—¿Tu no conoces la educación hasta ahora? —Un joven alto, de cabello blanco y ojos azules, me miraba con frialdad.
—Mira la vergüenza que le ocasionaste a la familia Vansher —la mujer adulta a su lado se veía joven por esa elegancia, junto a su cabello castaño y ojos verdes.
—¿Por qué mejor no dejas que te arrastre fuera de esta mansión como la perra que eres? —el otro joven, de igual cabellera que la dama pero de ojos azules, parecía tener deseos de asesinarme.
—Tu comportamiento es inaceptable, ¿has olvidado que por mi tienes el apellido Vansher? —era el más mayor. Su seriedad dejaba en claro su ira, también de ojos azules y de cabellera blanca.
Luego de dejarme atontada por sus aspectos hermosos, me concentré en lo importante: ¿Qué ocurre?, ¿Quiénes son ellos?, ¿por qué me miran igual que mi familia?, ¿por qué estoy en el suelo?, ¿dónde estoy?
Mi memoria me llevó a aquel momento, que se nombró último, previo a esta inesperada situación. Baje mi cabeza y recordé:
Yo estaba comprando, lo recuerdo, era de noche y muy tarde, pero a mis padres les dio igual la hora, así como la medicina que tenía que tomar.
—¡No entres hasta que compres todo!
Pero necesito mi medicina, los pies me duelen, mi garganta está seca y de verdad me duele el corazón. Pero compraré todo para que me dejen entrar.
Mi cabeza duele. ¿Qué es esa luz?
—¡¿Qué tienes que decir a tu favor?! —Volví a mirarlos— ¡Sustituta mendiga!
¿Cómo llegué aquí? Suenan iguales a mis padres. Tengo miedo como para preguntar lo que me pasaba.
—Lo siento —debería ser suficiente ¿no?
—Lamentablemente, para ti un lo siento no cambia la vergüenza que hiciste pasar a esta familia —volvió a hablar el más mayor—. Por ahora te quedarás en el sótano para que reflexiones, esta noche no cenaras.
Fui incapaz de siquiera pedir alguna explicación, debido a que dos hombres elegantes me arrastraron a un sótano. Casi al final de las escaleras me empujaron y luego se rieron.
El sótano era frío y oscuro. Rápidamente subí las escaleras y golpeé la puerta pidiendo a gritos una explicación. Pero la puerta fue golpeada más fuerte del otro lado y terminé cayendo por todas las escaleras y, antes de desmayarme, escuché más risas.
Yo solo quería tomar mi medicina, ¿Qué hice mal?
NOTA DE LA AUTORA:
Está novela está terminada 😸😁😸. Perdón si la sienten pesada 😓 o que es muy larga pero me sirvió para ver mis errores 😥. Aún así hay gente que les gusta mucho 😃 y espero que a ustedes también.
Ahora comienzo una nueva novela, mejor redactada se llama "Las libestades del odio".
Muchas gracias.
ATT. RHAELLA 11
No recuerdo cuantos días estuve en aquel sótano, tal vez fue porque no comí nada durante ese tiempo y, de tanta oscuridad, me arrincone a una esquina. Luego, me arrastraron a otra habitación, donde la luz del sol, a través de esas enormes ventanas, dañó mis ojos. Sin embargo, mis ojos no dolieron como acostumbran. En el momento en que se fueron, luego de empujarme, noté que la habitación era más elegante, diez veces más grande que la que tenía.
Al ver un espejo, corrí para verme: no era yo. No eran mis ojos grises, ni mi cabello negro con puntas coloridas de fuego, no eran mis vestidos lujosos y, a pesar de la suciedad, no era esta belleza que veo delante de mí. Luego, distinguí lo más importante: mi corazón no me dolía, mi respiración era normal, mis ojos no eran tan sensibles, ninguna parte de mi cuerpo se había paralizado.
¿Acaso me curé?
