Es cierto; siempre dicen que cuando las personas que amas desaparecen de tu vida, solo deseas desaparecer también…Creo que este es mi caso…
No logro encontrar buenas respuestas, un año fuera de mi país.
Tanto tiempo y no he podido quitarme este dolor, creo que soy un caso perdido…
No sé, tantos días llevo triste…No logro contener tantos recuerdos… El accidente… Mis amados padres… mi hermanito… ¡oh Dios como los extraño!…Estoy tan sola, y crezco... soy tan adulta como todos y sigo necesitando de un abrazo de mis padres… Hace tanto frío en esta ciudad… Estoy tan lejos de todo, y aún así los recuerdos me están comiendo viva.
Quisiera sencillamente Desaparecer…
I.- Memories…
Leonell caminaba por las frecuentadas calles de Akasaka Tokyo, podía contemplar la cantidad de bares y clubes nocturnos que a diario acogían a miles de personas, en búsqueda de diversión.
Ella deseaba divertirse más que todos. Había escapado de su país y deseaba olvidar a costa de todo, sus motivos.
Estaba sola y no tenía amigos, aún no conseguía empleo fijo, y el dinero estaba por terminarse. Arrendaba un pequeño apartamento en Shibuya, no tenía compañía, ni mucha diversión. Ganaba un poco de yen publicando mensualmente una novela para una de las grandes revistas. Cada mes salía un nuevo capitulo, recibía buena demanda y eso le mantenía ocupada el mayor tiempo que disponía. Esta vez había adelantado trabajo, llevaba un mes recordando día y noche el accidente, los funerales, todos los acontecimientos venideros luego de la catástrofe que debió soportar, y su soledad le estaba golpeando duro, sin permitirle descansar.
Hacía frío y corría bastante viento, estaba empezando a oscurecer, había decidido emborracharse y olvidar todo de golpe. No portaba mucho dinero, pero en estos momentos, solo deseaba beber y desaparecer.
El bar tenía un aspecto algo tosco y masculino, frecuentaban personas bordeando los treinta, tres mujeres acompañaban un grupo masivo de ejecutivos, les servían cerveza y sake.
Ella era mucho mas joven que todos ellos, con sus veintidós años no lograba ponerse a la altura de un adulto normal, por más que lo deseaba, se sentía tan triste y desolada como la noche que estaba cayendo.
Se recogió el cabello y se sentó en la barra, el cantinero le miró extrañado.
- Señorita, por favor discúlpeme, pero éste no es un lugar para una joven como usted, ¿le reservo una mesa?-
- Tan gentil es… Gracias pero quiero quedarme aquí, ¿Puedo?-
- Pero, claro perdone usted por entrometerme. ¿Qué desea beber?-
- Sake-
- Muy bien…-
Había olvidado la manga de formalismos que usan los japoneses. Pero a dónde quiera que vaya le miran por no tener los rasgos orientales, ni el físico de una japonesa.
Prendió un cigarrillo y comenzó a beber, el local se iba llenando y ella permanecía sentada ahí en la barra. Se sentaron varias personas a su lado, pero éstas rotaban a medida que el tiempo transcurría, llegaban y se iban, algunos con impermeables, otros con paraguas. Ella solo portaba su chaqueta de cuero.
- otro…-
- de inmediato-
Que extraño, pero todo le causaba más tristeza, si no se animaba pronto se moriría, se sentía pesada y le daba vueltas el local. Cuando recibió el último sake lo bebió de un sorbo. Y algo le empezó a hacer sentir más graciosa la noche.
Comenzó a observar a las personas, y a notar sus defectos físicos resaltar, empezó a animarse más, se veían raros todos. Se sirvió más sake iba a beber pero un hombre grande y gordo le pidió la cuenta.
- no creo que te alcance el dinero para pagar esto muchacha-
- vete al carajo y déjame tomar-
- ya estás muy ebria para pensar, págame-
- ebria? Puedo pagarte todo lo que desees hombre gordo-
- entonces hazlo ahora-
- bien-
Se metió la mano al bolsillo y sacó su billetera. Extendiendo un billete al camarero.
- Escucha hombre gordo, vuelves a llamarme la atención frente a tanta gente y no te pago nada-
Se escuchaba rumorear a las personas, el hombre estaba furioso y el camarero algo preocupado.
- tantos formalismos para qué?- se dio cuenta que estaba hablando en inglés. Se había olvidado del japonés en ese instante, sacudió un poco la cabeza, el hombre gordo le miraba extrañado y rojo de ira, y el camarero atento a la reacción de la muchacha, junto a la gran mayoría de las personas ahí presentes.
