Hola mis querid@s lectores, está novela fue la segunda que comencé a escribir, la verdad es mi favorita y seré honesta la quería para mí, pero sus comentarios y sus likes, me motivan a seguir escribiendo, espero les encante tanto como a mí, si me tardo en publicar un capitulo disculpen, pero me encanta leer de nuevo para que darle un buen formato para que puedan disfrutarlo, muchas gracias por su apoyo. Joss Riverant.
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Mire a lo lejos a mi esposa, platicaba con algunos de mis socios, se miraba hermosa, con su cabello perfecto y sus labios rojos. Soy tan afortunado de ser su esposo.
Toda mi vida soñé con formar una familia, mis padres fallecieron cuando tenía solo cinco años, mi abuela se convirtió en mi madre y mi tío Fabián en mi padre, a los 15 años mi abuela murió, mi tío Fabián me acogió en su casa, ahí vivía con mi primo de 10 años que era como mi hermano, la esposa de mi tío era muy joven, lo dejó por el chófer. Así que por los siguientes 10 años fuimos solo los tres, cuando tenía 25 años, mi tío murió, heredé las compañías de mi familia, mi primo regreso de la universidad con una bella chica, se casó a los 23 tenía una bella bebé.
Salí con muchas chicas, pero ninguna era suficiente para mí, mi primo me presentaba chicas, pero no me gustaban.
Era mi cumpleaños 29, mi primo me organizo una fiesta, invitó a muchas chicas solteras, entonces como caída del cielo llegó a mi una bella mujer con un largo vestido rojo, se miraba hermosa y sexi, con cabello castaño, tenía su cabello corto, sus hermosos labios rojos me invitaban a ser tocados. Su ojos miel, me atraparon, ella me felicitó, me sedujo. Salimos 3 meses, le pedí matrimonio. Fue una boda grande, su madre y su hermano vivían con nosotros, por qué ella me lo pidió, todo lo que ella pedía yo lo cumplía. Por un año le rogué que me diera un heredero, quería formar mi familia era todo lo que deseaba, ella acepto. Recuerdo que camino al hospital, yo era el hombre más feliz del mundo, por primera vez tendría a mi hermosa hija en mis brazos.
Al nacer Hanna, Charlotte no quería tocarla, ella cambió, las niñeras se encargaron de cuidar a la bebé. El doctor dijo que era depresión posparto, no entendía nada, pero pague cada tratamiento que existiera para recuperar a mi hermosa esposa.
Al tocarla miraba su rostro de asco, mis besos ya no provocan nada en ella, cada día que pasaba la sentía más lejana.
Para Hanna nunca tenía tiempo, su abuela era la que cuidaba de ella y las niñeras.
Le regalaba joyas, viajes, quería que volviera a mirarme como lo hizo la primera vez, pero algo pasaba en su mente, ella no quería hablar.
Era una gran fiesta, invitaba a todos los de la empresa, a mi esposa le encanta que la casa siempre esté llena de personas y ama hacer fiestas, baje al sótano a traer una reserva de vino, escuché gemidos, al llegar mire a un hombre encima de mi esposa, lo golpeaba con tanta fuerza que quería matarlo. Charlotte me gritaba.
- ¡Ben, lo vas a matar, por favor piensa en Hanna!
Al escuchar el nombre de mi hija, lo solté, salí de ahí, mi traje estaba manchado de la sangre de ese idiota, no podía dejar que mi hija me mirara así. Entre al clóset buscando ropa limpia, Charlotte me siguió con lágrimas en los ojos, se arrastraba a mis pies suplicando perdón. Hablaba tanto que solo tome las llaves de mi auto y dejé todo atrás.
Por qué me engaña, le entregué todo, acaso no es suficiente, pensé.
Sentía rabia y odio.
Bebí demasiado por una semana, no sabía nada. Me encontraba tirado en el cuarto de un motel con botellas vacías. Regrese después de dos semanas, pensé en mi hermosa hija, ella no merecía que otro de sus padres la dejara.
Al llegar a casa me duché, fui a la recámara de mi hija, la mire tan pequeña y frágil. La bese en la frente. Baje las escaleras y mire a Charlotte esperando en la sala.
- Ben, por favor perdóname
- ¿por qué Charlotte?, yo te amo, le reclamé.
Ella me abrazo, me miraba con lágrimas.
- No estoy bien, necesito terapia.
