El sustantivo
Es una categoría gramatical que sirve para nombrar todo tipo de sujeto u objeto. Es también conocido como el nombre porque su función es nombrar a las cosas o conceptos.
Es una clase de palabra variable o flexional. Es decir, varía en género (masculino, femenino) y en número (singular, plural). Impone estás categorías a otras palabras como los adjetivos y los pronombres.
Por ejemplo:
La casa linda (artículo femenino singular + sustantivo femenino singular+ adjetivo femenino singular)
Las casas lindas (artículo femenino plural + sustantivo femenino plural + adjetivo femenino plural
Sintácticamente, funciona como el núcleo del sintagma (frase) nominal.
Semánticamente, muestra individuos o conjunto de individuos o entidades que poseen rasgos en común.
Existen dos grandes clases de sustantivos: los propios y los comunes.
A su vez, los comunes se clasifican en contables y no contables, en individuales y colectivos, en enumerables, en abstractos y concretos, entre otros.
Veamos algunas características de cada uno
Sustantivos propios
Son aquellas palabras que sirven para denominar en forma concreta una entidad. Es decir, con los nombres propios nos referimos específicamente a un individuo u objeto en particular; diferencia a entidades de la misma clase unos de otros. Reconocemos a los nombres de personas, lugares geográficos e incluso los mismos apodos.
Algunos ejemplos:
América (nombre de mujer o continente)
Pepe (como apodo de José o tal vez como nombre de un restaurante)
Varela (como apellido o localidad)
Japón (nombre del país)
Zara (marca de ropa o nombre de mujer)
París (nombre de ciudad)
Importante: los nombres propios siempre se escriben con mayúscula inicial.
Sustantivos comunes
Los sustantivos comunes se utilizan para designar en forma general a las personas, animales u objetos. Estos sustantivos hablan de una clase de entidades pero no los diferencian los unos de los otros.
Ejemplos de sustantivos comunes:
niño
vaca
secretaria
gato
naranja
felicidad
Importante: a menos que estén al inicio de un enunciado, los sustantivos comunes siempre se escriben con minúscula. Estos se clasifican de la siguiente manera:
Sustantivos contables (o discontinuos): son aquellos que designan cosas que son susceptibles de enumeración, como es el caso de "tres sillas", “un libro”, "dos mesas", "cinco lápices" o "cuatro manzanas".
Sustantivos no contables (o continuos): son aquellos que no pueden ser enumerados salvo si se refieren a clases o variedades distintas de una misma cosa, pero en general sí se pueden medir. Algunos ejemplos: agua, maíz, sal, harina, café, conocimiento o humo.
Sustantivos individuales: son aquellos que nombran a un ser en particular de un conjunto de seres. Por ejemplo: abeja, león, pez, árbol, soldado.
Sustantivos colectivos: son aquellos que designan un conjunto de seres o cosas de una misma especie. Por ejemplo: un grupo de abejas se denomina enjambre.
Otros ejemplos: manada, tropa, ejército, jauría, arboleda, cardumen o pandilla.
Sustantivos enumerables (pluralia tántum y singularia tántum): los pluralia tántum solo tienen forma plural, por ejemplo: víveres, comicios, nupcias.
Los singularia tántum se utilizan solo en singular, por ejemplo: cenit, norte, porvenir, salud, sed.
Sustantivos abstractos: son las ideas o sentimientos. Son sustantivos que no pueden percibirse por los sentidos sino que son un concepto mental. Por ejemplo: bondad, belleza, compasión, alegría, inteligencia, sagacidad o verdad.
Entre los sustantivos abstractos se encuentran:
a- los abstractos de fenómeno, que se refieren a una acción, como "pasatiempo",
b- los abstractos de cualidad, que se refieren a una cualidad del objeto o persona, como "hermosura", y
c- los abstractos de número, que cuantifican sin puntualizar las cantidades, como "mucho" o "demasiado".
Sustantivos concretos: son aquellos conceptos que sí son perceptibles por los sentidos, aunque no necesariamente existan en la realidad. Designan entidades materiales como, por ejemplo: heladera, carpeta, teclado, pantalla, duende o sirena.
Sustantivos derivados: son aquellos que derivan de otra palabra, como, por ejemplo: zapatería (de zapato) o peluquería (de pelo).
Sustantivos primitivos: son aquellos que no derivan de otra palabra como, por ejemplo: mar, gato o cuadro.