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Amame Otra Vez

Prólogo

...Besos en el cuello, explosión en mi cerebro...

...Besos en mi boca, liberas algo de mí....

...Sentimientos sujetos en el fondo de mi ser...

...Me salvas desde lo más profundo de la oscuridad....

...Te aferras en llevarme hacia tu paraíso...

...Asciendes con tus impulsos en lograr tu objetivo....

...Tu piel no deja huella en el suelo que pisas ni en el alma que acaricias....

...La estrella que brilla en tus ojos...

...Se siente tan glamorosa en tu ser...

...Me abrazas y siento que estoy en el cielo, otra vez....

...Este es el antes de Nuestro Nuevo Para Siempre...

Leonardo

Amber y Jacob

Este es el repaso de mi vida, así que es aquí en donde todo empieza a tener sentido y es como un gran flash back de una intensa historia de amor que aún no quiere apagar el sentimiento.

 

Jueves 3 de Agosto del 2017

Recobre la conciencia; la visión poco a poco estaba haciéndose clara.

La primera cara que reconocí fue la de mi hermano.

- Patrick ¿Qué me pasó?

Mi hermano comenzó a explicarme todo; de inmediato supe reconocer lo que sucedía. Al mirar al rededor vi rostros conocidos.

- ¿Hija, estas bien amor? — mi madre me tocó la mano asustada

- No me toques — dije tajantemente

- Amber, vamos a que descanses a tu habitación, lo siento — mi padre se disculpo con los demás — mi hija tuvo un accidente hace cinco meses y le ha quedado secuelas a causa del accidente.

Actualmente esta delicada de salud, pero va mejorando.

Mi padre me tomó de la cintura y me levanto. Nos fuimos a mi recamara. Me acosté y me dio unas pastillas para que me las tomará.

- Papá, sé que alguien estuvo conmigo antes de desmayarme ...

- Lo sé, fue Leonardo afortunadamente

Sentí claramente como todo mi cuerpo estaba tenso y mi respiración se entre corto por segundos de la impresión.

Ay Dios mío; es como una pesadilla hecha realidad. Estaba aquí, en mi casa.

Mi corazón latió rápidamente y no podía dejar de pensar en él y estar intranquila.

Arrugue las sábanas con mis manos, volteo atrás y me muerdo el labio de la impotencia y la cólera que me producía solo recordar lo que sucedió hace instantes.

- ¿Algún problema o un infortuneo?

- ¿Por qué no lo vi? — lo mire fijamente

- Porque no supo controlar la situación y no quería causarte una fuerte impresión. Y veo que ha sido la mejor opción.

- No quiero volverlo a ver nunca más, por favor papá, haz que se largue de mi casa ¡Ahora!

- Amber, ¿Por qué actúas así?

Además eso es mal educado de mi parte.

- ¡Entonces lo haré yo!

Me levanté y al dirigirme a la puerta mi padre me detuvo.

- Sabemos todo Amber, él mismo nos lo contó.

Me quedé muda y congelada al escuchar lo que dijo... "les contó todo".

Si es así, no hay nada más que ocultar, no tengo porque tolerar este tipo de situaciones ni nada por el estilo. De una vez por todas tengo la oportunidad de aclarar las cosas y sacarme la espina, no se si decirlo "odio", que llevo clavada en mi ser durante tantos años .

- Entonces ... deseo verlo

Me da la impresión que la expresión de mi rostro en ese momento fue terrible, ya que mi padre se sintió intimidado. Asintió y se fue sin decir más.

Me sentía derrotada, no sé porque.

Mi cuerpo no reacciona y me siento fatal, sin embargo no puedo ponerme así. Necesito cerrar este capítulo de mi vida ahora.

Me levanto con fuerza, me miro al espejo y me lavo el rostro con un jabón facial, me limpio el rostro con una toallita húmeda de agua micelar. Me hago una coleta y bajo decidida a todo.

Aunque lo pienso bien. Me observo otra vez al espejo, sé que no me veo muy bien que digamos, así que me pongo una crema humectante con muchas propiedades de una marca dermatológica muy conocida. Me encanta esta marca porque hace que mi piel parezca de porcelana.

