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La Luz De La Oscuridad

1

Me encontraba recostada sobre el césped recién cortado del jardín trasero del internado del que era prisionera desde que tengo 12 años. 

El día estaba nublado y una ligera brisa anunciando que pronto comenzaría a llover, pero no quería irme a mi habitación, porque estaba cansada después de semejante examen de Calculo, donde el profesor bigotes se esmero en la tortura mental. 

-Está a punto de llover, ¿No piensas moverte? -me pregunta Haddie, mi compañera de cuarto y por lo tanto confidente y eso le otorga el derecho de ser mi mejor amiga

-El ambiente está delicioso, ven a recostarte conmigo

-Se hará lodo cuando empiece a llover

-Entonces será mejor que te acuestes ya y alcances a disfrutarlo 

Haddie se sienta a mi lado y me mira. 

-¿En qué piensas? -me pregunta en susurro 

-En nada, creo que después de ese examen no podré pensar en mínimo cinco años 

-No seas tan exagerada -dice riendo -Eres brillante y tendrás la nota más alta de la clase

-Gracias a ti, por ayudarme a estudiar

-¿Vas a ir de vacaciones a tu casa?

Me incorporo para poder sentarme con las piernas cruzadas.

-Sí

-¿No te emociona?

-Sabes que no -le digo sin ánimos

-Quizá algún día pases las vacaciones en mi casa

-Seguramente es un lugar reconfortante y cálido, ya sabes, con ese ambiente familiar en cada rincón de la casa

-Eres una luz en tu mundo lleno de oscuridad, no dejes que te consuman, vales mucho y no te merecen

Me acerco a ella y le doy un abrazo, es la única persona que me ha dado cariño físico, al igual que es la única que me ha dicho algo bonito que me hace sentir bien con lo que soy.

Una gota de agua anunciando una fuerte tormenta cae en mi brazo y seguida de esa se vienen un millón de gotas cayendo una detrás de la otra a toda prisa.

-Corre, corre, corre -le digo mientras me hecho a correr yo misma mientras me río a carcajadas

Haddie corre a mi lado mientras trata de cubrir su libro por debajo de su blusa.

-Me debes un libro nuevo -me dice mientras entramos a nuestro dormitorio y cerramos la puerta detrás de nosotras

Saca el libro escurriendo a chorros completamente arruinado y me mira con el ceño fruncido.

-Mándame tu dirección y te lo haré llegar -se lo prometo

Escribe su dirección en un papel y me lo entrega.

-Lo quiero lo más pronto posible, que estaba por llegar al final

-Como ordene -digo mientras hago un saludo de respeto como si fuera mi capitán

-Que graciosa -dice mientras me saca la lengua y se mete al baño para darse una ducha

-No tardes, necesito bañarme yo también o voy a resfriarme

-Te lo mereces -dice en broma

Mientras Haddie sale del baño empiezo a recoger los apuntes de la noche anterior que utilizamos para estudiar para el examen hasta altas horas de la noche, mientras comíamos galletas y leche con chocolate.

-Todo tuyo -dice Haddie

Entro al baño y me doy una ducha larga y relajante, el agua tibia siempre me ayudaba a relajar los músculos mientras que el agua fría la utilizaba cuando quería despejarme, quitarme el estrés o espantarme el sueño.

Cuando término me envuelvo en una toalla y salgo para ir al ropero directamente a buscar mi pijama de franela azulada.

Haddie no estaba en la habitación así que aprovechando su ausencia para vestirme rápidamente e ir a limpiar el baño hasta dejarlo reluciente.

-Traje la cena -dice Haddie con un tono lleno de felicidad y emoción

Ambas nos sentamos en la alfombra de nuestra habitación con las piernas cruzadas y veo que trajo dos rebanadas de pizza, un cupcake, un brownie y para beber una malteada de mango y otra de fresa.

