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EL FUEGO QUE NOS QUEMA

Sara Connor..... Traidora.

...10 de la noche....

Después de haber bebido más de lo aconsejado, la hermosa mujer con varios kilos de más, estaba respirando alcohol, era una noche fabulosa e inolvidable, pues era su despedida de solteras.

Josh reunió todas sus fuerzas para llevar a su prometida a la habitación, con la ayuda de 2 camareros...

Después de haber dormido por unos largos minutos, Lina luchó por abrir los ojos, sentía que la cabeza le iba a explotar.

Cuando vio la silueta de una pareja besándose apasionadamente en su habitación sintió que un huracán la sacudía.

—Josh mi amor, no soporto que estés ni un segundo más con esa tipa… la odio—Gruñó la mujer con voz sensual, mientras acaricia los pectorales del atractivo hombre.

Lina al oír ese nombre y la melosa voz de su hermanastra, sintió como si un rayo la golpeara quemando su ser.

“¿A caso ellos le estaban viendo la cara todo este tiempo?”

— Mi amor, no tengo más remedio, ella me produce asco, ese cuerpo grasiento……¡Guácala! pero tengo que casarme con ella por su dinero, ya sabes que necesito 2 millones de dólares para la compañía. —Respondió con tono despectivo ahogando su rostro en el cuello de la mujer.

—Pero si esa cerda ya te transfirió el dinero. —Agregó la mujer con descontento—¿Qué esperas para tirarla a la basura?.

—Cariñito solo me depositó la mitad, la otra mitad me dará después de la boda, se más inteligente, todavía puedo sacar más provecho casándome con esa, luego me deshaceré de ella. —Expresó el hombre con voz frívola— Sin dejar se besar la atractiva clavícula de su sexy acompañante.

Lina, acostada en la cama contuvo la respiración mientras luchaba por no dejar caer ni una sola lágrima, pero era inútil las gruesas lágrimas ya cubrían su rostro.

La última frase de aquel frio hombre la dejó helada, ¿sería capaz de matarla?....

'Que ilusa, creer que alguien perfecto se fijara en una masa mantecosa como yo'. Susurró con amargura en su interior.

Hace 4 meses que había conocido a Josh, después de jurarle amor eterno le propuso matrimonio. Ella creyó en sus palabras muy emocionada, ya que era el primer hombre en su vida.

Pero ahora todo tenía sentido, su hipócrita hermanastra había planeado esto.

Todo estaba más claro que el agua, el solo sentía asco por ella, es por ello que siempre se había negado a pasar su primera noche juntos, poniendo miles de excusas.

A sus 26 años aún era virgen.

Nadie se había fijado en ella por sus kilitos de más, a pesar de tener un rostro hermoso, esculpido con delicadeza por Dios.

Fue por ello que se mostró muy emocionada y feliz cuando un hombre supuestamente la tomó en serio y le hizo muchas promesas convenciéndola con facilidad.

—¡Está bien!, pero te prohíbo tocarla, tu eres solo mío—Ordenó Sara Connor con voz sensual mientras le quita la camisa a Josh con ansiedad.

—Obvio cariño, jamás de acostaría con un cerdo.

—Josh quiero hacerlo delante de ella. –Exclamó Sara muy excitada mientras se quitaba la ropa.

Si que era una mujer muy mala, era de esperarse en la vida hay toda clase de personas, qué sin conciencia son capáz de acuchillar por la espalda hasta incluso a alguien de la familia.

—Cariño, podría despertarse, es mejor no arriesgarnos, además tus gemidos son siempre muy fuertes —respondió el hombre muy encendido, sin dejar de besar los pezones de la mujer. —Vamos a otra habitación.

—¡No!. Hagámoslo aquí, en sus narices. Además esa duerme como un cerdo.

Lina tenía los ojos cerrados conteniendo su respiración agitada, su corazón dolía en gran manera mientras escuchaba los gemidos en la habitación.

Sara, su pequeña hermanastra a quién le pagó sus estudios a pesar de que siempre la trató con desprecio, no era más que una falsa, pero a pesar de sus malos tratos ella la apreciaba.

Fue ella quien la convenció a ir al bar, con el fin de presentarle a su supuesto buen amigo Josh con planes egoístas de antemano.

Con los ojos entrecerrados, miró en dirección de ellos, verlos besarse con pasión medio desnudos, hicieron que su corazón deje de latir, sin hacer ni un solo ruido se tapó la boca con asombro reprimiendo sus lágrimas….

¿Cómo pueden existir personas tan malvadas?. Se cuestionó con amargura.

—Cariño por favor, vayamos a otra habitación. Es demasiado incómodo tener que estar en la misma habitación que esa. Me ahogo — Insistió Josh sin dejar de besarla.