Algo sucedió muy rápido para que Leonell entendiese y se encontraba fuera del local bajo la lluvia sin entender nada. Un joven le sujetaba con fuerza de la chaqueta.
Se dio cuenta que no lograba modular ni sostenerse en pié.
El muchacho, estaba con otra persona, que sujetaba a Leonell mientras avanzaban hacia la estación de trenes.
- Rito- Kun ¿Qué hacemos? Está hablando en otro idioma y yo no entiendo…-
- Vaya lío en el que me metí…-
- No podemos dejarla sola, menos con esta lluvia…-
- ¿Dinero tienes?-
- Eeeeeeeeee Rito!! Tuvimos que pagarle a ese cantinero para que nos dejara pasar por adultos! Más la cerveza que nos tomamos y me hiciste pagarle la diferencia a esta mujer… ¿De dónde demonios saco más dinero?-
- Tienes Razón, Mitsui-kun ¿si hago una locura, guardarías el secreto?-
- ¿En qué estás pensando Rito?
- Tomemos el Tren en el camino te cuento-
- ¿Y la muchacha?-
- No podemos dejarla sola-
- Pero se ríe por todo y se tambalea… me da vergüenza llevarla en el tren-
- A esta hora eso no es importante, ayúdame que las puertas ya se abrieron-
La la la la la
- Vamos sube!!-
La la la la la
- aaaaaaaa!!! Ritoooo la puertaaa-
El muchacho la tomó en brazos y alcanzó a entrar al tren, la dejó sentada y ella se durmió rápidamente.
- eso fue muy raro…-
- ¿Qué plan tienes?-
- Nunca había levantado a una mujer- se sonrojó.
- ¿Qué plan tienes Rito?-
- Eee..llevármela a mi casa…a esta hora mi madre debe estar durmiendo y Nao también, mañana temprano la acompaño a su casa-
- Eres un pervertido Rito! Como se te ocurre hacer algo asi! No la conoces! Además no sabes si hable Japonés!-
- La escuché hablar japonés con el cantinero cuando llegamos…¿Me guardarás el secreto?-
- Bien, pero me contarás todo mañana en clases.-
- Bien, tengo tu palabra Mitsui!-
- ¿Somos amigos no?-
Shibuya…Destino Shibuya.
-Está dormida…-
- lo sé…-
Hey despierta…despierta…por favor..
- hmmm…todo me da vueltas…-
- habla en japonés!!-
- si escuché idiota-
- shibuya!! Debes bajarte-
- Eso intento!- le tomó el brazo a la muchacha y le arrastró hacia la salida.-
- Suerte Rito! Adiós!-
Las puertas se cerraron dejando a ambos fuera del tren, Sabía que estaba haciendo una tontería, ninguna persona en el mundo haría semejante barbaridad, pero ya la había visto antes, hace un mes, estaba tan atareado haciendo unos trabajos, llovía muy fuerte y la gente corría con sus paraguas, ella caminaba lento, iba completamente empapada, vestía de blanco y le ceñía el pecho, su cabello negro largo le caía y su piel pálida le había atraído rápidamente, pero se veía mayor, mucho mayor que él…de todos modos jamás la volvería a ver. Su escritorio esta ubicado hacia la ventana de la calle por ende siempre observa la gente que transita por allí. Y ella era una persona distinta que difícilmente olvidaría.
Ahora la tenía tan cerca, no había advertido que era extranjera, la vio en ese bar y le pidió a Mitsui que entrasen, a pesar de tener dieciséis años, lograron pasar desapercibidos.
Le apenaba verla tan ebria, comenzó a caminar con ella. Pero ella se tambaleaba demasiado y trataba de hablar.
- Shibuya…-
Al fin entendió una palabra.
- esto es Shibuya, tranquila que te cuidaré por esta noche me llamo Rito Yuuki-
- Im not a bitch-
Comprendió que malinterpretó la situación e intentó calmarla, pero parecía que el japonés se le complicaba de pronunciar.
-calma.. hmm wait..im not a pervert… no sé ingles..demonios..-
Ella guardó silencio y se detuvo apoyándose en uno de los muros de la ciudad.
- déjame…quiero morir aquí-
- ¿qué dices?-
- Gracias-
- ¿qué? Al menos muere mañana! No puedo dejarte sola en estos momentos, el que va a morir soy yo si no llego pronto a casa!-
- Quiero desaparecer…- cerró los ojos y se sentó.
