A mis 18 años creía tener conocimiento de lo bueno y lo malo, estaba segura que estaba preparada para tomar buenas decisiones, no me consideraba una chica problemática ya que siempre fuí obediente y escuchaba con atención los consejos de mi mejor amiga, mi madre, mi adoración, y como no adorarla si a pesar de todas las dificultades por las que pasó y seguía pasando siempre tenía una sonrisa hermosa en sus labios, pero hace unos meses, todo cambio. Nuestra relación se rompió y no es porque ella esté felizmente enamorada, siempre contó con todo mi apoyo e incluso platicábamos de sus posibles parejas porque ella merece ser felíz, después de ver el sufrimiento que le ocasionó mi padre, ya fuera por maltrato físico, o por el hecho de no contribuir económicamente a la casa y tener que trabajar para poder alimentar y cuidar de tres niños. Claro que ella merece ser amada, pero, (lo sé, siempre hay un pero), de la nada llevó a la casa a un hombre, ni siquiera lo presentó, sólo lo dejo pasar y comenzó a formar parte de nuestra vida. Siento que al menos debería haberme mencionado algo para mentalizarme.
Me encuentro sentada en el salón, mi primer día de clases en la universidad, sin conocer a nadie en un lugar que no conozco. Me siento sola, enojada, triste y decepcionada; yo siempre soñé con ser abogada e incluso realicé mi exámen para ingresar, el cual aprobé, pero también debía tener en cuenta la situación financiera de nuestra familia. Le platiqué a mi madre la opción de pausar un año mis estudios para trabajar y ahorrar dinero, y así poder pagar la universidad, pero un día de la nada tenía mi maleta hecha y me dijo que tenía que acompañarla a un lugar. Nos subimos al camión y después de dos horas llegamos a nuestro destino, nos subimos a un taxi y pidió que nos llevará a una dirección. Cuando llegamos, nos recibieron unos conocidos, quienes siempre fueron muy amables con nosotros.
Una vez que nos sentamos en la sala, mi madre comenzó a darles las gracias por permitir que me quedara con ellos mientras buscaba un lugar para vivir. De alguna forma yo sabía cuál era su plan, pero estaba tan molesta que solo me dediqué a escuchar lo que decía. Antes de irse, me dijo que ya me había inscrito en la universidad y que estaba pendiente la carrera que elegiría, tristemente no tenía la que yo quería estudiar, y así sin más, se fue, dejándome atrás, sintiéndome como un perro abandonado, quería llorar pero también quería evitar sentirme más mal además la situación tampoco era mala ya que mi madre dejo dinero para cubrir los gastos de dos meses(creo que es el tiempo que me está dado para que deje de estar molesta).
Y así es como me encuentro en mi primer día de clases en la carrera de Informática, que aunque no era mi preferida, elegí la que creí poder terminar, prometiendo a mi misma entregarle el título a mi madre y nunca más regresar a su casa. Sí, a su casa, estaba tan molesta que esos fueron mis pensamientos.
Elegí el lugar más apartado y más discreto posible. Quiero ser invisible, lo más que se pueda, no estoy de ánimos para socializar y no tengo la intención de hacer algún amigo, ya que éste lugar, ésta universidad y ésta carrera no es lo que yo quería.
Veo a mi compañeros de clases llegar. Algunos parecer conocerse, ya que se saludan alegremente; otros parecen igual de desubicados que yo; y están los que se presentan con todo mundo tratando de ser amigos. Veo a un par de chicos algo apuestos, me parecen interesantes, pero jamás andaría con alguien como ellos, tienen demasiada atención de las chicas y dudo que algún día logren ser fieles a alguien.
Al lado contrario de dónde me encuentro sentada está un chico con su laptop jugando un juego, creo que es el el típico nerd que no tiene muchos amigos pero es inteligente, por lo que no falta quien quiera ser su amigo por obvias razones. Se ve muy entretenido, excluyendo a todos y metido en su propio mundo. Algo me resulta interesante, trato de observar su rostro, pero al estar de perfil, solo veo como un poco de cabello le tapa la frente. No le doy mucha importancia, tampoco estoy aquí en busca de un novio.