- Más terapias, cuántas más Charlotte, siento que tú no me amas y tampoco a tu hija.
- Encontré un lugar que me puede ayudar, yo te amo, quiero ser como antes amor, acariciaba mi mejilla.
- no lo sé Charlotte, será la última terapia, si esto no funciona, creo que lo mejor..
ella me besó.
- No lo digas, yo te juro que esto va funcionar, ya tengo la información, yo quiero a está familia completa, quiero que Hanna tenga una hermosa familia.
No pienses en separarnos, yo los necesito.
Solo necesito ayuda, mírame Ben, esto si funcionará volveremos a ser como antes.
Besaba mi cuello. Mi amor tu siempre me cuidas y me apoyas, ahora no me abandones
No podía resistirme a sus caricias. Tenía que solucionar este problema para mi hija, quería que ella tuviera a su madre.
La escuche con atención, me enseñó unos folletos, dijo que estaría encerrada 3 meses y que el tratamiento era efectivo.
Accedí, quería recuperar a mi esposa. Era muy caro, pero no me importó.
Le di el dinero, esa noche ella me besó como si me deseara, sus labios tocaban todo mi pecho, sentí su lengua como rozaba toda mi piel, hace mucho que ella no me tocaba, no me dejó hacerle el amor, solo me ofreció un sexo oral, tenía tanto que no sentía placer que fue tan rápido. Ella limpió sus labios y se encerró en el baño. Eso fue todo, un agradecimiento por el dinero. La extraño yo sí la amo, pero en este momento siento solo odio y rabia, se que le doy asco, mis caricias ya no la estremecen, extraño escuchar de sus labios mi nombre y que diga que me ama, ruego por qué el tratamiento funcione.
Tal vez yo tengo culpa, algo hice mal para que ella no quiera estar conmigo, pero solo quiero que le dé el amor a su hija que jamás le ha dado.
Mi hija llora tanto por ella, jamás la besa y tampoco la abraza. Mi hermosa hija solo la mira a lo lejos, jamás se le acerca por qué ella se lo prohíbe.
Llegamos a la recepción de la clínica. Mire por los ventanales, a lo lejos se miraban hermosos jardines, al fondo se apreciaba un enorme edificio, gente caminando por los jardines.
Se acercó un anciano con rasgos asiáticos, me saludó, me dijo que mi esposa estaba en buenas manos y todo saldría bien.
Nos despedimos de ella, ella lloraba, la abrace y le dije que si se arrepentía que nos podíamos ir. Pero ella decía que tenía que hacerlo.
Mire como se alejaba de mí.
Charlotte Rex:
Tome mi vestido rojo, me miraba sexi, pinte mis labios de rojo, use mi mejor perfume, arregle mi cabello, llegué tarde a la gran fiesta quería ser el centro de atención.
La fiesta era del millonario Benjamin Rex, celebraba su cumpleaños, las empresas Rex eran dueñas de muchos negocios. Llegué decidida conquistar al cumpleañero, ya que estaba aburrida de vivir limitada con la herencia de mi padre. Necesitaba un hombre rico a mi lado, que cumpliera todos mis caprichos.
Me acerque a el, mire sus ojos azules con brillo, sabía que quedó hechizado por mi. Esa noche no me separé de el, lo bese dulcemente en el auto, baje de la limusina feliz. Sabía que estaría loco por mi. En poco tiempo sería la esposa del señor Rex.
En tres meses me propuso matrimonio, acepte, logre mi objetivo, lo tenía entre mis piernas. Mi boda fue la mejor, estaba en todas las revistas de chismes y los canales de internet.
Mi vestido fue diseñado solo para mí.
El me daba todo, pero quería un heredero, yo no quería ser madre, quería viajar, ir a fiestas, disfrutar la vida.
Ben y mi madre me presionaban para que yo tuviera un bebé. Acepte por qué mi madre me dijo que si no le daba a Ben lo que quería me dejaría por otra. Así que accedí. Cuando nació Hanna la mire era hermosa como yo es lógico yo soy hermosa, pero no sentía felicidad, sabía que no sería una buena mamá.
Mi vida de esposa perfecta me cansó, salía mucho a fiestas, nunca estaba en casa, por qué Ben viajaba o me dejaba sola. Mi mamá se encargaba de mi hija.
