Matthew
Aún recuerdo cuando la conoci, tenía 11 años cuando mi padre abrio una sucursal de su empresa en Manhattan, si.. teniamos dinero, y mucho, mi familia era dueña de una cadena entera de bancos, era el negocio familiar que había dejado mi abuelo; mi padre era el heredero del 50% por ser el primogénito, el era el presidente del Banco.
Entre mis tíos y primos estaba repartido el resto de las acciones, era una gran sociedad familiar en todo Estados Unidos y por supuesto, ese era el futuro que me esperaba, al ser hijo unico, yo heredaria de mi padre todas las acciones para asi continuar con el legado banquero de los Wells.
llegamos a vivir a una gran casa en Upper East Side, a una casa de Madison Ave. un barrio algo solitario pero muy agradable. La escuela donde continuaria mis estudios estaba muy cerca.
Mi habitación estaba en el segundo piso, esta casa era mucho más grande que la que teniamos en Atlanta. Tenia un gran ventanal que daba a la calle, mi madre dejo unas cajas con mis pertenencias a un lado de la puerta; esta es la peor parte de la mudanza, tener que organizar todo de nuevo.
Me llevo el resto de la tarde ordenar mi ropa, organizar mi cama con un acolchado de Batman, estaba loco por ese super heroe. Mi madre trajo a mi habitación una cena ligera, y revisaba todo mientras la terminaba, me refresque con un baño rápido y me fui a la cama, mañana seria un largo día, escuela nueva, amigos nuevos, un nuevo comienzo.
Mi alarma sono a las 6 en punto, nunca he tenido problemas para despertarme, mi familia es muy estricta con la puntualidad, mi padre siempre dice que el tiempo es dinero.
Tome una ducha, me vesti con el uniforme que mi madre había dejado la noche anterior colgado detrás de la puerta del closet y baje a desayunar; mis padres ya se encontraban sentados en la mesa, papá con su teléfono en mano y mamá tomándose una taza de café.
- Buenos días - Les digo tomando mi lugar.
- Buen día campeón, ¿listo para tu primer día? - Pregunta mi padre.
- Un poco nervioso papá, pero nada que no hubiera vivido ya.
- Asi se habla campeón, de frente a los nuevos retos, ya veras que tendrás muchos amigos aquí y ya no tendrás que volver a dejarlos atrás. - Dice mi padre, revolviendo mi pelo, mientras mamá nos ve con una sonrisa.
- Buenos dias Joven Matthew. - Dice la señora Sam acercándose con un plato de tostadas, que pone al lado del tazon de cereales que tengo en frente; su nombre es Samantha, es la ama de llaves de mi familia, esta con nosotros desde antes que yo naciera, es una mujer muy dulce y lo mejor es que me consciente mucho cuando de comida deliciosa se habla.
- Buenos días señora Sam. - Sonríe inclinando la cabeza y se da la vuelta a la cocina.
Termino rápido mi desayuno y salgo con mis padres hacia The Birch Wathen Lenox School, allí será donde continuare mis estudios y según lo que dice papá, es muy probable que me gradué aquí, ya que quiere que nos quedemos indefinidamente en la ciudad.
Nos despedimos de mi padre e ingreso a la escuela junto a mamá, llegamos a una puerta con la descripción "secretaría", damos dos golpes y una voz en el interior nos indica que pase; una señora de edad media, con un traje de ejecutiva color negro nos recibe.
- Buenos días señorita, mi nombre es Agata Wells.
- Señora Wells, un gusto, Sonia Thomson, soy la secretaria de dirección, los estába esperando, este es el horario del joven Matthew - Dice la señorita Sonia, extendiendo una carpeta hacia mi madre. - Solo falta firmar estos documentos para concretar la matricula y el joven puede ir a su primera clase.
Mi madre toma los papeles y Sonia me indica donde esta el salón de mi primera clase.
- Adios cariño, hoy será un excelente día Matthy - Me da un beso en la frente - Te amo.
- Adios mamá.
Salgo de la oficina y me dirijo donde Sonia me indico que quedaba el salón de mi primera clase, ya van por mitad del año escolar, es una molestia, por ser el nuevo es probable que llamé la atención de los curiosos.
Según Sonia, tenía que subir al 4 piso, al llegar me encuentro con el pasillo, me dirigo a la derecha y al fondo está la puerta del salón donde están dando la clase de matemáticas.
- Que suerte - Digo bajo con ironía.