Ha pasado un mes desde que inicie clases, ya conozco a la mayoría por sus nombres aunque no les hable, me he ido adaptando poco a poco. Hoy, el maestro pronunció la frase más aterradora para mí: "trabajo en equipo". Dios, no quiero socializar y esperaba que no dejaran trabajos en equipo, al menos no tan pronto, tengo miedo de que nadie quiera trabajar conmigo ya que no he hecho ni el mínimo esfuerzo por ser su amiga. Por suerte, el maestro dice que los equipos ya están formados, a la hora del receso los chicos con los que me tocó hacer equipo, se acercan a mi y me invitan a que coma junto con ellos para ir platicando sobre el proyecto que debemos hacer. Son agradables, y aunque entre ellos no se conocían antes, se llevan tan bien como si fueran amigos de toda la vida, siento algo de celos ya que con mi personalidad es muy difícil conectarme con la gente.
Salgo de clases y me voy a la plaza a buscar lugares donde tengan departamentos pequeños o algo en dónde pueda vivir, ya que aunque las personas que me están dando hospedaje son todo un amor, quiero evitar sentirme una carga, además de eliminar el sentimiento de sentirme abandonada. ¿Es estúpido que me sienta así? Tal vez, pero no logro evitarlo, en este tiempo no he hablado con mi madre, aún sigo molesta, y sé que me está dando mi espacio. Voy metida en mis pensamientos, y de pronto veo un anuncio que me llama la atención: rentan un departamento para una pareja sin hijos y sin mascotas. Tomo la información y voy en busca del lugar. Es un lugar muy bonito, está en un segundo piso, y el porqué de los requisitos es que ella, la dueña, vive abajo. Es una persona mayor sin hijos, así que quiere vivir tranquila y sin tanto conflicto. Tiene un patio enorme, con muchas flores y con algunos árboles, es precioso el lugar. Platico con la dueña mi situación, que soy estudiante, no soy fiestera, soy responsable y le aseguro que tendrá la renta siempre a tiempo. Lo piensa un poco, al final decide aceptar rentar. ¡Estoy sumamente feliz! Algo parece ir bien por fin.
Voy de camino a tomar el transporte que me llevará a dónde vivo actualmente, cuando veo un letrero que dice: "se busca mesera para trabajar los fines de semana". Por curiosidad entro y pregunto, el sueldo no es mucho pero me dicen que me puedo quedar con las propinas y tal vez algunos días pueda ir en la tarde a trabajar.
Decido meter solicitud y los dueños me contratan después de una breve entrevista, comenzaré a trabajar dentro de una semana, calculando lo de mi beca más lo que gane trabajando, lograré cubrir mis gastos, si mi madre piensa que en un mes voy a ir a la casa y pedirle dinero y ella pueda darme sus reglas y tenerme controlada, está equivocada.
Doy gracias a las personas que me hospedaron, espero algún día poder retribuir de alguna forma todo el apoyo y amor que me han dado.
El fin de semana me cambié a mi nuevo departamento.
Me han prestado una cama, una mesa y una estufa pequeña.
Me acuesto en mi cama y me siento libre. Y así, comienza la gran aventura de mi vida.
Mi nombre es Génesis, tengo 18 años, soy una chica morena, pelo largo y ondulado color castaño oscuro, ojos almendrados color café, delgada. Físicamente no me consideró alguien sexy pero soy alguien con bastante actitud y con ganas de vivir la oportunidad que me ha dado la vida. Soy trabajadora, nunca me rindo, siempre hay una solución a toda situación o problema, y aunque me considero una persona seria e introvertida, cuando alguien entra en mi mundo se convierte en un ser especial que cuidaré y atesoraré para siempre.
Hoy es mi primer día de trabajo como mesera,
me baño, me pongo ropa cómoda y tenis, amarro mi cabello con una liga en forma de cola de caballo, y con toda la actitud me voy a trabajar.
Es un restaurante donde venden comida típica mexicana, las señoras que hacen la comida tienen muy buenas habilidades y un sazón increíblemente rico, por lo que el lugar tiene una muy buena fama.
El dueño se llama Antonio, es un señor de unos 40 años, muy alegre, platicador y amable.
Su esposa Esmeralda es una señora más o menos de la misma edad, cuida mucho su cuerpo y su cara, se ve muy joven y hermosa, quisiera verme igual o al menos la mitad de bien cuando tenga su edad. En fin, dejando de lado el físico, ella es muy amable, aunque menos platicadora que su esposo. Mientras platicamos para conocernos un poco mejor, me van presentando a las demás personas que trabajan aquí.
En total somos 5 personas adicionales a ellos, más un chico que trabaja como repartidor y que por el momento no se encuentra, pero cuando llegue, lo conoceré. Las dos señoras que se encuentran a cargo de la comida son Luz y Cristal; Blanca, que se encarga que todo luzca limpio y las mesas siempre tengan lo que se necesita; Adrián es mesero, y ahora estaré yo también como mesera. Todos son amables y tienen paciencia para explicarme cómo debo hacer mi trabajo, el menú y bebidas disponibles, etc.
