Mi Dulce Prisionero
Uno
El sonido constante de una ventana golpeando una y otra vez retumbó por la habitación. Era viento el responsable de tal movimiento.
Thomas
Dónde, ¿dónde estoy...?
La oscuridad de la fría madrugada abrigó su cuerpo. Un escalofrío recorrió su espina dorsal y, cuando intentó incorporarse del suelo, encontró que su tobillo estaba apresado a una cadena
Su vista enfocaba débilmente el brillo del hierro con el que se forjó la cadena. El dolor de la parte posterior de su cabeza iba en aumento a medida que se obligaba a recordar.
Desconocido (voz femenina)
¿Qué estás haciendo? No quiero verte, lárgate.
El sonido de la vajilla golpeándose contra el lavaplatos fue bastante notorio, incluso para los oídos de Thomas, que parecían escuchar cualquier sonido como si estuviera detrás de una pared.
Desconocido (voz masculina)
¿Qué te sucede? Solo vine por mis cosas, deja de molestarme con tus estupideces.
La puerta fue azotada con fuerza
Thomas
(Necesito... necesito salir de aquí)
Como si hubiera sido escuchado, la puerta que conectaba su encierro con los otros espacios del lugar rechinó.
Una figura entró con rapidez a la habitación y solo pudo fingir inconsciencia.
Desconocido (voz femenina)
Mmm
Su rostro fue acariciado con delicadeza. El vello de sus brazos reaccionó a las frías yemas que se hundían en sus mejillas.
Desconocido (voz femenina)
Thomas... Thomas
El silencio volvió a protagonizar el momento después de escuchar la manera en que la desconocida pronunciaba su nombre.
Con el corazón latiendo con fuerza, intentó evitar cualquier movimiento en falso que pudiera levantar sospechas.
Thomas
(Vete, por favor, vete)
La mano que tocó su rostro se apartó, pero el ambiente seguía extraño.
Sin pensarlo, volvió a sentir otro acercamiento.
El sonido de una profunda inhalación se extendió desde su cuello a sus oídos.
Desconocido (voz femenina)
Qué bien... huele
¿Era acaso una pesadilla? No sabía por cuánto tiempo podría fingir inconsciencia.
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