Le mentía a Ben que iba a terapia, en realidad usaba el dinero para pagar las cuentas de los antros y bares, donde me divertía por las noches.
Dejé que tocar a Ben ya me daba asco, era atractivo pero no me excitaba. Tenía varios amantes, los cambiaba como calcetín, la verdad es que me encanta que me deseen.
Un día en una reunión una amiga mencionó una clínica exclusiva, que te cambiaba la vida. Me dio la dirección, quería saber si me podrían ayudar a cambiar mi vida.
Entre a la recepción, la chica me explicaba de los costos, que tenían los mejores terapeutas y los tratamientos que manejaban.
- ¡Pensé que aquí te cambiaban la vida!, dije sarcástica.
De pronto llegó un anciano
- ¿qué buscas? decía mirándome como si quisiera de cifrar algo.
- ¡Busco libertad!, dije enojada
- ¿Buscas otra vida, otra dimensión tal vez?, dijo riendo
- ¡Disculpé!, me di la media vuelta, el anciano me tomó del brazo
- ¡acompáñame!.
Caminamos por algunos pasillos, se paró frente a una puerta, me explico algunas cosas sobre hoyos negros, la verdad no le prestaba atención. De pronto abrió la puerta y me dijo
- Mira, observa lo que hay ahí.
Mire detenidamente, se miraban las luces de la ciudad , el murmullo de la gente, los autos pasaban en frente de mis narices . Cuando iba a dar un paso, me cerró la puerta en la cara.
- ¿Qué es eso?, dije asombrada
- Es un portal a otra dimensión, dijo serio
- ¿Otra dimensión?, dije incrédula
Entonces el anciano comenzó a explicar todo.
- En esta clínica existen diferentes tratamientos, eso que presenció, es nuestro tratamiento exclusivo, nadie puede pagarlo, pero la esposa del señor Rex, claro que puede.
Él sabía quién era, al principio me dio miedo después quedé fascinada.
- Ese portal te conduce a otra dimensión donde tienes 3 meses, para hacer lo que quieras, si encuentras a tu otro yo puedes cambiar, pero con un contrato de confidencialidad, si en 3 meses se quedan el la misma dimensión la persona ajena a esa dimensión enferma y muere. Es por esa razón que solo son 3 meses. Ya que para tener la información si existe otro en la dimensión, es más caro. Si su otro yo está muerto puede quedarse ahí sin problema.
No podía creerlo, podría ir a otra dimensión conversar con mi otro yo que se pase por mi y así no lastimar a mi hija. Tendría una madre y yo sería libre.
- Necesito los costos, quiero este tratamiento y la información extra.
El anciano se reía.
Puede que mi otro yo tenga familia. Necesito saber. Pero al menos estaré 3 meses. Era una buena oferta.
Camino a casa pensaba en como decirle a Ben, necesito idear un plan. Y si no funciona, me divorcio y con el dinero puedo pagar ese tratamiento. Otras ocasiones ya me había acostado con otros, pero Ben nunca me descubrió.
Era la fiesta de Hanna, me coloque un vestido muy justo a mi cuerpo. Invite a uno de mis amantes. Ya tenía todo planeado. Le diré a Ben que necesito internarme en una clínica. Para recuperar nuestro matrimonio.
Entonces sucedió, Ben golpeaba a mi amante.
Yo reía por dentro, todo estaba resultando como yo quería, lloraba como loca y suplique perdón, sé que el me ama y me perdonaría.
Ben desapareció las siguientes semanas, necesito el dinero, ya me había dado por vencida, pero él apareció, volví con mi plan y hablamos.
Al día siguiente me dio el dinero. Estaba tan feliz que quería regresar el favor, le hice un favor con mi boca, era tan fácil de seducir y me encerré en el baño, me mire en el espejo, por fin voy a ser libre de está vida.
Fingí estar triste de dejarlos, pero mi corazón se acelera, por fin tendría mi libertad.
Me tomaron laboratorios para saber si estaba bien para el viaje, recibí la información de mi otra yo.
Era una gran pintora, famosa, soltera, con su propia galería, que viajaba por todo el mundo. increíble, su vida era perfecta. Que estaba dispuesta a tomar. Pero tenía que convencerla, que ella aceptará mi vida, una regla era que no podías matar a tu otro yo. Ya que tú también morías.
Esa mañana llegué a esa gran puerta blanca, se abrió, cerré los ojos y di un gran paso.