Llegan los primeros clientes, un grupo de chicos. Adrián los atiende y yo lo observo, tomo notas mentales, y después de verlo tres veces creo que estoy lista... ¡Creo!
Llegan un par de señores, y voy con toda la actitud a tomar su pedido. Llego con la sonrisa más bonita que puedo, me detengo y con mi libretita y pluma en mano, lista para tomar nota les pregunto:
- Buen día,¿Cuál va a ser su orden?
Clientes : ¿Qué nos recomiendas?
- (Inmediatamente se borra mi sonrisa y mis mejillas toman un color rojizo) Sinceramente hoy acabo de comenzar a trabajar y no he probado toda la comida, pero está el menú especial de la casa, ¿quieren probar?
Clientes: ¿En qué consiste el menú especial?
Creo que comienzo a sudar, me da una risa nerviosa y estoy avergonzada. No tomé las cartas. así que ni siquiera puedo dar respuesta, por una milésima de segundo busco una respuesta rápida en mi cerebro, la búsqueda de una solución rápida se ve interrumpida por una mano que siento sobre mi hombro y volteo. A mi lado se encuentra Adrián con las cartas, las entrega a los clientes y comienza de forma hábil a recomendar las comidas más solicitadas e incluso el menú especial.
Después de unos minutos ellos hacen su pedido y yo tomo nota.
Una vez alejados de ellos le doy las gracias a Adrián por ser mi salvador.
Adrián: ¿sabes que enfrente tenías los platillos principales que se ofrecen aquí? (hace un movimiento con la cabeza en una dirección).
¡tragarme tierra! Es verdad. Pegado en la pared hay un cartel grande con los platillos principales, y hace unos minutos estaba parada ahí, con la información frente a mis ojos. ¿Alguna vez te ha pasado algo más tonto que eso?
Génesis: ¡Rayos! ¡Es verdad! (me sonrojo, agacho la cabeza y sonrío como tonta, colocó la mano en mi cuello,después de unos segundos suspiro, levanto la cabeza y aún con la cara roja asiento con la cabeza en señal de lección aprendida).
Adrián: ¡Wow! Me encanta tu actitud (suelta una carcajada), aún estás toda roja pero puedo ver qué estás decidida a seguir intentando, creí que me pedirías más tiempo para observarme.
Génesis: Realmente estoy avergonzada pero si no lo sigo intentando voy a tardar más en aprender, creo que sí no comienzo a ser útil pronto me despedirán (lo digo en forma de broma para tratar de relajarme).
El pedido está listo, lo llevo a su mesa. Después de un comienzo borchonoso, el resto del día transcurre sin mayores inconvenientes.
Al final del día me siento satisfecha, he ganado más de propinas que de lo que me corresponde como pago.
Antes de cerrar, limpiamos y me invitan a cenar. Adrián les plática mi tan gracioso comienzo y todos comienzan a reír, cada uno va platicando sus propias experiencias, terminamos con dolor en el estómago de tanto reírnos.
Estoy en mi cama descansando, me duelen tanto los pies y las pantorrillas que no sé cómo vaya a hacerle para seguir mañana. Realizo un repaso a la sección que me va a tocar exponer el lunes, afortunadamente es muy poco lo que voy a explicar así que no tengo de que preocuparme mucho.
Recibo un mensaje de Luis, preguntando si estoy disponible para marcarme. No, no es mi novio, fuimos, tiempo pasado. Ahora, creo que somos amigos, de vez en cuando platicamos.
Doy respuesta a su mensaje y así terminamos platicando por una hora, me plática que está en una relación con alguien mayor que él pero que aún me extraña. ¡Sí, claro!
Hace dos años terminamos porque él se fue a otro país a trabajar y a mi no me gustan las relaciones a distancia. Es mejor estar libres, y si te gusta alguien, tener la libertad de tomar una elección. De otra forma, unos de los dos será el engañado y terminará con el corazón roto. Me niego a estar en ese tipo de situaciones, así que mejor terminamos y acordamos que cuando regresara, si alguna vez regresaba y ambos estábamos dispuestos a intentar nuevamente, tendríamos una relación amorosa. De lo contrario, siempre seríamos personas con recuerdos en común, incluso bromeamos de cómo nos encontraríamos por la calle con nuestras respectivas parejas, con cinco hijos cada quien y que pretenderíamos no conocernos.
