Ring, Ring … “Aquí un llamado de emergencia, soy la comandante Megan Smith de la tripulación Spacefield, nuestra nave ha sido interceptada por una especie de formas de vida come carne, si alguien está escuchando esto, le suplico que nos ayude, ya se agotó el alimento y queda muy poca agua y oxígeno. Solo quedan dos de mis técnicos, los demás han sido devorados, no hay registro alguno contra quien nos estamos enfrentando, POR FAVOR, AYUDENNOS, NO NOS ABANDONEN, ¡AAAAAHHHH! (se corta la comunicación)”

“Aquí, Orion-7 a Spacefield, ¿nos escuchan? Cambio”.

Pasan algunos minutos sin respuesta alguna.

“Repito, aquí, Orion-7 a Spacefield, ¿nos escuchan? Cambio.”

Vuelven a pasar algunos minutos sin respuesta alguna.

“Maldición, repito, aquí, Orion-7 a Spacefield, ¿hay alguien ahí? Cambio.”

Pasa un rato en silencio y de repente, alguien contesta:

“(se escuchan ruidos de alguna criatura)”

“Orion-7 a Spacefield, detecto una clase de interferencia, por favor, quien sea que este ahí, contésteme”

“(los ruidos se incrementan hasta que el sonido está tan fuerte que destruye los tímpanos del receptor)”

Se destruye por completo la señal, la doctora de la nave Orion-7 corre atender al hombre, su oído está derramando mucha sangre, va a quedar sordo. La nave Spacefield es enorme comparada al Orion-7, esta era una especie de arca intergaláctico con los materiales suficientes para construir una planta de energía solar lo suficientemente cerca de esta estrella. Sin embargo, había enviado demasiadas alertas y llamadas de auxilio por organismos extraterrestres que habían saboteado la misión, algo poco creíble para los científicos terrícolas que aseguraban que ninguna forma de vida podía sobrevivir a esa distancia del sol debido a sus altas temperaturas. A pesar de todo eso, enviaron dos naves de rescate, una, la Orion-7 y otra la AIS Interment.

Se escogió al personal más calificado para el rescate de esta nave debido a que todos los gobiernos mundiales invirtieron generosas cantidades de dinero para este proyecto de gran escala. Orion-7 fue la que partió primero para identificar al posible enemigo y salvar lo más pronto a los tripulantes gracias a ser la nave más rápida actualmente en la tierra, por detrás, la acompañaba la AIS Interment, una nave más grande y con todas las herramientas necesarias para su extracción, aunque ninguna se comparaba a la Spacefield.

“Aquí, Interment a Orion-7, reporte de situación, cambio.”

“Orion-7 a Interment, Charles ha sufrido de una grave lesión en sus oídos, nuestro primer diagnóstico es que va a quedar sordo y sufrir gran pérdida del equilibrio”.

“Orion-7, se puede saber ¿qué paso?”

“Llegó una llamada de emergencia aproximadamente hace 3 horas de la comandante de la Spacefield, se le escuchaba muy angustiada y afirmaba la existencia de un infiltrado en la nave, nos mencionó que es un organismo come carne y había devorado a toda su tripulación, al final, creemos que la asesinaron e intentamos establecer contacto con la nave, contestaron y emitieron un ruido tan potente que lastimó a Charles”.

“No puede ser, deberíamos reportar con la base.”

“Ya lo hicimos, nos dieron permiso de atracar en Spacefield, tenemos los trajes y armamento indicado para una respuesta ofensiva, llegaremos a la computadora central para examinar los videos de las cámaras de vigilancia.”

“¡No! Es muy arriesgado, esperen a que lleguemos juntos.”

“Lo siento, ya hemos llegado. Nuestros hombres pueden solos con esto”.

Se corta la llamada.

Desde Interment, siguen intentando volver a establecer contacto con Orion-7, todavía están a unos cuantos años luz de su destino. El comandante de la nave ordena a que todos se reúnan en la sala para la cena, su nombre es Abraham, un cuarentón que estuvo en el ejército antes de que se enamorara de la aeronáutica, es soltero y nunca tuvo hijos y ni piensa tener, se caracteriza por ser un líder innato, serio, irradia seguridad y autoridad, es habilidoso en el manejo de las armas y de las personas; sin embargo, tiende a perder muy fácil la paciencia debido a su carácter malgeniado.

