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PLAN DE HERMANDAD

HORA DE DESPEDIRSE

— Y aquí es cuando... ¡Mueres!.-Puedo sentir como mi brazo golpea con algo mucho más grande y por supuesto, mucho más real que mi simple videojuego en 3D que compre el fin de semana pasado.— ¡Vaya! Esto es mucho más increíble que lo prometido en sus comentarios… Esto realmente se siente tan real… Oh mierda eres tu.-Resoplo con decepción una vez que saco las gafas qué cubrían mis ojos.— ¿Por qué siempre tienes que arruinar mis momentos más perfectos?

— ¡Oye!.-Dramatiza llevando su mano a la zona del dolor.— Yo soy el que debería estarme quejando.-Recrimina arrugando su nariz como era su costumbre, o mejor dicho su pésimo hábito de molestia.— No solo casi rompes mi nariz, sino también desfiguras mis facciones perfectas.-Alardea como si de un dios griego sé tratara.

— Terminaré de romperla si es que no tienes un buen motivo para haber traído tu trasero hasta mi guarida.-Ahora llevo mis pasos al pequeño frigobar que había pedido por Amazon en una de sus ofertas relámpago.

— No dejaré que rompas lo único simétrico que tengo en mi rostro.-Lleva sus dedos a su rostro, más específicamente a su nariz para protegerla. — Además, deja de creerte Batman como para que llames a este horrible basurero tu guarida. Primero encárgate de limpiar los chicles pegados por debajo de los muebles.

— ¿Estuviste husmeando en mi habitación?.-Recrimino achicando los ojos molesto. Odiaba que metieran sus narices donde nadie les llamaba. — Que entrometido.-Le doy un buen sorbo a la soda que comienza a recorrer mi garganta solo para refrescarla.

— Da igual.-Suelta sin importancia, mientras que yo me siento vulnerable al saber que estuvo merodeando al interior de mi habitación. Solo esperaba que no haya encontrado mis cosas mas innecesarias por llamarlo de forma mas educada. — Debemos irnos.-Se detiene al ver mi expresión poco convencional y por supuesto nada a su favor.— En realidad, lo debimos haber hecho desde hace más de dos horas pero… ¡Maldición Carson!.-Ahora sus quejas han pasado de ser meramente especiales a ser bastante ruidosas.— Sigues sin tener tu maleta lista. Es que acaso ¿Quieres hacer esperar a la preparatoria?.-Inquiere curioso a pesar de que muy seguramente sabía lo que estaba apuntó de salir de mi boca.

— ¡¿Se puede hacer eso?!.-Suelto sorprendido. Sabiendo lo irritante que eso pudiese haber sido para Beck.

— ¡No!.-Sus pasos se arrastran hacía la enorme cama que ocupaba cierta parte de la habitación.— No te esperara hasta que tu nauseabundo cuerpo este tres metros bajo tierra, sea tragado por animales carroñeros y reencarnes en un animal salvaje.

— ¡Oye! Esa teoría me agrada. ¿Podría ser un león o mejor aún, un atractivo jaguar?

— Es suficiente.-Puedo ver cómo ahora se dirige al ropero para tomar una gran cantidad de ropa e introducirla al interior de la maleta sin un acomodo pertinente.— Me ayudarás a empacar y nos iremos ¡Ahora!

— ¿Cuándo dices ahora te refieres a…?

— ¡Ahora!.-Repite esta vez con un fuerte carraspeo en su garganta que me hacía considerar una posible cirugía para el arreglo de sus cuerdas vocales.

— Bien ya entendí.-Rodeo los ojos con fastidio dándole un último sorbo a la lata semi vacía que tire al bote de basura con un perfecto enceste de baloncesto.— Iré al auto.-En estos momentos me había resignado a marcharme de mi pequeña guarida para ir a explorar un mundo completamente desconocido y lleno de humanos salvajes, egocéntricos, arrogantes y con mal olor como los que papá solía contarnos en la noche antes de dormir. Eran mis cuentos favoritos.

— Pero…

— ¡No olvides la sudadera de mi grupo favorito!.-Vocifero antes de que la puerta limite no solo nuestro espacio sino también nuestra comunicación. Ya no lo veía a él y él no me veía a mí, a fin de cuentas, los dos ganábamos algo, yo iría a la aburrida preparatoria y él tendría al mejor compañero de cuarto en todo el mundo…

...*****...