Me acerco al salón y doy dos golpes suaves a la puerta, abro y me recibe un señor de aproximadamente 40 años, Delgado y alto, debe ser el profesor de matemáticas.
- Buenos días profesor, ¿esta es la clase de matemáticas de 7°? - Dije tímidamente mientras notaba los ojos de todos los niños de la clase sobre mi.
- Si, pase adelante, usted debe ser Matthew Wells.
- Si señor.
- Bien, Bienvenido, pase adelante - Me indica que me paré al lado de su escritorio - Jóvenes, hoy se integra un nuevo compañero, - Dice dirigiendise a la clase y luego voltea a verme. "Oh no! Por favor que no me tenga que presentar" - Por favor, presentese. - Me dice señalandome con una mano.
Lo miro con una cara perpleja y al parecer lo nota pero me ignora mirando a la clase. Detesto esto, estoy parado frente a todo el salón, ¿de verdad es necesario? Respiro profundo y comienzo a dar el corto discurso de siempre.
- Mi nombre es Matthew Wells, tengo 11 años y vengo de Atlanta, espero llevarnos bien - Les doy una sonrisa fingida y miro al profesor para que me saque ya de este apuro. Al parecer entiende.
- Bien señor Wells, porfavor tome asiento al lado de... - Recorre con la mirada todo el salón y finalmente dice - El señor Sallow.
Un chico levanta la mirada, tenía ojos azul claro, cabello castaño claro y su piel era muy blanca, imagino que el es Sallow..
- ¡Aqui! - Dijo el chico, me sonrió y fui a tomar mi puesto. En ese momento jamás imaginé que mi vida cambiaría totalmente al conocerlo.
- ¿Que tal? Me llamo Dante. - Dice mi compañero.
- Matthew.
El resto de la clase no cruzamos palabra, sorprendentemente estamos juntos en todas las clases, así que me guió por toda la escuela mostrándome los salones donde dábamos las materias. Durante el resto del dia hablamos mucho, sobre todo en el almuerzo.
Me contó que tiene una hermosa hermanita menor, ella tiene 4 añitos, se ve en sus ojos que la quiere mucho. Yo soy hijo unico, nunca podré experimentar ese amor de hermanos, pero no me quejo, menos cuando veo las peleas de mis primos.
Al terminar la última clase Dante me invita a su casa. Nos fuimos caminando, la escuela queda a 4 calles de nuestras casas, en todo el camino hablando nos dimos cuenta que vivimos en el mismo barrio, y para mayor coincidencia el vive en la casa frente a la mía.
Al llegar a casa le digo a Dante que pasaré a dejar mis libros, al llegar no estan mis padres, me encuentro con la señora Sam en el momento en que iba a salir de nuevo.
- ¡Oh! Señora Sam, que susto me ha dado. - Digo riendo y ella hace lo mismo. - Conocí un compañero que va a mi misma clase y vive en la casa de al frente, me invito a pasarme la tarde con el.
- Esta bien joven Matthew, cuidese mucho, no vuelva tarde, yo avisaré a sus padres. - Asiento con la cabeza y salgo.
Cruzo la calle y me paro delante de la puerta de la casa de Dante, tocó el timbre y me abre una señora.
- Buenas tardes, usted debe ser el joven Matthew. - Asiento con la cabeza. - El joven Dante se encuentra en su habitación, permitame lo guió hasta ella. - Dice y la sigo.
Al llegar a la puerta la señora toca dos veces y se escucha al fondo la voz de Dante decir "pase"
- Hola - Es lo único que dije al entrar en la habitación.
- Ey, pasa, Ponte cómodo, escoge uno - Me pasa una pila de video juegos.
- Call of Duty: Modern Warfare 2, este me gusta. - Le paso el video juego y dejo el resto sobre una mesa que está a mi lado.
- Gran elección. - Me dice con una sonrisa. - Jugaremos con audífonos, mi hermana está tomando una siesta, su habitación es la del lado.
- No hay problema.
Estuvimos jugando aproximadamente una hora, su nana nos trajo una merienda, así que pausamos el juego para conversar.
- ¿Extrañas Atlanta?
- Pues apenas llevo 2 dias fuera de la ciudad, creo que aún no. ¿tu siempre has vivido aquí?
- Si, aquí nacimos mi hermana y yo, nunca nos hemos mudado, creo que tendre que esperar hasta que crezca para mudarme por primera vez. - Dice Dante riendo en las últimas palabras.
- Para eso falta mucho... si es que te dejan y no tienes que atender los negocios familiares. - Me río al ver como arruga la cara.
