Aquí estoy vagando por el desierto del olvido, es un castigo eterno que te dan en el infierno, despiertas aquí sin ver a nadie más, sintiendo hambre y sed por la eternidad, lo que te causa grandes dolores que no acaban, caminas y caminas y sólo vez arena, con el tiempo te olvidas de todo y sólo te quedas ahí sintiendo dolor.

Es un castigo terrible, pero no me arrepiento, lo volvería a hacer, porque gracias a mi dolor, el amor de mi existencia esta a salvo, mi amado Moshé, que dió todo por mí, incluso renunciar a su propia vida para verme feliz, podrá la soledad quitarme todo, pero mi corazón no dejará de latir por él jamás.

En el fondo de mi corazón sé que pronto vendrá por mí, a rescatarme, porque siempre fue así, el siempre fue mi demonio de la guarda.

Aún recuerdo la primera vez que lo vi, hace más de mil años y me ofreció un pacto;

“Te doy la eternidad en este mundo, donde todo saldrá a tu favor hasta que obtengas lo que más anhelas en tu corazón, entonces te llevaré conmigo"

Jajajaja cómo cambio eso cuando fui tuya aquella noche, flotando entre los edificios, nosotros jamás volvimos a ser los mismos.

Y tú,

¿Qué arias ante un ofrecimiento así?

¿Te gustaría volver a ser joven y al morir volver a nacer por la eternidad?

¿Podrías torcer la mano al infierno y salvar a quien amas?

¿Te gustaría tener a un hombre que a pesar de todo fuera capaz de dar su propia alma por ti?

¿Darías tu vida por él ?

Los minutos pasan, mi mente divaga en el pasado.

AÑO 1.810

Es un día frío como todos y la leña ya se está acabando, llevo tanto tiempo en esta cabaña cuidando a mi cuñada la señorita Mercedes, que después de morir mi esposo Luis Alberto tuve que mudarme aquí, ya que no me dejó nada por no haberle dado hijos y las mujeres no tenemos derecho a herencia, más quién quiere a una viuda.

Como todos saben una mujer sin esposo ni hogar no sirve de nada, por eso estoy de sirvienta aquí, ya tengo 52 años y he estado muy enferma, sé que pronto me iré.

Luis Alberto tenía 52 años cuando mis padres me lo dieron por esposo y yo tenía 14 años, como me ordenó mi amado padre, cuidé de él hasta el día de su muerte, agradeciendo que nunca me hubiera faltado el pan en la mesa, era un buen hombre, lamentablemente por su edad jamás le di un hijo. El murió hace unos años y desde ahí estoy con la señorita Mercedes que es un poco mayor que yo, para cuidar de ella y un sobrino con el que vive aquí junto a su esposa e hijos.

Mercedes “Elena, te conté que mi primer esposo era muy apasionado y me llevaba al cielo y al infierno cada vez que me besaba"

Elena “sí, me lo había contado, pero con gusto la escucho de nuevo"

La señorita Mercedes comienza su historia y me pierdo en mis pensamientos, ella inventa cosas que jamás existieron, ya que sus padres y luego sus hermanos jamás la dejaron estar con nadie y cuando ellos murieron ya era tarde para ella y la dejaron con Miguel un sobrino, ya que de lo contrario quedaría en las calles por ser mujer. Me encantan sus cuentos de pasión, ya que nunca he vivido algo así, mi esposo por su edad nunca me tocó, recuerdo que pasaba mucho tiempo con su mejor amigo, que con el tiempo comenzó a dormir con él, es que se querían mucho, él era tan bueno, nunca pasé hambre con él, lo extraño, si él estuviera yo no estaría durmiendo en el establo, ya que en la casa de los señores la servidumbre no entra.

Luego me acuesto sin antes hacer mis plegarias, ya que a veces tengo sueños sucios con un beso que me sube al cielo y siento el infierno dentro mío, me atemoriza volver a soñarlo. Aunque muy dentro mío siento que algo quiere salir de mí, el pecado.

Me duermo, de pronto los animales se asustan, están todos alborotados y siento un ruido que viene de afuera del establo, debe ser cuatreros, me levanto, me abrigo bien hasta que no se vea nada de mi piel y salgo, ya que si lo descubro me podrían dar comida digna y no desperdicios, de pronto noté que la noche está calurosa y comienzo a caminar, noto que alguien me sigue, lo miro y sólo veo una sombra, voy a correr y esta me detiene.