— ¿Qué?.-Me detengo con brusquedad antes de poder pasar por aquellas aterradoras puertas deslizantes del aeropuerto como lo haría la gente normal. Por desgracia yo no lo era.

— No estaremos en el mismo cuarto...

— ¿Qué?.-Esta ocasión puedo escuchar mucha desesperación en mis palabras. En todas y cada una de ellas.

— ¡Qué no estaremos en el mismo cuarto!

— Guarda silencio.-Suplico mostrando una sonrisa nerviosa a una adorable anciana con mejillas rosadas que no puedo evitar pasar por nuestro costado para ver nuestra dramática escena.— No quiero que piensen que tenemos una discusión de pareja.

— ¡Es mi tarado hermano, no hay de qué preocuparse!.-Interviene Beck levantando su mano en el aire para saludar a la anciana quien solo puede evitar sumergirse en un aire de gran vergüenza.

— Claramente debería preocuparse. Yo lo estaría si fuera ella.

— Todo saldrá bien.-Ahora trata de tranquilizarme como lo hacía papa después de habernos confesado que era el quién ponía los regalos debajo del árbol de navidad en noche buena. Ese sí que fue un terrible escándalo.

— Escucha, subiremos al avión…

“Y aquí venía el cuento con mímica” Alguien debería de darle un óscar en la categoría «Pésima actuación» de la película “Mi vida no puede ser más aburrida”

— Llegaremos a la preparatoria, nos dirigiremos con el cuidador de cuartos y pediremos que nos reinstalen juntos ¿De acuerdo?

— De acuerdo.-Acepto sin problema alguno, tal vez porque aún no encontraba problemas en ello.— Ahora subamos, no quiero seguir pasando vergüenzas contigo.-Arrastro mis pasos hacia el interior del aeropuerto, dejando que los aromas embriagantes e irritables de las personas me perforen sin piedad alguna mis hermosas fosas nasales, sin olvidar mencionar aquellos apestosos desodorantes que no cubrían en lo absoluto el sudor de las personas cada vez que se atrevían a levantar sus brazos para despedirse.

— Por cierto, olvide mencionarlo.-Se detiene por unos segundos para continuar con su inocente pelea con las escaleras eléctricas que amenazaban con rodar todo el equipaje hasta abajo.— Tienen equipo de baloncesto.

— ¿Debo fingir sorpresa?.-Cierro los ojos con exaspero dejando escapar un energético suspiro desde lo más profundo de mis pulmones.— ¡Woow eso suena increíble!

— Eres pésimo fingiendo...

— Y tu eres pésimo huyendo de Max.

Max era mi pequeño cachorro gran danés, una bonita bola de pelos la cual odiaba no solo al señor “Mal genio” que solía pasar todo el resto en la cocina atemorizándome con aquel sangriento cuchillo de carnicero, sino también a Beck, aún podía recordar la vez que decidió escapar del palacio para ir con una bella doncella a un pícnic a la luz de la luna, bastante romántico lo sé, pero es mi hermano y papá claramente no me dejo darlo en adopción cuando cumplió el mes de nacido. Ahora volviendo a lo que realmente importa el cavernícola lanzo su cuerpo sobre la barda del jardín trasero despertando a Max quién no dudo en atacarlo hasta que el muy cobarde suplicó por ayuda en todo el palacio. Tuvo suerte que estuviera en una intensa pelea con Michael en Twitch.

— Bien tu ganas. Ambos somos pésimo en algo. Solo espero que todo salga bien.

— Vas con el increíble Ben ¿Qué podría salir mal?

NOTICIAS EN EL AIRE

— “El príncipe Carson no solo besa al duque Michael. Sino también golpea a importante periodista!.-Puedo intuir que esta molestó y ni siquiera necesito escuchar su irritante voz para saberlo. Lo conocía a la perfección que incluso eso me daba miedo.— Sacaron la nota en menos de dos horas, pero descuida... Vas con el increíble Ben ¿Qué podría salir mal?.-Suelta hilarante dejando caer el celular en el posa brazos del asiento con decepción.

— Esa fue una pésima imitación.-Me quejo achicando los ojos molesto.— Al menos deberías saber como hablo, pero sobre todo como me comporto. Eso terminaría siendo un halago y no algo de lo que tuviera que avergonzarme.

— Entonces explotaría el universo.