Luego me aplicó un contorno de ojos, es importante ya que esa zona es la más envejece y le cae más los rayos del sol; luego dejo que seque un momento y que absorba el producto para echarme el sérum de la vitamina C, hidratante y por último el humectante de labios.

Tomo valor y respiro antes de bajar las escaleras.

Era el momento. Amber, no dudes, confío en mí. Soy fuerte y sé que a pesar de todo el daño que te pudo haber hecho este tipo, tú vas a poder enfrentartele. Sobreviviste a la muerte, a tu enfermedad y a tu desamor.

Puedes sobrevivir al ver a tu agresor de nuevo.

- Amber

- Alix ¿Qué pasa? — vi a mi hermano detrás de ella, pero rápidamente se puso en frente de mi hermana mayor — ¿Patrick?

- Ven vamos a charlar un rato —  me agarró de la muñeca

- No — me safe de su agarre — será después, estoy ocupada.

- No sé que este pasando realmente, pero nuestros padres están incómodos y la familia de Leonardo también.

Amber aunque sea explícanos que vas a hacer.

- Yo soy la que debería pedir las explicaciones. Porque realmente todo esto es estúpido.

Por eso voy a terminarlo ahora.

- ¡Amber espera! — Patrick intentó detenerme

No le hice caso a mi hermano y me fui con dirección a la sala.

Al verlos todos reunidos se me bajó la presión, al contemplar el rostro de Leonardo por segunda vez.

Este chico, al pasar de los años, aún me pone los nervios de punta.

Estaba consternado y eso me enfureció más.

O sea, yo soy la que debería de estar así, no él.

Estaba totalmente equivocado si cree que se saldrá con la suya.

- Buenas noches a todos

- Oh querida — dijo la madre de Leonardo asustada — ¿Te sientes mejor?

- Claro que sí, lamento el susto. Los accidentes siempre pasan — sonreí fría — y quisiera compartir esta reunión con ustedes, es una sorpresa tenerlos en mi casa a todos — me detuve al ver el rostro de Judas — por favor hermanos — me gire al verlos, adelante, sentemonos todos juntos — sonreí y analice la situación. En estos momentos debía ser calculadora con cada paso que de — ¿Y de qué he estado perdiendome?

El padre de Leonardo se aclaró la garganta y con una sonrisa nerviosa replicó.

- Estábamos hablando con tus padres sobre nuestra propuesta de alianza. Al fin somos socios.

¡Ay no! , una razón más para estar involucrada con este tipo. ¡Que me parta un rayo!

- ¿Socios en qué? — pregunté tajantemente

- Vamos a unirnos con ellos sobre nuestra alianza de red, del que el año pasado no quisiste participar hermanita — dijo mi hermana recelosamente — ¿No lo recuerdas?

- Me había olvidado — seguí sonriendo falsamente — ¿Y de cuánto estamos hablando?

- Estamos hablando de quinientos millones de dólares Amber, es una inversión fuerte.

El hijo de puta me habló frescamente. Sin decir más.

Estaba conteniendo la rabia que sentía dentro de mí de no ahorcarlo en ese momento pero mi infierno era más grande. Debía apartarlo de ahí antes de que explotara.

- Es mucho dinero — articule cada palabra fuerte y claro

- Sí, pero creemos que la inversión será exitosa

- ¿Y que pasa si fracasa?

- Hermana, ¿Sabes cuanto dinero hicimos el año pasado?

- No, la verdad no tengo idea

- 20 000 billones de dólares, por eso es que estamos tan confiados.

— No podía ocultar mi cara de molestia — ¿Y cómo es que se logró todo esto en un año? ¿No creen que es precipitado invertir más de lo que se invirtió el año pasado?

- Eso pensábamos pero si aún así perdiéramos no sería todo.

- Pero se dan cuenta — mi hermano me frenó

- Hermana, estas hablando con empresarios de grandes ligas. No será tan fácil de que podamos perder.

- Es cierto muchacho — rió el padre de Leonardo mientras bebía whisky y se relamia los labios el viejo regordete — Estamos hablando de negocios querida, es como jugar golf a las cinco de la mañana.

