El día comenzó como un día normal para mí, me levante a las 8 a.m. como todos los días y baje a desayunar para luego irme al gimnasio y más tarde a mi último día en 4to de secundaria, voy a Santa Teresita del Niño Jesús en Paraná, Entre Ríos, Argentina.
Hoy me levante contento ya que faltaba una tarde para que comiencen las vacaciones de verano ya que tendría más tiempo para ir al gimnasio, aprender a manejar, salir más con mis mejores amigos Marcos y Adriel e irnos de campamento los fines de semana.
-Hola-dijo mi mamá-. ¿Cómo dormiste? ¿Listo para tu último día de clases?
-Hola mamá- le sonreí a mi madre y luego me senté a desayunar-. Excelente, dormí como un tronco anoche ¿Y vos? ¿A caso no trabajas hoy?- me metí un bocado de tostada con dulce de leche.
-Bien, gracias por preguntar. No, hoy no iré al trabajo porque me pedí el día para ir a buscar las libretas de tus hermano y hermana y la tuya.
-Uh ¡Cierto la entrega de libretas!- me había olvidado completamente-. ¡Mierda!
-Primero voy a buscar la de Mía y la de Matías y luego la tuya- hizo una pausa-. ¿Me tengo que preocupar?
-¿Lo decís por mi o por mis hermanos?- dije y me empecé a reír.
-Más por tus hermanos que por ti- rio.
-Puede que un poco, entonces- volví a reír al ver la cara que ponía.
-Bueno, me voy al super, nos vemos esta noche- dijo y antes de salir por la puerta agregó-. Levanta a tus hermanos antes de irte al gimnasio por favor-. Después de decir esto salió por la puerta.
Cuando se dejo de escuchar el ruido del auto me fui a despertar a mis hermanos mientras me preparaba para ir al gimnasio, que quedaba cerca de casa. Una vez que estuvieron despiertos agarre mis llaves de la casa y me predispuse a salir para ir al gimnasio caminando.
Cuando iba caminando el sol me pegaba de frente en la cara haciendo que mi pelo pareciera un marrón rojizo y mis ojos parecían un poco más claros. Mientras caminaba iba pensando como seria mi vida si fuera más alto que mi hermano o mis amigos y que pasaría si no fuera tan sobresaliente en la clase ¿a caso alguna chica saldría conmigo si así fuera? , pero tenía una sensación de que en este verano todo iba a cambiar para mi.
-Tranquilízate, este verano todo cambiará- me repito durante todo el trayecto al gimnasio- voy a ser más alto y tendré más cuerpo y todas querrán salir conmigo.- a esto me lo repetía todos los días porque sabía que si me lo proponía lo lograría, bueno algún día.
Más allá de que me iba bien en la escuela, por lo menos en la parte estudio, siempre me gustó actuar y grabar y editar videos pero nadie lo sabía ni siquiera Marcos y Adriel que eran mis mejores amigos de toda la vida.
Cuando llegué al gimnasio sin ir prestando atención al trayecto que hice para llegar, comencé con mi rutina de siempre bicicleta, 10 series de flexiones, abdominales, planchas, barra, faltar la cuerda y realizar pesas, esta siempre fue mi rutina y como mañana empiezan las vacaciones a esta rutina le agregare salir a correr.
La hora se me paso volando, así que cuando termine de hacer mi rutina estire un poco y me encamine hacia mi casa para poder bañarme y llegar a comer algo porque Adriel y Marcos siempre me pasaban a buscar temprano ya que ellos tienen carnet de conducir y yo no, y de paso me buscan para que yo no vaya solo hasta la escuela.
Apenas llegué a casa busque ropa limpia y me encamine al baño para bañarme y estar más fresco, una vez que termine de bañarme salude a mi hermana Mía que estaba acostada en el sillón del living.
-Hola.
-Hola Jacob- Mía parecía entusiasmada.
-¿Ya comiste?- hice esta pregunta ya que me moría de hambre.
No, mamá todavía no llegó del supermercado y tampoco me fijé saque hay para almorzar- dijo.
-Mira justo llegó mamá mira- le señale el portón que se estaba abriendo con mamá detrás de la puerta.
-Voy a cocinar ¿Qué quieren comer?- dijo Matías bajando las escaleras apresurado.
