Alexander Jakov, abogado penalista, 28 años recién cumplidos a punto de casarse con una mujer para intereses políticos.
Antonia Antzas, periodista con 19 años que por error se metió en ese mundo y ahora su carrera sin siquiera querer va a la cima
Una noche por los efectos del alcohol terminan en la cama, muerta de miedo huye y a las semanas se da cuenta que tiene algo dentro del que ella siempre creyó amor de su vida.
^^^Primer libro: "El Contrato"^^^
^^^Segundo libro: "¡Abordo!"^^^
^^^Tercer libro: "Unidos" ^^^
Alex
La primer que me encontré con Antonia ella estaba a punto de cumplir 17 años, si... Tenía un cuerpo excelente, fue la primera vez que la vi tan organizada... Una mujer diría yo, siempre se había visto con cosas grandes, no era tan femenina.
Poco después descubrí que fue mi madre la que la organizó e hizo de ella a diestra y siniestra con mi hermana menor Makavia, estaban felices con ver como Antonia lucía.
—¿Por qué fuerzan a alguien hacer lo que quieren?
—No tiene nada de malo, ella quería probar también —habló mi madre sonriéndome, tenía coraje, sin embargo, no sabía el porque.
—Aún así, ustedes no son nadie para hacer eso —mi madre enarca una ceja, y ya se que significa eso.
—¿Y tu lo eres? —su voz sale sin una pizca de amor, mi madre se había vuelto con los años alguien muy compresiva que escuchaba totalmente a sus hijos, pero si alguno seguía respondiendo con grosería o con algo que le afectaba respondía de una peor.
—No...
—¿Entonces?, esa niña siempre estuvo detrás tuyo, siempre quiso salir contigo, pero tu la ignoraste y dijo que quería hacer un cambio —mi madre se acercó a mi sin perder la compostura, mientras mi hermana retrocedía —No eres un dios Alex, y yo mucho menos lo soy, quería hacer a mi sobrina feliz, quería que tuviera esa sonrisa que siempre tuvo que alguien le arrebato al pasar los años, quiero que siga siendo esa niña animada sin miedo a nada —ella suspira mientras lleva su mano a su frente acariciándola —No te culpo, pero tampoco te defiendo, eres mi hijo y te amo, sin embargo lo que has hecho esta mal.
Esas palabras siempre resonaron en mi cabeza a la hora de tomar un decisión relacionada con Antonia, me encantaba verla sonreír mientras salíamos.
La primera cita que tuve con ella fue a un parque de diversiones que estaba en el sector, madre una vez me había explicado que Anny no salía demasiado, porque mi tío se había vuelto un poco... difícil al pasar los años, la sobreprotegía demasiado y siendo esposo de una instructora militar ella le gustaba ser libre, discutían mucho.... Por esa razón... Antonia se había refugiado en una casa donde no salía a menos que fuera el instituto, o algo que su padre ordenará... Tal vez porque era su única hija, y les había costado mucho que se pusiera estable por lo enfermiza que era.
El miedo de un padre es más grande que cualquier otra cosa, Antonia no era fea, total ella si era familia de sangre de mi madre, ambas poseían una belleza que no se comparaba, durante el año que fui al servicio militar algo cambio en ella, porque antes poseía tanta alegría que siempre saltaba sobre mí, con los años se fue haciendo tranquila, tan tranquila que parecía hielo... Aunque al mismo tiempo sentía que se podría acabar.
He tomado muchas decisiones a lo largo de mi vida, como el vivir con mis actuales padres, luego descubrir quien era mi padre y al ser el único hijo herede todo, pero no cambie no apellido, me gustaba que mis padres fueran ellos... Me habían dado amor sin dudar, mi padre me ayudó hacer mi bufete, mi padre me enseño que debo ser paciente con las cosas, que todo puede ser "Ya", mi madre me enseño que todo no es perfecto que debo comprender lo que el otro pasa.
Como hoy, iba hacer mi cumpleaños #28... El alcohol era malísimo, jamás me había gustado demasiado... En verdad lo odiaba, pero no me negué cuando entre broma y broma mis primos me fueron dando licor a tal punto que lo primero que cruzó mi mente al ver una mujer con un vestido corto y un escote fue querer ver como ese rostro iba a gemir debajo de mí... ¡Mierda!, esa mujer era ¡¿Antonia?!, ¿por qué carajos llevaba un vestido tan corto?, ¿por qué estaba mostrando lo que era mío?
