Su vida a cambio de su hija.

Narra Alexa.......

Me encuentro parada, mirando a la dirección en la que ese maldito bastardo salió, saco de mi bolso dinero y la asiento en una de las mesas, salgo de ahí de inmediato y me maldigo todo el camino; Como me pude atrever a pensar que ese hombre me ayudaría?. Tuve un poco de fe y de esperanza, pero de nada sirvió, ese maldito imbécil se encargó de acabar con eso, sigo caminando a gran velocidad a casa y al llegar escucho los gritos de mi padre, corro a la habitación y lo veo tirado en el piso.

Alexa: Padre que a pasado?.

Augusto: Eres una maldita inútil, dónde diablos estabas cuando te necesite?.

Alexa: Papá perdóname salí un momento.

Lo ayudo a ponerse de pie y lo recuesto en la cama, mientras escucho sus reclamos.

Augusto: Eres un inepta, ni siquiera sirves para cuidarme, debería de correrte de mi casa.

Salgo de la habitación dejándolo con la palabra en la boca y corro hacia mi cuarto para acostarme a llorar de nuevo; Ese maldito día, lo odiaba demasiado, primero ese maldito hombre tan despreciable, luego mi padre con sus reclamos y sus quejas hacia mi. Es acaso que de verdad no hago nada bien?. Cubro mi cabeza con la almohada y lloro hasta quedarme dormida.

Narra Cristopher......

Salgo de esa cirugía, camino hacia mi oficina mientras recuerdo ese desagradable encuentro de la Mañana. Soy tan Imbécil que me emocioné demasiado con una chiquilla tan sencilla, acaso algo estaba mal en mi? por qué seguía pensando en ella? después de que me desprecio nisiquiera debería de acordarme de su nombre, pero eso es imposible, ella es Alexa Ripoll. Por qué tiene que ser tan linda y tan malvada a la vez?. Mis pensamientos se terminan al sentarme en la silla de mi escritorio y escuchar la voz de Robie.

Robie: Señor puedo opinar?.

Cristopher: Bien, te escucho.

Robie: Señor ella no es mala, se nota que es una muy buena muchacha, tanto que se preocupa por su padre.

Cristopher: De que hablas?.

Robie: Por favor Señor, se que lo que lo tiene así es lo ocurrido en la Mañana con esa pequeña.

Cristopher: Por favor, por qué debería afectarme algo así?.

Robie: Yo solo digo que ella es bonita, usted necesita una esposa, tal vez debería de ayudarla y cortejarla un poco.

Entonces algo estupendo pasa por mi mente, sin duda es el mejor plan de todos, no debería de fallar.

Cristopher: Robie, consigue su dirección.

Robie: Señor es encerio, lo hará de verdad.

Cristopher: Es una estupenda idea.

Eso me lo dije a mi mismo, pero quien era Robie para darle explicaciones?. El salió de inmediato con el teléfono en las manos y unos minutos después tenía una hoja con la dirección de el Señor Augusto Ripoll, que al parecer era el padre.

Cristopher: Toma mi maletín, ahora mismo iremos a esa dirección.

Robie hizo lo que le ordene y me siguió de inmediato, subimos a la camioneta y nos dirigimos hacia la casa de los Ripoll; Unos minutos después la camioneta estacionó, era una casa bastante bien, muy sencilla para mí gusto pero al parecer era lo más lujoso de esa zona, le ordene a Robie que esperara en el auto, yo toque el timbre un par de veces pero no hubo respuesta, estaba a punto de retirarme cuando una empleada bastante mayor y con mucha dificultad para caminar salió.

Manuela: Que necesita?.–Dijo con su voz de anciana.

Cristopher: Busco al Señor Ripoll.

Manuela: El no atiende a nadie.

Cristopher: Soy el doctor que le salvará .la vida, puede decirle que estoy aqui.

Manuela: Cuál es su nombre?.

Cristopher: Soy el doctor Cristopher Renault.

La anciana me vio con mucho entusiasmo, camino hacia la casa y 5 minutos después estaba de regreso.

Manuela: Puede acompañarme.

Las grandes rejas se abrieron y yo camine de tras de ella. Pasamos por el enorme jardín, que al parecer estaba demasiado descuidado ya que el césped estaba demasiado seco y pinchada. Al entrar pude ver un lugar bastante acogedor y sencillo, seguimos hacia otro habitación que parecía el despacho y justo a un lado de está, la Señora abrió una puerta que me dirigió hacía la habitación de el Señor Ripoll.

Augusto: Doctor Renault.

El Señor Ripoll era un Señor de mediana edad, tenía los peculiares ojos de Alexa y al parecer no podía ponerse de pie.

Cristopher: Señor Ripoll, un placer conocerle.

Augusto: Lo mismo digo Doctor, siéntese por favor.

Yo tome asiento justo en el sillón que el tenía al frente.

Augusto: Quiere beber algo, ahora le digo a mi hija que lo traiga.

Cristopher: No es necesario, iré directo al grano, se que usted quiere que le salven la vida.

Los ojos de el Señor Ripoll se abrieron de la emoción, podía notar su interés por lo que estaba diciendo.

Augusto: Si doctor, le suplico que lo haga.

Cristopher: Augusto, yo podría hacerlo, solo con una condición.

Augusto: Lo que sea doctor, yo se lo daré.

Cristopher: Tiene algo que me interesa demasiado.

Augusto: De que habla, pidalo y lo tendrá.

Cristopher: Quiero a esa chiquilla, a la pequeña Alexa, la quiero para mi esposa.

El se quedó un momento en silencio, pero a la brevedad volvió a hablar.

Augusto: Asegura salvarme la vida?.

Cristopher: firmaremos un acuerdo Señor, si yo logro salvarle la vida me quedaré con su hija, pero si no logro quitar el tumor me olvidaré de ella.

Augusto: De acuerdo, quedatela, llévatela ahora sí eso quieres.

Su reacción no era lo que esperaba, para ser sinceros yo esperaba que fuese un padre apegado a su hija, que el se negaría y me pediría que me fuese de su casa, pero no fue así, el me la entregó a cambio de salvarle la vida, acaso en verdad era su padre? no me había confundido de persona?.

Cristopher: Lo veré mañana a primera hora en la clínica, ahí firmara el acuerdo delante de mi abogado, después proseguiremos con la operación.

Yo me puse de pie y le estreche la mano, el hizo lo mismo y después de eso me di la vuelta para retirarme de ese lugar.

Al subir de nuevo a la camioneta Robie me miraba con cara de emoción.

Roberto: Como le fue Señor reviso al Señor Ripoll.

Cristopher: Así es Robie, Mañana mismo lo operare, puedes cancelar el viaje a casa de mamá.

Robie sonrió y le ordenó al chófer que nos llevará a casa a descansar, el día siguiente podría ser un exelente día, por lo menos eso era lo que esperaba.

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