-Hamburguesas y puré- dijimos con Mía a la par y empezamos a reírnos.
Justo cuando Matute empezó a cocinar mi madre entro por la puerta y al ver que con Mía nos estábamos muriendo de risa y Matías estaba cocinando puso una cara de confusión.
-¿Desde cuando mis hijos se llevan tan bien y desde cuando cocinan?
Esta reacción provocó que los tres nos riamos a carcajadas, porque ella tenía razón, la mayoría de las veces estábamos peleando y no cocinábamos.
- Ya empiezan las vacaciones- dijimos los tres entre risas.
- Las vacaciones hacen milagros- dije.
Este comentario hizo que ella también se empezará a reír con nosotros, mientras seguíamos con las risas a Matías se le quemaron las hamburguesas y le hecho más agua al puré, el cual quedó líquido, pero tuvimos que conformarnos ya que pronto nos vendrían a buscar nuestros amigos para ir a la escuela. Una vez que terminamos nos pusimos el uniforme, agarramos los termos de mate y terere y los celulares nos encaminamos afuera a esperar a que nos buscarán.
Primero la buscaron a Mía, luego a Matías y por último a mi.
-Hola Jacob, ¿te llevamos?- dijo Adriel Welsh, uno de mis mejores amigos- ¿ O te vas a quedar ahí parado todo el día hasta que empiecen las vacaciones?- dijo él y se empezó a reír con Marcos Stoessel mi otro amigo que era el que estaba manejando en esta ocasión.
-Cállense par de idiotas- me subí al auto mientras me reía con ellos.
Durante el trayecto hacia la escuela Marcos puso la canción "Vacaciones" de Wisin y empezó a cantar a la par del tema.
-Pa' qué seguir trabajando yo sigo celebrando así se vive mejor- cantaba prácticamente desafiando.
Anoche fue una locura, mañana es otra aventura quizá pasado me olvide de hoy-se unió Adriel en esta parte.
-Yo no necesito vacaciones, ni dolores de cabeza...- termine de unirme a ellos para cantar esta parte-... solo me basta mis amigos y un traguito de cerveza....
Estuvimos así cantando hasta que terminó la canción, hasta que nos dimos cuenta de que estábamos a una cuadra de la escuela y vimos pasar a Ana que iba caminando en la dirección que nos dirigíamos nosotros. Entonces Marcos me miro muy serio por el espejo retrovisor junto a Adriel que se dio la vuelta en el asiento del copiloto.
¿Eres consciente de que es el último día que vas a ver a Ana durante este año todos los días?- dijo Marcos
-Sí, soy consciente ¿y?- le conteste.
Es tu oportunidad de decirle que te gusta desde siempre- agrego Adriel- es ahora o nunca.
Y con este comentario Marcos y Adriel asintieron al mismo tiempo. Y la charla culminó ahí por unos instantes porque ya habíamos llegado y Marcos estaciono el auto.
Cuando bajamos del auto Ana nos saludó.
-Hola chicos ¿Cómo están?
Hola Ana bien con ganas de que sean vacaciones y ¿vos?-dijo Marcos.
-Estoy bien, ¡si! Unas ganas de que sean vacaciones- le contesto a Marcos y me sonrió.
Adriel me pego en la costilla disimuladamente para que diga algo pero no pude decir nada y Ana continuó caminando hasta entrar en la escuela.
-Oye amigo eso fue patético- dijo Adriel.
-Adriel tiene razón Jacob- confirmo Marcos en modo de desaprobación- a este paso no tendrás novia nunca.
-Oigan chicos le voy a hablar cuando este preparado, no cuando dos idiotas me presionen- les dije- Además ella es demasiado buena para un perdedor como yo, nunca me daría una chance.
-Eso nunca lo vas a saber si no lo intentas- me regañaron ambos.
-Ahora entremos que se nos va a hacer tarde. Luego veré que hago con el tema de como decirle a Ana que me gusta.
Entramos al aula justo dos segundos que la profesora de literatura María entrará al aula.
Hola chicos ¿ansiosos por empezar las vacaciones?- nos preguntó la profe-. Hoy como es el último día de clases, solo hablaremos de que haremos en vacaciones ¿les parece?
-¡¡SIIII!!!- dijeron mis compañeros y mis mejores amigos.
