"Tengo 6 años" y soy un poco distraída en la escuela, me cuesta una materia en particular matemática, es complicado para mí...
Particularmente soy bastante alegre, pero asombrosamente tímida, tengo unos papás increíbles que me aman y me crían de manera diferente a mis amigos y eso en el fondo me agrada porque siento que hacen de mí una buena niña con respeto y honestidad para la sociedad mi nombre es Elena Peralta...
Me encuentro en hora de refrigerio, "debemos darnos prisa" le comento a mi mejor amiga de clase Cristina, ella come más lento que yo, frente a nosotras están algunos niños amontonados y llama mi atención.
Presto atención a la mesa aglomerada en lo que Crisitina termina su plato de frutas y veo que son compañeros de aula, presto un poco más de atención todavía y veo a un niño mucho más grande definitivamente él no estaba en mi clase, él hablaba alto y tenía un tono arrogante...
"Quién más quiere las respuestas" decía, ¡¡¡él estaba cobrando por la tarea de matematicas que nos habían dejado esta mañana!!!... fue la primera vez que me sentí de una forma tan extraña, en ese momento lo vi con admiración, pero detestaba su majadería y arrogancia al hacer que todos se desesperen por querer que le resuelva la tarea.
Me alejé en cuanto Cristina terminó, no podía hacer esas cosas, las trampas no eran cosa mía.
Con el paso de las semanas se hizo costumbre el sacar provecho de su aptitud para matemáticas, con la misma arrogancia que lo caracterizaba y al mismo tiempo siempre encontraba la manera de salir sin ningún llamado de atención, yo lo tenía que ver de lejos seguido y terminé aprendiendo su apellido "Galés".
Con los meses nos mudamos de país, así que me fui de intercambio, terminado la escuela y universidad en otra cuidad.
Quince años después...
Elena se encuentra camino al consultorio, ella se convirtió en médico, con los años descubrió que su vocación era servir y ayudar a las personas y encontró en su carrera todo lo que esperaba de la vida, ella se sentía plena viviendo una vida sencilla, vive un apartamento modesto, le encantan las plantas y su vida social es aceptable, tiene los amigos necesarios, como ya se sabe, siempre fue tímida. Con la profesión que desempeña sirviendo a su comunidad ella encuentra lógica en la vida, cada mañana al despertar.
Elena va caminado con el tiempo exacto son 7:30 a.m. y debe estar en el trabajo a las 8, programa bien su día, por lo que sabe que puede hacer una parada en su cafetería favorita, que no queda muy lejos de su trabajo, ella pide como de costumbre café y galletas para acompañar y se dispone a esperar.
"¿Nos conocemos?" susurra una voz muy masculina y seductora. Elena no se gira puesto que no tendría sentido que alguien la "conozca con lo reservada y tímida que lleva siendo desde su nacimiento".
Elena siente dos toques en el hombre "¿hola?" vuelve a susurrar la voz masculina y gruesa
Narra Elena
Me giro ante esta evidente invasión a mi espacio y quedo atónita, un hombre de lo más atractivo esta viendome directamente a los ojos, era de algunos años más a los míos evidentemente, tenía el cabello castaño oscuro peinado cuidadosamente, unos ojos preciosos marrones y las pestañas más bonitas que vi en la vida, un rostro ligeramente bronceado...realmente lindo, con la barba más varonil y cuidada que había visto en toda mi existencia, vestía formal y era extraordinariamente pulcro, pero su traje no podía esconder su figura evidentemente trabajada... En lo que mis ojos reunían todos esos datos para guardarlos en mi cabeza imagino que quedé en silencio durante algunos segundos como tonta, en mi defensa yo estaba en shock...
El hombre me volvió a hablar "¿Eres muda?" preguntó él con un tono un poco más altanero. Retome la compostura...
"No lo creo" fue lo único que pude articular.
"Señorita Peralta su orden está lista" informó la encargada, no me giré a verlo solo me retiré de forma seria meditando por mi estupida conducta de hace un rato.
Narra Elena
Estoy por ingresar a la puerta de mi centro de labores y decido olvidar el incidente de la cafetería. Ingreso con buen ánimo y marco la tarjeta de ingreso saludo a algunos colegas en el pasillo y me dirigo a mi consultorio. Me encanta la vista de mi consultorio puedo ver los árboles altos y como el sol ilumina estos y el pequeño parque que se encuentra saliendo, hace que la vista sea aún más exquisita, me quedo sumida en mis pensamientos cuando tocan la puerta...
"Buenos días Elena" saluda mi enfermera de turno es una señora mayor que siempre tiene muy buen tema de conversación.
"Buena día señora Irene" respondo a su saludo de manera gentil, le pregunto cómo fue su fin de semana y ella se muestra animosa, por contarme... Me comenta que recibió visita de sus nietos y que cada día los ve más grandes
"Deberías considerar formar una familia" "el tiempo pasa muy rápido" añade
yo sonrio tímidamente y respondo: "es un tema bastante complicado considerando la época"
Ella medita unos instantes y responde con tristeza "Es cierto"
Era evidente que encontrar a un hombre que te respetara y te diera tu lugar, así como el esposo de Irene desde su juventud hasta ahora sería un problema, 'si es que ya no estaban extintos' en las pocas oportunidades que me di de conocer a chicos, ninguno cumplió con mis espectativas, tampoco era que necesitaba con urgencia un hombre yo me encontraba tranquila viviendo así.
"Bueno linda te dejo tus historias del día de hoy, no son muchas" dijo Irene. "Siempre dicen que me tardo en tu consultorio" añadió respondiendo con una sonrisa.
No imagino el motivo dije sonriendo aún más "Ten un lindo día Irene" te veo luego la animé
Tomé asiento y espero el primer paciente que tenía por turno a las 8:15 faltaban dos minutos, tenía tiempo de terminar mi última galleta de esta mañana, por lo que no presté atención a la historia clínica con los datos del paciente 1
"toc toc" llamaron a la puerta
Adelante dije, quedé en shock cuando vi al mismo hombre de la cafetería esta mañana. Él también estaba sorprendido.
"No había una enfermera que me anunciara, dijo a modo de crítica"
"Mi enfermera está ocupada en este momento" respondí tajante, no permitía que nadie se meta con Irene. "Cómo puedo ayudarlo" señor.... en lo que abría su historia clínica vi un apellido que de pronto me estampó mentalmente contra la pared y al mismo tiempo me transportó hacia mi niñez ¡cómo podía venir a mi memoria ese mocoso engreído que no había tenido lugar en mi memoria y menos en mi vida desde esa época!.
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