Su segundo al mando es Emma, una mujer altamente responsable y ordenada, está casada y tiene dos niñas, nunca ha dicho su edad, pero, apuestan a que tiene 34 años, tiene mucho talento para la ingeniería y la administración, su gran debilidad es su entomofobia.

El piloto principal es Cilian, un engreído veterano que ha pilotado por más de 15 años, es conocido por sus numerosas expediciones a la luna y marte, ha tenido muchas mujeres, pero, nunca compromisos serios, lo curioso es que detrás de ese gran orgullo se esconden grandes inseguridades. Sus fieles copilotos son los gemelos Nolan, unos entusiastas de la acción y la aventura, siempre han pilotado con Cilian desde que se conocieron en un viaje a marte, son muy obedientes y manipulables, su más grande sueño es volar por todo el sistema solar.

Después continuaremos con el resto de la tripulación, la misión del AIS Interment era colarse por la nave Spacefield considerando un posible fracaso del Orion-7, extraer los materiales de la construcción o en la posibilidad que destinaran sus superiores en la tierra, establecer el curso de la misión anterior: construir una planta de energía solar. Mientras tanto, en Orion-7, bajo un complicado acople manual, llegaron a uno de los puertos de entrada de la nave, entraron sólo 5 marines armados y con trajes de protección en caso de toparse con esta forma de vida agresiva, en primera instancia, la nave estaba completamente a oscuras, debían reconectar la corriente y para ello iban con linternas y lentes de visión nocturna, el nivel de oxigeno era demasiado bajo y se sentían en el ambiente un frio terrible capaz de provocar una hipotermia.

Por suerte, sabían el recorrido a los generadores de energía y la computadora central, entonces, se separan en dos equipos, 3 encargados de reparar los generadores y 2 directo a la computadora central. El resto de la tripulación mantenía en contacto con cada uno desde la otra nave:

“Soldado B-76, reporte de posición”

“Aquí, B-76 y M-32, atravesamos uno de los conductos principales, hay un olor a putrefacción, marcas de sangre en las paredes y una de las entradas de ventilación ha sido destruida”

“¿Alguna señal de vida o actividad sospechosa?”

“Negativo”

“Tengan cuidado, cambio”.

“Soldado A-89, reporte de posición”

“Aquí, A-89, me encuentro con C-11 y F-47, avanzando por la sala de botánica, completamente destruida, acabamos de encontrar el cadáver de una especialista en botánica, su placa dice que era la doctora Chung (se escuchan pasos en una entrada de ventilación)”

“¿Qué fue eso?!” –grita C-11-.

“¿Qué está sucediendo, soldado?”

“Ahora, nos encontramos escondidos, hay ruidos cerca a la ventilación, permiso para atacar” –responde A-89-.

“Afirmativo, dependemos de ustedes”

Se interrumpe la comunicación:

“Aquí, B-76 a la base, acabamos de ver a la criatura, es enorme, similar a los xenomorfos de las películas de Alien” (suena muy alarmado)

“Ni siquiera te viste esas películas, esto me recuerda a los necromorfos de Dead Space” (responde M-32)

“No es hora de estupideces, señores. Salgan de ahí”.

Se vuelve a interrumpir la conversación:

“¡AUXILIO! LA CRIATURA SE HA COMIDO A C-11. ESTAMOS HUYENDO DE ELLA, NOS OCULTAREMOS EN LA SALA DE MAQUINAS”.

“¿Cómo, diablos, puede estar en dos lugares?”

“Son dos criaturas, le hemos disparado y parece no hacerle daño” –responde F-47-.

“RETIRADA, REGRESEN A LA NAVE”

Comienzan a sonar por los audífonos, ese relajante sonido blanco:

“Soldado A-89, repórtese”

Hay un largo silencio sin respuesta.

“Soldado F-47, repórtese”

Sin respuesta.

“Aquí, B-76 y M-32, nos colamos por uno de los conductos de ventilación y hemos llegado a la computadora central siguen sin restablecer la corriente”

“Negativo, soldado. Hemos perdido la señal con el otro equipo. ¿Algún sobreviviente?”

“Cero. La comandante Smith parece que se ha suicidado, tenía un arma en sus manos y dejó una nota escrita con su propia sangre: “Desconfíen los unos de los otros”.

“Mira, lo que hay en la pared” – le indica M-32-.

