Narrador........
La puerta del departamento suena, Arisbeth se encuentra parada al frente de la ventana con las lágrimas a punto de salir por sus ojos. La vista ofrecía un hermoso panorama de la torre Eiffel, París estaba lleno de días fríos y era lo que ella más amaba, pero en ese momento nada le hacía feliz.
La puerta no paraba de sonar y ella no podía moverse de su lugar, sus lágrimas comenzaron al caer y su maquillaje resbaló por sus mejillas.
Arthur: Por favor, abre la puerta, necesito verte.
Ella quería hablar pero su pecho no paraba de temblar del llanto, entonces la puerta se abrió, el camino hacia ella y la vio parada de frente a la ventana, corrio hacia donde estaba y la tomo de los brazos para apretarla muy fuerte hacia el.
Arthur: Amor no, quien te hizo esto?.
Arisbeth: Le di un año de mi vida, el me engaño, solo jugó conmigo.
Ella hablo con mucha dificultad, el la llevo hacia la recamara y la recostó, tomo su teléfono y marco de inmediato.
Arthur: René, ordena a mis hombres que lo encuentren, denle su merecido.
El colgó el teléfono y camino hacia la cama en donde ella aún lloraba abrazando una almohada.
Arthur: Cuéntame todo Ari.
Arisbeth: No le hagas daño, solo no quiero verlo más.
Arthur: No lo volverás a ver cariño, pero el jamás se olvidará de ti.
El se puso de pie y camino hacia la cocina, abrió el gabinete y saco un sobre de te para prepararle a Arisbeth, unos minutos después se encontraba a un lado de ella recostado viéndola dormir.
Narra Arthur........
Todo era injusto, la vida había sido cruel con ella, yo abría dado mi vida a cambió de su felicidad, pero a pesar de todos mis esfuerzos ella no era feliz; Acariciaba su cabello mientras la veía dormir, mi teléfono interrumpió el silencio, lo tome y lo silencie de inmediato para no despertarla, me puse de pie y camine hacia la cocina para contestar.
Arthur: Williams.
Alicia: Amor, vendrás pronto.
Arthur: Hoy no llegaré a casa, el trabajo es de verdad mucho, pero te veré mañana en el almuerzo.
Alicia: Claro lo entiendo, nos veremos después.
Colgué el teléfono y camine hacia el mini bar para servirme una copa. Odiaba las mentiras, pero Alicia no entendía mi amistad con Ari, toda la vida nuestros problemas eran los mismos, ella me reprochaba mi preferencia hacia mi mejor amiga; Ella sabía a la perfección la situación de las cosas, nuestro matrimonio fue arreglado, los padres de Alicia estaban a punto de quebrar, entonces mis padres muy amablemente ofrecieron amarrar mi vida a la de ella, yo no tenía derecho a opinar, mis duros padres no dieron opción, Alicia sabía todo y acepto, yo no lo acepte pero las acciones de buenos samaritanos de mis padres me llevaron a eso.
Arisbeth: Arthur.
Giré hacia ella, sus ojos inchandos y su maquillaje por todos lados, me hicieron odiar más a ese tipo.
Arthur: Ven bonita, siéntate conmigo.
Ella camino hacia mi y yo la abrace, no podía hacer nadamás por ella, aunque quisiera.
Arisbeth: No irás a casa?.
Arthur: Hoy me quedaré, no quiero que estés sola.
Arisbeth: No, que dirá Alicia?. Ocasionas que me odie más.
Arthur: Lo hace por qué quiere, ella podría estar con nosotros, pero prefiere odiar esta amistad.
Arisbeth: Te adoro sabes? jamás te vallas de mi lado.
Verla sonreír era lo mejor que había pasado en ese día, ella se puso de pie y me miró.
Arisbeth: Iré a dormir, mañana será un mejor día.
Me dió un beso en la mejilla y camino hacia su habitación como una niña pequeña.