Entre tanta charla que tuvimos en la escuela me conto que su familia es dueña de una cadena de hoteles muy reconocidos en todo Estados Unidos.
Una tierna vocecita se escucha en la puerta, y está se abre dejando ver a una linda niña rubia de ojos azules más oscuros que los de su hermano.
Matthew
- Dante.. - Dice la pequeña corriendo a los brazos de su hermano, cuando se percata de mi presencia se oculta detrás de Dante.
- Alessa no seas maleducada con mi amigo.
- No.. - Dice la niña mirando a su hermano y luego a mi.
- Hola Alessa, un gusto, me llamo Matthew. - Le digo sonriendo, tendiendole mi mano derecha, ella la toma con sus pequeñas manitas y me regala una sonrisa.
- Mi nombre es Alessandra Sallow. - Dice orgullosa, aunque ni pronuncie muy bien la "r".
- Que bonito nombre Alessandra, ¿cuantos años tienes?
- 4 - Me responde enseñandome 4 dedos de su mano. Es una niña muy tierna.
- Y... ¿te vas a quedar mucho tiempo? Yo quiero jugar con mi hermano.
- ¡Alessa, no seas grosera!
- ¡Yo quiero jugar a la pelota contigo!
- Y ¿si jugamos los 3? - Digo y ambos voltean a verme.
- Es una excelente idea, venga, vamos al patio - Dice Dante arrastrando a su hermana.
Estuvimos dos horas jugando con Alessa en el patio de la casa, Dante y yo estábamos rendidos tirados en el césped, Alessa daba vueltas alrededor de nosotros hasta que llegó la hora de irme a mi casa.
- ¿vas a volver mañana? - Pregunta Alessa con una hermoso puchero.
- Si no tenemos mucha tarea, seguro me paso un rato pequeña. - Le respondo poniendo una mano en su cabecita..
Alessa es una niña muy tierna y enérgica, ahora entiendo porque Dante la adora, y es que ella se gana el corazón de cualquier persona que la conozca por su forma de ser.
Así continuaron los días, hice una gran amistad con Dante, siempre estábamos juntos, si no era el en mi casa, era yo en la suya, y por supuesto no faltaba la pequeña Alessa.
7 meses después de mi llegada a Manhattan, Dante y yo comenzamos un nuevo curso, y para Alessa fue su primer año de escuela, sus padres nos pidieron que la cuidaramos mucho, pues para todo niño, su primer año de escuela siempre resulta difícil.
Tuvimos una gran infancia los 3, año tras año fortalecimos nuestra amistad Dante y yo, nos hicimos los mejores amigos, y Alessa crecía y crecía.. ya han pasado 5 años Alessa esta en 5°, Dante y yo cursamos nuestro último año en bachillerato.
Había hablado con Dante de turnarnos por semanas para llevarnos a todos en un auto. Cuando cumplimos 15 años nuestro padres se pusieron deacuerdo en regalarnos a ambos autos. A Dante le dieron un Tesla Modelo S P85D rojo y a mi un Mercedes-Benz S550 Coupe negro.
Estoy fuera de mi casa con Dante esperando a que Alessa de digne a salir, ahora es una niña de 9 años, pero parece que las mujeres se van entrenando desde esta edad para tardar en salir de casa.
- ¡Alessa, vamos! ¡Llegaremos tarde por tu culpa! - Le grito y justo iba saliendo de la casa.
- Ya, ya, lo siento, olvidé empacar unos libros anoche.
- Ok, apurate, mira la hora, tienes que dejar todo listo una noche antes. - Respondo un poco enfadado, soy muy quisquilloso con el tema de la puntualidad.
- Hermano, al final mujer... - Dice el idiota de Dante poniendo una mano sobre mi hombro, nos apresuramos a subir al auto, Alessa en la parte trasera, Dante en el copiloto y yo en el asiento del piloto poniendo en marcha el auto.
...
Llevábamos 3 meses del curso y cada día se hacía más difícil las cosas con Alessa, pues decía que no quería volver a la escuela, y no le decía a Dante ni a mi el porque.
Al terminar las clases me dirigi a busar a Alessa al piso de primaria, caminaba por los pasillos pensativo, me preocupaba no saber el motivo por el que Alessa esta en esa actitud, queria saber que le esta pasando.
Al pasar frente al baño de niñas escucho algunos gritos. "Vaya, las niñas son muy gritonas" pienso y sonrió, pero algo me hace frenar en seco, creo que escuche la voz de Alessandra, me devuelvo y efectivamente, era ella.
