La vida es el camino más difícil de andar, pero eso no es sorpresa para nadie.
Que sucede cuando por curiosidad descubres que el mundo puede ser tuyo y tener todo aquello que deseaste solamente con deshacerte de los pensamientos retrógrados que te inculcaron tus padres sobre dignidad, lealtad y amor.
Scarlett a sus 26 años consiguió lo que muchas mujeres quisieran tener, el estilo de vida de una reina, ella solo tubo que hacer una sola cosa, abrir su mente y seguir su intuición.
Muchas personas la juzgaban, la señalaban, inclusive hablaban a sus espaldas por como obtuvo su fortuna, muchas suposiciones la rondaba pero sólo ella conocía su pasado, su presente y futuro.
"Tengo otra forma de ver el mundo, por eso la vivo de forma de diferente, no me juzgue sin conocerme, la moral hoy esta subestimada"
—¿Que estamos celebrando hoy amor? —pregunté curiosa por toda la parafernalia de la invitación y la elegancia del lugar
—Que me otorgaron la publicidad de la empresa española y en menos de un mes tengo que estar allá para comenzar con todo el proceso —dijo feliz tomando su copa para brindar por su triunfo conmigo
Enterarme de esta manera me dejo estupefacta, la verdad no quería que le dieran esa oportunidad y no por egoísta, todo lo contrario quería compartir con él los primeros meses de mi embarazo, además no tendríañ manera de controlarlo, mucho menos saber dónde está, eso me preocupa en gran manera porque he recibido llamadas de una mujer alegando que es su amante, pienso que lo hacen por molestarme y dañar nuestra relación, por eso no le presto atención, mucho menos le he comunicado nada, aunque muchas veces mi mente me traiciona afirmando que es cierto lo que dice la fulana, yo solo lo callo con un poco de estudio y se me pasa.
Tome la copa de agua para brindar con Marcos pero unas náuseas terribles me invadieron, causando que saliera casi volando al baño, descargue todo mi estómago en el inodoro, refresque mi rostro con agua y salí renovada de ese lugar dispuesta a compartir los logros de mi prometido. Me ayudó a sentar, incluso me brindó un vaso de jugo con la excusa que con este pasaría el mal sabor, dicha bebida tenia un sabor tanto extraño pero no le di importancia lo asumí como otro de los síntomas de mi embarazo.
Durante la cena mi prometido no hacia otra cosa que no fuese parlotear acerca de su nuevo trabajo, de los lugares que conocería, yo le seguía la corriente esperando que de su boca saliera un nosotros pero nunca apareció. Al terminar la comida no me sentía tan bien, pero eso era tan normal para mí en en los últimos dos meses que lo omiti, para que Marcos se siguiera alabando de camino a mi casa, como no escucharlo si era su gran sueño y él mi gran amor.
Entre con sigilo a mi casa sabía que mis padres estaban dormidos, no los quería despertar, me acerco a la cocina antes de entrar a mi habitación porque sentía una sed casi insaciable, abro la despensa saco un vaso y lo lleno hasta el topé presionando un botón de la nevera que me permitía el acceso al agua sin abrirla, me bebo todo el líquido de un solo tirón, no consigo saciar mi sed pero si calmarla, con mi necesidad satisfecha lo único que me faltaba era dormir, llevar un niño en el vientre es muy agotador.
Me coloco mi pijama preferida, acomodo mi cama y me acuesto en ella cayendo en un sueño profundo. Dos horas más tarde me despierto bañada en sudor con un dolor muy agudo en mi vientre, me costaba mucho respirar, cada segundo las punzadas en esa zona aumentaban, decido prender la linterna de mi celular para iluminar la habitación y conocer el origen de mi dolor, al retirar las sábanas de mi cuerpo para revisarme observo un charco de sangre, me paralice totalmente. Entonces decido llamar a Marcos por su ayuda y él no contesta ninguna de las cinco llamadas que les hize, le marco a Monica para ver si obtengo alguna respuesta de su parte.