— Entiendo el punto. O al menos eso creo.-Sacudo mi cabeza para que mi cerebro reaccioné.— Escucha, en serio lamento lo que sucedió, y sé que tal vez no puedas creerme porque en estos momentos estoy siendo tu mayor decepción, pero vamos Beck tu y yo sabemos que ese tipo se lo merecía, comenzó a preguntarme cosas nada agradables… Creó que merecía respeto...

— ¿Respetó por qué específicamente? ¿Por qué serás el próximo rey? Eso no siquiera te da derecho de comportarte como un verdadero patán.

— No, derecho a mi persona, a mi privacidad, especialmente en asuntos relacionados con amoríos pasajeros.

— ¿Amoríos pasajeros?.-Bufa con sorpresa.— Creí que el realmente te importaba, pero ya veo que solo tratan de cubrir tus necesidades para después ser bateados en un terrible Home Ron.

— Eso suena desagradable viniendo de ti.-Clavo los ojos en la parte trasera del asiento con el que viajaría hasta Londres.

— Te suena desagradable por qué lo tomas desde otra perspectiva y por qué esta vez no eres tu quien lo habla.

— Tal vez tengas razón y lo que saldrá de mi boca no es una justificación aceptable pero no estoy interesado en conocer a alguien, quiero vivir, no casarme con una princesa que gana en concursos de baile la mano del príncipe o con un duque que ni siquiera tiene definido su sexualidad...

— Lo dice el que sigue probando.-Sin duda eso había sido un golpe bajo..— Ah no lo olvide, reforzando relaciones de amistad….. Es así como sueles llamarlo.

— ¿Eres mi hermano o mi enemigo?.-Una joven azafata de cabellera rubia, ojos azules y mejillas rosadas se detiene a nuestro costado para dejar al descubierto sus voluptuosas caderas ocultas debajo de esa falda azul marino que se ajusta a su cuerpo, sin pasar desapercibido su pronunciado escote…

— ¿Puedo ofrecerles algo?.-Inquiere con calidez dejando al descubierto aquella delgada línea de dientes blancos que se asoma entre la pequeña abertura de sus labios.

Por un momento siento que el tiempo se detiene, cuando mis ojos se encuentran con los suyos navegando entre aquellas dos lagunas que destellan a través de sus pupilas… Antes de que mis ojos comiencen a recorrer sus delicadas facciones femeninas como si yo fuese el vehículo y ella mi carretera.

— Auch.-Un nuevo quejido de dolor sale expulsado de mi boca mientras puedo sentir como su codo golpea mis costillas.— Un cafe frío.-Contesto recargando mi espalda al asiento afelpado.

— Seguro.-Sonríe.

— Una botella de agua natural.

— Por supuesto.-Responde a Beck quién ha intercedido en mi momento mas especial del avión.— En un momento vuelvo.-Se retira.

— El golpe no era necesario.

— Bueno, tus ojos se estaban desviando. Así que sí, era MUY NECESARIO.-No puede evitar remarcar lo último con un toque mayoritario de fuerza y grosor.

— Era linda.-Trato de excusarme ante aquel vergonzoso movimiento en el que fuí torpe mente descubierto mientras que mis ojos la buscan al interior del avión con suma desesperación.— No es mi problema que estes enamorado de Martha…

— ¡¿Qué?!.-Su grito es aspero, pero por suerte consigue pasar desapercibido a los oídos de los pasajeros que nos rodean.— No estoy enamorado de Martha.

— No tienes por qué avergonzarte.-Frunzo el ceño volviendo a mirarle.— Es agradable, inteligente, atenta y al viento parece agradarle su cabello, ya que siempre parece estar jugando con el...

— No es mi tipo…

— Si, tienes razón. Es algo ruda si sabes a lo que me refiero.-Mentí con la esperanza de que Beck actuara de una vez y dejara que sus sentimientos simplemente fluyeran de manera natural y no sobre actuado como solía hacerlo siempre.

— Ella no es ruda como tu vociferas…

— ¿Vociferas? Eso ni siquiera existe.-Niego acompañado de movimientos ligeros de cabeza que van de un lado a otro para afirmar mis palabras.

— Claro que existe, lo sabrías si al menos te tomaras el tiempo de entrar a la biblioteca del palacio a estudiar.

Eso solo sucederá cuando te marches del palacio, mientras serás el responsable de mis “penosas” acciones como suelen llamarlo papa y tu cuando se ocultan en su oficina.