“El impostor está entre nosotros”

“Soldados, salgan de ahí inmediatamente, es muy peligroso continuar la misión, vamos a esperar a AIS Interment”

“Negativo, iremos a reactivar los generadores nosotros mismos”

“¡ESTÁN LOCOS! Es una orden, retírense”

“Continuamos la misión, cambio”.

“¡IDIOTAS!”

Recibieron una llamada de la otra nave:

“Aquí, Interment a Orion-7, al fin, contestan. ¿Cómo van con la misión?”

“Orion-7 a Interment, nos hemos acoplado a Spacefield, estábamos teniendo complicaciones, pero, vamos a reactivar la base”

“¿Qué clase de complicaciones?”

“El suministro de oxígeno y energía fue cortado, lastimosamente, llegamos muy tarde y no quedo nadie con vida”

“¿Es segura la nave? ¿Hay alguna forma de vida extraterrestre?”

“Afirmativo. Hemos encontrado avistamientos de un ser desconocido, pero, nuestros marines se están encargando de aniquilar a esta criatura”

“Ok, intentaremos llegar lo más pronto posible, ¿Ya reportaron con la principal?”

“Estamos en ello, cambio”.

“Bueno, parece que todo está en orden” –dice aliviado el gemelo Clark Nolan-.

A su espalda, se encuentra Yuki, la especialista en botánica, amante de la naturaleza y los fenómenos físicos, es una joven muy brillante y atenta a cada detalle, está muy obsesionada con su estudio respecto al sol y si es posible utilizar su energía como fuente de vida orgánica, aunque, es muy callada y reservada.

A su lado, está Richard comiéndose una dona, el jefe de seguridad, un hombre algo subido de peso, muy amable y gentil, fue un exmilitar de gran confianza en las Fuerzas Aéreas, en el pasillo se encuentran conversando Tom y Sigourney Simpson, un matrimonio joven sin hijos, ambos son astronautas experimentados, se conocieron en la estación espacial de la NASA, son buenas personas; sin embargo, él es de carácter fuerte y ella de carácter suave y apacible.

Por último, pero no menos importantes, Abigaíl, la hija de Cilian, es la médica del equipo, encargada de la salud y cuidado de la tripulación, ella, no lo sabe, pero, su padre es el responsable de que ambos estén en la misma misión, algo fastidioso ya que lo odia. También, el doctor Coleman, el cerebro detrás de toda la operación, el científico encargado de supervisar el proyecto de la planta de energía. Aunque, en la nave, hay otro tripulante no humano, Murph, la inteligencia artificial que gestiona cada uno de los procesos de la nave con una voz muy agradable e incluso sensual, la asistente de todos los tripulantes y a la vez, amiga confidente de cada uno.

“Capitán, ¿cuánto falta para que lleguemos?” –pregunta el Dr. Coleman-.

“Aproximadamente llegaremos en 2 semanas, cuénteme, ¿Por qué la NASA y los gobiernos mundiales quisieron construir una planta de energía solar cerca del sol, no era mejor, en nuestro planeta?”

“Nuestros estudios han indicado que podemos obtener una mayor fuente de energía acercándonos al Sol, claro, también hay otras razones de por medio, que no puedo rebelarle, capitán. Solo puedo decirle que la tierra le queda muy poco tiempo y todas nuestras operaciones en Marte han sido un fracaso, de momento, es imposible que la humanidad se pueda establecer en ese planeta”-susurra el científico-.

“¿Por qué no intentan con otro planeta?”

“Y tomarnos décadas de investigación, para que resulte en otro fracaso. Esto es más difícil de lo que usted pueda pensar”

“Doctor, confío en usted, solo le sugiero que cuide su tono” –pone su mano en uno de los hombros del doctor-.

“Vale, pero, por favor, ni una palabra de esto, a la tripulación”.

En la enfermería, se encuentra Joe Nolan y Abigaíl, el gemelo dice que sintió fuertes dolores de cabeza y mareos:

“Ya te hice el chequeo, tomate esto –le entrega unas pastillas- y descansa, es normal que las personas se sientan incomodas en el espacio”

“Pero, yo soy un piloto, llevó mucho tiempo en esto y enserio que me sentía muy maluco”

“Tranquilo, no eres Luke Skywalker, lo más seguro, es que tienes cansancio de estar todo el día en la cabina principal”

“Oye, no sabía que te gustaban esas películas… que te parece si un día de estos las vemos juntos”

“Mmm… no acostumbro a aceptar citas”

“Tómalo como una salida a cine entre compañeros de trabajo; pero, en el espacio” –interrumpe el gemelo-.