-Voy a extrañar esto -dice con nostalgia

-Aún te faltan dos semanas soportándome, así que guárdate toda esa melancolía -le planto un beso en la mejilla y ella sonríe con nostalgia

-Es que eres mi mejor amiga y estoy acostumbrada a estar pegada a ti todo el tiempo

-Pues tendrás que aprender a sobrevivir las vacaciones sin mi, además no está tan mal, puedes hacer cosas que te gustan hacer y por estar conmigo no lo haces

-¿Cómo que? -pregunta con el ceño fruncido

-Pintar

-Odio pintar

-Sin embargo lo haces de maravilla

-Odio que me vean pintar

-Ese es el punto, estarás tu sola y disfrutarás de tu propia compañía, deja que el talento salga de tu interior, no lo retengas

-Si hago un cuadro decente en estás vacaciones te lo regalaré

-Estaré encantada de recibirlo

Después de terminar con nuestra cena ambas fuimos a nuestras respectivas camas y caímos profundamente dormidas, después de todo había sido un día largo y pesado.

***

Algo estaba vibrando...

Algo que me molestaba...

Algo que estaba impidiendo que durmiera plácidamente.

Me levanto de mala gana para tomar el celular que esta sobre mi escritorio. Miro la pantalla y mi corazón de acelera al leer "Pavlov"

Con las manos temblorosas respondo y voy a mi armario directamente, comprobando en el reloj que está sobre la cabecera está marcando las 2:38 am

-"Hola"

-"¿Dónde estás?"

-"En el internado hermano, ¿Dónde más podría estar?"

-"Sal de ahí, van por ti -escucho su voz agitada -Eder está por llegar"

-"¿Quién está detrás de mi?" -pregunto mientras me hecho a correr sin siquiera poder cambiarme de ropa, incluso estaba descalza atravesando a toda velocidad los enormes jardines llenos de lodo por la lluvia que aún seguía cayendo

-"Los Boulanger"

-"¿Pero que demonios? Se supone que estamos en paz"

-"Pues ya no"

-"¿Qué fue lo que hiciste?"

Silencio. Miro la pantalla y veo que me colgó.

Cruzo el pasillo sin disminuir el paso y salgo al jardín de la entrada, trepo con gran habilidad el muro del cancel y en cuanto estoy del otro lado, un auto negro está esperándome.

Me monto en el y el chofer acelera a toda velocidad.

-Buenas noches señorita Daelyn -me dice respetuosamente Eder

-Buenas noches a ti también -le digo mientras trato de recuperar el aliento

Pero este se pierde cuando una bala atraviesa el vidrio trasero estrellándose en mil pedazos.

-Abajo -me dice Eder mientras saca su arma y comienza a disparar -ACELERA, ESTÁN DETRÁS DE NOSOTROS -le grita al chofer

Y yo solo puedo sentir el miedo corriendo por mis venas.

2

El hombre que iba tras el volante da un giro brusco en una de las calles y tengo que sujetarme con fuerza para no salir disparada por todos lados.

-Maldita sea -dice el conductor sin aliento

-Vamos a saltar -me dice Eder

-¿Qué? ¿Por qué?

-Nos están encerrando

Me toma de la mano con mucha fuerza y me jala para que me quede a su lado, abre la puerta y salta sin esperar absolutamente nada.

Ruedo, raspándome los brazos y las rodillas cuando caigo sobre el asfalto, era como estar pasando una maldita lija por mi piel.

-Maldición -me quejo

-Arriba, tenemos que correr

Entramos a un parque a plena noche para poder camuflajeamos entre los troncos de los gruesos y grandes árboles que estaban ahí.

-¿Por qué vienen por mi? -le pregunto

Estaba por responder cuando una bala impacta en el centro de su frente y cae de rodillas para después tenderse en el suelo completamente muerto.

Retrocedo impactada y me giro completamente en un estado de shock.

Y entonces es cuando los veo, ahí parados mirándome con ojos penetrantes y con cierta fascinación por su cometido.