— ¿Haz estado escuchando nuestras conversaciones?.-Pregunta molesto girando su cuerpo sutilmente para quedar su pecho lo más directo a mí.

— No lo haría si no hablaran lo suficientemente alto como para que incluso el personal del palacio los escuche. Sabes lo traumático que es para mí escuchar de sus propias palabras que seré considerado el peor rey de la historia después del tío Felipe quien se metió con una señora aún casada solo porque según las cartas del tarot decían que era su alma gemela.

— Aún siguen casados así que considero que las cartas tenían razón.

— El punto es que… por desgracia, creo que ambos tienen razón.— No estoy seguro de querer formar parte de la realeza, solo mírame.-Giro sobre el asiento unos pocos milímetros para quedar lo mas perceptible a Beck.— Odió los trajes ridículos, tengo dos pies izquierdos que arruinarían cualquier baile real, mi cabello no es lo suficientemente sedoso para que pueda ser el protagonista de las miles de revistas que se reparten en el pueblo, mi trasero se cansa cuando ando en caballo, no soy bueno con el ajedrez así que terminaría muriendo primero así como los incesantes Jaque Mate que canturrea papá cuando me gana, mucho menos soy bueno con las espadas sin mencionar que reprobé esgrima con un niño de 9 años…-Exhalo con cansancio.— Preferiría mil veces haber nacido en una familia normal.

— Quieres decir que... ¿Te arrepientes de haberme tenido como hermano?.-Aquello sin duda había sido un esfuerzo notable para no hacerme sentir la persona más despreciada del universo.

— Solo creo que… Pudiste haber merecido algo mejor que un simple Carson….

— Cafe frío con un toqué de vainilla.-La joven aparece entre el pasillo del avión, extendiendo su brazo lo suficiente para que pueda tomarlo. No sin antes recibir un guiñó coqueto de su parte.

— Grácias

— Es un placer.-Se aleja moviendo sus caderas al ritmo del taconeo de sus pasos.

— Carson.-Beck había tomado la palabra, solo esperaba que fuera algo realmente bueno para haber tenido el atrevimiento de interrumpir.— No pude haber merecido algo mejor que no fueras tu. Ambos nos complementamos, solo veelo de este modo, yo soy bueno enseñandote buenos modales y tu eres excelente enseñandome a como esconderme en free fire, aunque nunca entendí por qué...

— Agradezco todo lo que estas diciendo, pero enserio estas sonando demasiado torpe y ridículo.

— Tendrás que acostumbrarte ya que por desgracia sigo siendo tu hermano.

— ¡Pasajeros com destino a Londres favor de colocar sus cinturones de seguridad porque estamos apunto de despegar!.-La voz del piloto se hace presente en cada rincón del avión, orden que todos obedecen sin poner pretexto alguno.

— ¿Estas listo para nuestra nueva aventura?

— No...

— ¡Londres allá vamos!.-Todos voltean hacía Beck mientras que yo solo puedo esconderme en el asiento con vergüenza.

“Espero que el viajé sea rápido”

LLEGADA AL AEROPUERTO

Y no, el viajé no había sido rápido, había sido de lo más tormentoso, más cuando un niño molesto decide patear el asiento todo el viajé mientras juega caras y gestos con tu idiota hermanó, lo se llámenme amargado o alguien muy aburrido para su edad, pero realmente estaba sufriendo arriba del avión, y no hablaba precisamente de mi ansiedad de tener un accidente después de haber visto a escondidas destino final.

— ¡Pasajeros del vuelo 708 sean bienvenidos a Londres!.-Puedo escuchar a la azafata hablar desde afuera de la cabina a través de aquel micrófono que se encontraba conectado a diversas bocinas por todo lo largo del avión en puntos estratégicos.

— Este fue sin duda el mejor viajé en avión que he tenido.-Beck estira su cuerpo después de haber permanecido mas de tres horas sentado en el asiento para relajarlos un poco.

— Tal vez porque este ha sido el único que hemos tenido.-Mis palabras arruinan su momento así como el también lo había hecho aunque no precisamente golpeando mi asiento sino haciendo ruidos molestos que a su vez acompañaban sus caras y gestos en rivalidad con el pequeño monstruo.

— ¿Siempre eres así?.-Cuestiona observándome con gran curiosidad, como si fuese alguna clase de animal exótico en una subasta.— Tan directo y llenó de frialdad en cada parte de tu cuerpecito.-Me echa un vistazo en afirmación de sus redundantes palabras.