Finalmente, termina la conversación dónde el fue quien habló, habló y yo solo escuché, que para ser sincera, creo que me quedé dormida en cierto momento, desperté y el seguía contándome de las cosas que está aprendiendo, el sueño me estaba ganando así que tuve que interrumpir su tan animada plática y decirle que otro día le seguiríamos, porque estoy realmente cansada.
Estoy presentando la parte que me corresponde de la exposición, la presento sin errores, sin nervios, todo es perfecto... Una voz en mi cabeza me dice: "¿Cómo es que estás en clases si no fuiste a trabajar el domingo?". Grito: "¡El trabajo!, Me levanto tan rápido que todo me da vueltas, además de que el corazón se me quiere salir por el susto. Me siento y tomo mi celular para ver la hora, faltan 5 minutos para que suene la alarma, me doy un pequeño golpe en la frente en señal de auto regaño. Me acuesto y le envío un mensaje a mi hermana para ver cómo están; los extraño, pero por el momento no quiero ir a la casa, aún estoy sentida. Una vez que veo que ya es hora de que me arregle o se me va a hacer tarde, me despido de ella no sin antes proponerle que venga a visitarme el próximo fin de semana.
Llego al restaurante a tiempo y veo una moto estacionada, por fin podré conocer al chico que está como repartidor, ya que ayer no tuve la oportunidad de conocerlo.
Entro y doy un vistazo a todo el lugar en busca de alguien desconocido porque estoy segura que ese será el chico, estoy tan concentrada que no me di cuenta que hay alguien a mi lado.
Adrián - ¿Me buscabas?
Génesis- En realidad estoy tratando de ubicar quién es el repartidor, ya que es el único a quien no conozco.
Adrián - Y ¿Por qué tanta curiosidad?
Génesis- Lo acabas de mencionar, simple curiosidad.
Adrián- Te advierto, es un chico serio, no le gusta hacer mucha plática. De hecho, lo debes conocer, está estudiando lo mismo que nosotros; dado que no estás en mi salón, debes estar en el mismo que está él.
Génesis- ¡¿En serio?! eso sí me sorprende.
Adrián- Bueno, vamos a prepararnos para trabajar, ya no tardan en llegar los clientes, más tarde tendrás la oportunidad de conocerlo.
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Adrián
Soy estudiante de universidad, tengo 18 años, alegre, responsable, trabajador, delgado, mido 1.75, ojos color café claro, cabello lacio y de color castaño claro, moreno y siempre estoy dispuesto a ayudar si está es mis manos hacerlo.
En mi primer día de clases estaba yendo directo a mi salón cuando tropecé con una chica morena de ojos color café y un atuendo un poco llamativo, seguí mi camino y me fui a mi salón. Más tarde, cuando salía a almorzar, la vi sentada en el aula continua con una expresión de soledad y tristeza, quise ir a ver si podía ayudar, pero al final no tuve el valor.
Pasaron un par de semanas. Su forma de actuar tan solitariamente no cambió, se quedaba en el salón a almorzar y leer algo, creo que no le interesa estar en este lugar. Me gustaría ser su amigo, pero no se me ocurre una forma en que pueda acercarme sin parecer extraño o que piense que tengo otras intenciones, todo lo que puedo hacer el preguntar a Roberto su nombre.
Roberto es un conocido de toda la vida, no sé clasificaría como amigo, pero es alguien en quien confío, él es un chico que ama los deportes pero también videojuegos, anime, tecnología, etc. No le gusta hablar mucho, un poco sarcástico, es un genio en la programación, está diseñando un juego y le está quedando bastante genial. En fin, ellos están en el misma clase, así que envío un mensaje y le pregunto por la chica que se sienta al lado contrario, y en unos minutos me envía un nombré. "Génesis". Bastante interesante, incluso su nombre es bonito.
Paso un mes, estoy en el trabajo, la veo platicar con Antonio y Esmeralda; se acercan a mí y nos presentan, vamos a ser compañeros de trabajo ya que ella será mesera, y pienso en lo increíble que es el destino.
Su primer día de trabajo fue algo cómico, pero aprendió muy rápido, pude ver cómo le temblaba un poco la voz e incluso la mano pero en ningún momento la escuché decir “no puedo”, al contrario, me dijo: "si no lo sigo intentando voy a tardar más en aprender". En ese momento se ganó mi admiración porque a pesar de estar tan avergonzada, siguió adelante.
