murió en Puebla, bajo la ventana de su amante, en un lance de pasión y celos. Pero lo recordamos sobre todo por estas pocas líneas, que han perdurado durante siglos.
No harías nada mal en memorizarlas.
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
00:00
00:00
2. Tres cosas...
Baltasar del Alcázar no está entre los cinco poetas más famosos del siglo de oro. Pero sólo porque el nivel de competencia en aquellos siglos era altísimo. He aquí algunas de sus redondillas más graciosas.*
Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón:
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
Esta Inés, amantes, es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.
Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.
En gusto, medida y peso
no les hallo distinción:
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.