Socios frios

Nicolai se encontraba mirando por la ventana de su estudio, intento leer nuavemente el contrato, pero no se podía concentrar, Camila se encontraba al otro lado de la puerta haciendo su trabajo, pero no le había dirigido ni una sola palabra.

Tenían un contrato en común el cual no se estaba desenvolviendo de la forma más positiva, necesitaban tener una mejor relación. Normalmente quebraría ese contrato al no ver alguna mejoría, uno de los puntos a valer de una sociedad era que el otro lado estuviera de acuerdo de los avances en cuestión, pero ella no estaba de acuerdo en llevar esa parte de forma fácil y calma. Él siempre se sentía que debía de estar más tenso y a la defensiva al lado de ella y mostrando un lado de él que pocos conocían.

Por sentirse en ese estado de ánimo había ocurrido la pelea con su hermana y Camila al no estar al tanto de la situación había tomado una mala imagen de él tenía que tomar una decisión si darle a conocer su secreto más íntimo u obligarla a aceptar cualquier cosa, sin ella estar al tanto de lo que ocurría. Tenía que analizarlo con sumo cuidado, los puntos a perder y a ganar.

Eran socios en este momento, pero no por ello, tenían que saber todo de uno y del otro, era normal que entre empresas, siempre cada parte tuviera un segundo plan en solitario, pero con Camila no quería eso, además ella no iba a aceptar que él solo le dijera que se olvidara del problema, lo que había sucedido y el comportamiento de ella le decía que le tenía que dar una explicación, pero eso le molestaba, el secreto de Celia era algo muy delicado para hablarlo como un tema normal.

Nicolai se apretó la sien, intentando pensar en cómo debía reaccionar, ya Camila había tomado la iniciativa y su reacción era ignorándolo y hablando solo lo esencial

"Pero que mujer para complicar la situación, simplemente debería de olvidar lo que sucedió" pensó Nicolai, él pensó que el sábado, al volver a su apartamento ella aún estaría esperándolo para discutir y quería mucho luego llevarla a su cama, pero eso no sucedió y tampoco volvió el domingo. Había llegado temprano al trabajo y organizado todo antes de su llegada, así que no estuvo mucho en la oficina solo para hacerle saber el plan del día y entregarle los nuevos contratos, luego salió y solo mandaba mensaje para hacerle saber los cambios, le obstinaba ese comportamiento.

Miró su reloj era pasado el medio día, ya había tomado una decisión, tendría que explicarle todo, no porque quisiera que ella se contentara, le gustaba ver sus ojos verdes brillar ante la rabia y mirarlo con pasión. Nicolai sonrió, tomó su chaqueta y salió.

-Camila, vamos a salir- dijo Nicolai cuando la vio en la recepción, ella lo miró confusa

-pero tenemos una reunión con la inmobiliaria Sheperd- Camila revisó la agenda para confirmar la información

-manda un mensaje cancelando cualquier evento de esta tarde- Nicolai caminó y detuvo al lado del elevador- apúrate

Camila se le quedó mirando sin comprender lo que estaba sucediendo, aún estaba molesta por su actitud y no daría el brazo a torcer, aún estaba pensando cómo iba a cumplir su parte del trato, tenía que acostarse con él a pesar de lo desagradable de su actitud hacia ella

-creo que es mejor que me quede, podría aparecer algún socio buscándolo, jefe Morozova

-Camila párate y ven conmigo ya- Nicolai se está a arrepintiendo de su decisión al ver la terquedad de Camila, sentía que ella no cedería, si continuaba así iba a tener que quebrar el contrato y buscar otra mujer para cumplir el embarazo, solo de pensar en ello le dolió la cabeza -muévete o te despido.

-está bien- dijo Camila entre el diente, tomo el celular lo siguió hasta el elevador.

Ella lo miró de reojo, él estaba serio más no lo veía molesto. Llegaron al estacionamiento, el conductor no estaba por ningún lado, la tomó del brazo y la empujo hasta el auto, él iba a conducir.

-señor Morozova ¿para dónde vamos? - preguntó Camila al entrar al auto, él la miro, pero fue incapaz de darle una respuesta, eso molesto aún más a Camila, aún continuaba siendo altanero con ella.