¡Stop!, ¿mío?, ¿era mío?, jamás fuimos nada oficial, cuando pudimos serlo me fui a otro país para heredar lo de mis padres biológicos, haciendo una unión de mi bufete, mi familia, mi vida con ellos.
—Condenada sea... Si no fuera mi prima —Escuchó a Luke, Blue le da un pequeño golpe en el hombro.
—Es mi hermana —suspira.
—Pero, esta buena —Luke tenía la misma edad que Antonia, como dije anteriormente... Ella no salía, queriendo decir que no se hablaban mucho porque mi amado hermano era un DonJuán; en cambio Blue siendo casi cuatro años mayor que ella estaba a punto de ser profesional, era callado y reservado, un moreno con ojos negros y alto.
—Creo que sí —Murmuró, tal vez era el efecto de todo el licor que había ingerido, solo quería tenerla para mí.
¡No podía!, tenía novia... O eso suponía yo, porque era más un contrato, y no como eso cliché que se enamoran, esa "Novia" era más bien una víbora que ideo todo para su bien; haciendo que me tuviera que emparejar con ella, lo odiaba... Pero, tenía que pagar un favor a la familia de ella.
—Uhm... Me gusta más Makavia —La chica al lado de Anny era mi hermana, sin embargo, escuchar eso de parte de Blue fue algo extraño, era alguien callado que no hablaba demasiado a menos que fuera necesario, sin embargo, era lo bastante inteligente para graduarse pronto de la carrera de medicina, e iniciar el posgrado.
El alcohol nos empezó hacer efecto a todos, para quitarme las ganas de querer meter algo, me levanté para bailar entre la gente en la fiesta; todo había comenzado de forma calmada, primero con mi familia, entre más tarde se hacía más amigos, conocidos llegaban a tal punto que ya no conocía la mitad de la gente que estaba en el Pethouse.
No estaba seguro de como había llegado a esta situación, ¿era el alcohol?, ¿cierto?, creo que lo iba a culpar por ahora para no sentirme tan mal conmigo mismo, y con toda mi familia.
—¡Ahhg! —escuché el gemido, y no pare de mover mi caderas contra su cuerpo, quería llevarla al límite, quería hacerla totalmente mía, quería ponerla solamente para mí, ella era mía, siempre lo fue y lo será.
Al levantarme no había nadie en mi cama, estaba desnudo, ¿Había sido un sueño?, ¿cierto?, todo había sido parte de mi cabeza haciendo una mala broma por todo lo que sentía, una broma de muy mal gusto, pero el sentimiento había sido muy claro... Los gemidos en mi oído, como había saboreado todo de ella... Lo sentía bastante real.
Me levanté de la cama para ponerme unos pantalones de pijama para salir a ver el desastre que habían dejado en mi casa, todo estaba arreglado, en su puesto, no había nada roto, como si alguien hubiera organizado todo, suspire para no dar muchas vueltas al asunto, era lo mejor por ahora.
Mi celular comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo para ver quien era... "Caroline", suspire al leer el nombre de esa mujer.
—¿Qué?
—No deberías contestarme así, cariño —su irritante voz llega y me hace respirar profundo para no mandarla a la mierda, su voz no ayudaba a mi dolor de cabeza.
—¿Qué quieres? —me siento al borde de la cama, en ese momento me fijo en algo, me levanto mientras escuchó a Caroline hablar.
—Solo quería preguntar como te había ido en tu fiesta de cumpleaños, espero no hayas estado con ninguna mujer —Entre mis manos estaba la ropa interior de una mujer, ¿no había sido un sueño?, ¿por la borrachera confundí a cualquier mujer con Antonia?, ¿O me había acostado con Antonia?... No, claro que no, no lo había hecho, si lo hiciera jamás me lo habría perdonado, sea quien sea con quien me acosté espero este bien —Alexander, ¿sigues en la línea?
—Ujum.
—¿no vas a contestar?, ¿estuviste con alguna mujer?... Si mi padre se entera... —No la dejé continuar.