Al abrir los ojos, estaban dos hombre enormes, eran unos grandes gorilas. Me insertaron un chip, me dieron un poco de dinero, identificaciones falsas.
- Recuerda solo tienes 3 meses o mueres.
- gracias, dije sonriendo.
Se que tengo que hacer esto rápido quiero que ella acepté.
Los primeros días observe a mi otro yo, salía mucho, su casa siempre estaba llena de chicos guapos. Vaya que sí se sabía divertir. El día 25 salió al callejón de su galería a fumar.
- Hola Charlotte, le dije en las sombras.
Ella apagó su cigarro
- ¿quién eres?, dijo interesada.
- Soy tu otro yo, de otra dimensión, dije acercándome a ella.
Ella me miró con asombro
- ¡que mierda tenía ese cigarro!
Yo me reí
- ¡buen chiste!
- ¿Qué quieres?, dijo asustada
- Solo quería conocerte y platicar, dije sería
Ella se quedo inmóvil. Tuve miedo de que gritara, tomé mi distancia.
Ella se acercó, me miró de la cabeza a los pies.
- ¡Vaya, si eres mi otra yo!, dijo riendo.
- ¡Ven!, sube con cuidado a mi recámara, cuando termine la fiesta, te busco.
Me dejó en su recámara y bajo.
Su recámara era enorme, tenía muchos cuadros, pinturas tiradas, su ropa era hippie, aunque tenía lindos zapatos.
Me escondí en el baño, escuché que alguien se aproximaba.
- Joel, ¿a dónde carajo vas? gritó
- Amor, te necesito, eres el amor de mi vida, quiero que me hagas tuyo.
- Joel lárgate nisiquiera me conoces, no digas estupideces.
- ¡Pero soy tu fan!. Me encanta tu arte nena.
- ¡Seguridad, seguridad!, gritaba Charlotte.
Saca a este idiota de mi habitación.
- Si jefa. Es el cuarto tipo que sacamos está semana jefa.
- Ya ni me digas. Son solo estúpidos, creen conocerme por mi arte. Es que imagino que decir que cogieron a Charlotte Santin, es su único argumento bueno para conseguir chicas. Reía
- Charlotte deberías de coger, tús últimos cuadros no son tan buenos.
- ¡En serio amiga!, gracias por tu humilde opinión, pero no todo es coger, decía riendo.
- Hasta mañana amiga, descansa.
- Gracias, los amo.
La puerta de la habitación se abrió.
- ¡Otro yo!, aún sigue aquí, gritaba
- Si, aquí estoy.
- Vaya si somos idénticas, ¿quieres vino?
- No gracias, no me gusta el vino
- A mi otro yo no le gusta el vino raro, decía ella sirviéndose una gran copa. Y bien, cuéntame qué te trae a esta dimensión, dijo interesada.
- Estoy aquí, porque busco una vida diferente a la mía, este es un programa de 3 meses, puedo vivir con libertad, hacer lo que yo quiera. Y conocer a mi otro yo.
- En serio y por qué, ¿tu vida es muy fea?
- De hecho es perfecta, tengo un esposo con mucho dinero y una hija de 5 años hermosa.
- ¡Y odias esa vida!, reía.
- ¿Y a ti, te gusta tú vida?, le pregunté
- Pues soy famosa, tengo dinero, me alcanza para viajar y vivir mi vida relajada.
- ¿Por qué no estás casada?, Por lo que veo, muchos hombres te siguen.
- Si me case cuando tenía 20 años, mi esposo descubrió que no podía tener hijos y nos separamos. Esa es la razón por la que estoy soltera. Mi madre me odia, mi hermano me odia. Mi padre murió hace un año, era el único que apreciaba mi arte. Después de mi divorcio pinté como nunca, en estos 9 años construí lo que soy.
- ¿Y eres feliz?
- Mira nadamas, mi yo preguntando eso, reía.
Si soy feliz, tengo lo que necesito. Mi arte.
- Te puedes quedarte si quieres. Yo voy a dormir, el vino ya me pego. De hecho todo lo que bebí. Descansa mi otro yo.
El día 54, la miraba de cerca, así dormiré yo y tocaba su nariz.
- ¡Qué mierda te pasa!, pensé que eras una put* alucinación, pero eres real. ¡Carajo mi cabeza!, necesito desayunar, decía levantándose de la cama.