- ¡Dejemen en paz! - Grito Alessandra.
- Dejemen en paz, - Imita otra niña en tono de burla. - Estúpida gorda.
Esto es lo que le está pasando a Alessa, sin pensarlo dos veces abro la puerta de golpe, hay 4 niñas frente a un cubículo del baño, por debajo de este veo los zapatos de Alessa.
- ¿Que diablos hacen? - Les dije molesto alzando la voz. Las niñas se me quedan viendo asustadas - ¡Largo de aquí! - Grite.
Todas salieron en segundos del lugar, avance hasta el cubículo y ahí la vi, sentada en el baño abrazandose ella misma con la cabeza baja. Me acerqué a ella, me puse en cunclillas y le levante el rostro con mi mano sujetandole el mentón.
- Alessa, ¿por que nunca nos dijiste?
Alessa sólo me miraba sin decir nada, sus hermosos ojos azules estaban llenos de lágrimas, el borde de sus ojos rojos, su nariz y mejillas del mismo color, al ser su piel tan clara se notaba un poco más.
- Vamos princesa, dime, habla conmigo, no te puedes quedar esto para ti sola, sabes que tu hermano y yo siempre estaremos para ti.
- No quiero que nadie sepa - Dice en un tono de voz muy bajo.
- Entonces confía en mi.
- Esas niñas se burlan de mi porque estoy gorda. - Dice y agacha la mirada, yo sólo la veo y sonrió de lado.
Es verdad que alessa ha subido de peso un poco más de lo que debería, pero eso no le da derecho a nadie de juzgarla, es apenas una niña, y es hermosa así tal cual es.
- Alessa, no debes sentir vergüenza por lo que digan esas niñas, tu debes sentirte bien contigo misma, tu eres una niña muy hermosa y no sólo hablo de tu apariencia física, hablo de lo dulce e inteligente que eres, esas son las cosas que realmente importan en una persona.
- Tu me dices eso porque eres mi amigo.
- Yo te digo esto porque es la verdad y porque te quiero pequeña. - La atraje hacia mi y la abraze, sentí como sus bracitos rodeaban mi cuello y me apretaban. Cuando rompimos el abrazo Alessa estaba sonriendo.
- ¿ves lo hermosa que te ves así sonriendo? - Agranda más su sonrisa, me paro y le tiendo una mano para salir de ese baño. - Te llevaré a casa.
- Si.. ¿Matthew? - Bajo la mirada para encontrarme con sus ojos. - Gracias. - Dice y me regala otra sonrisa.
Nos reunimos con Dante en el estacionamiento, el ve a Alessa y se que va a decir algo hasta que me mira y le hago señas para que se calle.
Al llegar a casa, el deja a su hermana dentro y sale para que hablemos.
- ¿que le paso a Alessa? - Me dice al llegar a mi lado.
- Cuando fui a buscarla, la encontré en el baño junto a 4 niñas.. - Pauso un poco y el me mira con impaciencia.
- ¿y?..
- Y estas niñas estaban agrediendo a Alessa, le decían que era una gorda etc. - Dante me mira con enfadado.
- Pero que diablos les pasa a los niños de ahora. - Dijo pasando se una mano por la cara. - ¿Y la golpearon?
- La verdad es que no lo se, yo entre antes de que quizás lo hicieran, pero Alessa no me dijo nada.
- ¡Mierda! Tengo que hablar con ella. - Dice este con intención de dirigirse a su casa, pero lo tomo por el brazo.
- Espera. Hable con ella y me dijo que no quería que nadie supiera.
- Pero soy su hermano, ¿es que no confía en mi? - Se nota lo desesperado que está, Dante ama a su hermanita y es muy logico que se sienta así.
- Mira, déjala unos días, que se tranquilice, nosotros estaremos muy pendientes de ella, esto no puede volver a ocurrir, se que Alessa tarde o temprano te va a contar.
- Bien, sólo por esta vez lo dejaré pasar. - Dice y se va a su casa, se que está enojado conmigo, tiene celos de que su hermana confiara más en mi que en el, pero aveces Dante puede ser demasiado sobreprotector.
...
Una semana ha pasado desde el insidente de Alessa, ella se ve con mejor humor, almenos sonríe un poco mas, le contó a Dante dos días después y este le dijo prácticamente lo mismo que le dije yo cuando estábamos en el baño.