—¿así como tu no estas con tu amante, cariño? —Solté con ironía.
—Yo si puedo, yo no tengo un contrato con mi familia.
—Entonces, déjame ser libre.
—Jamás... Eres el premio gordo, no te soltaré nunca —Suspiro mientras llevó mi cabello hacia atrás, en promedio la gente tenía el cabello negro, lo que era demasiado diferente eran mis ojos, que aseguraban que aunque quisiera no era hijo de mis padres... Mis padres, estarían decepcionados de esta mierda que esta pasando, mi madre lloraría de la rabia por no poder organizar este desastre, mi padre estaría bastante enojado ya que no supe organizar mi vida en lo absoluto —Eres mío, quieras o no, solamente puedes ser mío.
Antonia
¡Maravilloso!, la primera vez que quise salir a una fiesta a voluntad propia Makavia me organizó con un vestido un poco revelador, menos mal no estaba en la casa de mis padres para que me discutieran mi vestimenta, mi tía Leah alzó su pulgar.
—Mi hermano le daría un infarto, pero que te valga... Eres libre, totalmente —Le sonreí abrazándola.
No odiaba a mis padres, lo amaba, me había dando mucho en la vida, gracias a toda mi enfermedad, ambos se habían comportado de una manera sobreprotectora, mi madre queriendo que fuera militar... Mi padre que fuera la que tomará su empresa, ¿yo?, yo no sabía que quería hacer con mi vida, creo que tuve mucha suerte cuando empecé un blog, llevándome sin querer y sin pronostico hacer una periodista, no una loca que acosaba o que hacía ver a alguien algún famoso en un mal punto, me había vuelto alguien lo bastante justa para que muchos quisiera alguna entrevista conmigo, con todos mis ahorros empecé esto, ahora estoy a punto de empezar a vivir sola, comprando un apartamento, nevera, lavadora.. Un montón de cosas para vivir independiente, aunque la noticia para mis padres sería algo doloroso por lo apegado que se habían vuelto conmigo.
No estaba segura si le agradaba a mi madre, aunque me ayudaba cuando mi padre estaba queriéndome meter en una burbuja de cristal, no mostraba mucho más de lo necesario, tal vez por ser militar.
—¿estas bien? —me preguntó Makavia cuando me vio llegar a mitad de la noche.
Había dejado la casa de Alex antes que amaneciera, no quería que me viera... Tal vez iba a pensar que era una fácil, me acosté con él sin planearlo, mi primera vez con él... La había guardado, aunque al mismo tiempo porque no salía demasiado.
—Sí, estoy bien —le sonreí ampliamente, lo mejor era olvidar este desastre para no sentirme tan mal conmigo misma.
Así fue como pasaron los siguientes días, no me encontré más con mis primos y mis tíos, porque al día siguiente que le avise a mi familia que iba a vivir sola, no lo tomó bien mi padre.
—¡Eres una mala agradecida! —ese golpe en la mejilla me dejó un poco ida, el picazón y el dolor llegaron bastante fuerte, pero más la impotencia —Todo lo que hemos por ti, protegiéndote de cada mal que podía llegar, ¡¿Y ahora te vas?! —Mi padre no paraba de gritar, mi papá si era alguien amoroso, amaba a mi mamá sobre cada cosa en el mundo, y tenía la paciencia suficiente aunque estuviera rodeada de hombres.
—¿por qué?, ¿por que quieres irte? —Mi madre habló desde el sofá.
—Quiero ser independiente —No era capaz de decirles que estaba cansada de estar retenida en esta casa. Mi madre no contestó más mientras mi papá me miraba con esos ojos lleno de molestia.
—Bueno, si eso quieres... —mi madre me sonrío de lado, para levantarse y mirar a mi papá para tocar su mano —Es mejor aceptarlo.
—No podrás volver aquí, y no te irás con nada de lo que te di —bajé mi cabeza mientras sonreía por el padre que siempre me había sonreído en la infancia, ¿Cuándo cambio todo esto?... Sí, ya me acordé.
—Esta bien —me levanté, para mirarlo una vez más antes de irme, les di mi mejor sonrisa —Gracias por todo, los amo... Les devolveré la ropa que tengo puesta cuando la lave —esa fue la última vez que pise la casa de mis padres, era algo irónico que un hombre de negocios, que estaba llegando a la cima, se quejara por lo que me llevaría, pero no importaba, había ahorrado y con el trabajo que tenía a futuro todo se iba arreglar... ¿cierto?
