SEX SHOP

En el sex shop

Cata “te recomiendo elegir uno pequeño para que no te hagas daño”

Sofia “no me trates como niña, yo quiero ese”

Cata “Sofia ese es muy grande no seas bruta mujer”

Sofia “no me subestimes, yo quiero lo mejor”

Cata riendo “bueno, bueno, vas a quedar como pozo sin fondo, los niños te van a tirar monedas en la calle para pedir deseos jajajaja “

Sofia “ridiii, señorita deme ese por favor”

Vendedora disimulando la risa“quiere un lubricante también”

Sofia “si por favor”

Cata “no entendiste nada por lo visto de madurar”

TRES DIAS DESPUES

Sofia se despide de sus padres y su hermano que fue sólo para despedirse de ella, al rato se sube al carro que la lleva a la mansión junto a Cata.

Cata “yyyyy”

Sofia “y qué”

Cata “lo hiciste, el consolador, lo ocupaste”

Sofía “no pude, mi hermano estaba en la casa y siempre es muy intruso, lo haré en la mansión así se sentirá de película”

Cata “jajajaja lo trajiste entonces, tienes que tener cuidado, te lo pueden pillar, lo digo por la vergüenza que pasarías”

Sofia “Cata madura, los tiempos cambiaron y las mujeres tenemos derecho a jugar como los hombres también”

Cata “me sorprendes amiga de verdad”

Después de horas llegan al fin a la mansión, Sofia despierta un poco sonámbula pero cuando ve la hermosura del lugar queda sorprendida.

Sofia “no puedo creerlo, me siento como la de disney”

Cata “no puedo creer lo lindo que esta”

Las recibe Clara una señora mayor que lleva años en la mansión, es bien agradable pero un poco intrusa y se encarga de contar todo a la señora Elizabeth, después las lleva por un pasillo hasta llegar a una habitación para las dos muy linda, luego les enseña la mansión que recorren boquiabiertas mientras les cuenta de sus labores, pero una en especial a Sofía, la de limpiar todas las barandas de las escaleras de la mansión, ya que el joven no acepta el polvo y a nadie le gustaba limpiar.

Conocen a Karla, la hija de la señora Clara que es la más joven ya que todos son mayores de cuarenta, no pasó mucho tiempo y todos se encariñaron de las muchachas, en especial de Sofía por ser la más pequeña, las chicas se sentía muy bien ahí aunque no conocían a los dueños de casa.

Sofia en la noche se sentía una princesa en la mansión, limpiaba las escaleras tarareando una canción.

Cata “te falta el príncipe no más que aparezca cantando y bailando como estúpido jajajaja ”

Sofía “no quiero un príncipe azul mejor un perverso azul de brazos que te estrujen como toalla mojada y una fuerte espalda para que me agarre bien y su mirada, ¡hay! esa mirada, de lobo acechando su presa”