Mr. Boulanger estaba de pie con una sonrisa en el rostro, el mismísimo líder de una de las familias de mafiosos más peligrosas que siempre han estado compitiendo con mi familia por el lugar de los mejores a pesar de que nuestras ramas en la mafia son diferentes, está ahí parado justo a dos metros.

A su lado está un chico rubio de cabello risado de ojos azules claros, medía más o menos 1.85 su mirada estaba vacía no había ni la más mínima expresión, pero evidentemente acababa de matar a Eder con el arma que estaba sujetada en su mano derecha con delicadeza.

Y ni hablar de todos los hombres que me estaban rodeando, prácticamente parecían guardaespaldas vestidos con camisas blancas, pantalones de vestir y corbatas rojas.

-¿Nos harás esto difícil o aceptas voluntariamente tu destino? -pregunta Mr. Boulanger

No podía ir a ningún lado, estaba desarmada, rodeada de veinte hombres, cualquier persona con el más mínimo intelecto sabe que no tiene oportunidad de escapar, al menos por ahora.

-¿Qué hará conmigo? -pregunto con un tono frío y distante

Una coraza que sé que debo utilizar para mi propia supervivencia.

-Serás la prisionera de mi familia -dice con la sonrisa retorcida

Camina hasta quedar enfrente de mi.

-Celular -tiende su mano

Se lo entrego sin poner resistencia.

-Reloj, collar y rastreador GPS -dice esperando pacientemente

Le entrego el reloj, mi collar y mi cuadro localizador, la única salvación de que mi familia me recuperara.

-¿Algo más? ¿O necesitas ayuda del caballero para buscarte algo?

-Es todo

Me arranca con brusquedad la pulsera de pequeños diamantes que rodea mi tobillo con delicadeza.

-Odio las mentiras -me dice furioso -Solo yo puedo decirlas, quiero que me escuches bien niñita, el camino a casa será en completo silencio ¿Quedó claro?

Asiento con la cabeza.

-Ten hijo, ve a divertirte un rato -dice Mr. Boulanger mientras le entrega mis rastreadores

El chico rubio toma las cosas y se aleja en un auto último modelo de color amarillo con negro.

-Andando -dice Mr. Boulanger

Cuatro hombres me amarran de manos y pies con una cuerda ejerciendo mucha fuerza.

Después el más alto de ellos me hecha sobre su hombro como si fuera un costal y con brusquedad me arroja al asiento trasero de una camioneta. 

El camino fue largo, literalmente era una prisionera de la familia Boulanger. Supuestamente mi familia mafiosa y la suya estaban en paz, ¿Qué habrá pasado para que estuvieran declarando la guerra tan descaradamente?

Secuestrar a la hija menor de la familia Parmentier, era algo descarado y habría muchísima sangre en el desenlace de todo esto. Porque el poder de ambas familias iba a caer una sobre la otra.

Horas después estaba sobre el hombro de ese hombre nuevamente que estaba caminando por la gran entrada de la mansión Boulanger, tenía que ser sincera y admitir que este lugar daba escalofrío y el ambiente olía a un destino de muerte.

Me dejan en el sótano lleno de mugre de la maravillosa mansión, era un cuarto verdaderamente repugnante y mal oliente, con manchas de orines secas y algunas zonas con sangre seca.

Seguía atada de manos y pies al centro de la habitación, con la cabeza alzada y con el corazón amartillandome el pecho.

Empecé a contar ya que no tenía nada más que hacer. Cuando llevo una hora y cuarenta y siete minutos, escucho unas pisadas que se están acercando a la habitación.

La puerta de abre y lo primero que veo es a un chico de unos 15 años aproximadamente, aunque muy alto para ser sincera.

Tiene su cabello castaño oscuro con gruesas ondas, algunos cubrían su frente y tenía ese mismo tono de ojos azul cielo, iba vestido con un pantalón negro, unas botas y una camisa tipo polo azul.

-¿Quién eres? -me pregunta mientras me ve ahí sentada en el piso

-¿Quién eres tú?

