Camelia:
Se me hace difícil describir como me siento, ser ofrecida como ganado al que más puede ofrecer por mi.
Me tendré que casar con un hombre que ni siquiera conoceré bien y que no sé si me agrade. La angustia que siento están grande que me cuesta dormir, y la comida me sabe a nada, mi rostro refleja mis emociones. Supongo que está es mi realidad y la de todas las mujeres que viven en mi comunidad, es una vida que hay que apreciar como todos dicen.
Desde que el mundo llegó a su fin, hemos tenido que adaptarnos a lo que quedó de este, algunos dicen que han pasado alrededor de 2.000 mil años desde que sucedió. Lo que queda de la humanidad en su mayoría son varones y las pocas mujeres que resultan ser fértiles o que pueden engendrar son utilizadas para que se casen y tengan hijos, aún se desconoce la razón de que hallan mujeres que no pueden engendrar. La última que dio a luz un bebé fue hace 10 años y logró ser un niña; los que hemos sobrevivido estamos en una isla en que antes al parecer se llamaba américa del sur, los pocos indicios que tenemos son los de algunos registros en libros y por tanto sabemos más o menos en dónde nos encontramos ubicados en el mundo. Algunas de sus fuentes señalan números terremotos, erupciones volcánicas, tormentas y desastres naturales, que causo el fin de la civilización en el planeta, aunque las naciones intentaron sobrevivir la mayoría no lo logró, el agua fue una fuente indispensable para quienes vivieron a todo esto y salieron con vida. Aún hay muchas cosas que desconocemos sobre lo que pasó al planeta. El único que cuenta con esta información es el líder de la comunidad y la trasmite a todos cuando se hace necesario, la vida es dura en la isla cada persona debe hacer su parte, y cumplir con su obligación dada. Yo en cambio deseo algo diferente de lo que se me encargo, Quiero salir, explorar, saber ¿porque estamos aquí? ¿Porque quienes han salido de la Isla nunca regresan? ¿Fueron solo los desastres naturales lo que acabo con la humanidad?
Marcus:
Me dirijo a conocer a mi prometida, todos esperan que pueda tener hijos con ella, así es la vida aquí y no se puede cambiar las reglas de la comunidad. Cómo son pocas las mujeres que logran engendrar y también pocos los varones que pueden hacerlo, muchos hemos tenido que volver a casarnos a fin de perpetuar la especie y yo siendo joven debo seguir con el arreglo establecido. Tengo 28 años y mi primera esposa se llamaba Karen ella solo me pudo dar un hijo varón y después de eso ella se enamoró de otro hombre, quedó embarazada de él y en vista de ello se quedó con él al dar a luz una niña. Fue triste descubrir que ella nunca me amó y que no iba hacerlo, aún la sigo amando, lo que hace más difíciles las cosas entre nosotros al tener que ir a buscar a Camilo. Mi hijo tiene 12 años y solo desea salir de esta isla y temo mucho que al cumplir la edad correspondiente pueda hacerlo, aquello involucra una sentencia de muerte segura, que quien sale, jamás regresa. Los exploradores son quienes salen de la Isla a buscar información o para encontrar a alguien, ellos se ofrecen de voluntario a realizar el trabajo y muy pocos los hacen. Temo por el futuro de Camilo, ya que a partir de los 12 puedes ofrecerte como voluntario incluso si tus padres no lo aprueban, yo trabajo como leñador y constructor. Y ahora para complicar las cosas en mi vida debo conocer a mi futura esposa, y espero con ello pueda olvidar a Karen. Camelia es el nombre de mi prometida sé que tiene 27 años y descubrieron que si puede tener hijos, es una buena chica, linda y trabajadora, hasta el momento eso he oído.
Voy pensando en muchas cosas mientras apiló la madera y hago lo de siempre desde que tenía 12 años. Es la edad para todo en la comunidad: exploradores, recolectores y constructores.
Escuchó algo de pronto.
_ ¿Quien está ahí?- preguntó
_ Perdón, no quise asustarte, solo caminaba por el sendero a tomar aire- habló un bella joven
No la había visto antes tenía el cabello castaño claro y rizado; estaba alborotado por el viento, caminaba lento y sus ojos eran de color miel, agitados por la caminata y asustados. No podía dejar de mirarla, era adorable.
_ No se preocupe, no me asustó señorita- le dije al instante.
Me sonrió con dulzura, aprecie que su vestimenta es la que usan las jóvenes solteras, sus colores son claros lo que las identifica. Sus labios estaban hinchados además y sus ojos parecían que había llorado. Sentí curiosidad.
Camelia:
El hombre con el que me tope, cuando quería caminar y llorar para desahogarme, parecía que notaba mi estado.