Sinceramente conozco a tu padre y siempre ha apostado a lo grande. Nunca ha perdido, sino mirate a ti. Apostó por tu empresa y ahora tienes la posibilidad de ganarnos a todos — comenzó a carcajear y toda la papada se le movía, parecía una cosa masosa y eso me provocaba asco.

- Alastor por favor, no bebas tanto; tú salud cariño — dijo su esposa Yenna mientras acariciaba a su esposo en el pecho.

- Padres, es hora de relajarnos; tantos negocios están malogrando la paz. Sobre todo no queremos inquietar a Amber — se expresó Leonardo un tanto incómodo pero pasivo.

- Oh preciosa, podrías venir el sábado a un cóctel que organizo, vendrá mucha gente importante. Te divertirás.

- Lo siento Yenna, mi hija es poco de los negocios familiares — sonrió mi madre falsamente mientras se arreglaba el cabello.

- Tal y como su madre

- Querida, mi hija es tan astuta como yo y tan relajada que hace los negocios menos intensos y mira... Yo sí puedo apoyar a mi esposo.

Mamá soltó ese comentario porque sabía que la madre de Leonardo no era independiente como ella.

Me pareció un poco bajo, pero no soy quién para criticarla. Mamá sabía bien lo que hacía.

- Pero dejando de lado ese tema; que tal, si jugamos un partido de ajedrez. Tú y yo Leonardo, como los viejos tiempos — lo invite a salir de la sala — vamos, será divertido.

Al parecer se lo creyó todo; estaba medio confiado de que no le haga un escándalo por su aparición.

- Sí — dijo sereno — claro

- Bueno, entonces nosotros vamos a jugar billar, ¿Ustedes que harán? — pregunto el padre de Leonardo

- Nosotras estaremos platicando un poco — contestó mi madre

- Pues bien Alastor, Patrick, adelante por favor

Papá se iba sonriente con Patrick y el señor Alastor.

Mamá y la señora Yenna estaban de lo más divertidas hablando pero mi hermana se despidió de nosotros.

- Planea bien Amber, nuestro futuro depende de ti, no cometas una estupidez por tus impulsos.

- No lo haré

Ambas nos miramos y luego nos fuimos cada quién por su camino.

Al ingresar al ala oeste de la casa saque el tablero de ajedrez.

Leonardo por su lado se acomodo y se sirvió un vaso de whisky con hielo. Yo lo presentía; estaba sigiloso esperando el momento preciso como para estar preparado para los reclamos que le haría.

Al terminar de ordenar me senté y él también lo hizo.

Empecé sin decir nada, moví mi peón.

El movió el caballo, no tenía ni idea porque lo hizo. Pero arme mi estrategia.

No sé por qué pero sentí que debí matar a la reina primero y luego al rey. Quería degollar al rey por ser un pendejo que deja que otros se sacrifiquen por él.

Al final llegué a matar a la reina. Estaba cerca de su rey. Él mató a mi caballo así que saque a mi reina.

Fui directo matando a sus peones, quizo matarme pero también tuve que sacrificar algunas piezas fundamentales.

Al final quedamos cara a cara.

Ambos sabíamos que era el final.

- Jaque mate — lo dije mirándolo a los ojos con mucha profundidad.

- Ganaste — se quedó mirándome calculadoramemte no podía creer su cinismo.

Realmente nunca lo entendí. Sus gestos eran inexpresivos. Me sentí extraña ante él toda la vida. Parecía inofensivo siempre pero al final...

- ¡¿Cómo te atreves!? — bote de un golpe todo lo que había en la mesa y me levante imponentemente — ¡¿Cómo te atreves a aparecer así?! ¡En mi propia casa! ¡¿Por qué Leonardo?! — golpeo las palmas de mi mano contra la mesa, estaba tan furiosa que me iba a descontrolar por completo — ¡¿Dime por qué?!

- Te has vuelto tan impulsiva — se levanto lentamente —  Amber, calmate, no te conviene ponerte así.

- ¡Largate de mi casa!

- ¿A esto es a lo que querías llegar?