-Pueden prepararse el mate y empezamos con Ana ¿Qué harás en estas vacaciones?
-Seguramente aprenda a manejar y voy a irme a acampar con Isa, Zoe, Lis y Emm. Pero después no se.- dijo tímidamente.
-Muy bien Ana, gracias por contarnos algo- la profe examinó al resto del curso y me miro- Bien ahora te toca Jacob.
Todo el aula se quedo en silencio mirando me fijamente y fueron apareciendo algunos comentarios.
-Sí, ¿Qué harás ñoño? ¿encerrarte a estudiar?- dijo Elías.
-Elías no molestes a tu compañero luego hablaremos de esto a solas- le contestó la profesora.
-¡Uhhh!- fue lo que dijeron mis amigos por lo bajo.
Bueno... em... en estas vacaciones aprenderé a manejar e iré de pesca con mi hermano y mi padre.- fue lo único que dije.
-Bien de acuerdo, parece que varios quieren aprender a manejar- dijo la profesora y siguió con los demás compañeros.
Ana se me había quedado mirando y cuando se percató de que sabía que lo estaba haciendo bajo la mirada y mis amigos me mirando también. Sonó el timbre del recreo y salimos disparados al patio. El resto del día fue igual salvo que mis compañeros pusieron música, mis amigos insistían en que la invitará a salir a Ana y se hicieron las cinco y media, la hora en que salíamos ese día y no hice nada de lo que había dicho que haría y se notaba que mis amigos estaban decepcionados de mi cobardía.
Cuando llegamos al auto de Marcos empezaron con los regaños por mi cobardía.
-Oye acaso no viste como te miraba Ana, se nota que también le gustas amigo- dijo Adriel.
-Adriel tiene razón Jacob, Ana está enamorada de ti- agregó Marcos-. ¿No te das cuenta? Ninguno de los dos se da cuenta de lo que sienten por el otro.
-Al final están hechos el uno para el otro- se burló Adriel.
Ya les dije que es imposible que le guste a ella- volví a repetirles lo mismo que hoy cuando la cruzamos al venir-. O que le guste alguien como yo.
Marcos y Adriel entonaron los ojos y te pegaron en la frente viendo que no iba a cambiar más.
Y así terminamos nuestro último día de clases, volvimos con más música y cantando a todo lo que podíamos.
Me dejaron en casa y mi mamá ya estaba con mi papá en casa con las libretas y mis hermanos sentados en el sillón como si estuvieran esperando a que llegará yo para que nos reten a los tres pero en realidad no fue así, los tres habíamos aprobado todas las materias mis hermanos con algunos seis pero por lo menos pasaron y algo es algo ¿no?. Esa noche fuimos a comer a mostaza para celebrar que empezaron las vacaciones y que aprobados todo sin ir a rendir a diciembre.
Al día siguiente de haber terminado las clases me levante más temprano que lo habitual para salir a correr y luego ir al gimnasio. Me vestí con una sudadera y unos shorts deportivos que siempre usaba para hacer gimnasia, agarre el celular y los auriculares y me los puse para reproducir la playlist de Spotify de la lista que tenía . La primera canción sonó y cuando lo hizo salí a la calle y empece a correr hacia el seminario ya que es el lugar que me gusta para empezar ya que me da una gran paz porque es un edificio antiguo como si fuera sacado de un libro de ficción como la escuela de Harry Potter, de J. K Rowlling.
Luego de ir ahí y quedarme un rato sentado observando la vista de la ciudad que me brindaba este lugar, me encamine a la ruta para correr por ahí, la canción que sonaba ahora era Runaway de Sebastián Yatra, Jonas Brothers, Nati Natasha y otro cantante el cual no recuerdo su nombre.
Luego de haber corrido por una hora y media fui al gimnasio, ya que estaba en la zona, para realizar mi rutina. Mientras iba caminando hasta dicho lugar, me puse a pensar en Ana y en su sonrisa, en su pelo largo que le vuela por detrás cuando camina, ella es tan... tan ella, es alta de ojos cafés, de tez morena tanto de piel como el color de su pelo, ella es tan espontánea, atenta, Es todo lo que un chico podría imaginar en una chica para tenerla al lado de por vida.