Trate de ocultar mis ojos llorosos pero no era del todo posible. Ya habían muchas cosas que me inquietaban ese día, el prometido que iba a conocer, sentir que mi futuro dependía de alguien y la presión de que si no lograba tener un hijo podía quedar marcada como las demás mujeres estériles y me dejarán. El me observaba con detenimiento, como si me analizará; es joven y de rostro marcado por unas pequeñas arrugas alrededor de sus ojos marrón. Es guapo a su manera. Tiene brazos fuertes por el trabajo que realiza y algo en su miraba me llama la atención de manera significativa. Es como si en mi interior se encendiera una luz o un rayo me atravesará el pecho.
-¿Puedo quedarme aquí?_ pregunto sin saber porque lo hacia
- Si por supuesto_ me respondió
Tengo que terminar esto y salir.
- Ah entiendo yo igual, pero no quiero pensar en eso ahora. Este lugar me tranquiliza_ dije
- A mi también, siento que puedo pensar en mis problemas o inquietudes y hallar una solución_ menciono él.
- ¿En serio?, también buscas este lugar para ello. _ sonrió
- Sí_ susurro él
Nuevamente me mira con interés, sentí ese rayo atrasarme nuevamente.
- Perdón, quizás quieras estar sola y pensar y yo solo te estoy distrayendo_ comenta él
- No, no lo haces le respondo. Siento que te conozco
_le digo, levanto mis ojos para ver su reacción.
El levanta su ceja y emboza una pequeña sonrisa. Era extraño todo, nunca lo había visto y sin embargo sentía que lo conocía de antes. Mi corazón se agitaba y era extraña esa sensación. No podía dejar de mirarlo.
Hablo él nuevamente y dijo con calma.
- Tengo que irme, tengo una cita pendiente_ decía sin ánimo.
Me dió gusto conocerla señorita. Disculpa ¿cuál es tu nombre?
Iba a abrir mi boca cuando recordé al dichoso prometido. Sería muy triste decirle quien soy y luego decir que ya no estoy disponible. Pero ¿que estoy pensando? En eso momento pensé en que no me molestaría que este hombre fuera mi prometido. Es más me gustaba, era por eso que me sentía rara. Inventé una escusa rápida para aliviar mi incomodidad y la vergüenza que sentía al tenerlo cerca.
-Discúlpame debo salir apurada de aquí también, tenía algo urgente que hacer y me había olvidado. Espero verte algún día_ dije mientras me levantaba y salía corriendo.
Cuando me detuve ya estaba en mi casa, fui consiente de nuevo que tendría que olvidarme de aquel hombre. Tenía a las 5 que ver al dichoso novio y futuro esposo. Camine a mi alcoba y encontré mi vestido rosa pálido, mi cinta celeste que va bajo mi pecho y algo para tomar mi cabello que ahora estaba todo alborotado. Mis rizos castaños claros parecían nido de aves, y mis ojos enrojecidos por las lágrimas hacían que se vieran de color casi amarillos. Tenía que arreglar esos detalles para la cita que tenía ese día.
- No puedo creer que me viera así, cuando hablaba con él._ un dolor me atravesó el pecho.
Marcus:
Llegué a casa con el deseo de haber estado más tiempo con la misteriosa y hermosa joven. Hubiera deseado saber su nombre, pero era inútil porque yo conocería dentro de poco a mi prometida y futura esposa. No podía dejar de pensar en la joven, sus exquisitos ojos, su cabello alborotado, sus labios y su apariencia adorable. Era muy diferente de las demás mujeres en la comunidad, Karen era más bien morena, de cabellera negra, ojos oscuros y complexión mas gruesa. Esta joven parece delicada y pequeña.
Escucho pasos y volteo a ver quién entraba a la casa, era mi hijo Camilo que había venido a saludarme. Lo noto molestó.
- ¿Papá es cierto que te casarás?
- Sí, hijo es cierto. Tu sabes cómo funcionan las cosas aquí.
- ¿¡Cómo nos haces esto?!_ exclama airado
- Camilo las cosas no siempre resultan como quisiéramos. Vivimos en un mundo en que la humanidad busca sobrevivir, tu mamá vive con alguien más. Y yo debo casarme con alguien más_ dije triste
- Tu no la Amas_ dice Camilo serio
-Karen tampoco lo hizo hijo y no lo hace como tanto afirmas_ digo cansado de la misma discusión
- Papá, mamá te ama a ti, ese sujeto llamado Mike es solo un error.
- Por favor, Camilo no quiero seguir hablando de lo mismo_ me froto la cabeza
Mike es el padre de tú hermana y eso es punto a final al asunto.