-Yo pregunte primero -dice con una sonrisa sincera

Lo cual me sorprendió, ya que no era una sonrisa arrogante, de desafío o de placer por la tortura, era una sonrisa linda, inocente y divertida.

-Soy Daelyn

-Soy Balián

Ambos nos quedamos mirándonos un rato.

-¿Eres la hija menor de los Parmentier?

-Sí

-Soy el hijo menor de los Boulanger, es un gusto conocerte

Se acerca.

-¿A cuantas personas heriste?

-¿Cómo dices? -le pregunto confundida

-¿A cuantos de mis hombres mataste?

-A ninguno -lo miro a los ojos -Sin embargo, puedo decirte a cuantos mataron los tuyos a los míos

-¿Te consideran peligrosa?

-¿Por qué lo preguntas?

-Te tienen atada y encerrada peor que a un perro

-No les he hecho nada, no soy capaz ni de matar a una mosca

-En ese caso vamos a desatarte

Comienza a quitarme los fuertes amarres de las muñecas y la de los tobillos.

-¿Tienes hambre?

-No

-¿Segura?

-¿Por qué me desataste? -lo miro completamente confundida -¿Qué tal si he mentido y soy la persona más peligrosa que está en está casa?

Me mira.

-Entonces ataca -alza sus manos y no deja de mirarme a los ojos -Está es tu oportunidad

Niego con la cabeza.

-Bien ahora que terminamos con las amenazas, ¿Vamos a comer?

3

-¿Vas a envenenarme con la comida?

-No -dice disgustado -Eso me parece algo totalmente fuera de honor y decencia, esa persona está compartiendo su compañía contigo y tu lo envenenas, me parece peor que una apuñalada por la espalda

-¿Y por qué alguien como tú quisiera darme de comer?

-Porque sigues siendo una persona, tienes necesidades básicas, comer, ir al baño, dormir

Lo miro con detenimiento.

-Te vez asquerosa -me mira

-Si tu familia no me hubiera obligado a saltar de un auto en movimiento o a salir corriendo cuando llovía por lodo estaría más presentable

-Seguramente si, bueno después de desayunar, te daré una habitación para que puedas cambiarte y darte una ducha que buena falta te hace

-¿Siempre eres así de sincero?

-Nunca miento

-¿Nunca?

-No

-Pero supongo que alguna vez llegaste a mentir

-Por supuesto que llegué a hacerlo, pero ya no lo hago ni lo haré

-¿Por qué?

-Es personal

-Creí que no mentías

-Y no lo hago, es personal y no quiero decírtelo porque tu y yo no somos amigos

-¿Consideras que tu y yo podríamos llegar a ser amigos?

-Eso depende de ti

-¿De mi?

-¿Me mentiras o siempre serás sincera?

-Seré sincera

-Entonces quizá lleguemos a serlo -dice con una sonrisa

-Odio tus botas -le digo sinceramente

-Yo odio tu pijama, ese tipo de tela no es de mi agrado

-Es muy cómoda -defiendo a mi pijama favorita

-Sí, trata de defender a tu porquería -dice riendo

Y provoca que sonría también. Su sinceridad es agridulce.

-¿Vamos o no?

-¿A dónde?

-¿Necesito repetirlo más de tres veces? -me mira -A que desayunes

-Está bien, vamos

-Por fin

Ambos salimos del sótano y caminamos por pasillos, escaleras y puertas para llegar hasta el comedor.

Balián recorre una silla y me indica que tome asiento, después me acerca a la mesa como todo un caballero y luego va a tomar asiento él a mi lado.

-¿Estás cómoda?

-Sí

-Perfecto

Segundos después entran dos camareros de traje y colocan con delicadeza los platos enfrente de nosotros.

-¿Si te parece apetitoso o prefieres otra cosa?

-Está bien, muchas gracias -le digo sincera

-Perfecto, entonces provecho

Ambos empezamos a comer y debo de admitir que jamás había comido un desayuno tan delicioso, era realmente sorprendente el sazón del chef de ésta casa.