- Voy hacer unos huevos, ¿gustas?
- Si claro
- ¿Cómo te gustan?, por qué seremos parecidas pero nuestro gustos son diferentes, dijo moviendo los huevos.
- Con jamón, por fis
- Ok, jamón será.
Desayunamos, ella me miraba extraña.
- ¿Qué quieres Charlotte?, me preguntó sería.
- Quiero cambiar contigo por un tiempo. Necesito ser libre, me encanta tu estilo de vida, es lo que yo quiero.
- Puedes tenerlo en tu dimensión, decía fumando un cigarrillo.
- Si lo sé, pero tengo una hija y no soy buena madre.
- ¡Inténtalo!
- No puedo, ya lo intente por 5 años y no pude.
- Mira, yo amo mi vida. Pero tienes 32 días para disfrutar de mi dimensión.
- ¿Y convencerte? dije haciendo pucheros.
- No sé, es algo muy extraño, necesito procesarlo, es demasiado lo que dejaría.
Puedes quedarte aquí, pero si alguien te ve le dices que eres mi prima o algo así, te parece.
- Si gracias
- Ok tengo que salir, pero regresó en la tarde. Mi galería está abierta, mis empleados están abajo, casi no suben. Procura no hacer ruido si.
Escuchaba a lo lejos su conversación con su gente. Tenía que estudiar todo de ella, se que aceptará, por qué se que desea ser madre. Por fin el destino, me sonríe.
- Hola jefa
- Hola chicos
- Nos vemos al rato, me llaman por cualquier cosa.
- Te mando flores Paul .
- ¡Tiralas!
- Pero son hermosas.
- Te las regalo.
Escuché que alguien se acercaba y me volví a esconder.
- Ok, soy yo, decía ella
- ¿Comiste algo?
- Cereal
Ella se reía
- Eres una princesa. ¿No sabes guisar?
- no
-Ok, prepararé algo
- Lo siento, mamá me guisa, ella vive conmigo y cuida a mi hija.
- ¿Tu mamá te quiere?, preguntaba admirada
- Si y mi hermano vive en mi casa también.
- Tu marido si que te ama, soportar a todos.
- Oye y hay un otro yo de tu esposo en esta dimensión, digo igual podría conocerlo, decía riendo
- No, ya investigue el murió con sus padre en un accidente
- ¡Que lástima!. Listo come. Es una deliciosa pasta que aprendí a cocinar en Italia. Ese italiano era tan sexi.
- Está buena
- Claro la cocine yo.
- ¿Y por qué tu familia te odia?
- Por qué soy una artista y mi reputación sobre hombres en mi cama, es demasiada. Pero lo más chistoso es que solo he tenido dos amantes después de mi exesposo, el Italiano y Leopoldo el era mi manager.
El problema es que me engañó y me robó.
Todos los hombres son iguales.
- Creo que Ben no es así, él es adicto a su trabajo, siempre me deja sola y me llena de joyas esperando que eso llene el vacío.
- ¿Y lo amas?
- Nunca, me case con él por conveniencia.
- ¡Vaya, eres una perr*!, dijo riendo
Las dos reíamos.
- Bueno, es hora de descansar.
Pasaron los días y platicamos de nuestras vidas. Desde nuestra infancia.
De pronto la nariz me sangró.
- ¿Estás bien?, dijo asustada
- Ya es mi día 85, si estamos juntos en esta dimensión mi cuerpo enferma y muere.
- ¡No jodas!
- Por favor, solo unos meses, podemos cambiar solo unos meses, después regresas y yo me voy. ¡Ayúdame!
- Ok, te voy ayudar, pero solo serán meses.
Pero mi pelo tengo que hacerlo como el tuyo y practicar tus movimientos.
- Tú puedes, solo tenemos estos días. Ya no queda mucho tiempo.
Era el día 90. Llegamos al edificio, el anciano se nos acercó.
- Muy bien, veo que van hacer el cambio, ¿por cuánto tiempo?
- Por 7 meses te parece
- ¡Es mucho!
- Por favor
- Ok está bien
- Firmen el contrato, nadie debe saber esto.
- ¿y si no regresas, en 7 meses?, decía ella nerviosa
- ¡podemos quedarnos así!
- ¡No creo, disfruta estos meses!
Una puerta vieja se abrió, el anciano dio un paso y ella extendió la mano.
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