- ¡Porque sabes que no eres bienvenido a mi vida! ¡Lo sabes!

- Ya superalo Amber

- Lo trato de hacer, ¡Maldito hijo de — me quede callada y me toque la frente, me sentí débil de nuevo.

- ¿Estás bien? — intentó tocarme, pero me alejé

- ¿Cómo si te importara? — dije agarrandome le pecho

- Todo lo que tenga que ver sobre ti me importa

- ¡Sabes que estás en falta!

- ¡Tú también me haces mal Amber!, pero, sin embargo, estoy aquí , al frente de ti, tratando de olvidar todo lo que paso hace 6 años.

No es fácil sabes. ¡No solo para ti es difícil!

Se quedó callado viéndome con la mirada cansada. Es la primera vez que veo ese pequeño destello de arrepentimiento en sus pupilas.

- Lo sé, me odias... y me lo merezco; pero no quiero ser más el malo de la película.

Siempre tú, tú y tú. Pero ya no quiero ser el culpable de que te pase cosas malas.

No me quiero sentir responsable.

No quiero verte así ¡Por favor!

- Lo dices tan en serio que hasta se escucha creíble — me burle

- Necesitas saber toda la verdad sobre aquel día

- ¿Y qué me tienes que decir? — dije arisca

- Muchas cosas de las que no te has enterado

- ¿En serio? — lo encare

- Sabes que tu hermana fue la que me impidió viajar contigo. Me contó toda la verdad sobre tu enfermedad y no supe cómo reaccionar.

- ¿Qué? — estoy desconcertada por las palabras que salen de su boca.

- Sé que tienes tres enfermedades, pero la del corazon es la más peligrosa. Sé que no hay cura.

Es por esa razón — agachó la cabeza — fui cobarde y te dejé sin decir nada. Sabía que si realmente haría algo bueno por ti, es alejarme y que te olvides de mí para siempre, porque no era buena influencia en ese momento para ti — me miro a los ojos

- ¡¿Cómo pudiste?! ¡Estaba muy enamorada de ti!. Te lo perdoné todo — derrame una lágrima — ¡Tú lo eras todo para mí Leonardo! — lloré mientras agachaba mi rostro.

- Lo sé y también te amé pero, no soy perfecto — se acercó a mí y me limpió las lágrimas — no podía estar con alguien como tú. Me daba miedo.

En ese momento, él me hizo sentir cosas muy desagradables, se me hacía difícil explicar como me sentía. La forma en cómo me lo dijo, me sentí impotente, como si fuera algo penoso estar conviviendo con alguien como yo.

¿Acaso realmente era una opción viable olvidar que algo anda mal y desligarse de alguien que no es igual a nosotros por ser diferente?

Duele mucho, y lo triste es, que aunque pase mil años, siempre me dolerá la manera en como se expresa de mí.

- No necesito tu lástima. ¡No necesito nada que tenga que ver de ti! — me alejé de él — ¡Olvidate de que existo! , no me pidas perdón por nada. No quiero escucharlo.

- ¿Acaso te niegas a poder arreglar las cosas? — me preguntó con pena

- Algún día podré verte a la cara y no sentir nada por ti — alce mi mirada — porque lo que siento por ti es total repudio.

Así que perdóname pero no puedo ser condescendiente contigo.

Alejate de mi vida, de mi espacio, de mi familia.

O sino este trato que tienen nuestros padres se verá quebrado.

- Tú no puedes tener la autoridad para hacer eso

- ¡Claro que la tengo! , tú no me conoces

- ¡Claro que te conozco! , siempre lo haré

— Me acerque tanto a él que quedamos punta a punta de la nariz y le susurre —  No sabes lo mucho que he cambiado y lo capaz que puedo ser, cuando quiero optener algo.

No te metas en mi camino.

Me aleje de él. Tenía cólera y a la vez muchas ganas de llorar; me controle, porque no quiero temblar, porque intuía que detrás de esa fachada despreocupada y arrogante tenía bien en claro de con quién se metía. Y que iba a ganar una enemiga poderosa si seguía de insistente.

- Sabes que Amber, deberías dejar de ser tan engreída y ya ... ¿Ser feliz no? ; eso te falta, se te nota, ¿Has estado sola mucho tiempo?

