bella y ella debe estar muy enamorada de él.
-No quisiera molestarte, sé que estás cansada, pero tienes que ir al departamento de policía, hay que denunciar a tu agresor.
-Oh, es cierto. Aunque no sé, me da un poco de miedo que el ladrón pueda tomar represalias conmigo o mi familia.
-Si quieres puedo llamar a algún familiar tuyo para que estés más tranquila.
-¡No!, ¡por favor no!, dije agresiva o más bien preocupada por mi madre, una preocupación más la mataría. -Yo puedo ir sola, no te preocupes.
-¿Sola?, ¡está claro que no!. Voy contigo no te preocupes.
DEPARTAMENTO DE POLICIA
En poco tiempo llegamos al departamento de policía. Los nervios siguen conmigo.
No tomó mucho tiempo, mi declaración fue muy rápida, me hicieron ver al ladrón a través de un vidrio de un cuarto, me dijeron que era necesario reconocer a mi agresor, que no tenga miedo él no me vería.
-Todo listo señorita, no se preocupe que este hombre no saldrá de aquí en un buen tiempo, hizo muy bien en denunciarlo, dijo el jefe de policía.
-Gracias a usted por su ayuda. sonreí.
-Vamos, te llevaré a casa.
Miré el reloj, eran las 8 pm. Mamá debe estar loca de preocupación.
-Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí, sabes que siempre tendré una deuda contigo.
-No, claro que no, es lo que todos deberíamos hacer cuando alguien necesita de nuestra ayuda.
-Bueno mejor me voy, mi madre debe estar loca de desesperación al ver que no llegó.
-Señorita no hay otra opción, te llevo a casa, necesito saber que estarás a salvo. vamos sube al auto y no quiero oír un no por respuesta.
-¡Ok!, muchas gracias. Mientras el carro avanzaba, volví a recordar a Tomás, mi novio quien ya no era mi novio. Que dolor mi mamá tenía esperanza. Yo en el fondo no hubiera querido perderlo. No sé por qué pero que el héroe me lleve a la casa, me hizo recordar el día en que mi familia conoció a Tomás.
:(
( Habían pasado varios meses desde que nos conocimos en aquel bar, en todo ese tiempo salimos varias veces, algunas con sus amigos y otras con los míos, varias veces salíamos solos era tan maravilloso.
Me acuerdo el día en que nos graduamos del colegio ninguno de los dos fuimos a nuestros bailes, nos encontramos en un centro comercial, comimos, fuimos al cine y a bailar.
Ese día nos hicimos novios, me sentía en un cuento de hadas y ahí prometimos estar juntos para siempre. Después de ese día fuimos inseparables incluso entramos a estudiar a la misma universidad, por suerte no estudiamos lo mismo si no tendría que verlo. Espero que estos meses para terminar la universidad terminen pronto.
Recuerdo el día que pidió mi mano, Tomás estaba tan tranquilo. Yo sudaba y creo que hasta temblaba. Era la primera vez que mis padres y Tomás se verían en persona.
-Tranquila, susurró al oído, tomando mi mano, con mucha tranquilidad. -Sr. y Sra. Soliz me da mucho gusto conocerlos porque tienen una hija muy valiosa y por ese mismo hecho quiero pedirles su mano.
Papá y mamá estaban muy contentos, aunque no lo conocían ellos sabían que era mi novio por cuatro años y por mi actitud diaria sabían que lo amaba más que a nada en el mundo.
-Bien, pues tienes nuestra bendición hijo, dijo papá.
-Cuídala mucho, dijo mamá con lágrimas en sus ojos.
Nos abrazaron. Hubiera querido que este mi hermano mayor pero no pudo venir de Londres. Trabajaba mucho además su nuevo bebe, mi hermoso sobrino Ricardito estaba recién nacido.
Pasamos una velada hermosa, entre risas e historias de papá y mamá. Ellos estaban muy contentos, nuestra boda sería lo más bello para ellos ya que ellos querían preparar todo. Jamás imaginé que nuestra boda acabaría de la forma horrible en la cual se convirtió, un día tan esperado por todos.)
:(
-¿Estás bien?, dijo el héroe.
Volví a la realidad. Otra vez hay lágrimas en mis ojos.
-Si no te preocupes.
-¿Por qué lloras?, me dio su pañuelo.
Sequé mis lágrimas, tomé mucho aire antes de hablar.
-Son cosas mías, pero no te preocupes ya pasarán.
-Ok, veo que no quieres hablar del tema, lo entiendo. Llegamos esta es la dirección que me diste.
Estamos parqueados justo en frente a mi casa. Mi mamá vio el auto y muy pronto salió a la entrada.
-Por favor no vayas a decir nada, le suplique al héroe. -Si mi madre se entera se va a poner muy mal, no digas nada por favor.
-Pero es necesario que ella sepa, no es justo para tu madre.
-Lo sé, pero es que…. Sabes mi padre falleció hace poco y ella está muy triste no quiero que tenga más preocupaciones, no quiero perderla a ella también, suplique conteniendo las lágrimas.