—Aló —respondió una voz somnolienta
—Necesito que vengas por mi estoy sangrando —dije con un hilo de voz casi inaudible por el dolor
—Mantén la calma, voy para alla de inmediato —contestó alarmada
No se cuanto tiempo se demoró en llegar mi amiga, pero yo lo sentía eterno, mi cuerpo perdía fuerza, me costaba trabajo incluso mantener mis ojos abiertos, escucho a lo lejos tremenda algarabía, seguramente era ella que venía ayudarme. No se en que momento mis padres entraron a mi habitación junto con ella, de repente no estoy en mi cama sino en los brazos de mi padre, notaba que Mónica gritaba que no me durmiera, así que luchaba para no hacerlo, cuando trataba de desfallecer mi madre me abofeteaba. Llegamos a la clínica más cercana, todos le intentaban explicar mi estado al médico de turno, él me remitió a cirugía, desde ese momento no supe más de mí.
Me despierto rodeada de caras familiares, todas angustiadas murmurandose entre ellas: "tenemos que decirle" "debe saber la verdad" "no es el momento" "no es justo, es ahora, más tarde sera peor". No comprendía que intentaban ocultarme, la anestesia me tenia como dopada, tonta a decir verdad. Abrí mis ojos con fuerza y balbucie como cuando un niño aprender hablar «que debo saber» se miraron entre ellos pero ninguno se atrevía a decir algo. Mónica tomo la vocería, su rostro se notaba triste, sus ojos vidriosos, su boca se abría pensé que diría algo, no fue así, las palabras se le atragantaban en su garganta, hasta que lo escupió de un sopetón "perdiste a tu bebé".
Mi corazón latía desbocado, una sensación de ahogamiento se apoderó de mí, mi alma se partió en mil pedazos, lágrimas brotaban de mis ojos como caudales de una cascada, todo en la habitación se nublo ante mis ojos, mi dolor y angustia fue tan inmenso que termine inconsciente de nuevo.
Pasaron los días y la noticia la había asimilado con resignación, solo lloraba en la soledad del cuarto del hospital, porque cuando se encontraba mi familia fingia tener ánimo, perder un hijo no es fácil, nunca sentí sus pataditas pero anhelaba eso, desvelarme en las noche para vigilarlo, un mundo de cosas que ya no viviría junto a él o ella, todos me animaban alegando que era joven y podría tener muchos más, yo no les creía del todo sabia que algo me ocultaban, llevaba cuatro días en un hospital mucho para ser un simple aborto.
Unos días antes de darme de alta le exigí al médico que me dijera cual era mi situación, él arrugo la cara, se coloco realmente nerviso
—Le pido que lo tome con calma, en su estado no es bueno tener crisis como las que presento tiempo atrás —murmuró tratando de sonar lo mas profesional
—Por favor digamelo sin rodeos —suplique mientras lo tomaba de su bata para no dejarlo ir, si eso intentaba
—Perdiste tu matriz, no se porque te extraña después de todo lo que hiciste, lo que realmente me sorprende es que estés viva —dijo molesto marchándose
En todo ese tiempo Marcos nunca vino a visitarme, era fácil atar cabos, definitivamente esto nunca se lo perdonaría, aunque me muera por sus abrazos, sus besos, sus caricias y mi cuerpo lo deseara como la primera vez que lo vi.
Apenas me entere que me darían de alta pronto, me escape del hospital directo a su oficina, no podía esperar mas, necesitaba una explicación, pero que más explicación que lo que mis ojos estaban viendo, a mi prometido teniendo sexo con su jefa en su escritorio, lo unico que se me ocurrio para llamar su atención fue golpear la puerta fuertemente.