Camilo hace una mueca disgustado, desde que Karen se fue a vivir con Mike, Camilo ha intentado que las cosas no resulten entre ellos. Muchas veces Karen me ha comentado que hable con él para que por favor deje de decir que vuelva conmigo. No niego que me habría gustado que Karen se hubiera decidido por mi cuando le preguntaron con quién deseaba quedarse.
- Camilo hijo_ le sostengo de los hombros. Olvida la posibilidad de que vuelva con Karen_ Le ruego.
Ahora debo ir a mi entrevista de compromiso y conocer a mi prometida. Y fijar una fecha.
Admito que la opción de olvidar de una vez por todas a Karen es una idea tentadora. Se que costará olvidarla en un inicio pero con el tiempo podré formar una nueva familia con la joven que será mi esposa.
Salgo de la casa y me dirijo a la casa de los líderes del pueblo y la concertista de bodas. No tenía ningún entusiasmo en realidad, cuando de pronto noto a la joven que me está prometida. Sus ojos color miel parecen sorprendidos y más brillantes desde que los ví.
Camelia
No podía creer lo que veía. El misterioso hombre del bosque era el dichoso prometido, su nombre es Marcus y notaba su sorpresa al igual que la mía.
Se acercó con una pequeña sonrisa en su rostro, yo inevitablemente también sonreí tímida.
La mujer que concertaba las bodas no dejaba de hablar de las obligaciones y los acuerdos que implican el casarse. Que si podía tener hijos y lo que iba a significar para Marcus... Yo solo, no dejaba de pensar en Marcus, estaba contenta y aliviada.
Supongo que esto es que se debe sentir cuando a alguien te gusta, una felicidad indescriptible que llena tú corazón y sentidos.
-Soy Camelia y trabajo como recolectora_ dije con una fluidez que me asombró. Sostuve su mano sin poder evitarlo.
Si esto se siente cuando te enamoras. ¿Porque sucedió tan rápido? ¿Y porque él? ¿Que lo hace tan especial? Supongo que nuestro encuentro fue algo que no esperaba, su mirada llena de admiración y sus palabras hicieron que me atrajera de forma que me cuesta entender de manera lógica. Quizás la atracción y el amor no se pueden explicar. Las razones que sean me enamoré de Marcus a primera vista casi.
Al terminar la entrevista ambos caminamos juntos a mi casa, conversamos un poco de forma bien tímida. Ninguno se sentía muy seguro de hablar con confianza. Supe que antes estuvo casado y que tiene un hijo de 12 años llamado Camilo, algo en el tema parecía incomodar y por respeto a nuestra primera conversación como novios no quise indagar mas allá en los detalles de su separación. Por un instante al mencionar el nombre de su exesposa me hizo sentir inquieta y turbada.
Quizás es solo ideas mías no más y exageró las cosas más de lo que pueden llegar a ser. Es increíble que antes no nos hubiéramos visto siendo una comunidad no tan grande, la gente tiende a conocerse. Está consta de unos 6 mil habitantes y la Isla está dividida por 2 comunidades. La nuestra es la más grande ya que se hallan los recolectores y los constructores.
La otra se hallan principalmente los voluntarios.
Llegamos a casa y Marcus me da un beso sueve en los labios, yo deseaba saber que se sentía y me aferre a su cuello y lo obligue a besarme con pasión. El sorprendido no se resistió y me besó con ferocidad.
Camilo
Ha pasado un año desde que mi padre se casó con Camelia, ella está embarazada de 3 meses. Admito que no es una mala persona pero no ser por el detalle que se interpuso entre mis padres no me caería mal. Le digo cosas a veces para lastimarla o hacerla sentir incómoda, incluso hasta le invento que mis padres aún se quieren y se tratan con cariño. Papá insiste en decirme cosas que no me gustan por esa mujer, no lo entiendo cómo ella puede ser tan importante para olvidar que debe regresar con mi mamá. Me enfurece mucho, y a Mike lo trato igual a fin de que se aburra y se largue, se lleve a su hija con él. Mamá ha llorado cuando le digo que no me interesa decirle hermana a la hija de Mike. Yo solo quiero ver a mis padres juntos antes de que me haga voluntario de la Isla. Varias veces he oído que debo agradecer que mis padres están vivos, ya que la mayoría ha perdido a los suyos, porque muchos no alcanzan los 60 años.
Yo sé que papá aún siente algo por mamá, su mirada triste, las fotos y cartas que guarda son prueba de ello. Se que no estuvieron mucho tiempo juntos, tenía 2 años cuando mi mamá dice que se enamoró de Mike y quedó embarazada de él. Creo que la presionaron para seguir con él porque nació una niña sino de seguro estaría con papá.