“Jajaja, está bien, te veo después, jedi”

“Y eso que no has visto mis movimientos con el sable laser”

“Tal vez, no sea un mal muchacho” –pensó Abigaíl-.

“Tom Simpson, repórtese a la cubierta, ahora mismo”-habla el capitán-

Tom se encontraba con su esposa en la habitación, estaban hablando de lo que planeaban hacer con sus vidas cuando regresaran a casa, a todos los amigos que tendrían que visitar, a sus padres que hace mucho no veían, tal vez, esta sería su última misión y dedicarse al negocio que tanto había soñado Sigourney, tener su propia pastelería.

“Aquí estoy, comandante ¿Necesita algo?”

“Que le expliqué la segunda al mando”

“Ya le he dicho que me puede decir Emma –protesta- Ok, Tom, tenemos un pequeño problema, uno de nuestros motores inferiores sufrió un pequeño roce con un asteroide, por suerte, el motor no sufrió daño, pero, fue desconectado del mecanismo de la nave, lo que tú tienes que hacer es salir y reconectarlo, fácil ¿no?”

“Bueno, pero, desactivaran la corriente cuando yo esté allí”

“¡Claro! –sonríe Emma- No creas que te vamos a dejar carbonizar, tu compañera en esta misión, será nuestra tan amable amiga, Murph”

“Hola, chicos” –suena uno de los parlantes de la cubierta-

“Listo, ponte tu traje y te esperamos en la salida”-ordena la sub-comandante-.

La nave Spacefield se ha iluminado, su energía ha sido restablecida, el resto de la tripulación decide ingresar bajo mucha precaución, los dos soldados han resultado vencedores y aseguran que han eliminado toda presencia del organismo hostil. Pero, ¿Dónde está el cuerpo? ¿No eran dos? Está pensando la comandante.

“Creemos que debieron escapar al espacio” –cuenta M-32-.

“Iniciaremos un proceso de desinfección y limpieza, nos reorganizaremos con mucha cautela para reactivar toda la operación y continuar el curso de la misión, mientras, ustedes dos, irán a un chequeo médico urgente y a estar en cuarentena obligatoria, hasta que no vea al tal cadáver del intruso, esto suena sospechoso”-ordena la comandante-.

“Yo le sugiero que no debería preocuparse tanto, capitana” –dice con un tono irónico B-76-.

La sala de enfermería del Spacefield se encontraba hecha un desastre, había cadáveres cerca y charcos de sangre secándose, varios implementos médicos estaban destruidos:

“¡Dios mío! Esto requerirá de una remodelación” –exclama la doctora-.

“Doc. Linda, hagamos esto rápido” –se afana B-76-.

La doctora hace el chequeo a cada uno de los marines, de momento, no encuentra nada extraño o alguna herida, ellos dicen no tener dolores de cabeza, ni mareos, ni fiebre ni ningún otro síntoma. Sin embargo, una de sus lecturas de cardiograma detecta actividad inusual en su corazón, como si tuviera dos corazones:

“¿Está nervioso, soldado?” –pregunta la doctora-.

“Si, es que usted es una dama muy atractiva y me excita, digo, no, eso sonó algo sexista”-menciona B-76-.

“No juegue conmigo, soldado –se enoja- sus latidos son tan veloces y fuertes que ningún ser humano ha llegado a esa capacidad cardiaca, de casualidad ¿Tuvo contacto con la criatura?”

“Si habla de contacto de vernos a los ojos o de si me toco, la verdad, ninguna de las dos” –titubea-.

“¿Y usted, también presenta el mismo síntoma?”-le pregunta a M-32-.

“Nosotros la matamos -suda M-32- solo era una criatura, la otra no pudimos toparnos con ella”.

“Si, le disparamos por un conducto de ventilación hasta que la muy desgraciada salió al espacio exterior” –complementa el otro-.