-Entiendo lo doloroso que es perder a un ser querido.
-¿Por qué lo dices acaso tú has perdido a alguien? Perdón que pregunte si no quieres no respondas no tengo problema dije con intriga acaso el héroe también pasaba por un momento como el mío, Dios que terrible.
-Se quedó en silencio y después de unos segundos dijo es complicado.
Justo en ese momento mamá golpeó el vidrio del auto. Vaya que me sorprendí, salí al instante y él héroe también.
-Kiara hija pero dónde has estado, me tenías muy preocupada.
- Ella sabía que me encontraría con Tomás. Seguro quería saber todo.
-Mamá lo siento, fue un día muy ocupado.
-¿Pero dónde estuviste hija?.
-Señora mil disculpas yo estuve con Kiara, lo miré asustada. Fuimos a tomar un café y se nos pasó el tiempo muy rápido.
-¡Hola!, qué jovencito más guapo. ¿Cómo te llamas? Quién es tu amigo Kiara no me lo has presentado.
Yo no sé el nombre de mi héroe, ¡pero qué vergüenza!, cómo puedo presentarlo con mamá si ni yo sé el nombre de este chico tan simpático que me ha salvado cual héroe de película.
-Señora, mi nombre es Eduardo Astudillo, encantado de conocer a una mujer tan hermosa como usted.
-Que caballeroso, encantada de conocerte Eduardo, mi nombre es Rebeca Castillo, no sabía que kiara tenía un amigo tan simpático, no me había contado de ti.
-¡Si! Nos conocimos hace poco mamá.
-Vamos muchachos pasen les prepararé un té y galletas, deben tener frío, vamos vamos.
-No quiero ser una molestia.
-No digas eso por favor, no rechaces el té de mamá es exquisito. Le sonreí para dar confianza.
Y las galletas también dijo mamá.
-Bueno, muchas gracias por su invitación.
-Ven hijo pasa, mamá lo llevó del brazo su semblante estaba radiante. Sonreía parece que al héroe le cayó bien, que alegría verla así.
Entramos mamá fue a la cocina, y yo me quedé en la sala con Eduardo.
-Por favor toma asiento, Eduardo. Gracias por no decir nada, mil disculpas también le dije un poco bajo para que mamá no escuche.
-¿Disculpas?.
-Mira que mal educada soy que ni tu nombre sabía, y tu tan amable que has sido conmigo.
No te preocupes Kiara yo tampoco te pregunte el tuyo, tienes un nombre muy bonito por cierto.
Me sonroje.
-Gracias, tú tienes unos ojos muy bonitos le dije sin pensar. Pero que vergüenza y si antes estaba roja ahora seguro parecía un tomate.
El también se puso colorado, así se veía más simpático es que sus ojos miel y esos labios rojos combinan con lo pálido de su piel,y el rojo de sus mejillas.
Es muy guapo pero creo que no debí decirle eso.
-Tu eres muy linda también tienes una sonrisa hermosa.
-Llegó el té, dijo mamá. Salvada por mamá. Que alivió. -Vamos prueben su té hijos y les traje galletas las hice hoy espero que les guste.
-Gracias señora, usted es muy amable.
Pasamos un rato muy ameno, mamá le conversaba sobre mi hermano Pablo y él la escuchaba muy interesado.
Yo con la mirada pérdida pensaba en que muy pronto estaré sola. Tomás vendrá a mi cabeza, no sé cómo voy a lograr olvidarlo. Son tantas cosas que vivimos juntos, como lo hace él, cómo pudo simplemente cambiarme, como olvido todo lo que construimos.
-Te sientes bien hija dijo mamá.
-Si, mami. Estoy cansada, eso es todo.
-Bueno será mejor que me vaya y las deje descansar dijo Eduardo.
-Muchas gracias querido, será mejor que los deje solos dijo mamá y subió a su dormitorio.
-Gracias por el té y las galletas, tu madre es una gran cocinera, ya me voy espero que puedas descansar, solo tengo una pregunta sino te molesta.
-Dime con confianza.
-Por qué estabas en aquel parque llorando, bajo la lluvia. Se veía tan intrigado de saber mi historia.
Yo por supuesto no podía decírselo, no quiero que nadie me tenga lástima y menos él ya ha hecho mucho por mi y a penas lo conozco.
-Es por lo de papá, necesitaba salir y creí que el parque sería un buen lugar, eso es todo.
-Claro te entiendo, bueno gracias Kiara me voy.
-Vamos te acompaño a tu auto.
Caminamos en silencio.
-Tomó mi mano y me dijo sabes las pruebas de la vida son para hacerte más fuerte. Me dio un beso en la mejilla y subió a su auto.
Quedé sorprendida, porque sus palabras me conmovieron muchísimo. Antes de que se vaya toque la ventana de su auto.
-Eres un ángel, sabes no creí que alguien desconocido pudiera darme tanto apoyo, de verdad muchas gracias héroe.