Sombra,” no lo hagas, tengo una oferta que no podrás negar"

Elena “no por favor, mi error fue salir de noche, que fue hecha para dormir"

Sombra “has tenido una vida terrible, sin nada a tu favor, los tiempos cambiarán y el futuro será mejor para ustedes las mujeres"

Elena “de qué hablas demonio, yo soy feliz, tengo comida y un techo"

Sombra “mi nombre es Moshé, te doy la oportunidad de volver a nacer, me encargaré yo mismo que tengas una vida a tu favor y serás feliz, con un hombre que te haga sentir mujer y no como tu esposo que estaba enamorado de su amigo y luego te culpo por no darle hijos, además podrás comer todo tipo de exquisiteces"

La sombra o Moshé se acerca a mí tocando mi vientre que se carga de unas cosquillas pecaminosas que me agradan mucho y me hacen tragar duro"

Moshé “de verdad no quieres ésto" me entrega un pan caliente, lo tomo sin pensarlo y lo trago, tenía tanto tiempo que no comía uno recién hecho que lloro de felicidad"

Me aparto para reponerme con dolor por lo de mi esposo y satisfecha por el pan y le respondo “nada es gratis qué quieres a cambio"

Moshé “nada importante, vivirás hasta los 52 años y luego morirás para reencarnar en otra vida futura, así será siempre sin límites, pero cuando tengas lo que más anhela tu corazón, yo te lo concederé y te llevaré al infierno para siempre"

Sé lo que desea mi corazón y es un imposible por lo tanto me gusta el ofrecimiento, además de todas mis creencias él es el primero que se acerca a darme algo bueno, una nueva vida por qué no"

Elena “acepto"

Moshé me da la mano diciendo “trato hecho" y siento que me quema, la retiro y veo que una marca se forma en ella, entonces me doy cuenta que no es un sueño y corro a casa, siento que vuelve el frío y dejo de sentir su presencia.

Lo primero que hago es contar lo que pasó a la señorita Mercedes, ya que me asusta, porque hoy cumplo los 52 años y el demonio dijo que a esta edad moriré, mi cuñada se ríe y me dice que fue un sueño, entonces le muestro la marca en mi mano y corre a buscar a su sobrino, me voy al establo a limpiar y alimentar los animales, en unos minutos llegan muchas personas, me siento aliviada hasta que entran de golpe y muy molestos, me revisan la marca de mi mano, espantados, me escupen, susurran cosa hasta que me amarran a unos maderos gritando “que muera la hija del diablo" y prenden con fuego al establo conmigo adentro.

Estoy asustada, llena de terror, las llamas crecen alrededor mío, logro ver a lo lejos las personas que no dejan de tirar piedras desde el portón, moriré de la peor manera, el demonio mintió, de pronto veo entre la multitud un hombre alto delgado, de cabello largo rubio, con ojos entre azul con toques amarillos, “cielos estoy por morir quemada y me distrae un hombre bien parecido”, “¿qué me esta pasando?,” abro los ojos y lo veo entrar por las llamas sin quemarse un cabello, “cielos, no sabia que los ángeles eran tan buenos mozos, jóvenes y sensuales” “¿qué estoy diciendo?, ese angel me distrae" trato de no mirarlo pensando en cómo rezar en el cielo con ese tipo de angeles, de pronto llega a mí y me toma en sus brazos, elevándose conmigo subiendo por las llamas hasta pasar el techo del establo, se ve tan sensual con las llamas a su alrededor y el viento moviendo su cabellera larga y rubia “ Elena deja de mirarlo con la boca abierta" me regaño a mi misma, él por su parte me mira y se ríe, “¡qué coquetón!” “¡cielos Elena! estas coqueteando con un ángel, te dejará caer al infierno en cualquier momento", pienso en la cara que me pondrá San Pedro cuando vea a una mujer viuda de 52 años sin dentadura, babeando por un ángel que parece de 25 años, me dará con el pie en el traste y me dejara caer hasta el mismo infierno, me siento protegida por él, a pesar de mi apariencia ya maltratado por los años de dolor y carencias, siento su abrazo con ternura.

El ángel me mira y grita:

¡DESPIERTA!

AÑO 1893

ELENA

Despierto y no puedo creerlo, todo fue un sueño, me levanto y me doy cuenta que estoy en una cama, hayayaisito me van a matar por esto, estoy en un lugar distinto, paso por un pasillo y veo a una señora que esta barriendo tranquilamente entonando una melodía que no conozco, me mira y dice “Elena, por fin te despiertas, ya es hora que te vallas a estudiar” la miro y le pregunto quién es, me fija la mirada y se ríe a carcajadas, en eso se asoma un caballero y me dice “mi pequeña juega a perder la memoria, jajajaja bueno hija esta señora risueña es tu madre y yo soy tu padre, tienes 15 años, eres hija única y te amamos”

Me quedo perpleja, miro mis manos y se ven muy jóvenes, toco mi cara, sintiendo mi piel tersa sin arrugas, ¡CIELOS, TENGO DIENTES!, dijo "estudiar" de qué habla esta señora, el hombre me acerca un espejo ya algo preocupado, lo tomo me miro y pierdo la cordura.

¡SOY UNA CHIQUILLA!

¡MOSHÉ QUÉ DIABLO ME HICISTE!