Narra Arisbeth......
Siempre fui el hazme reír del lugar, mi excesivo peso nunca me permitió llevar una vida normal, mis padres me cambiaron tantas veces de colegió que ni si quiera recuerdo cuántas fueron; La secundaria lo cambio todo, me había resignado a ser la niña que divertía a todos en el salón con mi obesidad, pero el destino me regaló a ese niño mal humorado y sobreprotector que se sentaba a delante del salón. Estudiamos el resto de nuestras carreras juntos, triunfamos juntos y abrimos una empresa juntos. Pero mi vida era igual, mientras Arthur hizo la de el, se casó con Alicia y se mudo a su propia casa. Yo me compré un lujoso departamento y lo amueble a mi gusto, mis padres se fueron a vivir a london y yo me quedé sola en París; Digo sola, por qué Arthur ahora tiene esposa y se que algún día tendrá sus propios hijos y se olvidará de mi.
Arthur: Que tanto piensas?.
Lo miro sentado en el sillón de su oficina leyendo un libro.
Arisbeth: En mi.
Arthur: Tu eres perfecta, no tienes nada de que preocuparte.
Arisbeth: Si tengo de que preocuparme, tengo 25 años, el hombre con el que pensé que me casaría me engaño y ahora estoy sola.
Arthur: Yo estoy contigo no estás sola.
Arisbeth: No Arthur, no es igual.
Arthur: Que necesitas, dímelo y lo tendrás.
Arisbeth: Necesito planear mi futuro, buscar un buen hombre y tener un par de hijos.
Arthur: Lo siento cariño, no es tan fácil como planearlo.
Arisbeth: Tu no digas nada, tienes una esposa, una casa y supongo que pronto tendrás hijos.
Arthur: Te equivocas, tengo una esposa que no amo y no me ama, tengo una casa en la que jamás duermo y no tendré hijos con una mujer a la que no amo.
Arisbeth: Diablos, necesito beber algo.
Arthur: Perdón?.
El me mira con autoridad.
Arisbeth: Una copa.
Arthur: Absolutamente no, aún no saldré del trabajo, y tú no manejaras sola hacia tu casa.
La puerta de la oficina suena y la secretaria entra de inmediato.
Luz: Jefe su esposa está aquí.
Arthur: Ahora no puedo atenderla.
Alicia: Que es más importante que yo.
Ella entra a la oficina sin avisar y me mira con mucho odio.
Ahí estaba Alicia, la chica perfecta de la universidad, mirándome de pies a cabeza.
Arisbeth: Alicia.
Alicia: Querida.
Ella camino con arrogancia hasta el sofá dónde Arthur se encontraba y le planto un beso en la mejilla.
Arthur: Que necesitas Alicia?.
Alicia: No puedo visitar a mi esposo.
Ella intenta sentarse a su lado y el se pone de pie inmediatamente.
Arthur: Te dije que te vería para almorzar.
Alicia: Quise venir unas horas antes.
Arthur: No puedo atenderte, en un momento tendré una junta.
Alicia: No estoy invitada?.
Arthur: es solo para socios.
Alicia: Bien, te esperaré aquí.
Yo lo miro muy extrañada, nosotros no tendríamos una junta, los únicos socios que habían eran el y yo.
Arthur: Bien Ari, vamos.
Yo camino delante de el y puedo sentir la mirada de Alicia seguirme.
Narra Arthur.....
Entramos a la oficina de Ari, ella me mira con confusión y no duda en preguntar.
Arisbeth: De que junta hablabas?.
Arthur: Perdón, no quiero estar con ella.
Arisbeth: Amigo no, no lo compliques.
Arthur: Le he pedido el divorcio tantas veces.
Arisbeth: Tal vez ella si te ama.
Arthur: Ella solo se ama ella misma.
Arisbeth: Bien por ella, es perfecta, podría tener al hombre que quisiera, pero te quiere a ti.