—Está bien mi tigre, vamos—Susurró Sara, mientras cogía su bolso.

—Eres irresistible mujer —respondió el hombre muy satisfecho, mientras le daba unas nalgadas. —Con cuidado que la ballena puede despertar.

Ambos se burlaron descaradamente, cogieron sus prendas y salieron medio desnudos sin dejar de comerse a besos.

Tras cerrarse la puerta Lina pudo al fin respirar.

Tambaleándose se dirigió tras ellos quería ver con sus propios ojos para convencerse de que no era una pesadilla.

Su corazón latía con fuerza mientras avanzaba, sus ojos escudriñaban el largo pasillo en busca de la habitación a la que se metían. Su corazón latía cada vez más rápido a medida que se acercaba al dormitorio.

220… 221… 222…

"223", susurró mientras se detenía delante de la puerta.

Su mano buscó la manilla y notó que la puerta estaba abierta. Entonces empujó la puerta para abrirla. Sin embargo, en cuanto vió que estaba sucediendo su alma salió de su cuerpo. No estaba preparada para ver lo que tenía ante sus ojos, y nunca iba a estarlo.

Josh estaba tumbado en la cama, desnudo, y a su lado Sara también desnuda. Ella se sentó a horcajadas sobre él en la cama, por lo que solo pudo ver su pelo y su espalda desnuda. Esa escena era de repudio, de descaro, no tenían perdón.

Lina estaba tan sorprendida que por mucho que quisiera cerrar los ojos, no podía. Esta imagen quedaría grabada para siempre en su memoria.

Y de repente, el aire se escapó de sus pulmones y no pudo respirar.

En garras del león.

—Espera... ¡¿Lina?!". Con el rabillo del ojo, Josh finalmente se dio cuenta de que ella estaba de pie en la puerta.

De manera que empujó bruscamente a Sara hacia un lado y ella gritó: "¡Ay!".

Él buscó sus pantalones en el suelo y se tambaleó hacia ella. Sara se giró y la vio, pero no pareció sorprendida. Solo tiró de la manta para cubrir su pecho, y entonces le sonrió de manera fea y diabólica.

—¿Lina? ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Josh sin aliento.

Seguía jadeando y sudando, oliendo a sexo, y eso a Lina le provocaba repugnancia al punto de querer vomitar. Ella seguía en shock, todo lo que había escuchado y visto eran real.

—¿Cómo fuiste capaz? —, su voz se quebró. Tenía los ojos llenos de lágrimas.

—Puedo explicarlo... —balbuceó.

—Bueno, explícate—exigió ella.

—No fue nada, ¿de acuerdo? Sara y yo... es un accidente… estábamos pasados de copas.

Comenzó diciendo, pero Lina no quería escuchar sus mentiras, si que era un buen actor.

Su mano voló instintivamente a su cara para impedirle hablar, dándole una fuerte bofetada en la mejilla. Él parecía sorprendido y Lina también lo estaba, nunca fue una persona tan violenta. Lentamente, sus ojos pasaron de la sorpresa a la ira.

—¡Cállate!, lo se absolutamente todo, ¿Cómo pudieron hacerme esto?.

Lina volvió la mirada hacia Sara con los ojos húmedos quien solo sonreía con descaro.

—Tu, mi propia hermana como fuiste capáz de engañarme—Mientras apretaba los dientes con dolor.

—jaja gordita como te atreves a llamarme hermana, estas muy lejos de serlo. ¿Cómo pensaste que alguien tan perfecto como Josh se iba fijar en una mantecosa como tu?.

—Silencio—Gritó Josh muy nervioso.

Temiendo de que su dinero se vaya junto a Lina, tenía que conseguir el millón restante como de lugar. Sara no tuvo de otra que tragar su enojo.

—No me toques—Lina advirtió.

—Lina, bebé. Pero... yo te amo, todo es un malentendido, seguro oiste mal, estas borracha. Con ella solo es sexo, ¿sabes? Sin embargo, contigo, yo...

—¡Cállate! ¡Cállate!

Si creía que lo mejoraba diciendo todas estas cosas, se equivocaba, Lina se quitó la venda de los ojos y no iba a dejar pasar esto, ella siempre había creido ciegamente en todo lo que decía Josh, pero esta vez sería diferente.

—Lina, te amo—dijo nuevamente, e intentó alcanzarla, pero ella lo apartó bruscamente

y se tambaleó hacia atrás.

—Vete al infierno— gritó antes de girar sobre sus talones y marcharse.

Lina Salio corriendo de allí cuanto antes.