Rito esperó bajo la lluvia unos minutos, ella no se movía, parecía dormida. La tomó en brazos nuevamente y se la llevó a su casa.
Cuando ingresó estaba todo oscuro, le costaba quitarse las zapatillas, se las arrancó sin desamarrarlas dejándolas esparcidas en la entrada. Estaba completamente empapado y tiritaba. Subió cuidadosamente la escalera, era demasiado difícil con ella en brazos, además le tiritaba todo el cuerpo, entre nervios, dolor, y vergüenza.
Al fin logró llegar a su habitación. La dejó sobre la cama y descansó un poco. Caminó 6 cuadras con ella en brazos y estaba demasiado cansado.
Se cambió de ropa rápidamente. Ella dormía parecía inconciente.
Avanzó cuidadosamente hacia ella y le quitó la chaqueta de cuero. Afortunadamente la ropa que llevaba bajo la chaqueta estaba húmeda. Pero los pantalones y las botas estaban empapados.
¿Qué hago..?
¿Qué hago…?
Con cuidado intentó quitarle las botas, lo logró y se sintió un total pervertido. No le podía quitar los pantalones ni aunque ella se lo pidiera!, esta chica era su encuentro mas intimo con una mujer y estaba demasiado nervioso.
- Ya sé!!! El secador de pelo!-
Fue en búsqueda de él y recordó el sonido que emitiría, despertaría a todos…optó por unas toallas y comenzó a secarle el cabello.
Preparó una cama en el suelo y se tiró un rato. Al cabo de un rato ella reaccionó.
- Tengo frío…-
Su voz era temblorosa y más repuesta.
Las luces estaban apagadas y Rito no sabía que decir.
Escuchó el cierre del pantalón bajarse y como ella se quitaba esa prenda tan mojada. Se arropó y siguió durmiendo.
Se tranquilizó un poco de saber que por lo menos ya no sentiría frío.
Se durmió.
Queeeeee?- Leonell no entendía nada, estaba completamente asustada, estaba en un cuarto que no era el suyo. Y no recordaba nada.
Rito se despertó al escuchar a la muchacha e inmediatamente se le acercó.
- no grites, vas a despertar a mi familia..-
- No me digas que tu y yo…-
- Eh?- le costó trabajo entender, inmediatamente se sonrojó- como crees!! Solo te traje aquí porque estabas ebria..-
- Cierto!.. el bar..-
- ¿Estás mejor?-
- No lo sé…me duele la cabeza ¿tú quien eres?-
- Rito Yuuki..y tú?-
- Leonell… esto… debo irme.. ¿Qué localidad es esta…?-
- No puedes irte aún…-
- Eh?-
- Mi madre aun no se va a trabajar, debe andar preparando el desayuno…-
- entiendo.. perdona, perdona por causarte problemas, lo siento mucho-
- si, está bien…¿Por qué bebiste tanto?-
- me dejé llevar...-
- anoche me dijiste que querías morirte..-
- quizás...-
- Leonell no debes pensar en negativo, al menos esfuérzate para sentirte mejor, anoche… pensé que no podría traerte…pero, me esforcé, di toda mi fuerza para traerte aquí-
- Tu... ¿me cargaste?-
- Da lo mismo…solo esfuérzate-
- ¿No es muy insolente decir cosas así a una persona mucho mayor que tu?-
- Perdón…-
- Rito-Kun no vuelvas a recoger gente borracha como yo- ella se levantó de la cama y se colocó sus jeans mojados- te lo agradezco profundamente pero no conseguirás nada bueno metiendo desconocidos en tu casa-
Nao, Yuuki- chan el desayuno está servido, tengan un buen día. Los llamo en la tarde. Estudien!
- mi madre… ya se fue a trabajar-
- bien ahora me iré. ¿Qué localidad es esta?- se había puesto las botas y buscaba con la mirada su chaqueta de cuero.
- Shibuya…-
- Que alivio! Entonces no estoy tan lejos de casa…- avanzó hacia la puerta, pero Rito se le cruzó algo molesto.- ¿eh?-
- Quieres que venga mi hermano corriendo a preguntar que ocurre, ¿Por qué mágicamente unos tacones empezaron a rechinar en mi habitación?-
- Ohh…es cierto, lo olvidé completamente…- ella se quitó las botas y se puso la chaqueta.