Abrí la puerta de mi nuevo apartamento, era algo pequeño, pero no importaba, algo es algo, mientras preparaba la comida pude soltar por fin las lágrimas que había retenido tanto tiempo, mientras me dejaba caer poco a poco al piso sin parar de llorar. No me dolía demasiado, no me dolía ese maldito golpe, me dolía mi corazón... Me dolía tanto que sentía que iba a morir en cualquier momento, ¿de verdad tenía la culpa de todo?, ¿de verdad todo había sido mi culpa?, ¿era yo la causante de todas las desgracias de mi familia?, ¿era yo?
—Estoy bien... Estoy bien —me di un abrazo de mariposa para consolarme poco a poco. Mi familia tenía un oscuro secreto, que nadie conocía, ni siquiera mis tíos... Esa naturaleza que habían dado con mi familia, el parecido con mi tía era demasiado grande, mi cabello negro, los rasgos de los ojos... ¿Tenía yo culpa de esto?, mi padre cada día se aterraba más, mi madre había hecho todo para calmar la situación.
Dos semanas después me sentía rara, sin embargo ignoraba todo eso, necesitaba trabajar para poder conseguir todo, sin embargo, mi hermano se había preocupado por toda la situación de la familia.
—¿Segura que estás bien? —estaba en mi nuevo apartamento mirando todo alrededor, iba bien vestido para alguna entrevista de trabajo.
—Claro que sí, no te preocupes hermano... Soy alguien fuerte —Blue conocía toda la situación, siempre había tratado de ayudarme, pero, temía que si lo hacía podía ser odiado por mis padres, cuando lo adoptaron era sumamente callado, y trataba de ser totalmente perfecto para que no devolvieran, por esa razón ahora estaba estudiando medicina.
—No quita que me preocupe, eres mi hermanita después de todo —revolcó mi cabello, mientras le sonreía —¿Nuestros primos sabían? —negué, si ellos sabían mis tíos sabrían, y no deseaba que nadie se enterara aún —Makavia esta preocupada por ti, porque no contestas el celular —Mierda... Se me había olvidado que también tuve que dejar todos mis aparatos, estaba yendo a un café internet mientras hacia le trabajo para que me pagaron, ya tenía varios más.
—Dile que he estado un poco ocupada.
—¿Te quitaron todo? —el sabía la situación, habían sido más fuertes conmigo que con Blue, este hombre siempre trataba de animarme, cuando estaba en mi habitación me contaba como era ir al cine, al parque... Un parque, recordé cuando Alex me llevó al parque de diversiones, ese día por primera vez en muchos años, volví a reír y pasarla bien.
—Sí, pero no importa, tengo algunos trabajos, pronto voy a entrevistar a otros famosos más, entonces con esta paga podré comprar un celular, no será tan moderno, pero algo es algo, ¿no crees? —le sonreí, el suspiro y asintió para levantarse.
—Ya me tengo que ir, tengo que llegar a tiempo —asenti sin dejar de sonreír —Cuídate... no soy de mucha ayuda, pero me puedes buscar —dijo mientras me abrazaba, asentí mientras correspondía al abrazo.
Mi hermano mayor se fue a los minutos, en ese momento pude respirar un poco mejor que antes, la presión de aparentar me estaba cansado demasiado, me senté en el sofá viejo que había conseguido gracias a todo de segunda.
—Todo estará bien, eres fuerte... No importa que... Saldré adelante —murmuré tratando de animarme, tenía mucho trabajo que hacer, ¿no?
Amaba a mi hermano incondicionalmente, pero... Jamás había levantado la cabeza por miedo, era demasiado tímido a pesar de su apariencia fuerte. Siempre había sido un amor con las personas, mi tía Leah lo adoraba con todo su ser, siempre lo abrazaba y le daba regalos, para no hacerme sentir mal me lo daba también.
Nuevamente, sentía mucho malestar, algunas comidas me daban asco, me hacía recordar a mi tía cuando se embarazo...¿Eh?
Download MangaToon APP on App Store and Google Play