Arthur: Basta, no hablaré más de ella.
Ari camina hacia la ventana, se aparraga en ella y mira hacia la ventana.
Puedo notar la tristeza de sus ojos, ella siempre a brillado con luz propia, yo solo e Sido la persona que le da ese pequeño impulso para que siga.
Arthur: Viajemos.
Ella me mira de inmediato y no contesta.
Arthur: Será sencillo, un lugar soleado, dónde haya agua para nadar.
Arisbeth: Lo dices encerio?.
Arthur: Por su puesto, necesito un desestres.
Yo odio los viajes, pero se que a ella le fascinan y esa será una manera de hacerla feliz.
Arisbeth: Odias los viajes.
Arthur: Bromeas? con una esposa como Alicia, ahora amo los viajes.
Ella se carcajea y camina hacia su escritorio.
Arisbeth: Bien, sorprendeme.
Arthur: Te encantará.
Arisbeth: Bien, ahora sal, explícale a tu esposa el motivo de este viaje.
Arthur: El almuerzo de hoy será el momento, tengo los papeles del divorcio, ella tendrá que firmarlos.
Arisbeth: Que le ofreces?.
Arthur: Dinero, mucho dinero, o si no acepta un largo y desagradable juicio en el que ella perderá todo.
Arisbeth: Y que harás?. vivirás con ella todo este tiempo?.
Arthur: Bueno, el viaje me ayudara a tomar tiempo, después rentare un departamento.
Arisbeth: Dios, tus padres te matarán.
Arthur: Pero mi hermana me amara de nuevo.
Entonces la recordé, la pequeña Cintia, una de las personas que ocupaban la mayor parte de mi corazón, ella era la única que entendía todo lo que pasaba con Alicia, por qué mis padres se aferraron a la idea de que esa relación algún día funcionaría.
En el almuerzo con Alicia.....
Llegamos al restaurante, la ayude a tomar asiento en una de las mesas del lugar, ella estaba un poco molesta, sabía que era por qué no llegue a casa un día antes, pero eso ya no importaba.
Arthur: Quieres tomar algo?.
Alicia: Quiero que me expliques por qué no llegaste a casa anoche.
Arthur: Por favor, no volvamos a lo mismo Alicia.
Alicia: Arthur, llame a tu oficina, jamás estuviste de regreso después de salir al medio día.
Odiaba eso en ella, jamás me daba mi espacio, quería tener mi vida controlada totalmente.
Arthur: Bien, no quería llegar a esto tan rápido pero veo que será necesario.
Abrí mi portafolio y de el saque una carpeta y se la puse en la mesa.
Alicia: Que es esto?.
Arthur: Son los papeles del divorcio Alicia.
Alicia: Amor no, no es necesario, no tenemos que llegar a esto.
Arthur: Teníamos que llegar a esto, solo lo has pospuesto por un largo tiempo.
Ella tomo los papeles y los golpeó muy fuerte en la mesa.
Alicia: No firmaré nada, solo quieres ser libre por culpa de esa cualquiera.
Arthur: No se de qué hables, pero adentro hay un exelente acuerdo, Mañana saldré a un viaje, mis hombres sacarán todas mis cosas de la casa y cuando regrese tu decidirás si los firmas o nos vamos a un juicio.
Me puse de pie para retirarme y ella lo hizo conmigo.
Alicia: Eres un maldito impotente, jamás me has echo feliz, ni si quiera sabes que es estar con una mujer.
Ella lo grito tan fuerte que todos en el restaurante rieron, yo gire hacia ella y tome la carpeta que le entregué, para después dedicarle unas palabras.
Arthur: No soy impotente, pero tú no eres mujer para mí, y olvídate de la firma del divorcio, cuando regrese nos veremos en los juzgados.
Pude haberle dicho muchas cosas malas, pero mi caballerosidad no me lo permitía, así que solo me di la vuelta nuevamente y salí de ese lugar.
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