- No tan sola como tú

- No, yo no he estado solo

- Ah no, claro que no. Las únicas personas que están a tu lado son por conveniencia. Ni siquiera tus padres que están biologicamente programados para amarte están a tu lado. Se que sigue siendo igual que antes Leonardo. No me vengas a mostrar una cara diferente de ti.

- Por conveniencia o no, por lo menos están a mi lado. En cambio tú... ni por amor pudiste retenerlo ¿No es así?

- Sigues interesado en mí verdad — sonreí mientras me cruzaba de brazos — ¿Qué tanto has investigado?

- La soledad es el momento donde más ruido existe después de terminar el día. Silencian los de afuera pero regresan los de siempre... O sea los que están adentro.

- Estoy tan en paz conmigo misma que en vez de gritos se escucha melodías.

¿Puedes decir eso de ti?

Me pasé de largo y me fui, sabía que estaba tan ardido. Pero no le iba a dar el gusto.

Él no va a verme derrotada.

Títere

Juraría que ella ya no es la misma de antes.

Esa valentía al enfrentar a todos, ese ímpetu que demostró en el juego y la manera en que defendía sus ideas.

Amber estaba madurando como mujer.

No niego que me alegra verla realizada y superando cada día más y más a todos. Eso me daba celos. Aunque quisiera ocultarlo. Me da cólera.

Cuando la veía en la escuela siempre pensé que estaría un paso adelante de ella pero ahora veo que ella esta adelante de mí y demorare en alcanzarla.

Por lo frágil que era me confié y más cuando me enteré lo de su enfermedad.

Pensé que moriría. No quise aceptarlo pero ya no quería estar ligado a una enferma que truncaria mis ansias de vivir. La cuál necesitaría más de lo que puedo ofrecer.

No estaba preparado mentalmente para tanto dolor.

Aunque la amaba y la sigo amando... No quería ese camino para mí. Soy joven.

Pero... el verla ahora tan fuerte y poderosa. Gallarda y pacienciosa, me hace pensar que cometí un error con ella.

Esa mirada, esa mirada era otra. Brillaba con el fervor del fuego en su corazón.

Dolía admitirlo pero... Fui un idiota.

- ¡Leonardo! ¿Y Amber?

- Ella se retiro, dijo que no se sentía bien

- Y ¿Por qué las cosas estan tiradas?

- Lo lamento señor, Amber perdió en control e hizo que todo se cayera. Por eso la lleve a su habitación, para que reposara y regrese para recoger todo esto.

- ¡Muchacho! ¡Debiste decírmelo!

- ¡Hey! ¡Maximiliano!

- Lo siento Alastor, será mejor que se retiren, tengo que auxiliar a mi hija. Espero que comprendas.

- Claro. Entiendo; gracias por todo, nos vemos pasado mañana. Que se recupere tu querida hija.

Vamos muchacho.

Mi padre me hizo un ademán para que me acercara a la puerta, me despedí de Maximiliano y nos fuimos junto con mamá.

Entramos a la camioneta y nos fuimos, Francisco manejaba el coche hoy, papá no quería hacerlo. Ya venía con copas demás desde la casa.

- Alastor, esa corriente de Miranda me dejó en ridículo

- No vas a negar que tú la provocaste

- ¡¿Acaso la defiendes?!

- ¡Ya basta! 

Pueden dejar de pelear por favor. Siempre es lo mismo.

Mi padre y mi madre me miraron con odio y yo respondí con desdén.

- Es increíble que se hayan comportado como un par de tontos, ¡No pueden ser normales por una vez en la vida!

Mi madre me agarro la mejilla y me la apretó tan fuerte con las uñas que grite un poco.

- Escuchame bien, pequeño idiota. Serás mi hijo pero aun sigo teniendo poder sobre ti. Y aun estas atado a mí.

- Te equivocas, yo trabajo madre, ya no soy un adolescente.

- Pero trabajas en la empresa de tu padre y la mía. Así que o te educas o te dejamos en la calle. ¡Esta claro!