Todo lo que podía sentir era el dolor en su pecho mientras se alejaba. Josh la llamó varias veces, pero Lina bloqueó su número porque no quería volver a oír su voz ni a ver su rostro nunca más. Nunca.

El entonces corrió tras ella, Lina al notar su presencia entró con pánico a una habitación que estaba entre abierta.

— ¡Tonta!, cómo pudiste creerle. Un hombre como el jamás me amaría de verdad, no eres más que una ilusa Linna Connor. Con razón Sara se esforzó por embriagarme, para revolcarse con ese infelíz. —susurró despacio para ella, con la rabia recorriéndole.

La sola idea de estar junto a él, me deja sin aliento. —Suspiró con alivio al verlo pasar—sin dejar de observar tras la pequeña abertura de la puerta.

Al verlo pasar sintió una oleada de alivio, estuvo por irse cuando sintió una fuerte mano presionando su brazo, ella volvió la mirada abruptamente hacia la silueta de aquel hombre, la luz era tenue que solo ponía ver sus ojos alumbrando como llamas, mientras sentía su respiración cerca de ella, su corazón empezó la latir sin medida, mientras que un escalofríos recorría su espina dorsal.

—Q-uién eres…..que vas a hacerme—balbuceó Lina aterrorizada—, sintiendo como la voz se iba en un ralo hilo.

Los ojos de aquel hombre parecían como si la iban a devorar. El se acercó a su oreja y dijo:

—Eres mia.

—¿Qué estás haciendo? ¡suéltame!.

Después de la conmoción, la mente de Lina parecía que iba a explotar , y se quedó en blanco por un instante.

El hombre actuó como si no escuchara, no importaba por tanto que ella se resistiera y empujara, Lina no pudo evitar que las manos del hombre acariciaran sus piernas, y al ver que su inocencia se iba a perder, gritó desesperadamente: "Ayúdame...".

Ese gran grito salió de su boca cuando el hombre se inclinó y le dijo pesadamente al oído:

— No grites. Caí en la trampa de otra persona y tomé algo por error, ayúdame y te daré lo que quieras.

El cuerpo del hombre parecía estar ardiendo.

—N-no me hagas daño. —Dijo Lina con la voz ahogada—mientras luchaba por mantenerse en pie.

conociendo al dios griego

Lina se dio la vuelta intentado escapar con desespero, pero el hombre no la dejó. Era más fuerte que cerró la puerta de un golpe.

— ¡No puedes encerrarme!—Gritó llena de horror—, mientras era arrastrada por el hombre.

El la empujo hacia la cama, la luz de la ventana dejaban ver sus perfectos dientes.

El sonrió de forma macabra, y acercándose poco a poco, le besó el cuello de forma brusca, parecía estar poseido, respiraba de forma agitada como si se estuviera controlando, su cercanía era tan extrema que incluso podía respirar su aliento, su cuerpo empezó a temblar, sintiendo miles de emociones.

—Tú te lo buscaste, niña tonta no puedo detenerme, me vuelves ¡loco!. — dijo excitado, mientras arrancaba el vestido de Lina con furia.

El hombre parecía un león hambriento, acechando a su presa.

—¡¡¡¡AUXILIO!!!!............... ¿Por qué me haces esto? — preguntó con su último aliento, la aprisionaba de tal forma que no podía respirar. — yo no hice nada malo, yo no tengo la culpa ¿Por qué quiere lastimarme?.

Ella luchaba por soltarse de su agarre, pero el hombre era más fuerte que ella, y la silenció con un beso apasionado.

Lina entró en shock, jamás había sentido los cálidos labios de un hombre moviéndose con desespero y eso la estaba encendiendo, todo le gustó y simplemente se dejó llevar.

*****

Cuando Lina Connor abrió los ojos, ya eran las 6 de la mañana. El hombre estaba tumbado a su lado con el rostro alejado de ella, pareciendo estar profundamente dormido.

Mirando su espalda desnuda, recordó lo que había sucedido hacía unas horas. Sólo pensar en cómo había tenido sexo 5 veces anoche hizo que sus mejillas se sonrojaran de vergüenza.

—Oh Dios que vergüenza, tuve sexo 5 veces con un desconocido, Wao….genial, ahora hasta caminar me dolerá —susurró para ella, mientras se ponía de pie.

En la habitación poco iluminada, los ojos del hombre se abrieron de golpe al oír su voz. Su cerebro estaba todavía un poco confuso por todo el alcohol que había ingerido anoche. A pesar de ello, recordaba haber inmovilizado a una mujer debajo de él. Esa mujer olía de maravilla, casi embriagadora, y su piel era increíblemente, como la de un bebé.