Estábamos terminando el postre de crema de avellana cuando alguien entra por la puerta, veo al chico rubio que es el hijo mayor de Mr. Boulanger, aquel que mató a Eder.

Me da una mirada y después la dirige a su hermano menor.

-Buenos días -dice amablemente Balián

-¿Qué tiene de buenos? -pregunta el hermano mientras se sienta en la mesa y un mesero trae su plato y empieza a comer en completo silencio degustando cada bocado -¿Se te perdió algo? -dice sin mirarme

-Mi libertad por ejemplo

-¡Uy! esa es buena -dice Balián con una sonrisa plantada en el rostro

-¿Y acaso yo la tengo o por qué me miras tanto? -dice ignorando por completo el comentario de su hermano

-Contribuiste a que la perdiera -le digo sería y mirándolo a los ojos

-¿No deberías de estar en el sótano?

-Tu hermano me sacó de ese lugar, porque al parecer es el único de está familia con educación

-Que rápido juzgas -dice sin quitarme los ojos de encima, una mirada profunda y penetrante -¿Lo consideras un defecto o una virtud?

-Yo diría que virtud

-Pues cualquier persona opinaría que juzgar a las personas antes de conocerlas es un defecto y uno de muy mal gusto

-No me interesa conocer a tu familia y mucho menos a ti

-Yo no te pedí en ningún momento que me conocieras, eres tan insignificante en mi vida, que ni siquiera se porque te estoy dirigiendo la palabra

-Pues no lo hagas

-Si eso quieres -dice mientras baja la mirada a su desayuno y come tranquilamente

-¿Terminaste de comer? -pregunta Balián divertido

-Sí

-Vamos a la que será tu habitación

-¿También piensas darle una habitación? -le pregunta ese chico rubio tan odioso a Balián

-Sí, ¿Por qué no?

-Porque es prisionera directa de papá

-No es una prisionera directa, es solo una rehén

-Ten cuidado -le advierte

-Lo tendré, Bentley

Sigue comiendo y ambos nos vamos de ese sitio.

Caminamos por innumerables pasillos y escaleras, esto era enorme y prácticamente podría perderme con mucha facilidad.

Llegamos a la última habitación del pasillo y cruzamos la puerta blanca con tallados delicados en la madera.

La habitación era completamente blanca, había una cama con colchas lila, que hacían juego con los muebles y los cuadros que la decoraban.

-¿Qué te parece?

-Me gusta

-De acuerdo, pues dejo que te instales, mandaré a alguna chica de servicio a que te compre algo de ropa porque juro que si vuelvo a verte con ese pijama lo quemaré yo mismo

-¿Por qué haces todo esto? -lo miro -Tu y yo somos enemigos

-No me has hecho nada ¿Por qué te consideraría entonces mi enemiga?

-Porque nuestras familias son enemigas...

-Los errores de mi familia no tienen porque ser los míos, no te considero mi enemiga y no voy a tratarte como una

-Tu padre enfurecerá

-Nada nuevo para él, solo hará una rabieta, me gritara cosas desagradables y todo terminado

-Arriesgas mucho

-Bien si tanto te molesta que tenga atenciones contigo por creerte un ser humano que merece algo decente antes de una rehén puedo llevarte al sótano

-Estaré bien aquí, muchas gracias Balián

-Cualquier cosa tendrás unos a unos hombres custodiándote, diles que me llamen si necesitas de rangos más altos -suspira -Se ve que no eres una chica tonta y mucho menos estúpida, así que no trates de escapar -me mira -Qué seas una rehén no significa que a mi familia le interese mantenerte con vida, además, ¿Qué tan lejos podrías llegar?

-No voy a escapar -lo miro

-Eso espero que sea lo más sincero que hayas dicho en tu vida, por tu propio bien

Sale de la habitación que sería mía por los próximos días hasta que pueda formular un plan impecable para poder escapar de este maldito lugar.

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