Si bien tuve miles de oportunidades de decirle que me gustaba más que como una compañera de clase, una simple conocida o una amiga, nunca pude decírselo por culpa de mi timidez. Mientras pensaba en esto termine de estirar y me dirigí a mi casa corriendo, para este entonces, eran las once de la mañana, después de quince minutos llegué a casa y apague la música.
Cuando entre estaban mi mamá y mi papá tomando mates, Mía y Matías estaban tomando tereré y comiendo facturas, parecian que todos se habian levantado recién, lo cual no me sorprendía ya que anoche todos nos acostamos tarde por haber ido a comer y a pasear para celebrar que todos habíamos pasado de año sin llevarnos ninguna materia.
-Hola familia- los salude.
-Se ve que madrugaste- comento mi mamá.
-Ni pienses en acercarte a mi sin antes bañarte- comentó Mía.
-¿Con qué así estamos, eh?- sonreí con malicia y me le acerque juguetonamente- pues ya verás.
Me acerque más y la abrace dejándole una parte de mi sudor en ella y entonces Matías y mis padres se empezaron a reír y Mía se empezó a quejar diciendo que no era gracioso, pero sabíamos que se estaba equivocando.
-Me la pagarás- dijo con mala cara- ¿ lo sabes No?
-Si, aja como digas- y agarre una factura y me mande a comerla ya que estaba hambriento. Cuando termine la segunda pregunte que íbamos a almorzar más tarde.
-Vamos a hacer asado con Matías-dijo mi padre.
-Ve a bañarte, apestas- dijo Mía mientras señalaba el baño que estaba escaleras arriba.
-Voy a tomar eso como un "te quiero hermanito", además hice ejercicio no como otras personitas que conizco - la mire y le sonreí- ¿ necesitan ayuda en algo o me puedo ir a bañar?-pregunte proporcionandole un golpecito a mi hermana en el hombro.
-Por parte de mí no necesito ayuda-soltó mi padre- me va a ayudar Matías para hacer el fuego mientras voy a comprar la carne. Ve tranquilo a bañarte.
-Hijo, cuando termines de bañarte acompaña a Mía a la verdulería para comprar lechuga y tomate para la ensalada- se apresuró a decir mi mamá antes de que subiera por las escaleras.
-De acuerdo ma.
Me dirigí a mi habitación por un pantalón corto y medias, para luego ir a bañarme. Revisé los mensajes que me habían llegado al whatsapp mientras estaba afuera. Los mensajes eran del grupo que tenía con mis amigos "Los tres pendejos" estos mensajes decian que está noche se querian juntar esta noche en la Costanera para ir al parque, boludear y quizás a comer algo en el patito siriri. Era lo mismo que hacíamos desde que empezamos la secundaria los fines de semana que no teníamos examenes para la semana siguiente durante las clases. Les conteste que si podía ir si alguno de ellos me pasaba a buscar y luego me acercaban a casa; al toque me contestó Marcos diciendo que él buscaba a Adriel y luego me buscaba a mi para luego ir a la Costanera porque se llegaba mas rápido por mi casa, le respondí con un simple "OK." y me fui al baño mientras ponia la misma playlist que estaba escuchando hace un rato.
Salí de la ducha veinte minutos después de que me había metido, me puse el boxer, luego el pantalón y me calse. Cuando baje las escaleras no la encontraba a Mía en la mesa, donde estaba cuando fui a mi habitación un rato antes, pero supuse que estaría en el mismo lugar que estaba siempre, en el sillón mirando la televisión, tipico de Mía.
-Mía apresurate- le tire un almohadon que encontré en uno de los sillones libres- salvo que quieras no comer y estés haciendo algo más importante.
- Ya voy ya voy- renego como siempre que la apuraba- oye ¿piensas ir sin remera?- señaló mi torso.
-Obvio, hace calor como para ponerme una remera- le dije y sonreí.
Sabía que a ella le molestaba que anduviera así por la calle desde que comencé a ejercitarse todos los días y ella sabia que lo sabía asi que puso los ojos en blanco y fue a buscar a mamá para pedirle plata y lo que necesitaba que compraramos en la verduleria, minutos después volvió con una lista en mano y la plata que le habían dado.
-¿Puedes apurarte Mía?- bromee- pareces una tortuga- se hecho a reír y me golpeó con el codo en el brazo.