Durante varios días, encerrada en mi nueva habitación, pude confirmar que no estoy en mi mundo, sino en una novela que encontré en un autobús. Jamás lo olvidaría, pues es el único libro de tapa dura que tengo con aspecto antiguo. Aunque, lo más importante: yo morí. Por mi mal estado, no vi el camión que me atropelló y, seguramente, acabó con mi vida.
La novela que leí, más de una vez, se llama “Rosa en invierno” y su protagonista es Liliana Vansher, la hija secuestrada del Duque. Ella regresa, luego de varios años, con su familia y emprende una búsqueda sobre el misterio tras su secuestro. A consecuencia, ella descubre conspiraciones de la nobleza y, sobre todo, de la familia imperial Atrexal.
Si hay una heroína, hay una villana, sobre todo en novelas como “Rosa en invierno”. Y reencarné en la villana: Marina Vansher, la huérfana adoptada por el ducado y odiada por su malicia envidiosa. Decepcionantemente, Marina solo era la típica villana fastidiosa: humillaba verbalmente a la heroína, su mayor extremo fue envenenarla, no gravemente, con el fin de enfermar y evitar ser vista por la sociedad.
¿Cómo esta novela no es tan mala? La respuesta: el verdadero villano: el mago Mijael Atrexal, hermano del emperador y autor del secuestro de Liliana. El objetivo de este villano era apoderarse del trono por simple codicia. La verdad tras el secuestro de Liliana es haber nacido con la habilidad de encantar a cualquier criatura en el mundo, sobre todo, al dragón rojo de la familia imperial. El final no es nada nuevo: la heroína salva al Imperio Ekel junto a los protagonistas asesinando al terrible villano. Y estos protagonistas son: los dos hijos del duque Vansher, un caballero y el príncipe heredero.
El villano tuvo un final digno de su personaje, comparado a Marina, su final fue peor. Ella termina con el rostro desfigurado, gracias a que uno de los hermanos de la heroína usa su magia para aplicar los venenos no letales en su cara hasta el punto de que la quemen.
Si Marina usó gotas para enfermar, ese mago usó el mar para torturar.
Finalmente, Mijael le promete a Marina curar su rostro a cambio de ayudarlo a entrar a la mansión del duque de manera desapercibida. Sin embargo, la termina asesinando.
Entonces… ¿Ese es mi destino? Hubiera preferido ser una sirvienta, en esta mansión hasta la servidumbre está por encima de Marina.
La única razón por la que no grité al saber todo, fue porque tardé en asimilar mi nueva realidad. Poco después, con más calma, lo asimile todo: una familia que me odia, una posición social alta con mala reputación, sirvientes que nunca me ayudaran. Estoy sola en esta enorme mansión donde soy humillada por todos. Luego, apareció una solución: cambiar mi actitud. Marina era demasiado extravagante, orgullosa y loca, pero yo no soy ella. Podría cambiar y, tal vez, ganarme a esta familia y tratar mejor a Liliana, hasta ser una verdadera hermana, a cambio la vida sería más agradable, fácil y……………. ¡Una mierda!
¡¿Por qué tendría que ser amable con esta terrible familia?!
Los recuerdos de esta villana empezaron a llegar unos días después de salir de ese sótano, los asimile estando en mi nueva habitación para poder concluir todo. El maltrato que recibió Marina la convirtió en la típica villana de envidia. Pero no solo eso, yo misma sentí cada herida, física y sentimental, ocasionada por las personas de esta mansión y las de afuera. Todo eso y más un tormento de preguntas sin respuestas, la mayor de ellas es: ¿Por qué la adoptaron?
El ducado empezó a cuidar de los orfanatos después del secuestro de su hija, ahí fue cuando la duquesa recogió a Marina. Pero ¿Por qué adoptarías a una huérfana para después abandonarla en tu propia casa a merced de los maltratos desde la servidumbre hasta de los nobles?
