Me Enamoré De Mi Hermanastro: VOLVER A TI

CAPÍTULO 18

–Me tengo que ir Diego, pero nos vemos el jueves para conocer a tu cuñada– le giñe un ojo y saque un billete de mi billetera y lo puse en la barra– la próxima vez invitas tu– me di la vuelta y me fui

–Claro, pero yo quería otro trago– grito desde su lugar haciéndome voltear y sacarle el dedo de en medio

Al salir del bar, una corriente de aire me golpeo haciendome marear un poco, me dirigí a mi auto subí a el y fui me fui a casa , al llegar deje las llaves en la mesa me quite la ropa y me recosté quedándome profundamente dormido o una de dos ese whisky era muy fuerte o mi tolerancia al alcohol ya no era tan buena.

Al día siguiente lo que me despertó fue mi alarma que no dejaba de sonar, levante la cabeza y mire el reloj, me faltaba una hora para entrar al trabajo me levanté como rayo me di una ducha rápida y me apresure a llegar no quería que mi historial de asistencia se viera afectada por una noche de copas, al llegar tuve una junta con mis superiores quienes quedaron encantados con las propuestas que tenía para mejorar la publicidad de la empresa, salimos y lo primero que hice fue tomar un café cargado, no sé que me había pasado si no había tomado mucho, tal vez era cierto eso que dicen que el alcohol afecta según el estado de ánimo de las personas.

Así pasaron los días y cuando me di cuenta ya era jueves el día de la cita doble, la verdad no quería meter en problemas a Diego por lo que decidí portarme como un caballero con su cuñada y dejar que las cosas fueran poco a poco, antes de que se diera la hora de salida del trabajo llego Diego vestido y peinado diferente, si que le gustaba sorprender a su novia

–Diego, pensé que nos veríamos en el bar– le dije

–Ya se te olvidaron las reglas de una cita– levanto una ceja y me miro

–Reglas– pregunte

–Hay hermano, si que te afectaron estos 5 años sin tener una cita formal, solo aventuras– rodo los ojos y puso su mano en mi hombro

–Jajaja las aventuras son precisamente eso, aventuras sin compromisos– dije riendo

–Bueno el punto es que vamos a ir por las chicas hasta la puerta de su casa y de ahí nos vamos al bar, idiota– se dio la vuelta y subió a si auto no sin antes decirme que lo siguiera

Llegamos a un fraccionamiento muy elegante y bonito, al entrar, tenias que pasar un portón negro de herrería muy elegante y alrededor de el había una enredadera con flores lilas, se veía muy bien la verdad parecía la entrada a otro mundo, llegamos a una casa color café con muchas flores color blanco, Diego se estacionó y enseguida lo hice yo detrás de él, bajamos del carro y al llegar a la puerta me dijo: