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Prólogo: Hijos

Soy Hades, el rey del inframundo, hijo de Crono. Millonario, atractivo, con un impecable sentido de la moda y una responsabilidad indiscutible, soy uno de los dioses más poderosos del Olimpo, aunque también uno de los más temidos.

Gobierno mi propio reino, pero la mayoría me teme. Disfruto de la soltería, no porque no pueda casarme, sino porque las mujeres que me rodean lo hacen por mi dinero, no por amor. No me importa demasiado; prefiero no tener a nadie que se inmiscuya en mi vida.

Muchos me consideran frío, un asesino, un torturador despiadado, y no se equivocan. He cometido la mayoría de los actos de los que se me acusa. Si quería llegar a donde estoy ahora, no podía permitirme un corazón débil. Necesitaba un método de supervivencia.

No siempre quise ser así. Fui obligado a tomar el inframundo por mi hermano Zeus, el rey del Olimpo. Aunque se dice que él me otorgó el inframundo para establecerme como rey, en realidad fui exiliado del Olimpo por caer en su sucia trampa.

Pero no me rendí. Decidí convertir mi encarcelamiento en mi hogar y crear un imperio desde cero. Ahora, soy el hermano con la mayor fortuna de todos los reinos, incluso más que el Olimpo. Para igualar mi riqueza, Zeus tendría que multiplicar la suya por treinta.

Mi ejército es uno de los más poderosos, gracias a mis demonios y a las almas que se volvieron mis esclavos. Todo el inframundo me obedece. Esto forzó al Olimpo a levantar mi exilio. Muchos intentan acercarse a mí, y otros han tratado de arrebatarme lo que me pertenece, pero nadie lo ha logrado. Dioses o humanos, quien se meta conmigo sentirá toda mi furia.

Llegar a este punto no fue fácil. Me costó mucho ordenar el inframundo. Me tomó más de 2.000 años. No recuerdo cuántas veces me desmayé y quedé con cicatrices en mi cuerpo, solo en la oscuridad, olvidado por todos. Por eso, en lugar de luchar contra la oscuridad, decidí hacerla mi aliada y utilizarla en mi beneficio. No me detendré hasta que todos se arrodillen ante mí.

Tal vez hayan escuchado la historia desde otra perspectiva, donde soy el villano. Pero ahora les contaré mi versión.

Año 10.000

Gea: Crono, tienes que saber algo importante.

Crono: ¿De qué se trata? ¿Otra de tus profecías?

Gea: Escúchame atentamente.

Crono: Dime, te escucho.

Gea: Vas a derrocar a tu padre del trono y asumirás el poder absoluto. Pero no obstante, tu propio hijo te derrotará. Un hijo que tendrá un destino ligado a ti, que será parecido a ti y que algún día igualará tu poder.

Crono: ¿Qué estás diciendo? ¿Un hijo mío me va a matar? ¿Cómo es posible? ¿Lo confirmaste? ¿Estás totalmente segura?

Gea: Completamente.

Crono: No lo permitiré, nunca.

Gea: El destino está marcado.

Continuará...

Sigue la serie y dale un me gusta al capítulo o Zeus te mandará un rayo.

Esta novela mezcla hechos de la verdadera historia del Olimpo con ficción creada por mí. Está hecha con fines de entretenimiento.

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Capítulo 2: Aura

Gea: El destino está marcado.

Crono: Ya lo veremos.

Después de ser advertido sobre su futuro, Crono se negó a aceptar que uno de sus hijos lo derrotaría y decidió hacer todo lo posible para evitarlo.

Año 20.500

Urano: Padre de Crono, dios del cielo, hijo de Gea, esposo de Gea, padre de los titanes.

Tal como profetizó Gea, años después, Crono se rebelaría contra su padre, el dios titán, el gran Urano, dios del cielo.

Finalmente, Crono, decidido a derrocar a su padre y tomar el trono, planeó su ataque. Esa misma noche, se dirigió al trono de Urano para enfrentarlo y gobernar por toda la eternidad. Al llegar, vio a Urano junto a Gea, y aprovechó el momento para atacar.

Crono se acercó sigilosamente a su padre, lo agarró de los testículos y lo tiró al suelo. Con una daga que sacó de su espalda, le cortó los testículos de un solo golpe. Urano murió poco después, pero la sangre que brotó de él no solo causó la muerte de Gea, sino también el nacimiento de los Gigantes, las Erinias y las Ninfas de los Fresnos, así como otras divinidades relacionadas con los árboles.

Rea: Diosa de la fertilidad, hermana y esposa de Crono.

Después de asumir el trono, Crono se casó con su hermana Rea, con quien tuvo a su primera hija, Hestia, la diosa del hogar. Sin embargo, Crono se sentía cada vez más amenazado por la profecía de su madre.

Pasaron los siglos y Crono tuvo más hijos: Hestia, Hades, Deméter, Poseidón, Hera y Zeus. Pero Crono seguía alerta, especialmente con sus tres hijos varones: Hades, Poseidón y Zeus. Aunque Hades era el mayor de los hermanos varones, seguía siendo un niño . Zeus,  apenas comenzaba a hablar. A pesar de todo, Crono apartaba especialmente a Hades, quien había nacido con grandes habilidades.

Mientras tanto, Rea estaba en el bosque con Hades y Zeus. Se quedó dormida, dejando a los dos niños jugando.

Zeus: Oye hermano, ¿por qué el cielo es azul?

Hades: Porque nuestro bisabuelo quiso que fuera así.

Zeus: ¿Y si el cielo fuera amarillo?

Hades: No sé, tal vez si le pides a papá, lo vuelva amarillo.

Zeus: Papá da mucho miedo.

Hades: Yo creo lo contrario, él nos teme por alguna razón.

Zeus: ¿Por qué dices eso? ¿Sabes leer pensamientos?

Hades: Claro que no, pero de alguna manera sé leer a las personas y usarlas a mi favor. No es ningún poder, solo soy bueno manejando a las personas.

De pronto, Zeus se acercó a un abismo gigantesco mientras jugaba. Hades no se dio cuenta hasta que ya era demasiado tarde. Desesperado, corrió hacia su hermano, pero estaba demasiado lejos. Zeus comenzó a caer cuando el borde del barranco cedió y le gritó a Hades.

Zeus: ¡Hermano, sálvame!

Al escuchar el grito de su hermano, un aura poderosa brotó de Hades, y sus ojos se llenaron de energía. Rea sintió el poder y se despertó. Hades dio un salto increíblemente alto y se lanzó hacia el abismo. Agarró a Zeus en el aire, clavó sus manos en la tierra y frenó la caída. Con un último esfuerzo, saltó con Zeus en brazos y lo llevó de vuelta a la cima del barranco.

Zeus tenía solo un rasguño en la mano. Hades, volviendo a la normalidad, olvidó lo que había pasado. Rea llegó y lo apartó del lugar.

Rea: ¡Apártate, monstruo! Empujando a Hades No te acerques a mi hijo. ¿Estás bien, Zeus?

Zeus: Sí, mamá, estoy bien.

Rea: ¿Qué te pasó en la mano? ¿Te hizo daño Hades?

Hades, desconcertado y enfurecido, se dio cuenta de que su propia madre lo veía como un monstruo. No era la primera vez que lo trataba así, pero nunca había sido tan evidente. A pesar de todo, Hades sabía que su madre, al igual que el resto de los dioses, le tenía miedo.

Rea: Mirando fijamente a Hades Apártate de mi hijo, monstruo.

Hades: ¿Acaso yo no soy tu hijo?

Zeus: Mamá, estaba jugando y de repente... Mirando a Hades Él saltó muy alto y me atrapó. No sé por qué Sonriendo a Hades.

Hades, confundido y enfurecido, respondió a Zeus.

Hades: ¿De qué hablas, mentiroso? Te fuiste por voluntad propia.

De repente, una aura poderosa y densa se hizo presente, dificultando la respiración. Rea reaccionó rápidamente.

Rea: No está bien, tenemos que correr. Coge a Zeus en brazos y comienza a correr.

Hades: ¿Qué está pasando? ¿Por qué corremos?

Rea: Es el fin. Está enojado. Viene por nosotros.

Hades: ¿Quién viene por nosotros? ¡Oye!

Rea: Tu padre viene y está enojado. Tengo una idea.

Rea ató a Hades a un árbol con una soga y comenzó a correr, dejándolo atrás.

Continuará...

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Capítulo 3: Devorado

Rea ató a Hades a un árbol con una soga y comenzó a correr hacia un escondite subterráneo, dejando a Hades como carnada para Crono. Poco después de que Rea lo abandonara, Hades sacó un cuchillo que guardaba en su pierna y empezó a cortar la soga, con la esperanza de alcanzar a su madre y esconderse con ella. Afortunadamente, Hades sabía dónde estaba el escondite porque había seguido a su madre el día anterior.