-Mamá, ¿Que ocurre?_ me pareció extraño verla en mi habitación. ¿Le pasó algo a Brenda?
- No hijo, tú hermana está bien. Hay algo que debo hablarte_ apretó sus labios
- ¿Que ocurre?_ dije asustado algo en sus palabras y su gesto me hizo tener escalofríos.
- Hijo tengo que contarte la verdad, esto ha ido demasiado lejos. Tu afán de unirme de nuevo a tú padre, que no quieres a tú hermana y a Mike después de todo estos años me tiene cansada_ solloza
Cuando dijo las palabras en su boca, algo en mi cabeza se bloqueó. Abrí los ojos con horror con lo que me confesó y quedó en shock.
Marcus
Estaba trabajando en el bosque, buscando nuevas cosas que hacer para que Camelia se sintiera cómoda en casa. Me preocupaba de su embarazo y de que Camilo dejara de decirle tonterías como que volviera con su madre. Admito que aún no puedo dejar de pensar en Karen como un recuerdo de un pasado. Han pasado 10 años desde que ella se casó con Mike y nació su hija Brenda, me preocupe de Camilo cuando vez tras vez afirmaba que ella no era su hermana. Pensaba en Camilo cuando lo veo aparecer:
- Hola. hijo_ le sonrió
Algo en su semblante me asustó, tenía el rostro con golpes, los ojos rojos y llorosos.
-¡Camilo!_ corrí a ver qué le sucedía. Me asusté al verlo así. ¿Que sucedió? ¿hijo? ¿háblame?
Parecía choqueado. No entendía porque estaba así.
Le ofrecí agua y de pronto lloro con amargura sujeto a mi hombro... No entendía y cada vez me sentía más aterrado de que es lo que le había sucedido. Le habrá pasado algo a Karen pensé con dolor.
- Marcus_ solloza_ Marcus. llora de nuevo
- Camilo, por favor hablame hijo_ dije angustiado
Estaba poniéndome de pie para ir a ver qué había sucedido y si Karen sabía algo o le había pasado alguna cosa.
-Marcus_ es la voz de Karen
- ¿Karen que le paso a Camilo?_ ¿Porque está en este estado?_ le reclamé.
- Camilo, ve a casa. Necesito hablar con tú padre de esto que conversamos_ dijo triste
Camilo se levantó y se fue por el sendero a casa de su mamá. Yo me sentía inquieto y preocupado, ¿que había pasado para que Camilo estuviera así?
- Karen será bueno que me expliques bien todo. Hiciste que Camilo se fuera en esas condiciones. ¿Que suceso tan terrible ha pasado para que él se encuentre así?
Siempre creí que Camilo era bastante maduro para su edad, aunque se que es egoísta y que le gustan las cosas a su manera. Se que está creciendo y rara vez lo ví llorar por algo, a no ser la vez en que se murió su mascota.
- Marcus lo que debo decirte es algo muy delicado. La verdad es que si fuera por mí no lo habría echo jamás. Mike y yo estamos cansados de fingir en esto y Camilo se ha vuelto más insistente en su afán por separarme de mi esposo_ su expresión me inquieto
- Es un secreto tuyo o de Mike_ inquirió
- De ambos, por temor a ser enjuiciados es que me callé. Quiero pedirte perdón por mentirte todos estos años. Mike dijo que ya era suficiente de tanta mentira. _ ella llora con angustia. Me sostiene las manos cuando me cuenta toda la verdad. Ahora comprendo la reacción de Camilo y él porque repetía mi nombre sin cesar. Comencé a llorar sin poder evitarlo y sentí tanto dolor, amargura y rabia con la mujer que había amado por tantos años.
Camelia.
Estaba ordenando la habitación de la que sería el bebé, cuando oigo correr a Camilo por el sendero y dirigirse rápidamente a la casa de su mamá. Se le veía extraño, asustado y confundido. Algo en el niño me hizo sentir con pena y miedo.
Quise ir a ver a Marcus y saber la razón del porque Camilo salió así desde donde se encontraba él. Camine despacio y con calma, me dijeron que debía cuidarme en los primeros meses ya que el bebé debe afirmarse. Llegué al punto dónde se encontraba Marcus y descubrí que hablaba a solas con Karen, un miedo me invadió y me dejó paralizada al punto en que no supe reaccionar. Me quedé en ese punto oyendo su conversación y viendo cómo Karen, la ex mujer de mi esposo le sujetaba las manos con delicadeza y le miraba con ternura. Ella lloraba y Marcus le mantenía sostenida sus manos, a oír de lo que hablaban quedé asombrada, entendí porque Camilo huyó, porque Karen le sostenía sus manos así y porque Marcus también estaba llorando....
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