—¿Qué haces aquí? —cuestionó asustado Marcos tratando de vestirse
—Vine a verte ¡querido! —exclamé furiosa, viendo a la tipa regocijarse de la felicidad por verme en tal estado
—Te dije que era mio y nunca me hiciste caso —dijo feliz acomodando su ropa y pechos operados
—¡Eres una maldita zorra! —grité para que todo el mundo se enterara de la clase de mujer que era
—Prefiero ser una zorra que se queda con el premio a una pobre ilusa dueña de nada, que ni siquiera es capaz de complacer a un hombre —exclamó burlándose de mí
—¡Basta! —alegó él en medio de las dos, tratando de colocar distancia entre nosotras
—Largate niñita, que estás sobrando en este lugar —dijo de forma amenazante
Me marché, pero no por darle gusto, solo no quería que me viera llorar y se siguiera riendo de mí, además empezaba a sentirme realmente mal.
—Scarlett quieres darte prisa, vamos al cine no a una fiesta, mucho menos una discoteca —gritó Monica mientras subía las escalera en busca de su amiga
—Por esos es que aún sigues soltera, tú no sabes cuando aparecerá tu nueva víctima por eso siempre tienes que estar lista para atacar —dijo irónicamente pintandose los labios
—¿De qué estas hablando? ¿Cuál nueva víctima? ¿Acaso no te basta con Arturo? —comentó desconcertada mientras veía a su amiga arreglarse el cabello
—El muy estúpido me dejó porque su esposa le colocó un ultimátum el típico o es ella o soy yo ¡tu sabes! —exclamó agarrando su bolso
—¿Y qué esperabas? es su esposa —preguntó con ironía
—Qué la dejara y se quedará conmigo, no, mas bien que ella lo dejara a él, pero es una pobre ilusa si piensa que no lo volverá hacer, los hombres son perros por naturaleza —dijo molesta alardeando de su conocimiento masculino
—Odio cuando hablas así, si aun siguen juntos es porque se aman Scarlett —exclamó indignada con el ceño fruncido
—Si la amara no la hubiera engañado conmigo, deja de creer en tonterías y vamonos que llegaremos tarde ¿Tu carro o el mio? —preguntó engreida mientras bajaba las escaleras a toda prisa
—¿Desde cuando tienes auto? —cuestionó con gran sorpresa su amiga corriendo tras de ella
—Arturo lo encargó hace un mes y llego justo después que terminamos hermoso premio de consolación ¡no crees! —exclamó victoriosa enseñando las llaves de su nuevo carro
—Te lo puede quitar en cualquier momento —dijo Monica intentando arrebatarle el llavero como muestra de lo que podria suceder
—Piensas que soy tonta ¡por Dios! todo lo que me obsequiaba lo colocaba a mi mombre, basta de tanta cháchara y pongámonos en acción —dijo montandose en el auto
El tráfico estuvo tranquilo, lo que nos permitió llegar justo a tiempo al centro comercial para comprar las voletas, subimos en el ascensor hasta el tercer piso, el cual se hallaba atestado pero eso no me impidió caminar a la sección de cine, los hombres se apartaban para verme pasar, sé que sonará egocéntrico de mi parte decirlo, pero cuando aprendes a conocer tu cuerpo y resaltar tus atributos sabes cómo causar un gran impacto, un vestido corto, rojo, señido al cuerpo no es la excepción.