-Vamos idiota- y me saco la lengua.
Mientras ibamos a la verdulería varias personas se acercaban a nosotros y me pedían el celular y mi instagram, pero mientras yo no sabía que hacer mi hermana se reía de mi por mi torpeza y por mi timidez. Creo que sólo le di mi insta a un par de chicas y luego apresure mi paso para llevar a nuestro destino y así poder volver lo antes posible a nuestra casa y acabar con todo esto de una vez por todas.
-Tenias razón debí haberte hecho caso y ponerme una remera- le dije a Mía- y no creas que decirte que tienes razón me resulta fácil porque no lo es- ella puso su cara de satisfacción que ponía cuando le dábamos la razón e hizo una nueva de sonrisa.
-Jaja, esto te pasa por haber puesto en forma durante todo el año- dijo - voy a entrar a comprar la lechuga y los tomates que pidió mamá, ya por hoy sufriste mucho y además me incomoda que todas las chicas se baboseen por mi hermano neerd, ya vuelvo- entró rápido a la verdulería y por lo que se vio la atendieron rápido porque a los diez minutos ya estaba devuelta.
-¿Qué esperas? Muévete rápido y no lo digo porque no me guste verte así de sufrido, es sólo porque tengo hambre y ya debe de estar casi listo el asado- aclaro esto por la cara de ternura que puse al escucharle decir que no aguantaba verme sufrir.
-OK vámonos ya.
Cuando llegamos a casa fui corriendo hacia adentro y me busque una remera mientras Mía dejaba las cosas arriba de la mesa y le contaba a los demas lo que habia pasado hace un rato, riéndose de mi. Cuando volví a bajar ya estaba la comida y mi mamá se habia adelantado a hacer la ensalada y ya la habia llevado a la mesa, me senté y las bromas no cesaron hasta después de haber almorzado.
-Hoy salgo con Marcos y Adriel- solté- dentro de unas horas me vienen a buscar y probablemente llegue tarde.
-De acuerdo- dijo mi padre.
-Cuidate y no llegues muy de madrugada- pronunció mi madre.
-No prometo nada, pero lo intentaré.
Pasaron las horas y oí que tocaban la bocina en la puerta, salude a mi familia y me fui. Cuando entre al auto de Marcos, Adriel y él me empezaron a gastar porque mi hermano les dijo lo que me paso hoy en la calle.
-Oye, mira una chica viene a pedirte tu instagram no te pongas rojo- dijeron y se echaron a reír.
- ¿ Y ustedes como sab...? Matías ese miserable- dije.
Llegamos a la Costanera y nos sentamos debajo de unos árboles y les conté mi versión de la historia que me había pasado pero prefirieron la versión de mi hermano porque supuestamente era más divertida.
-¿A cuántas le diste tu número?- dijo Adriel.
-A ninguna- conteste.
-¿ Y a cuantas les diste tu instagram?- dijo Marcos- dejame adivinar... A ninguna.
- Ahi es donde te equivocas- cuando dije esto se atragantaron ambos- se lo di a dos chicas.
-¿Les preguntaste como se llamaban?- dijo Adriel.
-¿Eran lindas?- siguió Marcos.
-No lo sé y no me interesa- respondí y cambie de tema por lo tanto seguimos boludeando toda la tarde y nos fuimos al patito siriri para comer porque se hicieron las diez de la noche.
Los chicos pidieron pizza y unas gaseosas y yo me pedí unos vetos y papas fritas más la gaseosa al igual que ellos. Terminamos de comer y nos fuimos enfrente donde estaba el letrero de Paraná o "Ánarap" y nos quedamos hablando mientras mirábamos al río y lo que se podía del paisaje de la ciudad y de la provincia vecina, nos quedamos hablando hasta las una de la mañana y tuve que decirles a los chicos que me lleven a casa ya que se me hacía tarde para llegar a casa. A regañadientes se subieron al auto y me llevaron a mi casa y luego se fueron a sus casas.
Esa noche me sentí diferente a los otros días y fue ahi cuando reafirma que está semana y el año próximo iban a ser diferentes.