Le di un beso en la mejilla me di la vuelta y nuestros rostros quedaron cerca el uno del otro, pude ver sus bellos ojos color miel de cerca eran más lindos, siento su respiración en mi rostro, mi corazón está acelerado, nuestros labios están muy cerca, pero no puedo besarlo hay algo, más bien alguien que tiene nombre y apellido por quién no puedo hacerlo.
Al fin solo le di otro beso en la mejilla y me separe.
-Gracias, te debo muchos favores.
Sonreí en muestra de gratitud.
-Creeme, te los pediré. Me regaló una hermosa sonrisa, cuidate Kiara cerró su ventana y se fue.
-Adiós Eduardo.
Entre a casa, directamente a mi cuarto, necesito un baño. Tarde todo lo que pude, cuando salí mamá estaba lista para cepillar mi cabello, tal y como lo hacía siempre después de bañarme cuando sabía que estaba triste.
Eso lo hacía desde que era una niña. Ella sabe que necesito un consejo. Me cepillo el cabello en silencio. Hubo mucha tensión durante un rato y claro no puede durar para siempre.
-Muy simpático tu amigo, ¿por qué no me lo habías presentado?.
Si supiera que apenas lo conocí hoy y en las circunstancias más extrañas.
-Mamá solo es un amigo nada más.
Se sentó frente a mí, cambió su rostro ahí venía el tema que no quería tocar.
-Kiara, viste a Tomás.
No pude contener el llanto. -Si, mamá. sabíamos
que él ya no me quiere.
-No digas eso hija.
-Mamá terminó todo. Él tiene otra novia, dijo que ya no podemos estar juntos. Mamá no quiero hablar de él, no quiero recordarlo, quiero tan sólo pensar que él nunca estuvo en mi vida, por favor ya no insistas en querer que lo busque. Me ha hecho tanto daño que la verdad aunque lo amo, solo quiero olvidarlo, sacarlo de mi vida. No puedo dejar de llorar siento un profundo dolor en mi alma.
Mamá me abrazó. No pronunció palabra alguna solo me abrazó.
-Estaré bien madre, anda ve a descansar yo haré lo mismo.
-Está bien hija, no olvides nunca que te amo.
Lo sé mamá yo también.
Me recoste cerré mis ojos, enseguida me quedé dormida. Pero aún dormida tengo pesadillas con él. Sueño que estoy entrando a la iglesia lista para casarme con el hombre a quien más he amado, pero cuando llegó al altar todo se torna horrible. Tomás me rechaza, huye con su amante y mi padre cae al suelo.
Desperté gritando asustada por tal pesadilla. Claro nada está fuera de la realidad, esta desgracia fue la que mató a mi padre.
Mi madre entra para consolarme, pero nada puede consolarme en estos momentos.
Dos meses más tarde.
Así he pasado los últimos dos meses sin salir de casa, sin casi probar bocado. Mi madre está muy preocupada yo quisiera dejar este estado pero es que tengo tanto dolor y ningún motivo para vivir o mejor dicho seguir mi vida.
Una llamada quién podría ser.
-¡Hola!
Del otro lado está Diana Ferris, la gerente de recursos humanos del Diario en el que tanto he querido trabajar.
-Señorita kiara Soliz, al fin hemos terminado el proceso de selección al nuevo personal, es usted una de los afortunados. Por favor es tan amable, de presentarse desde el día de mañana a partir de las 9 a.m.
-Muchas gracias, claro ahí estaré.
-Muy bien, por favor le enviare un listado de documentos, los cuales debe traerlos mañana.
-Pase un buen día.
-Igualmente, hasta luego. Salte de la cama, a toda prisa. Bajé hasta el primer piso. Avasalle a mi madre con un abrazo de oso.
-Mamá por fin me llamaron del Diario, por fin, sonreí como no lo hacía hace dos meses.
-Que alegría hija mía y no sólo por la llamada también porque por fin estás sonriendo, verte así me pone muy feliz, hija mía por favor sal de este estado estoy muy preocupada.
-Tranquila mamá ya estoy mejor. Ha sido muy duro pero ya quiero salir de este estado de tristeza y de estupidez.
-Eso es lo que tu padre hubiera querido hija mía.
Mi cara cambió de alegría a tristeza mi amado padre, pero es cierto mi padre quisiera que siga adelante.
-No te pongas triste hermosa, recuerda hija que mañana tienes tu primer día de trabajo, es en la empresa que tanto has buscado una oportunidad de ejercer tu profesión.
-¡Si!, mami espero no arruinarlo.
-No te preocupes, yo sé que desde mañana tendrás un nuevo amanecer respondió mamá.
Se levantó, me dio un beso en la mejilla.
-Gracias mami, te amo mucho.
El día pasó volando, en realidad tuve muchas cosas por organizar luego de dos meses.
Hora de dormir. Apagué la luz de mi lámpara, miré al cielo. Las estrellas son hermosas, pronto caí en un sueño profundo o mejor dicho otra pesadilla. Tomás junto a Victoria aquella chica que conocí ya varios años atrás. Estaban los dos abrazados, me miraban y se rían de mí.
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