Me sofoco y caigo desmayada.

Despierto en la misma cama, miro y veo a mis supuestos padres sentados a mi lado, junto a un doctor que me revisa la vista, se acerca a ellos y le dice que está todo bien conmigo, que de seguro son problemas que las jóvenes quinceañeras hacen más grandes de lo que son.

El doctor sigue hablando con mis padres mientras mi vista se posa en el ángel que me mira sentado a los pies de la cama, “¿pero cómo llegó ahí?"

Me mira y se ríe, yo me quedo mirándolo con la boca abierta, ahora si viene por mí, me acerco y le pregunto cómo se llama, y la respuesta me deja con escalofríos.

“Moshé es mi nombre, ya te lo había dicho"

Me voy de lado y caigo de la cama, le pego al piso con la cabeza y quedo piernas arriba, me levanto de un salto y me doy cuenta que mi vestimenta deja ver mis brazos y me muero de la vergüenza,” qué escándalo, estoy desnuda” grito desesperadamente, la mujer corre a mi lado y me doy cuenta que su vestido tampoco tiene mangas y sigo gritando, mientras veo a Moshé que se ríe a carcajadas echado hacia atrás en la silla.

Elena  “el infierno me tragará, estoy desnuda”

Madre “pero hija qué te pasa, no estás desnuda, tienes una vestimenta muy linda para dormir”

Elena “mis brazos, mis brazos"

Padre “qué tienen tus brazos"

Elena “están desnudos" me escondo tapando todo mi cuerpo en la cama, muero de vergüenza, todos vieron mi desnudez, y la señora también lo está, que tipo de lugar es éste.

Madre “Elena estamos en el año 1.893 ya hace tiempo que se muestran los brazos”

Padre “nuestra niña es toda una señorita, me siento muy orgulloso de ella y nunca he estado muy de acuerdo que las mujeres muestren tanto, después se quejan porque los caballeros de bien las miran"

Puedo entender que volví a nacer y que las costumbres cambiaron, pero no mostraré mis brazos, lo que sí me molesta y mucho es la risa de Moshé que ya es exagerada.

Elena “madre por favor, sería tan gentil de decirle al joven que está sentado en los pies de mi cama, que no es de caballeros burlarse de una dama así”

Madre “Elena, mi pequeña no hay nadie sentado en la cama"

Doctor “será mejor que llamen a un sacerdote quizás esta poseída por algún espíritu maligno, la estaba escuchando hablar con alguien hace un momento"

El hombre que dice ser mi padre me da un beso en la frente y me dice que no me preocupe que todo estará bien, sale de la pieza y llama a unas mujeres, creo que son sus esclavas o algo así.

Moshé aún se ríe y creo que ya no se detendrá, lo que me da molestia.

Entran las damas con muchos paños blancos y comienzan a amarrarme en la cama, yo gritó asustada mientras Moshé ahora se afirma en la ventana para reírse con más fuerza, “qué le pasa a este demonio atractivo" “cielos dije esa palabra, atractivo" me estoy poniendo descarada, será por la desnudez de mis brazos, oooh y me doy cuenta que no me los cubren y comienzo a exigir que me den vestimenta.

En un momento llega un sacerdote, lo que me alivia, comienza a decir palabras en el idioma sagrado, cuando veo a otro que trae una cruz de hierro roja por el fuego, afirmada con unas tenazas.

Siento a mi madre llorar afuera, las mujeres me dan la vuelta y siento la cruz caliente en mi espalda y HAAAAAAYAYSISITO me quemaron con la cruz.

Veo de reojo a Moshé en el piso riéndose descaradamente, de verdad lo quiero matar. Todos se retiran, los escucho que dicen que echaron al demonio, entonces escucho la voz de Moshé ya más calmado.

Moshé “muy bien Elena, ya puedes estar tranquila, los caballeros echaron al demonio, ya me tenía preocupado"

Elena “no es cierto, aún te veo”

Moshé “aaah era yo jajajaja, pero ellos no me ven, ni menos escucharme, por cierto, se te ve muy linda la cruz marcada en tu espalda” y se ríe otra vez.

Elena “dijiste que todo me saldría bien y observa"

Moshé, “de qué te quejas te traje a esta familia de buen apellido y tu te pones berrinchuda, no me culpes, yo cumplí”

Elena “pero no los conozco, además no nací de nuevo, aparecí con 15 años"

Moshé “aaaah me dirás que querías ser bebé de nuevo, no sea exigente señorita, así es el asunto, morirás a los 52 años y volverás a nacer, pero entrarás a un cuerpo que tenga quince años, debes entender que los niños son del creador, no me puedo meter con ellos"

Elena “y cómo reconoceré a la gente que es mi familia”

Moshé “claro se me había olvidado con la diversión que ocasionaste aquí, para eso vine, para poner en tu memoria toda la información que debes tener a esta edad, sólo mira mis ojos fijamente”