Lina se alejó en silencio de la cama mientras luchaba por soportar el dolor que la atravesaba. Apretando los dientes se apresuraba a vestirse. Su vestido rojo estaba rasgado pero no tuvo más remedio de arreglársela como sea. Estaba por marcharse , pero no se percató que el hombre se había levantado.

—Asumo la responsabilidad de lo que hice.

El profundo timbre de su voz resonó en la silenciosa habitación, sonando agradable. Lina se incorporó y toda prisa giró en dirección a la voz. Al verlo ella se quedó en shock, era un hombre joven y demasiado guapo, cada parte se su cuerpo era perfecto, era una obra de arte viviente.

— Y-o……

Estaba muy aturdida por la revelación, el hombre la deslumbró.

—Como pago por salvarme, te daré lo que quieras. Mientras Lina aún estaba procesando la identidad del hombre que tenía delante, Said ya se había levantado de la cama. Luego se dirigió al baño para cambiarse de ropa.

Cuando salió, su aspecto era meticulosamente ordenado y limpio. Se dirigió hacia Lina mientras ella seguía mirando con asombro a ese dios griego. Metiendo la mano en su chaqueta, sacó una brillante tarjeta con su nombre y se la entregó.

—Mi número de contacto y mi dirección figuran aquí.

Aquellos dos ojos hipnotizantes brillaban con fuerza mientras miraban un rostro bien definido. Su afilada nariz y sus gruesas cejas complementaban aún más sus ojos, con una mirada que parecía capaz de sacar el alma de una persona de su cuerpo en cualquier momento. Ahora, tenía una expresión indiferente mientras su chaqueta de traje estaba colgada en el hueco de su brazo.

Respirando con fuerza, una de las manos de Lina se aferraron a su vestido rojo y la otra se estiró para coger la tarjeta.

Pero antes de que pudiera hablar, él ya se había ido, como una brizna de humo.

Miró la tarjeta con su nombre mientras la conmoción brotaba como una fuente en su pecho. Ni en sus mejores sueños habría pensado que tendría la suerte de acostarse con un hombre tan atractivo.

De pronto se echó un vistazo y no evitó sentirse inferior.

—¡Ja!, pero que estoy pensando, un hombre así jamás se fijaría en alguien como yo, solo fue una noche loca, de seguro está acostumbrado a meter toda clase de chicas a su cama.

Arrojó la tarjeta al piso y salió.

No le produjo interés en llamar a ese hombre al fin y al cabo solo dijo lo que dijo para salir de la situación.

Muy triste salió del lujoso lugar, tomo un taxi y se dirigió a casa.

Al llegar a casa su madrastra la recibió enojada.

—¿ A caso no tienes ojos?, pequeña mocosa hoy te casas, mira la hora que es, por Dios eres un desastre—Gruñó Martha, mientras la sacudía.

Ella sin decir palabra alguna subió a su habitación, ignorando los gritos y maldiciones de su madrastra al fin y al cabo estaba acostumbrada a sus malos tratos. Desde que su padre falleció hace 5 años, su verdadero rostro satánico se reveló.

— ¡Que rayos haces! —Gritó Martha muy furiosa— al ver que su hijastra empacaba sus cosas.

—Me voy.

Los ojos de Martha se llenaron de rabia, que corrió a ella y le dio una bofetada.

—Ni se te ocurra huir, maldita malagradecida…. Tienes que ayudarnos a pagar la inmensa deuda que tu irresponsable padre nos dejó antes de morir.

Con la mejílla roja, Lina la miró con odio. Esta vez ella se reveló y le devolvió la bofetada.

—¡Maldita!, solo me quieres aquí para mantenerte, ¡trabaja floja!... todos estos años, te he dado el dinero cada mes, ¿acaso no es suficiente! —Explotó en ira, arrojando la ropa que sostenía con furia.

Martha sin dejar de sujetarse la mejílla, tembló, jamás pensó que la dulce y sumisa gordita se revelaría.

—T-ú…. te atreviste a pegarle a tu madre. —Susurró Martha indignada.

Lina soltó una risa irónica cargada de repugnancia.

—¿Tu mi madre?, por favor, estás muy lejos de serlo…. estos 12 años contigo fueron una tortura…..No me vuelvas a buscar el resto de tu miserable vida.

Su madre los había abandonado tras enterarse que su padre tenía una aventura con Martha.

La mujer era muy interesada, su padre poseía un pequeño imperio, pero Martha se encargó de consumirla en sus ambiciones y caprichos, llevando a su padre a la quiebra.

Lleno de impotencia éste decidió acabar con su vida, tras no aguantar las humillaciones de Martha, quien amenazaba con abandonarlo si no traía dinero.

Todos esos años Lina aguantó porque su padre dejó una carta pidiéndole que cuidara a su pequeña hermana Sara.

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