Mi frívola madre tenía la voz grave y suave a la vez, pero me intimidada tanto que me costaba mucho trabajo no hacerle caso.

La odiaba, la odiaba más a ella que a mi padre.

Papá solo me vio y sonreía como si fuera una victoria para ellos someterme a estos tipos de tratos.

- Ya dejalo Yenna, lo hemos malcriado, por eso es así.

Mi madre me dejó de lastimar, pero su mirada amenazante era latente, eso me desconcertaba demasiado.

- ¡Y yo que he hecho! ¡Eh!

- Que no has hecho — replicó mi padre

- Exacto, que no he hecho por ustedes — los mire con odio — siempre doy todo por ustedes. Siempre trato de hacer lo que ustedes quieren, siempre los apoyo en todo aunque no quiera. Como hoy por ejemplo.

No quería venir a esa casa y ustedes se enojaron por mi primera desición, pero claro... Me persuadieron y caí. Porque quería verlos feliz.

- Hubiera sido más feliz si tú hubieras convencido a la menor hija de Maximiliano de entrar a nuestro negocio.

Pero luego nos enteramos de tus enredados con esa chica enferma — se expresó mi madre con desdén.

- ¡No se expresen así de ella! — explote

- Vaya, vaya — sonrió mi padre — tú sientes algo por esa muchacha ¿No es así?

- Claro que no — mentí

- Pues — sonrió malévolamente mi madre — ya sabes lo que tienes que hacer 

- No, eso no madre — estaba pasmado por lo que me pedía

- Lo harás hijo mío, eres nuestro único heredero y te protegerémos a toda costa.

Eso implica en ponerte en buena posición así no quieras.

- No me vengas con tus chantajes emocionales

- No son chantajes — se alejó mi madre de mí — nunca entenderás hijo mío cuanto es nuestro amor, así nos veas con odio y esa mirada repulsiva que emana de ti, siempre estaremos a tu lado. Así caigas o vueles.

- Me dan miedo padres

- A veces el miedo se puede mezclar con el respeto querido hijo — dijo mi padre

- ¿Serían capaz de arruinar mi vida por sus propios objetivos?

- Por tu bien — mi padre levantó la cabeza y su mirada estaba encima de mi hombro — sí Leonardo. Seríamos capaz de todo con tal de alcanzar nuestros objetivos. Aunque eso implique que estés tú en nuestro camino.

El simple hecho de que dijeran eso, hacia que se me congelara la sangre. Estaban totalmente locos.

¡¿En que clase de familia retorcida estoy?!?¡¿Quienes son estas personas?! ¡¿Conocen los límites?! ¿Conocen el amor?

- Algún día nos lo vas a agradecer hijo mío — replicó mi padre seriamente — todo lo hacemos por ti, porque serás nuestro sucesor.

- No por gusto tu padre ha llegado tan lejos. Ha tenido que usar sus artimañas e inteligencia para poder crecer como un líder.

Y eso tienes que aprender tú. Tienes que olvidar todo aquello que te impida salir adelante, tienes que aniquilar todo pensamiento y sentimiento que te impida  dar un paso importante. Pero para que eso se logre debemos estar en la cima, en lo más alto y créeme cuando te digo una cosa Leonardo.

Su tono de voz se intensificó y con la mirada más inexpresiva de todas mi madre artículo palabras.

- Nosotros somos los únicos que estaremos contigo siempre.

Que tétrico sonó eso y que maternal.

Llegamos a casa y mi madre bajo del carro mi padre me miró fijamente a los ojos y asintió con la cabeza; y sin mas se dejó notar una pequeña sonrisa en la comisura en los labios. Como si lo que hubiera dicho su esposa fuera el credo y una ley divina.

Me provocaban mucho terror y vergüenza.

Durante mi adolescencia he descubierto muchas cosas sobre ellos; sin embargo, ahora sé que solo era la décima parte de lo que en realidad son.

Siempre me sentí orgullosos de ellos pero... ahora sé que me siento atacado acorralado y víctima de ellos.

Pero no tenía opciones, en algo era cierto lo que me decían.

Ellos jamás me dejaran solo siempre estarán a mi lado como si fueran mi sombra.

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