Al estar cerca del escondite, Hades oyó los pasos de Crono acercándose al lugar. Crono agachó la cabeza para hablar con Rea, pero Zeus no estaba a la vista, así que Hades supuso que estaba dentro del escondite.

Rea: Crono, cálmate. Es Hades a quien quieres. Solo tienes que matarlo a él. No nos hagas daño, por favor. La profecía dice que es parecido a ti y que tiene un gran poder. ¿No sentiste su aura a pesar de su corta edad?

Hades, escondido, observó la mirada de miedo en los ojos de su madre y comprendió por qué todos le temían: se parecía a su padre. Pero, ¿de qué profecía estaban hablando?

Crono: Claro que sentí su aura, es fuerte. Pero estuve pensando, ¿qué tal si no es él? ¿Y si es otro de nuestros hijos? Además, ¿por qué asumir que será un hombre? Tal vez es una mujer. Si todos se vuelven contra mí, eso sería un problema. Así que me los devoraré a todos. Dime dónde está Zeus, o te tragaré a ti también.

Rea: Espera, ¿por qué a todos? No tienen la culpa.

Crono: ¡Cállate y dame a Zeus!

Rea: Pero, ¿por qué Zeus? Es solo un niño. Mirando a Hades detrás de los arbustos Crono, Hades está ahí. Míralo, se está escondiendo.

Hades: Mierda, me vio.

Hades empezó a correr con todas sus fuerzas para sobrevivir, pero Crono, siendo un gigante, lo alcanzó fácilmente. Crono lo atrapó con sus dedos como si fuera basura y, sin vacilar, lo metió en su boca y lo tragó. Mientras caía por el interior de su padre, Hades reflexionó.

Hades: Maldita sea, mi madre me traicionó y Zeus también dijo que intenté tirarlo. Pero, ¿por qué? Recordando Bueno, es de esperarse. Mi madre siempre tuvo a Zeus como favorito. A mí me tenía miedo, pero a Zeus lo mimaba. Zeus siempre quiso tener a mamá para él solo. Todos lo veían como el niño perfecto.

Mientras Crono devoraba a Hades, Rea intentaba ocultar a Zeus, pero Crono regresó rápidamente.

Rea: Espera, primero devora a los demás niños. Si te demoras, se enterarán y huirán. Zeus es solo un niño, no podrá escapar.

Crono: Tienes razón, pero más te vale que no intentes nada o pagarás caro.

Crono devoró a sus hijos uno por uno. Le tomó poco tiempo y luego regresó al escondite donde se ocultaba Zeus. Rea entregó un supuesto Zeus a Crono, quien, sin verificar, se lo comió rápidamente, confiado de que era su hijo menor. Sin embargo, Zeus estaba escondido en un barril.

Dentro de Crono, en la oscuridad, todos los hermanos estaban reunidos, asustados y sin saber qué iba a pasar. Pensaban que estarían encerrados para siempre.

Hestia: Tranquilos chicos, vamos a salir de aquí, estoy segura. Solo tenemos que esperar.

Deméter: ¿Y si no salimos? ¿Y si quedamos atrapados aquí para siempre? Mira lo que le pasó a Zeus y no sabemos nada de Hades. Tal vez él sabía lo que iba a pasar y huyó antes, sin advertirnos. Es un traidor.

Hestia: Calma, no sabemos si eso es cierto.

Deméter: Entonces, ¿cómo explicas que no esté aquí?

De repente, Hades apareció entre la oscuridad.

Hades: ¿Crees que los abandoné y me fui? Qué suposición más ridícula. Pensé que eras inteligente.

Hestia: Hades, ¿estás aquí? Pero yo fui la primera en ser tragada y no estabas aquí.

Hades: Ya estaba aquí, solo que decidí explorar un poco para ver si había alguna salida.

Hestia: ¿Y la encontraste?

Hades: No, no había nada. ¿Y esa manta?

Hestia: Esa era la manta de Zeus. Creemos que papá lo masticó y no pudo llegar.

Hades, viendo la manta, se dio cuenta de algo que ninguno de sus hermanos había notado: Zeus estaba vivo. Al verlo, no pudo evitar sonreír ligeramente.

Continuará...

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Sabías que todos los dioses, al cumplir 5000 años, son como personas de 20 años y solo envejecen hasta alcanzar su edad mental. Es decir, crecen hasta los 5000 años y luego mantienen un aspecto entre los 21 y los 50 años humanos.

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