—No entiendo cómo no te sientes incómoda con tantas miradas sobre ti —preguntó Monica asqueada tratando de seguirme el paso mientras nos colabamos entre las personas
—Antes me sentía acosada, después me gustó sentir que puedo causar tantas cosas en otras personas con simplemente mi presencia —respondí orgullosa de quien era
—¡Estas loca! —exclamó Monica con cara de interrogación
—Quizas lo este, pero lo disfruto al maximo, así como estoy disfrutando la vista que estoy teniendo ahora mismo —dijo ansiosa, saboreando sus labios
—¿Cual vista? ¿De que hablas? —preguntó perdida mirando a todos lados
—Como siempre tu de despistada, el hombre que esta comprando las voletas —señalé disimuladamente para guiar a mi amiga
—Esta con su novia, acaso no te has dado cuenta —respondió molesta
—¿cuando me ha importado eso? —pregunté sarcásticamente caminando en la dirección de mi próxima víctima dispuesta a conquistarlo
Me coloqué detrás de él pensando que estrategia utilizaría para entablar una conversación con él, entonces noté que se estaba registrando para obtener la tarjeta de descuento del cine, rápidamente se me ocurrió guardar su nombre y número telefónico para asegurarme de tener la forma de como comunicarme con él en el caso de que mi plan de acercarme a este fallará, cosa que fue acertada porque su acompañante vino a buscarlo llevandoselo de un tirón, pero al hallarse completamente lleno en su intento de irse hacer la fila para la compra de los tiquetes inevitablemente chocamos, su mirada se cruzó con la mia, al igual que su cuerpo, mi bolso termino en el piso.
—¡Lo siento! —dijo el extraño recogiendo mi cartera del suelo entregandomela en la mano
—Tranquilo —respondí rozando mis manos con las suyas al recibir mi bolso devuelta mirándolo fijamente a los ojos
Ahora podía admitir que definitivamente era un exquisito bocado que no podía perderme, además que odiaba a la mujer que lo acompañaba porque interrumpía ese momento tan perfecto halandolo hacia ella, debía agregarla a mi lista negra.
—¿Que te paso amiga? ¿te ganaron la partida? —preguntó entre risas cuando al fin logro alcanzarme
— ¡Jamas! —dije enseñándole su número de telefono
—¿Como carajos lograste eso? —cuestionó sorprendida viéndome de pies a cabeza
—Tecnicas que aprendes con el tiempo, ¿Quieres que te las enseñe? —prengunte con una sonrisa picara en mi rostro
—Claro que no —respondió con énfasis en la última palabra
—Que conste que yo simpre quiero ayudarte, pero tu eres la que te niegas —alegue con inocencia y mucho tacto
—Dejemonos de tonterías y vayamos a comprar las voletas ¿quieres? —dijo Monica algo molesta
—Relajate que te vas a colocar mas vieja rápido, ¿Reservaste? Tu sabes que yo odio hacer filas —pronuncié algo pedante para la fila preferencial —comentó haciendo una reverencia.
La película me pareció muy cursi para mi gusto, así que utilicé mi tiempo en pensar cual seria el método perfecto para acercarme a mi cineasta, pero ninguno lograba convencerme hasta ahora, porque aunque yo le coquetee él no cayó ante mis encantos, quizás es más intelectual o solo se está haciendo el difícil, no lo sé, pero me dejo intrigada y con ganas de más. Me encantan los retos y entre mas difíciles mejor, tenia tiempo sin encontrar a un hombre que no se derritiera por mí, hecho que lo convierte en mi próximo objetivo.
—Te noto pensativa ¿te ocurre algo? —preguntó Mónica preocupada
—Nada por lo que debas preocuparte, o tal vez si —dije con descaro
—¡Dios mio cuando vas tocar fondo! —expresó exasperada
—Nunca, o por lo menos hasta hacerlos pagar a todos —Pronuncié con una sonrisa malisiosa
—Espero que algún día no te arrepientas de haber tomado este camino, te atormente tu pasado y todo el daño que has causado —comentó decepcionada
—Parale con los sermones que para eso tengo a mi mamá —Murmure molesta, odiaba que se colocará en ese plan
—Que por cierto tienes rato sin visitar, llevas varios fines de semana dejándole el almuerzo servido —pronunció con mi mismo tono
—Mejor nos vemos mañana Moni, tengo cosas por hacer, de las cuales tu moralidad se puede ofender —dije dejándola atrás con la palabra en la boca, pensando en cómo éramos tan amigas si somos tan diferentes
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