En conclusión, la novela no lo menciona pero, era obvio que Marina vivió en esta casa solo para ser un saco de boxeo de toda esta familia.
Igual que yo.
Antes, no podía quejarme del trato de mis padres porque no tenía fuerzas ni para insultarlos en mi mente. Todo por suplicar que mis dolores cesaran, poder curarme, tener la fuerza para velar por mi misma sin necesidad de pedir ayuda a nadie.
¡Y Dios escuchó mis súplicas!, pero como dijo el buen Al: “El hombre no puede obtener algo sin dar algo a cambio”.
Si mi vieja vida es lo que debo dar, ¡que así sea! Esta oportunidad es como un sueño, con la excepción de que esta familia no me trataría como a un ser humano. Pero, ¿quién los necesita?, pues yo no.
Puedo correr, saltar, bailar, cantar, gritar, reír, y sobre todo: puedo vivir mucho tiempo.
No voy a desperdiciar esta oportunidad para nada. No voy a luchar para tener amor de esta gente. No seré una noble obediente a sus jerarquías, ¡no viviré con sus absurdas reglas! Además, soy una villana secundaria, Mijael da más miedo, es más poderoso y cruel.
¿Por qué tengo que estar en esta casa cuando su destrucción viene en camino? Me iré antes de la llegada de la heroína, así ella sola puede salvar al imperio Ekel o no. Da igual lo que pase porque dejaré todo atrás. Sin embargo, hay un problema: la época.
La época en la que ahora vivo es el mayor obstáculo para que una mujer soñadora y sana como yo se mantenga sola. De por sí, al ser tan hermosa pueden hacerme algo malo.
No exagero, Liliana es una belleza inocente, mientras que Marina es una belleza seductora.
Otro problema es que si quiero hacer lo que quiero, debo conseguir un trabajo con un jefe decente y que además sea lo más lejano de este reino. Pero es demasiado difícil. Además, ¿quién va ayudarme durante el viaje? Respuesta: nadie en esta casa. Pero, eso está bien. Quien puede ayudarme no se encuentra en la mansión del duque.
Como un epílogo más, Liliana descubre que Marina era hija de una bailarina que actuó en el palacio real, todo por un noble cautivado por su belleza quien la dibujó. Entonces, Liliana descubrió que Marina y su madre eran exactamente iguales. Según la novela, la bailarina vivió con otras mujeres, de su mismo oficio, en un campamento. Todo por su peculiar cultura: rovreana, que en mi viejo mundo se asemeja a los gitanos. Lamentablemente, unos bandidos las asaltaron, asesinaron y quemaron. Una anciana logró salvar a Marina del desastre, pero de todas las demás mujeres solo quedaron cenizas.
Marina terminó en un orfanato donde, obviamente la vida era difícil, tuvo que robar para comer o buscarla en la basura, beber agua de la lluvia, agarrar, ser azotada por crueles adultos.
Todavía puedo sentir todo eso.
¿Todo su sufrimiento para qué? Para ser llevada por una duquesa que luego la nombraría el saco de boxeo de la familia. Bueno, esta revelación confirma que Marina podía haber tenido una vida feliz como rovreana, pero los bandidos se lo impidieron y la nobleza le dio alas con el fin de cortarlas justo al alcanzar estar en lo alto del cielo.
Lo importante, es que al final Liliana encuentra a un familiar consanguíneo de Marina: su abuelo materno Dercey, un anciano director de espectáculos que se hundió en el alcohol ante la noticia de la muerte de su hija y nieta, que no conocía. Pues, según la novela, este padre conocía el espíritu libre de su hija y la dejó viajar por el mundo. Él lloró en la tumba de su nieta y le agradeció a Liliana por buscarlo.
Él es mi ayuda.
Querido abuelo de Marina, no conocerás el cadáver de tu nieta, la conocerás vivita y coleando.
Así que determiné mi plan de sacar a esta villana del imperio Ekel antes de la llegada de su heroína. ¡Qué importa quién gane o pierda! Yo estaré viajando por el mundo.