— Esa es mi especialidad.-Extiendo mis labios en una sonrisa fingida y sin nada de gracia por supuesto.— Papá se enorgullece de eso.

— Si, claro.-Bufa con diversión cómo si el supiera algo que claramente yo no. Una nueva aventura qué estaba a punto de descubrir.

— ¿Disculpa?.-Expreso confundido.— ¿A qué te refieres con “Si, claro”?

— Ya sabes.-A pesar de que lucha por pasar desapercibido puedo ver cómo una dificultosa gota de saliva pasa por su garganta.— Si, claro... Una clave de afirmación.

— Esa no es una clave de afirmación claramente. Es algo muy nauseabundo y sin chiste alguno.-Sus ojos me observan con curiosidad. — Si Beck, yo también sé dé palabras pocos comunes.

— Es solo un presentimiento tuyo.-Continúa caminando sin darle la importancia suficiente como yo lo estaba haciendo en estos momentos.

— Mis presentimientos son excelentes, cuento con buena energía.-Presumo con descaro en un intento de seguirle el ritmo a sus acelerados pasos que se cuelan entre la multitud de pasajeros que ahora avanzaban en diferentes direcciones al interior del aeropuerto.

— Como la vez que dijiste que tu perro Max era la reencarnación de tu amigo imaginario con el que dormías todas las noches.

— Sinceramente, estás comenzando a querer hacer que te quiera golpear la cabeza con mi teléfono.-Escupo con frustración, normalmente Beck decía todo lo que yo le pidiera sin ninguna excusa o interponer palabras tontas entre sus oraciones,, pero hoy, hoy parecía estar realmente en mi contra.

— No te atreverías. Mucho menos con la prensa que nos espera haya abajo en cuanto bajemos por las escaleras eléctricas. Me pregunto cuáles serán sus preguntas más personales que te harán, tu relación con el duque, el motivo por el que golpeaste a uno de sus reporteros o mejor aún, cuando llegaras a la coronación como príncipe de Nueva Zelanda.-Sin duda estaba disfrutándolo, yo estaba sufriéndolo.

— Ya han hablado demasiado de mí, así que una nota mas no arruinaría mi presencia escénica.-Tal vez no, pero eso sin duda me dejaría una reserva a un regaño constante de papa que no se cansaría de hacerme saber lo problemático que era.

— Escucha… No creó que papá este orgulloso de todo Tú.-Confiesa solo para tratar de contenerme.

— ¿Todo yo?.-Repito incrédulo mientras que miles de argumentos merodeaban al interior de mi cabeza con sus posibles respuestas.

— Odio tener que decir esto pero… Escuche a papá decir que tu comportamiento no era digno de la realeza…

— Mi comportamiento es muy digno de la realeza.-Ahora era yo quién trataba de encajar en sus acusaciones.

— Entonces deja de sorber las bebidas de los vasos.

— Bien...

— Carson lo que papá quiere decir es que tal vez deberías comportarte mejor, usar ropa adecuada, tener modales en la mesa, ser amable con la prensa, pero sobre todo lo que el realmente busca es que tengas interés en los asuntos reales de la familia, y mo habló precisamente de tus estrategias en Royal Castle que juegas con Michael o algún otro jugador extranjero.

— Te dije que ya tengo mi propio cultivó de maíz...

— Anota esto también en tu lista de “No me interesa lo que Beck está diciendo” ¡Toma la seriedad competente al reino. Tu reino!

— Está bien.-Suspiro con cansancio.— Haré mi mejor esfuerzo, pero déjame de regañarme, yo soy el hermano mayor. Merezco algo de respeto.

— Entonces gánate ese respeto, no solo para “complacer” a papá sino para tu bien. Para el del reinado que te espera una vez que papá muera.-Exige con aquella mirada que muy pocos conocían, una que podía aniquilar a cualquiera, cualquiera que no fuese yo claramente.

— Bien. Me ganaré ese respeto.

— Promételo.-Su mirada se queda plasmada en cada gesticulación de mi rostro, en cada uno de mis movimientos corporales en la espera de que así lo hiciera.

— ¿Realmente me harás hacerlo?

Asiente sin decir palabra alguna por ello.

— Prometo hacer mi mejor esfuerzo.-Levanto la mano extendida al aire en señal de promesa. Sin duda una promesa que no estaba del todo seguro pudiese llegar a cumplir, pero al menos moriría en el intento.

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