Al terminar nuestro tan cansado día, cenamos todos como una gran familia, me gusta trabajar aquí, el ambiente es muy agradable, Roberto no pudo estar presente por lo que Génesis no lo conoció, se va a llevar una sorpresa cuando vea que están en el mismo grupo. Le conté que estoy en la misma universidad que ella y estudiamos la misma carrera pero que estamos en diferentes salones. Después de contar su primera experiencia y la de cada uno de nosotros, reímos tanto que nos dolió el estómago, realmente es linda cuando deja de tener esa expresión de tristeza y enojo.
Hoy llegó y cuando la ví, sentí feliz, estoy un poco más cerca y creo que podemos ser buenos amigos.
Ella entró buscando a alguien, me sorprendió un poco el saber que tenía curiosidad por conocer al "repartidor", pero Roberto había ido con Antonio a comprar algunas cosas por lo que llegarían más tarde.
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Génesis
El día pasó muy rápido, terminé agotada, después de cenar y ayudar a limpiar lo único que quiero es ir a dormir. Adrián me propone acompañarme a mi casa, ya que es tarde y puede ser peligroso andar por la calle sola; me niego, aunque es un chico agradable aún no lo conozco lo suficiente, y además quiero evitar que los vecinos piensen que ando haciendo cosas raras.
Voy por la calle casi corriendo por qué está oscuro, y para ser sincera tengo miedo, aunque solo son veinte minutos caminando ahora me arrepiento de no haber aceptado la oferta. Pero no hay de otra, sigo trotando, y de pronto siento un escalofrío recorrer por mi espalda, siento que alguien viene atrás de mí y me asusta tanto que no puedo evitar pensar en varias posibilidades de cómo esto puede terminar mal. ¿Seré yo, o en estás circunstancias a todos nos pasa que en lo primero que pensamos son cosas negativas? Cómo sea, volteo, y con la poca luz que hay observo la figura de un hombre. Sigo caminado, ya no estoy lejos de la casa, así que comienzo a sacar las llaves para tenerlas listas y entrar tan rápido como sea posible. Cuando llegó y meto la llave para abrir la puerta, el tipo está atrás de mí, trato de sonar tranquila para que no note mi miedo y así ganar unos segundos de tiempo en lo que logro abrir la puerta.
Génesis- ¿Puedo ayudarte en algo? (Sigo metiendo la llave y voy dando vueltas para quitar la cerradura).
Tipo – Preciosa, claro que puedes ayudarme, y mucho.
Génesis- (El miedo recorrió cada parte de mi cuerpo,puedo notar que está algo tomado y la mirada con la que recorre mi cuerpo sinceramente me aterra, el tiempo me está tomando abrir la puerta parece una eternidad. Tengo la intención de abrir la puerta, pasar y cerrar lo más rápido que pueda, (tal vez sea un mal plan pero es lo que único que se me ocurre).
Tipo - Vaya que tienes prisa, ¿quieres que te ayude a abrir la puerta?, Así podemos divertirnos más rápido.
Génesis- (Toma mi mano y no puedo evitar temblar, retiró de forma brusca mi mano). Lo siento, puedes irte por favor, mi novio va a llegar en unos minutos (¡Soy una mentirosa! ¿De dónde va a salir mi supuesto novio?).
Tipo - Mentirosa, si tuvieras novio no te habría dejado regresar sola. ¿Qué no sabes? Las chicas hermosas como tú, corren mucho peligro.
Génesis- (Comienzo a reír nerviosamente).
Adrián- ¡Génesis!
Génesis - Adrián, cariño, ¿Porqué tardaste tanto? (Vaya, no sé por qué está aquí, pero es genial, mi corazón comienza a calmarse, Adrián me mirá con cara de sorpresa, me mirá de una forma extraña,creo que está evaluando la situación y confirmando que me encuentro bien para después pasar la vista al tipo que está un paso de mí, el tipo se inclina y me dice al oído una frase que hace que mi estómago se apriete en señal de la sensación de miedo y adrenalina que corre por mi cuerpo).
Tipo- Tienes suerte preciosa, tu novio llegó a tiempo. (Dirige su mirada a Adrián) Amigo, nos vemos.
Una vez que se va, comienzo a llorar. Adrián me abraza y me da pequeños golpes en la espalda en señal de que todo está bien, toma mi cara entre sus manos, me ve directo a los ojos y me dice: "tranquila, estoy aquí para cuidarte". No puedo evitar llorar con más sentimiento.
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