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Grecia. Siempre Mia

Grecia Guzmán

Siempre fui una chica alegre, feliz, emprendedora, atrevida, sentía que tenía innumerables atributos, además de ser físicamente atractiva, bueno eso decian mi familia y amigos, a lo que yo contestaba

- ustedes me lo dicen porque me aman profunda e incondicionalmente.

Al cumplir veinte años, me fui a vivir a la Cd. de México, yo viví siempre en un pueblo muy chico al norte de México y ahí no podía estudiar la universidad, por lo que mi sueño siempre fue que iría a la universidad en cuanto saliera de la preparatoria, aun no definía que era lo que iba a estudiar pero sabia que lo haría, primero tomar tronco común, en lo que acomodaba y entraba a la universidad buscaría un empleo.

No fue fácil dejar a mi familia, mis amigos, mi casa, pero ya estaba decidido y yo iba a la Ciudad de México a cumplir mis sueños. La gran Ciudad.

Como todo, no fue fácil llegar y establecerme ahí, encontrar casa y un trabajo donde nadie te conoce, claro tenía algunas referencias pero aun así no me fue nada fácil.

Al cabo de unos días, por fin encontré un departamento, demasiado agradable, tenía tres recamaras, sala-comedor, una cocina chica y dos baños, era perfecto para mí, conocí a dos chicas Tamara y Alexa y decidimos compartir gastos, ya que ellas iriamos a la misma universidad.

Después de un par de semanas encontré un empleo, mi puesto era asistente en una empresa farmacéutica que se llama "Alpha Farmacéutica", estaba feliz, mis planes no podían ir mejor, me sentía plena, completamente realizada. Además también recibiría una buena paga.

Todo iba de acuerdo a mis planes, Tamara, Alexa, y yo nos complementábamos increíblemente, nos hicimos amigas, confidentes, cómplices, nuestro departamento era muy lindo y acogedor.

Grecia, ya llegamos - me gritó Tamara - ¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo? Anda apúrate ya llego el uber por nosotras.

Yo acababa de llegar de trabajar de la oficina, habíamos quedado que en cuanto yo llegara iríamos de antro.

¡Espera! Ya nada más me termino de aplicar labial (rojo vibrante, era mi color favorito) – les grite, ellas ya estaban listas y esperando por mí.

-Si, como ustedes no trabajan ¿verdad?, se pueden arreglar a la hora que sea –les reproche entre risas en lo que cerrábamos la puerta para irnos de antro. Alexa estaba más emocionada que nosotras dos.

-¡Que emoción chicas! por fin salimos de esas cuatro paredes, ya me estaba aburriendo – dijo Alexa completamente muerta de risa. Nosotros nos volteamos a ver y no pudimos evitar reírnos también. La estábamos pasando muy bien, el lugar estaba súper glamuroso, la música rock-pop padrísima, chicos guapos y atractivos por todos lados.

-Estas bebidas están como para tomar diez barriles – dijo Tamara, ya medio ebria.

No teníamos preocupación alguna porque íbamos en uber.

Uuuhy!!! - dije - alguien ya no se puede sostener en pie – reímos como locas- hace mucho que no la pasaba tan bien.

En eso estábamos cuando se acerca Alexa y muy despacito al oído me dice –el chico guapote de enfrente ya tiene rato observándote, pero ni lo disimula nadita. Voltee como desesperada y pude sentir su mirada, pero la verdad no le di importancia.

Si que era guapo, era sumamente atractivo, alto, cabello castaño, ojos verdes, se veía realmente imponente , sobre todo su forma en la que estaba vestido, era impecable, camisa y pantalón negro, me acuerdo que dije – si muy guapo y todo pero me parece muy formal para andar de antro vestido así. Pasaron algunos minutos y mis amigas y yo seguíamos en el relajo, ellas tomando cerveza y yo tomaba refresco, nunca me había gustado ni el vino ni la cerveza por lo que mi bebida favorita eran las gaseosas y los jugos naturales.

Estaba como loca bailando y cantando a todo pulmón, cuando se acerca a mí un mesero y me toca el hombro despacito y me ofrece una bebida – lo manda el caballero de aquella mesa – refiriéndose a la guapura de hombre que me había estado observando minutos antes. Le comente al mesero – dígale que muchas gracias, pero yo no bebo alcohol – el mesero se retiró y lo observe hablando con él, minutos después regreso a mí y traía un burbujeante refresco sabor cola, yo como toda una pueblerina desconfiada le dije – acepto, solo y si me da un refresco que abra por mí misma - a lo que el mesero asintió, lo seguí a la barra y ahí me entrego mi refresco.