Ya habían pasado navidad y año nuevo hace un par de semanas y a estas alturas yo ya estaba sacando mas cuerpo y gracias a mis amigos que me sacaban de casa o del gimnasio para ir a la playa del Thompson para jugar al voley o para pasar el rato ya estaba bastante más moreno que el año pasado. Ah me olvidaba ¿Ya mencioné que ahora mido 1,96mts? Si crecí 26 cm en lo que van de las vacaciones genial ¿verdad?.
Hoy hice mi rutina de siempre levantarme temprano, desayunar, salir a correr para luego ir al gimnasio y volver a bañarme a casa. Me negué a salir con mis amigos ya que le habia prometido a mi mamá que la acompañaría al supermercado a hacer las compras y aprovecharía para comprarme ropa ya que la mayoría de las remeras ahora me quedaban cortas por el estirón que me he pegado.
-Ma, ¿que falta por comprar de la lista?- pregunte aburrido.
-Mmm... dejame ver.
-Esta bien- dije y di la vuelta al pasillo y fue ahí cuando la vi.
Ahi estaba Ana tan esbelta y linda como siempre, y portaba su bella sonrisa que me deja boquiabierto todas las veces que la veo sonreír. Estaba comprando cosas para ir a acampar por lo que se veía que llevaba en el carrito, intente volver atras para que no viera que la estaba observando fue justo cuando mi madre me delató, como odio que me delaten cuando estoy desprevenido y fue entonces cuando me miro, mi madre me empujó para que me acercará a saludarla.
-Hola Jacob- dijo y al hacerlo tuvo que levantar la cabeza.
- Hola Ana- le conteste cordialmente- estas muy linda.
-Y... tu estas más alto y Moreno de lo que recordaba- se me quedo mirando de arriba abajo por unos minutos.
-Eh...si- estaba nervioso nunca habia mantenido una conversación tan larga con ella- ¿irás de campamento?- se me escapo sin querer.
-Si , iré con mis amigas el viernes hasta el lunes- dijo feliz- ¿quieres venir? Digo también estoy invitando a tus amigos si quieres venir para que no estés solo si decides venir- se sonrojo parecia nerviosa- perdón estoy hablando mucho.
-No importa me gusta tu vos-mire hacia el suelo avergonzado- Claro que iremos a acampar con ustedes, también teníamos planeado ir a acampar este fin de semana.
-De acuerdo, pasame tu número asi estamos en contacto y arreglamos todo.
Sonreí y le pase mi número, después de esto nos quedamos hablando un rato y me despedí de ella porque se me hacía tarde para ir a almorzar. Ella también se despidió con gran alegría de que hayamos hablado mas de la cuenta, ya que nunca mantuvimos una conversación como la de ahora en años, mejor dicho desde que éramos chicos.
Esa mañana volvi feliz a casa y mi madre durante el trayecto de vuelta veia como sonreía de par en par, y que está no sea por alguna nota de algún examen de la escuela.
Cuando llegamos a casa mis hermanos estaban jugando al voley en el patio y al ver que estaba sonriendo como un idiota no tardaron en hacer de las suyas.
-Oye, ¿acaso te avisaron de alguna convención de nerds en la ciudad?-dijo mi hermano- porque las únicas veces que estas asi es por esas estupideces.
-O porque hay examen- agregó Mía y ambos empezaron a reír mientras seguían con sus insultos, ellos eran unos idiotas sin duda pero decidí no hacerles caso por esta vez pero mi mamá no pudo no intervenir en esto.
-Chicos ya basta-lo dijo en un tono serio- A Jacob le hablo una chica y parece que estuvo entretenida esa charla.
-¡Oye! Menos mal que no ibas a decir nada- la mire con arrepentimiento de que nos haya visto hablar con Ana en el supermercado.- Gracias eh... Ahora no me van a dejar de molestar.
Mi madre me dio un abrazo como pudo y entro a casa yo la segui para ayudarla con las compras.
-¿Por qué demonios les dijiste eso?- le dije molesto.
-No crei que te fuera a molestar tanto.
-Pues te equivocaste.
-No me hables así, no fue mi intención.
-Lo se, lo siento no debí hablarte así.
-Esta bien debí preguntarte primero si les ibas a contar.
-Me voy a mi habitación, avisame cuando este la comida.
-Okey.