—Señorita Marina, le traje su desayuno —la sirvienta entró sin tocar la puerta y me dejó el desayuno.
Olvide que las sirvientas acostumbran a poner algo repugnante en la comida de Marina
—Rápido coma, señorita —note a más sirvientas viendo el show que forman: ella comiendo algún desperdicio para enloquecer y poder quejarse con los duques.
¡Idiotas!
La comida no se compara a la basura que me daban mis padres. Además, no soy tan tonta como para no notar el té con insectos, así que lo deje. Obviamente ellas se enfurecieron.
De pronto alguien entró sin permiso: Roysher “Roy” Vansher, el único mago de la familia y el hijo menor, quien comparte el cabello castaño de la duquesa.
La pesadilla de Marina.
—¿Quieres? Lo preparó Luz —le ofrecí una taza de té.
Roysher sospecho de mi inesperada acción. Así que, él tomó la taza solo para echarla en mi cabeza.
La sonrisa burlona de Roy desapareció cuando vio insectos en mi cabeza y, antes de que alguien dijera algo para culparme, decidí señalar a la responsable.
—Luz, no creo que el té con insectos sea de mi gusto, debiste detenerme de dárselo al joven Roysher.
—Jo…joven Roysher…nosotras…
—¡¿Qué le dan de comer?!
Entonces, ellas empezaron a rascarse sus cuerpos, mientras que Luz, mi doncella, la autora de humillarme y victimizarse, agarró su cuello como si le faltara aire.
Este hijo de puta está loco.
¡Qué bien se siente insultarlos en mi mente! Hasta me dan deseos de gritarles, pero debo aguantarme.
Las sirvientas empezaron a suplicar perdón a Roy pero este solo aumentó su dolor, luego me vieron a mí, gritaron por mi ayuda. ¿Por qué deberías ayudarlas? ¿Acaso debería premiarlas por su pésimo servicio?
¿Cómo pueden pedir ayuda cuando le han dado a Marina basura mientras se burlaban? En fin, la hipocresía.
Mientras el loco hacía lo suyo, recordé que tenía una manzana que me robé de la cocina. ¡Deliciosa!
—¡Oye tu!
—¿Yo? —me señaló mientras sostenía mi manzana mordida.
—¡¿Qué demonios pasa contigo?! —Loco bastardo, solo seguí comiendo mi manzana— ¡¿Hay alguien?!
Inmediatamente entró el mayordomo junto a otros sirvientes. La escena los aterrorizo: cuatro sirvientas siendo torturadas por su joven amo, mientras la loca huérfana disfruta de una manzana deliciosa.
¡Es que en serio está rica! Puedo vivir para siempre solo como frutas. Al menos esta maldita mansión cosecha buenas frutas. Me llevaré algunas cuando salga a buscar a mi salvación.
—¡Encierren a estas perras por insultar a su ama!
—Sí, joven Roysher.
Tal vez debería averiguar cómo hacen tan deliciosas estas frutas, en algún momento tendré que quedarme quieta en un hogar, puedo empezar a cosechar estas frutas, venderlas y comerlas.
De pronto sentí un leve mareo.
—¿Estás bien? Debería llamar a un doctor —puso su mano en mi frente.
—¿Ya terminaste? —Aparte su repugnante mano de mi frente.
Si toca mi manzana la tiraré y será algo muy triste porque enserio esta deliciosa.
—¿Por qué demonios no dijiste nada? ¿Desde cuándo te alimentan así?
—Desde que me sacaron del sótano, pero ya antes lo habían hecho —seguí comiendo mi manzana.
—¿Por qué carajos no dijiste nada, estúpida?
Me dan ganas de darle un puñete, este cuerpo debe tener fuerza si ha estado comiendo frutas deliciosas y sopa de verduras.
—¿No fuiste tú quien lo ordenó?