Me regrese a lo que estaba pero la verdad es que ya para esas horas estaba sedienta y súper cansada de todo el relajo que habíamos hecho y que disfrutamos bastante, ellas seguían cantando a todo pulmón. Yo por mi parte, refresco en mano voltie a ver al galán y lo vi observándome, me dio un poco de desconfianza en ver cómo me observaba, levante refresco en señal de agradecimiento y el me sonrió y me guiño un ojo.

Rápidamente yo le sonreí y me dirigí hacia donde estaban Tamara y Alexa. Ellas pudieron notar mi nerviosismo y pronto Tamara me pregunto – ¿dónde estabas? Te nos perdiste, ya íbamos a buscarte. Solo les comente, refiriéndome a lo que tenía en la mano – me la mando el guapo – para esto las dos hicieron un borlotaso que me sonroje.

Yo seguía sintiendo su mirada, pero me hice la que no vi, lo ignoré y seguí con lo mío.

Ya era tarde, salimos de ahí, pedimos un uber, llegamos a la fondita de la esquina del departamento para cenar algo, estábamos hambrientas, terminamos de cenar y volvimos a nuestro departamento. Apenas llegamos, nos pusimos las piyamas y caímos como moscas, súper cansadas pero muy contentas por que la habíamos pasado muy bien esa noche en el antro.

¡Se nos hace tarde!

A la mañana siguiente nos levantamos para empezar nuestro día

-buenos días bellezas! A levantarse porque ya es hora – dijo Tamara estirándose de talones

-buenos diaaaas!, parece que me atropello un tren y eso que no bebí alcohol - conteste

- ¡no sé qué tienen de buenos! yo amanecí muy mal, jajajaja pero quien me trae allá – respondió Alexa

- ¡en fin! apúrense porque se nos hace tarde, y no estamos para que nos corran del trabajo

Salimos rapidísimo a tomar el autobús que ya estaba en la parada. Llegue a la farmacéutica justo a tiempo y empecé mi día laboral, tenía que realizar el pago de unas facturas y necesitaba la firma del gerente de la empresa, así que me dirigí a su oficina. El Sr. Hernández tenía más de quince años laborando para la farmacéutica y era de toda la confianza de los dueños de la empresa.

-buenos días Sr. Hernández, ¿cómo amaneció?

-buenos días Grecia, muy bien gracias ¿y usted? ¿Ya tiene listas las facturas que se tienen que autorizar y los cheques que tengo que firmar para el pago de los proveedores?

-así es Señor, aquí tengo todo listo y ya está autorizado por el Lic. Gómez

- muchas gracias por su eficiencia, déjelos sobre el escritorio para revisarlos, cuando estén listos yo le indico para que venga a recogerlos y llame a los proveedores para pagarles.

-muy bien señor, quedo al pendiente de su llamada.

-Una cosa más, antes que se retire, en un par de horas estarán de visita los señores Thomson, dueños de la farmacéutica y su hijo Erick, acaban de llegar de Francia y vendrán a revisar como estamos trabajando, como Estela mi secretaria no pudo venir hoy, le pido por favor que este al pendiente de lo que se pueda ofrecer, muchas gracias, ya se puede retirar

-si señor, quedo al pendiente - me retire a mi lugar de trabajo.

La verdad estaba un poco nerviosa e inquieta, sería la primera vez que ellos estarían aquí desde que entre a trabajar y sí me ponía un poco nerviosa de ser yo quien les atendiera.

Afortunadamente decidí usar un vestido rojo y un saco blanco, con stilettos color piel y un cintillo del mismo color, algunos accesorios sencillos de plata y mi cabello que es de un largo medio lo peine con unas pequeñas ondas, mi maquillaje sencillo, pero eso sí, mis labios color rojo, me sentía cómoda y segura para la ocasión.

Después de varias horas, me llamo el Sr. Hernández a su oficina, rápidamente me levante, me acomode el vestido, retoque mi maquillaje y llegue a su oficina, al llegar escuche algunas voces y me invadieron los nervios inmediatamente, pero igual toque, al abrir la puerta vi tres figuras muy elegantes, la verdad me sorprendí bastante de lo atractivo y guapas que se veían, pero me quede sin palabras cuando me di cuenta que el hijo de los dueños de la empresa “Erick” era el mismísimo joven apuesto que coqueteo conmigo y me envió bebidas en el antro la noche anterior. No sabía qué hacer, estaba muy nerviosa. Solo dije – buenas tardes señores, mi nombre es Grecia y soy la asistente del departamento de finanzas, estoy a sus ordenes

-mmhhh!!! ¿a mis ordenes? Voltie a verlo y me sonroje, creo que mi cara se puso del color de mi vestido, pero no dije nada. A lo que los señores Thomson dijeron – ¡mucho gusto Grecia! sé que tienes poco tiempo con nosotros pero Gustavo (Sr. Hernández) nos ha hablado maravillas de ti, y sabemos que eres una chica muy eficiente, Ella es Alicia, mi esposa y él es Erick nuestro único hijo.