Manejó durante un tiempo, se detuvo en un edificio, sabía que era conocido por sus elegantes restaurantes y brindarle la privacidad que sus clientes necesitan. Cuándo llegaron al restaurante Nicolai habló con una mesera pidiendo la mejor mesa y pidiendo completa privacidad. Los llevaron hasta una habitación decorada en rojo, blanco y oro, tenía algunos muebles con una mesa de cuatro asientos y a su lado otra alargada donde se encontraban algunas bebidas y tentempiés.

-ven y siéntate, vamos a conversar- Nicolai retiró una silla de la mesa esperando que ella se sentara, Camila se sentó mirándolo con resentimiento y tomando con fuerza su cartera

-creo que ya hemos conversado lo suficiente, por si no te diste cuenta, cada vez que hablamos no sale nada bueno

-solo tenemos que intentar bajar las defensas, tenemos un acuerdo y si no mejora estoy reconsiderando terminar nuestro contrato- Nicolai comenzó a colocar hielo en un vaso y se sirvió whisky, en otra sirvió un vino achampañado y se lo dio a Camila - es simple, cuando una sociedad no se da bien se esfuerza en mejorar sus puntos débiles o se separa.

-¿y cómo tú crees que podemos mejorar eso? Cuando nos dimos cuenta de que eres un grosero conmigo- Camila tomó la copa en sus manos, pero no bebió nada, solo intentó jugar con ella en sus manos intentando quitar su ansiedad, que él le hubiera dicho que terminaría el contrato la coloco intranquila, no había pasado ni un mes, él le pediría la devolución del dinero.

-conversando, te quiero hablar sobre Celia y el porqué de mi comportamiento con ella.

-no es muy difícil saber el porqué, eres demasiado sobre protector y tienes que manejar la situación a tu antojo, sin importarte los sentimientos de los demás - respondió Camila dejando la copa sobre la mesa con un golpe seco, sintió que se le aceleró el corazón al hablar de esta forma con un hombre que tenía una presencia tan imponente, no podía dejar de sentirse indefensa.

-es más que eso, podrías dejar de sacar conclusiones sin conocer, investiga un poco antes de hablar, no todo lo que ves es verdad -Nicolai se sentía frustrado que Camila actuase de esa manera con él, se notaba que le tenía miedo porque mantenía su distancia, pero era como un pequeño cachorro ladrando para defender sus creencias.

-has actuado de la misma forma durante varios días, solo diciéndome tus exigencias- Camila no pudo evitar aumentar más su tono de voz, solo se tenía que controlar para no llorar, sabía que con esas palabras se decidiría si continuar o no el contrato, pero no quería solo bajar la cabeza y resignarse a que él la tratara mal.

-nunca me has dicho las tuyas, aceptaste sin nunca decirme en qué estabas de acuerdo y que no- dijo Nicolai con calma, él sabía que tenía razón, Camila acepto el contrato sin chistar.

Camila se le quedó mirando, él tenía la razón, cada vez que él hacía algo ella aceptaba, quizás peleara, pero nunca daba su verdadera opinión, ¿sería que él la respetaría más si daba su opinión? ¿Eso es lo que él estaba intentando decir? Ella tenía miedo por eso nunca antes había refutado, quizás hablar con Jessica había centrado más sus ideales y por eso estaba alzando la voz por primera vez delante de Nicolai.

-si no tienes más nada que decir, voy a comenzar a hablar de Celia, lo que te voy a decir es un secreto de mi padre, mi hermano y mío. Solo te lo digo porque luego de analizarlo por un tiempo, me doy cuenta de que vas a ser la persona que más estoy dejando acercarse a mi intimidad - Nicolai se sentó en la silla frente a Camila.

En ese momento entraron las camareras trayendo la comida, los que los dejo en un silencio incómodo, Camila observó la comida, pero pensó que no tenía mucho apetito, sus nervios y ansiedad estaban a flor de piel, tomó un bocado e intento tragarlo, pero sintió que se ahogaba.

-¿necesita alguna otra cosa señor Morozova? -preguntó la camarera

-no, puedes retirarte

la chica salió rápido y cerró la puerta, Nicolai se le quedó mirando a Camila, ella tomó un sorbo de champán

-está bien, entiendo que para ti es difícil, decirme eso, pero como tú dijiste tenemos un contrato, quizás el más intimo que has hecho hasta ahora

-que bueno que entendiste moy kotenok - Nicolai colocó una sonrisa burlona, sabiendo que Camila se estaba rindiendo y cediendo, ese era su punto de vista.

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