“Pero, es casi imposible que alguien pueda sobrevivir a esta cercanía del sol”

Comienzan a ver bajones de energía, por los parlantes desde la cubierta alertan:

“Tengan cuidado, experimentamos cortes de energía, sugerimos mantener la calma y continuar con sus labores hasta nuevo aviso”

Se empieza a emitir ruido blanco y se escuchan pisadas por la ventilación, la enfermería sufre un apagón completo, la doctora grita de miedo:

“Tranquila, solo es una falla de la nave” –mientras agarra una jeringa M-32-.

“Estamos aquí para protegerla” –le susurra al oído B-76-.

No sabemos que paso en la enfermería, pero, no fue nada bueno.

“Tom, debes tener cuidado, a esta velocidad puedes soltarte muy fácil y perderte en el vacío” –aconseja Murph-.

“Eres demasiado cautelosa para ser una computadora”-dice Tom terminando de colocarse su traje y avanzar a la compuerta de salida-.

“Solo calculo posibilidades, errores y éxitos de cada proceso, todo se puede resolver con números”

“En este trabajo, aprendes que no todo se puede controlar”

El astronauta Tom Simpson sale enganchado a la nave con sus herramientas para reparar el motor, se columpia por la inmensidad del universo, ver esa infinidad de estrellas y planetas es un espectáculo del cual nunca se aburría, el espacio es frio y solitario, solo piensa en la bendición que le da su esposa antes de cada excursión. Saber que alguien te está esperando en la tierra es algo desolador; pero, que te espere en la misma nave es preocupante, trabajar con tu pareja en algo tan peligroso, era un juramento de que, si algo malo pasaba, no podrían despedirse de la mejor forma como los matrimonios normales, en conclusión, tenía un presentimiento de que toda esta operación era una misión suicida.

Aunque, él es un profesional y debería mejor concentrarse en su trabajo. Llega con facilidad y audacia al motor dañado, empieza a soldar cuidosamente cada una de las piezas y ve que hace falta un cable, el cual se encuentra algo lejos de su posición:

“Ten cuidado, si –habla Murph- intenta dar un gran salto impulsándote desde tu posición hasta el cable, yo seguiré soltándote cuerda”

“Ok, ¿Ya desconectaste la energía?”

“Estoy en ello”

Tom continúa flotando por el espacio, a lo lejos se alcanza a divisar un cinturón de asteroides:

“¿Debería preocuparme de ello?”

“Tenemos poco tiempo, será mejor que te apresures”

El astronauta agarra rápidamente el cable y vuelve se impulsa para regresar al motor, su traje tiene unos propulsores que le ayudan a darle más velocidad y estabilidad, está deslizándose por el borde y con su brazo derecho alcanza a sujetarse firmemente del motor para no caer de lleno al espacio.

“Reconecta el motor, ya desvié la corriente”

Conecta el cable y el motor ha quedado reparado.

“Muy bien ahora, puedes regresar a la compuerta”

“Si no estuviera casado, saldría contigo Murph” –bromea el astronauta-.

En la cubierta:

“Mientras, el sr. Simpson repara la nave, tengo algo muy serio que discutir con ustedes, comandante y sub-comandante” –habla el jefe de seguridad-.

“Por supuesto, Richard ¿Qué tienes?” –le interroga Emma-.

“Fui contratado para asegurarme de su supervivencia de cada uno de ustedes, pero, a donde nos dirigimos, no tenemos la seguridad de que podríamos encontrarnos”

“Orion-7 ya se encargó de eso, nosotros vamos a cumplir con la recogida de los materiales y ya” –dice Abraham-.

“Pero, señor, considere muy bien los peligros tenemos una pareja casada, padre e hija, familias que nos están esperando y Orion-7 no nos ha dado la seguridad de que todo marche bien” –suplica-.

Abraham no tiene a nadie que lo espere en la tierra ni una mascota, morir aquí o allá, no tendría alguna relevancia.

“¿Por qué dices eso? Acaso no has estado atento a mis informes generales, ya tenemos el contacto de que no hay nada de qué preocuparse, en vez de estar infundiendo miedo, porqué mejor no te dedicas a tu trabajo”

Richard baja la mirada y se retira de la cubierta. Emma solo se queda reflexionando y añade:

“Fuiste muy duro con él, él solo trataba de advertirnos”

“Acaso, ¿tú también estás sorda? –interrumpe iracundo- es nuestro trabajo y no nos vamos a devolver por cuentos pendejos de algún loco de Hollywood”

“Si, porqué solo te importa tu maldito trabajo como es lo único que tienes” – se retira con ojos llorosos.