-mucho gusto nuevamente – les salude con la mano. Hice una pausa y voltie a ver al Sr. Hernández y le pregunte – ¿algo más que necesite señor?

- dile por favor a Romana (la encargada del servicio de bufet) que traiga los aperitivos que le pedí que preparara y las bebidas. Muchas gracias Grecia – concluyo el Sr. Hernández.

Salí como alma que lleva el diablo, echa un manojo de nervios a buscar a Romana, cuando de repente sentí que alguien me jalo del brazo.

- ¿Con que te llamas Grecia? y además trabajas en mi empresa – dijo Erick Thomson muy altanero

-¿Con que te llamas Erick y eres dueño de Alpha Farmacéutica? – le conteste molesta – además ¿quién te crees para jalarme de esta manera?

- Soy tu jefe, ¿acaso no te diste cuenta?, y si quiero puedo ser tu dueño

-¡ahhh si cómo no! – seguí caminando hacia el pequeño restaurant donde podía encontrar a Romana.

Llegue y Romana ya tenía todo listo, le comente de las instrucciones que me había dado el Sr. Hernández, por lo que ella empezó a poner todo sobre un carrito de servicio y se dirigió hacia la oficina donde se encontraban los señores Thomson, el señor Hernández y el engreído de Erick Thomson.

Yo me fui a mi oficina porque estaba a unas horas de salir, hoy era sábado y la jornada de trabajo era más corta. Me quede pensando en lo que había sucedido hacía rato con Erick Thomson, y darme cuenta que era el mismo joven atractivo que me había topado en el antro la noche anterior y que además no me quitaba la vista de encima me dejo muy pensativa. Como pude termine de hacer mis pendientes, acomode mi escritorio, acudí a la oficina del Sr. Hernández para despedirme

-Disculpe, vine a despedirme, ya es mi hora de salida, si no se ofrece algo más, nos vemos el lunes.

No, todo bien, vaya con bien, y nos vemos el lunes – dijo el Sr. Hernández.

Mucho gusto, mi esposa y yo esperamos que se sienta cómoda en la empresa y que trabaje para nosotros muchos años más - se despidió de mí el Sr. Thomson, así es querida – prosiguió la Sra. Thomson

Por el momento es todo – dijo Erick

Inmediatamente salí de ahí, me sentía acosada y casi casi desnuda por las miradas que me daba el fulanito Thomson. ¿Como podía un hombre tan guapo ser tan soberbio?, ya me caía mal con solo verlo, no se como iba a soportarlo todos los días.

Un auto negro

Llegue al departamento y ya estaban ahí Alexa y Tamara en pants, comiendo palomitas, y viendo televisión.

-Dichosas – les dije – no tienen idea de lo que paso hoy en la oficina

-¡Pues platica! – comento Tamara – ¡anda! que no somos adivinas

Siéntate y empieza rapido – dijo Alexa. Empecé a platicarles

-... y pues resulta que es “el hijo único” de los dueños de la empresa y el muy descarado se atrevió a jalarme del brazo y a decirme que si él quiere puede ser mi dueño ¿cómo ven? Es un estúpido

-¿Quién se cree? – dijo Alexa

¡¡Hay!! – Prosiguió Tamara – pero no puedes negar que esta que se cae del árbol de lo buenísimo que esta

Jajajaja eso sí – dijimos las tres al mismo tiempo

Pero pues en fin, lo malo es que sabe que esta guapo y se cree lo último que hay por beber en el desierto – finalice.

Llego la noche y Alexa dijo – ¿vamos a comer algo en la fondita de abajo?

-¿otra vez? - Ambas respondimos que si, así como andábamos todas chancludas nos salimos a cenar.

-yo pediré unos tarcos de carne asada

- yo de pastor con mucha cebolla y cilantro - pidió Tamara

- se me antojan unos de buche, con su respectivo refresco de cola y un consomé - dijo Alexa

¡Ándale pues! comete algo dijimos y soltamos la carcajada.

Después de un rato, estábamos entradas en la comida, riéndonos y platicando cuando vimos a la entrada de la fonda un auto negro que nunca habíamos visto por el lugar, pero no le hicimos mucho caso, solo lo miramos, lo comentamos y volvimos a lo nuestro, ¡¡¡ la comida!!!

