Capítulo 3

Capítulo 3: el inicio de la selección, el campeón regresa.

10 de abril de 2019, Tijuana, Baja California, México.

Han pasado dos días desde el anuncio del gran torneo internacional y todo México aún estaba feliz por esto, se notaba que aún había personas en la calle bebiendo hasta no poder más, había algunas piñatas rotas con varias golosinas tiradas por todos lados, otros vomitaban por toda la celebración y otros estaban tirados en el piso sin poder moverse ni nada. Aunque esto solo se veía por fuera en las calles, los trabajos aún seguían funcionando de manera normal, la celebración solo había sido por un periodo corto para estos y más para el gobierno que estaba viendo que sería lo más conveniente para el torneo, si hacer un torneo para seleccionar al representante o esperar que alguien se fuese a postular por cuenta propia, estas eran los únicos puntos que podían decidir, ya que el punto de ellos seleccionar a uno para representar a su país era mucho más complicado, esto debido a que eran pocos los peleadores que conocían y la gran mayoría en los que realizaban lucha libre mexicana o el boxeo, deportar muy buenos, pero que quizás los luchadores de estar artes marciales no podrían con el enorme nivel que equivalía el torneo internacional TLF, por suerte aún les quedaba mucho tiempo para pensar en que hacer, ya que todo comenzaría el 8 de julio para poder saber quién sería el representante de México.

En Tijuana, por otra parte, los negocios de ventas de verduras y frutas funcionaba de maravilla, había mucha gente comprando para poder sus ensaladas, otros porque ya se les había acabado la fruta en casa y necesitaban de manera urgente tener más, esto debido a que los niños se ponían algo exigentes cuando se trataba de la fruta. Había muchas personas de edad que eran muy bien recibidos por los comerciantes, se denotaba una muy linda relación entre todo el pueblo, aunque no faltaba el sujeto ratero que quería pasarse de listo tomando las pertenencias de estas pobres ancianas, aunque no eran los únicos que iban a la zona por mera coincidencia.

-¿En serio güey?-una chica de 1.76 detuvo al ratero con solo levantar su brazo derecho haciendo que este soltara el bolso y comenzara a sobarse como loco la nariz gritando de dolor, se notaba que el brazo de la chica era más duro de lo que aparentaba, aunque esta solo dio un fuerte suspiro mirando al ratero en el piso-si sigues robando aquí terminare quitándote la nariz o quizás a la próxima te bote los dientes para que así no puedas volver a sonreír, ¿eso te serviría?

El ratero pudo recuperar la compostura y miro espantado a la chica, se notaba que era una chica bella de piel trigueña con un cabello de color castaño y ojos azules, llevaba puesta una camiseta de color blanco que solo cubría su pecho y dejaba ver su vientre, llevaba unos pantalones grises de jeans que combinaban con el color de sus zapatillas negras y sus guantes negros sin dedos, aun con esto la gran mayoría de carteristas de la zona le tenían pavor al solo hecho de topársela por la calle, fue cuando este salió corriendo sin decirle nada, la chica dejo que se fuera mientras le llevaba el bolso a la anciana.

-Hay, gracias a la virgen de Guadalupe, no se llevaron mi dinero…-la anciana observo a la chica quien le entregaba una sonrisa, lo que hizo que esta respondiera de la misma forma y le diera la mano a la chica-dios te bendiga mija, eres un ángel caído del cielo.

-Descuide señora, solo tenga más cuidado con sus cosas, ¿sí? No siempre estaré cerca para poder salvarle el bolso-la anciana asintió con la cabeza mientras se iba lo más rápido para poder seguir comprando en la enorme feria, la chica siempre se sentía bien de ayudar a la gente de la ciudad, todos la conocían y sabían de quien era su familia, por lo que también la apreciaban a tal grado de siempre invitarla a las cenas familiares y esas cosas, aunque en esta ocasión miro su reloj algo preocupada-¡chingada madre! Voy a llegar tarde a la casa, me van a dar una paliza si no me apresuro.

La chica salió corriendo lo más rápido que pudo mientras se despedía de todos los que podía de la feria, se notaba que algo le urgía a la chica y que por eso salió corriendo tan apresuradamente sin hablar con nadie más que con solo la anciana a la cual le había salvado la cartera, aunque no era la primera vez que salía de golpe para poder volver a su hogar o para llegar a un determinado lugar y siempre que esta llegaba a ese lugar terminaba siendo golpeada por su abuelo por haber llegado tarde al entrenamiento, lo que siempre la dejaba algo adolorida por un buen rato.