Rito abrió la puerta mirando hacia todos lados- ve lávate la cara, la puerta del frente es el baño-
- gracias-
Al momento que la muchacha ingresó al baño, subiendo las escaleras venia Naoki, su hermano mayor, estaba algo despeinado y su aspecto era de una persona seria.
- ¿qué haces de pie fuera de la habitación yuuki?-
- ¿eh? Nada nada.. Buenos días hermano-
- Buenos días…-
- Eeee ¿dónde vas?-
- Al baño…- gruñó
- Eeeeeeeee no no! Yo voy primero! Eso iba a hacer- cruzó de un salto y se metió en el baño, Leonell había ingresado y no había cerrado la puerta al escuchar a Rito hablar.
Ella estaba arreglándose un poco el cabello, observó al muchacho tan nervioso y le causó algo de risa.
- debo sacarte de aquí sin que mi hermano te vea..-
Se asomó por la puerta y observó sigilosamente.
- ya está! Entró a su cuarto, ¿estás lista?-
- si...-
- vamos!-
Le hizo bajar las escaleras lo más rápido posible, ella observó la puerta, tomó la manilla y abrió, pero atrás de ellos escuchó la voz de Naoki fuerte y cortante.
- Oye-
Rito se quedó inmóvil, y Leonell miró de reojo, el muchacho atractivo y alto, miraba exigiendo una explicación. Leonell abrió la puerta y se marchó rápidamente.
Me vas a decir que diablos hacía una mujer en nuestra casa?- Naoki se mostraba molesto y serio.
- No alcancé a despedirme de ella…-
- Yuuki! Te hice una pregunta, ¿puedes responder?-
-¿Crees que vas a entenderme si te lo cuento?-
- Hermano, yo también pasé por esa edad… pero debes ir con calma, no puedes meter personas extrañas en nuestra casa…-
- No entiendes Nao…Ella, debo despedirme al menos de ella…-
Se agachó y se puso sus zapatillas, abrió la puerta y salió en búsqueda de Leonell, pero ella no se veía por ningún lado. Naoki no le entendería, nunca lo había hecho. Sin importarle las consecuencias, decidió dejar a su hermano y comenzó a correr...intentaba hacer memoria de la primera vez que le vio pasar bajo la lluvia. - ella había seguido por esta dirección aquella vez- se confió de su memoria y se adentró en las calles del barrio.
Hay algo que no deja que me aleje de ella, algo que me hace querer estar cerca, solo estar cerca de ella, no pido más…es una sensación que me asfixia, al menos puedo esforzarme más...no quiero olvidar…no quiero que esto termine así, pensaba acompañarla a su casa… al menos, podría visitarla de vez en cuando…
- Ritooo ¡Ven acá!- Naoki había salido persiguiéndolo, pero Rito corría con fuerzas, dobló hacia la derecha y se metió en un callejón, vio pasar a su hermano desorientado, quien dio un par de vueltas y luego se regresó por donde venía...
Se volvió a adentrar por la calle en busca de la muchacha, creyó verla a lo lejos caminando entre la multitud, destacaba por su cabello largo y por su chaqueta de cuero.
Comenzó a seguirle.
La vio pasar a una tienda de pan, esperó un poco, su plan era al menos saber dónde vivía para poder visitarla, o al menos, intentar formar amistad con ella. Estaba completamente determinado a conversar con ella, no quería perder esta oportunidad. La chica salió del local y siguió caminando.
Yuuki a una distancia prudente le seguía con la vista -¿pero y si tiene novio? ella es bastante mayor que yo...- empezó a disminuir sus pasos. -Es muy guapa y distinta, su cuerpo es mucho más corpulento que el de otras chicas- recordó aquella primera vez que la vio caminar toda mojada y su pecho se traslúcia en la tela blanca de su vestido. Una pequeña cosquilla le recorrió por su estómago hacia la entrepierna. Volvió en sí, mientras sacudía su cabeza y se trataba de quitar aquella imagen; pero le volvía el recuerdo de haberla cargado en brazos, de haber secado su cabello y notar esa tez tan blanca, que le recordaba a las muñecas de porcelana.
Leonell nuevamente se detuvo a comprar, esta vez una bebida isotónica y continuó su marcha, al parecer no sospechaba que estaba siendo perseguida. Así lo intuía Yuuki, quien no le perdía la vista, estaba decidido y no quería de ninguna manera perder esta nueva oportunidad de conocer mejor a la mujer que le quitó el sueño desde la primera vez que la vio.
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