Matthew
Estoy esperando a Dante en mi casa para hacer un trabajo, también hoy decidiremos a que universidad ir, enviamos varias solicitudes y ya tenemos respuesta de la mayoría, yo estudiare Finanzas, tengo que estar a la altura de mi familia, el sueño de mi padre es expandir el Banco internacionalmente, pero piensa que está ya muy viejo para hacerlo y ahora se ha vuelto mi meta, quiero que mi padre se sienta orgulloso de mi, y que nuestro imperio siga creciendo.
Dante llega y me saluda con su típico "Ey", nos dirigimos a mi habitación para estar más cómodos, se sienta en mi escritorio y abre su laptop.
- Manos a la obra - Le digo sentado en mi cama con la laptop en mano.
- Alessa vendrá más tarde, dice que quiere ser la primera en saber que decisión tomamos.
- Ella siempre tan curiosa.. la voy a extrañar.
- Ni que lo digas, ya no podré verla siempre, y espero tener tiempo para venir en fechas especiales..
El ambiente cambió un poco, pensar en que estaremos lejos de nuestras familias es algo difícil, pero eso hace parte de crecer, Dante y yo tomamos la decisión de ir juntos a la misma universidad, solo esperamos que tengamos una universidad en común que nos haya aceptado, yo tengo mejores calificaciones que el.. espero que sus opciones sean buenas.
Comenzamos a abrir las cartas de respuesta que las universidades enviaron por correo y luego revisamos los E-mail que nos enviaron.
- Bien, esto no me lo esperaba, parece que me fue mejor en mi examen de admisión de lo que creí. - Dice Dante riendose.
- ¿Por qué lo dices, cuales son tus opciones?
- Pues, me aceptaron en Stanford y Harvard al igual que tu.
- ¿Que? ¿Es una broma verdad? ¿Sabes el promedio que hay que tener para entrar en esas universidades?
- Si, pero parece que me fue muy bien, tampoco exageres como si yo fuera un estupido, nunca reprobe ninguna asignatura.
- Pero tampoco la pasabas muy sobrado.
- Tampoco tan sobrado.. idiota. - Nos reímos por su último comentario. De verdad que me alegra mucho que tengamos estas opciones.
- Creo que ya tenemos una decisión ¿verdad? - Dice con una enorme sonrisa.
- Stanford será.
- Stanford será. - Repite Dante emocionado y chocamos los puños.
- ¿Standord? - Escucho una linda voz en la entrada de mi habitación.
- Si hermanita, nos aceptaron a ambos y decidimos tomar la oferta.
- Pero Stanford está muy lejos de aquí. Se Irán al otro lado del país, me dejarán sola.
- En avión no está tan lejos pequeña. - Le dije a Alessa quien ya comenzaba a acumular lagrimas en sus ojos.
- Vendremos en todas las fechas especiales Alessa, te lo prometo. - Dante abrazó a su hermanita quien había comenzado a llorar.
- ¿Por qué no escogen una universidad más cerca? así podremos vernos siempre que queramos.
Dante y yo nos miramos, a ambos nos parte el Alma verla asi, es verdad que si estamos en Stanford solo podremos venir para fechas especificas y no cada que tengamos tiempo libre, a parte de que no podremos quedarnos mucho tiempo de visita..
- No quiero que se vayan.. los voy a extrañar mucho.
- ¿Estas llorando Matt? - Dice Dante al mirarme.
- ¿Qué? ¿Yo? No.. creo que me entro algo al ojo. - Disimulo rascándome los ojos, la verdad es que me da mucha tristeza irme y me parte el Alma ver a Alessandra así.
- Idiota. - Dice burlandose de mi Dante.
Alessa se suelta del abrazo de su hermano y corre hacia mi, recuesta su cabecita en mi pecho y me rodea la cintura.
- Ya.. princesa - Le digo en un susurro mientras le acaricio el cabello.
Dante me mira y se lo que está pensando, asiento para que sepa que estoy de acuerdo con la idea que tuvo.
- Bueno, pienso que Harvard no está tan lejos y podemos visitarnos más seguido. ¿Tu que piensas Matt?.
- Estoy de acuerdo, esa universidad es una de las mejores, lo mejor es que esta a solo 3 horas y media en auto.
- Podemos ir y venir muy seguido.
- ¿De verdad? - Reponde Alessa levantando su rostro para verme.
- Si pequeña, así estaremos más cerca de ti, - Beso su frente.
- ¿Y si celebramos con unos helados? - Propone Dante.
- Sii! - Grito la pequeña niña soltandome y brincando de felicidad.