Me fui a mi pieza a acostarme en mi cama y mandarles un mensaje a los chicos para avisarles el cambio de planes para la acampada del finde semana rogaba que no se enojaran aunque se que no le prestarian mucha atención a esa parte sino a la parte en la que hable con Ana ya que nunca sucedía y no pasaba del Hola. Cuando les avise paso exactamente lo que preside que sucedería, se enfonaron en la parte de mi charla con ella asi que no le di mucha importancia a lo que me decían y deje el celular a un lado y me quedé ahi acostado por un largo rato hasta que mi celular sonó con una nueva notificación de mensaje, lo abrí y pude comprobar que era él numero de Ana.
Nos pusimos a armar los planes para el fin de semana y cuando terminamos, les pase como habíamos quedado a mis amigos, nos pusimos a hablar de todo un poco.
De que habíamos hecho hasta ahora en las vacaciones, que musica nos gustaba, etc.
A todo esto mi mamá me estaba llamando para comer hace media hora y no la habia escuchado, sino hasta que me tocaron la puerta.
-A comer ya esta todo en la mesa.
-Ahora bajo, pongo a cargar el celular y voy.
Pero antes de poner a cargar el celu, le mande un último mensaje a Ana.
~Me voy a comer, si quieres seguimos hablando después.~
~Okey, yo también me voy, después hablamos.~
Luego de esto puse a cargar el celular y baje a cenar. Durante la cena mis hermanos seguían molestandome, mi madre les decía que ya pararán, mi padre me pregunto que pasaba y no le conteste. Les dije que el fin de semana iba a ir a acampar con mis amigos y accedieron a dejarme ir con la condición de que no tomábamos alcohol.
La semana paso rápido y llego el viernes, mis amigos llegaron antes de la hora que habíamos dicho y empezamos a cargar las cosas en el baúl del auto de Marcos, mientras esperábamos a Ana y a sus dos amigas, Isabel y Emilia, cuando llegaron me mandaron un mensaje de que estaban afuera y que nos diéramos prisa. Marcos saco el auto de mi patio después de que le haya abierto el portón y nos subimos al auto, le tocamos bocina a Ana para que avanzará ella primero y para seguirla.
Después de media hora viajamos llegamos al lugar que habíamos acordado ir y estacionamos los autos para luego bajar y estirarnos bajamos las carpas y nos pusimos a armarlas para terminar antes y poder pasear por el lugar. Una vez que terminamos de armarlas y colocar nuestras cosas en las carpas nos encontramos en el riachuelo que había en el lugar Ana y sus amigas estaban en bikini, pero sólo la parte de arriba y lo acompañaban con un short y nosotros nos habíamos sacado las remeras por el calor que hacía.
Ellas se quedaron mirándome porque había cambiado de fisico y altura, agregando que estaba más moreno que otros años.
-Creo que tienen un poco de baba aquí- dijo Adriel señalandose su comisura de la boca.
-Tienes razón Adriel creo que hay que traerles un balde a cada una- bromeó Marcos.
-Eso no es cierto-protestaron las tres amigas.
-Pues creo que tengo que ponerme la remera porque ellos tienen razón- les dije y amagué a ponerme la.
-Como quieras Jake- dijo Isa.
- Sabes que tenemos razón porque en tu hombro tenes un poco de baba mira- le señale el hombro con cara de asco y me eche a reír.
Luego mis amigos se me sumaron y terminamos todos ríendonos.
Así empezaba el mejor fin de semana de mi vida. A la noche Adriel y Marcos prendieron el fuego y yo saque los malvaviscos para quemarlos con el fuego, y se que dirán que es muy YANKEE pero lo probé hacer y la verdad es que son ricos así tostados, mientras comíamos se iba llenando de mosquitos y cada uno fue poniéndose off y tapándose con una cobija.
-Oigan les propongo contar historias de terror- dijo entusiasmado Adriel.
-Si, ¿ quién empieza?- dijo Marcos
- Yo empiezo-dijo Emilia.
Contó su historia pero no dio miedo como para que nos asustaramos, le siguió Adriel, luego Isabel la, luego yo, luego Ana y por ultimo y el que más miedo dio Marcos.
Y así pasamos el finde con historias de terror, fogatas, ir al arrollo del lugar y nos divertimos entre bromas y risas y juegos.
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