—¿De qué demonios hablas?
—Creí que fuiste tú, si no diste la orden debió ser mi hermano mayor, o tal vez la duquesa o el mismo duque. Así que ¿Por qué debería haber dicho algo?
—¡¿Crees que te daríamos comida podrida?! —sí, sí lo creo.
—De pronto me siento mal, te puedes ir por favor —maldito loco bastardo.
Quiero tirarle ácido en la cara. Mejor dejó una carta con todos los insultos a cada miembro de esta maldita familia. Sí, eso haré. Luego gritaré en el campo de flores todos los insultos.
—Perra loca, ¡haz lo que quieras! —cerró bruscamente la puerta.
¡Idiota!
No me sorprende este trato, Roy será un mago pero también sabe cómo torturar psicológicamente: dar esperanza brevemente y luego quitarla. No me sorprende, es el mismo imbécil que usó su magia para provocar quemaduras en ciertas partes del cuerpo de Marina, incluso la humilló en las reuniones sociales.
Por suerte el resto del día estuvo tranquilo.
Estaba por dormirme y empecé a quitarme el vestido. Sabía que en la espalda tenía como tres quemaduras, por lo menos no hay nada en mi abdomen perfecto. ¿Cómo Marina pudo ser tan hermosa y tener un destino tan cruel? La maldita nobleza.
Justo cuando iba a soltar el vestido, un sirviente entró ¡sin tocar la puerta!
—Señorita Mari… —él se quedó paralizado al ver mi espalda desnuda y mis brazos cubriendo mi pecho.
¿Por qué no aprovechar esta situación? Tengo las de ganar
–¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh! –grite como damisela en peligro.
Inmediatamente llegaron el mayordomo, la jefa de sirvientas, un caballero y el otro bastardo, pero peliblanco, que tampoco quería ver: Einsher Vansher, el heredero del duque y quien siempre miró mis torturas y me recordó que solo soy una huérfana mendiga. Al ver mi situación volteo la mirada, después de mirarme como diez segundos.
Si, lo sé, soy hermosa a pesar de sus putos maltratos.
¡De verdad necesito insultar en voz alta! Si me siento bien de solo pensarlo.
—¿Qué demonios pasa aquí? —pregunto el muy estúpido.
¿Qué no ves la situación?
—Joven Einsher…..yo….. —el sirviente irrespetuoso empezó a hablar y, de una forma, echarme la culpa— Yo…venía a avisarle a la señorita que…que el duque la llamaba…pero…
—¡¿Y no pudiste tocar la puerta?! —Grite haciéndome la víctima, aunque lo soy— Yo…Yo me cambiaba para dormir…y de la nada…..él….el —cubrí mas mi pecho y empecé a temblar—, me asuste tanto…sobre todo…cuando…cuando él me vio todo.
Haber como te salvas de eso.
Einsher, veamos si puedes defender al sirviente delante del mayordomo y la jefa de sirvientas, quien inesperadamente camino hacia mí y me cubrió con una manta, al hacerlo se sorprendió de ver las quemaduras en mi espalda y brazos.
Si claro, hazte la santa.
—¡¿Qué no conoces la educación de tocar la puerta de un noble?!
—¡¿Pero jo–joven amo… —lo golpeó en su cara.
—Saquen a este irrespetuoso de aquí —su presencia si decía mucho sobre él— ¡Ahora! —el perfecto joven duque.
Otro sirviente es arrastrado de mi habitación, tal vez las cosas cambien mientras decido escapar. Einsher seguía mirándome, hasta que la jefa de sirvientas le hizo darse cuenta de lo irrespetuoso que era al hacerlo.
—Vístela —apartó la vista de mi— mi padre quiere hablar con ella —y cerró la puerta sin la brusquedad de su hermano.
Inmediatamente quité los brazos de la jefa de sirvientas y agarré la manta por mi cuenta.
—Puedo vestirme sola, largo.
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