Nuestros padres aceptaron la decisión de la universidad que escogimos... mi cumpleaños se acercaba y había planeado con Dante una fiesta en mi casa, invitariamos algunos amigos del colegio y otros del conjunto residencial.
La fiesta tenía que ser perfecta, los próximos cumpleaños no los pasaré en casa, así que la disfrutare máximo. Mis padres me dejaran la casa sola ese sábado.
...
Llego el 1 de Junio, estábamos en vacaciones de verano y era el día de mi cumpleaños, caía un jueves, este día lo pasaría en compañía de mi familia, Alessa y Dante; mis padres hicieron un almuerzo familiar y en la tarde una barbacoa junto a la familia de Dante.
...
Estaba en casa con Dante y Alessa terminando de arreglar la sala y parte de la terraza para mi fiesta, el sábado llegó rápido. Mis padres se habían ido a cenar fuera de casa y se quedarían en un hotel, Alessa se iría a las 8 a casa, es una niña y no puede están en medio de una fiesta de adolescentes.
- Me quiero quedar un rato más.. - Se quejaba Alessa mientras Dante trataba de arrastrarla a su casa.
- Princesa estas fiestas no son para niños, prometo guardarte mucha comida. - Le respondí.
- Vamos hermana, mamá te está esperando en la puerta, nos vemos mañana ¿si?
- Esta bien. Pero quiero mucho pastel.
- Vamos loquita. - La saca de la casa Dante sin poder resistir reírse.
...
- A lo que vinimos. - Dice Dante al regresar.
Se dirige al sonido y sube el volumen. Poco a poco comienza a llegar la gente y cada vez más hay parejas bailando, personas bebiendo y jugando.
- ¡Matt! - Grita Zack un amigo del colegio para llamar mi atención.
Se acerca a mi acompañado de una chica de cabello castaño, ojos verdes y una figura hermosa.
- Te presento mi prima, esta de visita en casa, no podía dejarla. - "La mejor decisión que tomaste amigo mío" Pense.
- Lia - Se presenta y me tiene una mano.
- Matthew. - Le sonrió. - ¿Quieres tomar algo?
- No gracias, por ahora estoy bien.
- Bien.. yo los dejo para que se conozcan, iré por Megan.
- La vi en la terraza hace poco - Zack me guiña el ojo y se va en busca de su novia.
- ¿Dónde vives Lia?
- New Jersey, vine a visitar a mis tíos antes de irme a la universidad..
- ¿A cual irás?
- Harvard, estudiare Finanzas. - ¿Una broma de Zack o que?
- ¿En serio? Que coincidencia, iré a la misma universidad y tomaré la misma carrera. - Me sonríe y ¡por Dios! Esta mujer es preciosa.
- Parece que nos encontraremos muy a menudo de ahora en adelante.
- Al menos ya no estaremos tan solos. - Le guiño un ojo y sonríe.
- Tenía entendido que irías con Dante ¿no?
- ¿Conoces a Dante?
- Bueno Zack me habló mucho de ustedes esta semana que he estado aquí..
- Entiendo... y bueno si ire con Dante pero el estudiará Arquitectura.. así que solo nos veremos en casa por la noche.
- Ya veo... entonces espero ser una buena compañía por los próximos años. - Me guiña el ojo y nos reímos.
Seguimos juntos el resto de la fiesta, hablando y bailando, es una chica muy divertida y sencilla.
A las 3 comenzaron a irse mis amigos, nos quedamos solo Dante, Zack, Lia y yo. Dante aclaró la garganta para llamar nuestra atención.
- Creo que a nuestro cumpleañero le fue muy bien.. - Dijo mirando a Lia que estaba sentada a mi lado.
Pude notar como se sonrojo, creo que me gusta esta chica.
- No seas imbécil Dante. - Le digo lanzándole una mirada con la que le decía que si no se callaba le iba a ir muy mal.
- Esta bien, esta bien, cierro mi boca.. - Escuchamos el claxon de un auto sonar fuera de la casa. - Creo que se acabó tu tiempo Romeo.
- Idiota. - Dice Lia mirándolo mal.. es oficial, me gusta.
Me río con Dante ante la reacción de Lia. Acompaño a Zack afuera y me despido de ella con un beso en la mejilla, note que se sonrojo. Compartimos nuestros números de teléfono para seguir en contacto, le sonrió de lado guiñandole el ojo, hace un gesto de negación con la cabeza y entra en el auto sonriendo.
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