Terminamos de comer, pagamos y salimos de ahí, el auto negro súper lujoso aún seguía sin moverse.

Llegamos al departamento, nos lavamos los dientes y cada quien se fue a su cama a dormir.

Yo no dejaba de pensar en lo sucedido en la oficina y no dejaba de pensar en lo que dijo Erick, que sería mi dueño si él quisiera y que por “el momento” no se ofrecía nada, ¿de que será capaz este tipo? –pensé – después me venció el sueño y me quede profundamente dormida.

Al día siguiente nos levantamos tardísimo ya que era domingo y no teníamos nada que hacer, nos quedamos en el departamento haciendo labores de limpieza, viendo televisión y revisando lo que sería nuestro horario de clases. Lo que al menos a mí me preocupaba un poco ya que muchas de las clases no se acomodaban a mi horario de trabajo y realmente necesitaba trabajar para poder pagar la escuela y mantenerme en México, a diferencia de Alexa y Tamara sus padres pagaban por todos su gastos y también la universidad. Ellas trabajaban por gusto.

Pedimos pizza para comer y cenamos solo cereal.

Se llegó la noche y estábamos viendo una película cuando Tamara dijo –voy a la tienda a traer alguna chuchería, ¿alguien quiere algo? Alexa dijo a mi tráeme unas frituras y yo dije –a mi tráeme un refresco de cola y un chocolate.

Tamara fue a la tienda y cuando regreso dijo

-el auto negro súper lujoso sigue ahí, ¡que raro!

-Si pues esta raro, ¿sera de algún nuevo inquilino?

-¡alguien con ese auto no viviría en estos departamentos!

-¡eso si!

A la mañana siguiente todo era caos para empezar nuestro día y acudir a nuestros trabajos, las tres gritábamos por cosas que necesitabamos y que pedíamos entre nosotras.

Cuál fue mi sorpresa al salir del departamento que el auto negro aún seguía ahí, y al dirigirme al autobús alguien grito mi nombre, y provenía del auto negro.

-¡Señorita Grecia! - dijo - me pidió el Joven Erick Thomson que viniera por usted para llevarla al trabajo.

-Dígale al Joven Erick que gracias, que no necesito que nadie me lleve a mi trabajo, yo puedo llegar sola - me subí al autobús que ya me estaba esperando.

***

Erick Thomson

Pase la mayor parte de mi vida en el extranjero estudiando Negocios Internacionales, idiomas y economía, estaba preparado para cuando llegara el momento heredar las empresas de mis padres Thomson Enterprise, que abarcaban algunas farmacéuticas, laboratorios, comercios y por gusto de mi madre por el turismo hoteles y restaurantes. Mis padres eran sorprendentemente ricos y eran unas excelentes personas en su trato a los demás, hacían mucha labor altruista y tenían también albergues para niños abandonados en algunos sitios de Europa y América Latina.

Yo por mi parte era más de fijarme en los negocios, me considero un hombre seco, de pocos sentimientos que siempre consigue lo que quiere, cuando lo quiere. Lo he tenido todo y lo seguiré teniendo. Según dicen por ahí soy un hombre atractivo mido un metro noventa, tengo cabello castaño oscuro y ojos verdes.

Acabó de llegar a la Ciudad, después de un viaje que hice con mis padres a Francia, siempre atendiendo sus negocios y empapándome de todo. A mis 25 años aún estoy soltero porque ninguna mujer ha llenado mis expectativas, hasta el día de hoy.

Esa chica que conocí en el antro, sí que me dejo sin palabras, la encontré atractiva, me gusto mucho y quiero conquistarla, para mi gran sorpresa es asistente en una de las empresas de mis padres. Desde esa noche no dejo de pensar en ella y en idear un plan porque quiero que sea mía.

***

Después de un rato llego el auto a la empresa y para mi asombro, el auto volvió solo con el chofer, a lo que le pregunte exaltado

-¿dónde está Grecia? ¿Porque no la traes contigo?

-No quiso acompañarme Joven – dijo el chofer

Yo apreté los puños y dije para mí mismo

- ¿quién se cree esta mujer? ¡A mí nadie me dice que no!

****

Eran las nueve y media de la mañana la hora de entrada a la farmacéutica y sobre mi escritorio estaba un ramo de flores rojas y un sobre, cuando los vi evidentemente me sorprendi y dije

-¿esto que hace aquí? Abrí el sobre que estaba junto a las flores y lo leí:

A mí nadie me dice que no

Serás mía y de nadie mas

\= Erick Thomson

¡Quedé en shock! !¿y ahora este quien se cree?!

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