𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵.
24/11/2025
Las Cuatro Paredes 🕰️
La vida es un bucle aburrido: estudiar, casa, estudiar, casa. Desde que tengo memoria, mi universo se reduce a estas cuatro paredes. No es un infierno, es un refugio seguro, lo sé. Pero es un refugio que se ha convertido en una cárcel de rutina. Y estoy cansada.
Diecinueve años. Cero futuro. Una aspiración desmedida.
A veces, mi mente viaja a 2010. Yo, en primero de primaria, emocionada, haciendo cálculos infantiles: “Para el 2022 estaré graduada”. ¡Qué inocencia la de planear sin conocer el guion!
Recuerdo el final de sexto. Fui sola a recoger mis notas. Mamá de viaje. Sin fiesta de clausura. La maestra, sonriendo, me dijo: “Ela, ¿andas por tus notas?” Asentí. Me dio la boleta: "Sobresaliente y aplicada". Papá siempre me felicitaba.
Luego, la secundaria. Primer año. Y entonces, llegó.
En segundo, la pandemia.
Se llevó la clausura, la rutina, y lo poco extrovertida que era. A mis casi quince, papá se fue del país. Y ahí se rompió todo. La "niña sobresaliente" se volvió la chica del "no me importa nada". Dejé de soñar y abracé el conformismo.
Perdí mi brújula.
Ahora, con 19, trato de encontrar el camino de vuelta a aquella niña ilusionada. Pero estoy perdida. Busco ser yo, pero ¿quién soy? He sido tan conformista que mis pasiones de infancia son ceniza.
Sigo estudiando. No por vocación, sino por la cruda necesidad de una herramienta para el futuro.
Soy introvertida. La vergüenza me sella la boca ante desconocidos. Quiero la tranquilidad de no pensar en nada, pero para obtenerla, sé que debo forzar el futuro que deseo. Y para eso, debo, de una vez por todas, salir de casa.
Pero la puerta se siente pesada.
