Mi amiga del alma

Camila estaba comiendo un sándwich cuándo su amiga respondió invitándola a almorzar, se contentó mucho ante el mensaje de ella:

......"hola Cam me contenta saber de ti......

......ven a almorzar hoy en casa.......

...te extraño"...

Sonrió al pensar en su amiga, antes de su separación con Andrew, su idiota ex, eran muy apegadas una con la otra, se veían casi todos los fines de semana, habían estudiado en la misma universidad y de ahí se conocieron, estuvo en su boda y se contentó mucho cuando ella comenzó su vida, aún recuerda lo inesperado de la relación, sonrió al recordar la vieja historia.

Jessica había conocido a su marido en el hospital. Había ido a beber en un bar y su loca amiga comenzó a bailar encima de una mesa lo que menos iban a pesar es que ella se caería y se torcería el tobillo, salieron corriendo, pero su amiga, aun bebida quería continuar bailando, Jessica reía con cualquier cosa, cuándo bebía, llegaba a ser un payaso sin pintarse la cara, al llegar al hospital los atendió un joven residente, Matthew, era un hombre alto y delgado de cabellos rubios y ojos marrones, de cara cuadrada y labios finos, era guapo y su amiga se lo hizo saber, los comentarios descarados de Jessica no paraban, "¿eres virgen?, yo quiero ser tu primera mujer, eres taaaan bonito, no me dejes sola moriré si no tengo tu belleza a mi lado. Tengo seguridad que eres mitad ángel, pero solo la mitad no te creas de más" y así continuaba el coqueteo con el joven residente, él no paraba de reír ante la joven que no podía parar de hablar a pesar de hinchazón del tobillo, Camila se sentía apenada ante el comportamiento de su amiga, pero para cambios de la vida, Matthew se había interesado en la joven de cabellos marrones y ojos azules vivos. Solo seis meses después estaban casados.

-señorita Parker, el señor Morozova mando esta bolsa con el conductor- le dijo la joven cocinera sacándola de sus dulces recuerdos

-gracias ¿me podrías decir tu nombre?- pregunto Camila a la joven que estaba pendiente del apartamento

-me llamo Verónica señora, cualquier cosa que necesite me puede decir y el conductor se llama Jackson - le respondió la muchacha con una sonrisa y señalo hacia el hombre que estaba en la sala con su celular en la mano

-muchas gracias Verónica - Camila aceptó la bolsa y miró dentro, era otra muda de ropa, con ropa interior nueva y unos zapatos

Se había colocado la misma ropa que había usado el día anterior, había revisado el armario y no había conseguido nada que le quedase, se sintió contenta de poderse cambiar para algo más limpio así estaría presentable para ver a su amiga, subió corriendo las escaleras y se quitó la ropa sucia, miró para los lados, pero no sabía donde colocarla así que la metió en la bolsa, esta vez eran unos jeans ajustados, junto con un suéter y una blusa más delicada para llevar debajo, era un atuendo más cómodo. Sintió lástima que la maquilladora no hubiera dejado nada para ella arreglarse sola, así que revolvió su bolsa y tenía un polvo base más un crayón para los ojos con eso bastaría.

El conductor la dejó en frente de la casa de Jessica, el viaje había sido largo, tener que ir desde Manhattan hasta New Hyde Park donde estaba la casa había dado casi una hora, agradecía que estuviera el conductor, un taxi le hubiera salido muy caro. Sonrió al recordar cuando habían comprado la casa, había sido una decisión difícil para su amiga el hecho de asumir tanta responsabilidad, aún recordaba lo histérica que estaba al averiguar los valores de las casas y está en especias se había adaptado a Jessica.

Subió hasta la puerta y tocó el timbre en cuanto Jessica la vio, se arrojó encima de ella y la abrazo

-Cam, pasa - dijo su amiga haciéndose a un lado para Camila poder caminar - no sé ni que decirte tengo tanto tiempo sin verte te la pasas trabajando tanto

-hola, Camila ¿cómo has estado? - la saludo Matthew con una sonrisa y dándole un beso en la mejilla, el siempre había sido tan educado, todo lo contrario a su explosiva amiga.

-estoy bien, asumí el cargo de asistente del jefe y casi no tengo tiempo- dijo Camila pasando y sentándose en el sofá, Jessica se sentó a su lado sonriendo

-¿asistente? Pero tú eres ecónoma Camila - exclamo Jessica sorprendida por el cambio

-sí, lo sé... pero la paga es muy buena. Soy la asistente del director Morozova

-nunca he escuchado de él, pero si tú dices que ganas mejor, no te peleó- Jessica se encogió de hombros, intentando no darle importancia, sabía que Camila aún se estaba adaptando a muchos cambios luego del abandono de Andrew - pero no te perdono el hecho de que no nos hemos visto en casi cinco meses Camila

-sí, lo sé, pero mi cabeza ha estado dando muchas vueltas y estoy intentando organizar mi vida y no ha sido fácil- camila quería tanto contarle todo a su amiga, pero no quería preocuparla y su orgullo también se lo impedía, no podía ir llorando a los brazos de Jessica cada vez que tenía algún problema, ya ella la había ayudado mucho con dinero en la universidad.

- Y yo te dije que iba a estar ahí para apoyarte en todo\, pero tú eres muy terca en no aceptar mi ayuda

-Jessica intenta no presionar a Camila- le dijo Matthew a su esposa.

Camila odiaba aquella mirada de compasión que le daba Matthew, sabía que él no lo estaba haciendo para hacerla sentir mal, realmente era todo lo contrario, pero no quería que la vieran como una mujer que no podía resolver sus problemas

-está bien -respondió Jessica- entonces vamos a comer, hoy como sabía que vendrías me esforcé uno poco más con la comida.

Jessica se levantó y fue para la cocina, Camila escuchó a Matthew refunfuñando, intentó decir que todo el tiempo debería de colocar el mismo entusiasmo en la cocina, él ayudó a colocar los platos en la mesa intentando no pelear con su esposa que le había dado un pequeño pellizco amoroso para callarlo. Jessica había preparado un pescado al horno y lo acompaño con vegetales, también hizo una salsa blanca con camarones y unas papas fritas, tenía macarrones o arroz para escoger y se dispusieron a comer la deliciosa comida.

-está muy deliciosa Jessica- dijo Camila por fin saboreando una buena comida en mucho tiempo

-gracias Cam- agradeció Jessica

-con tal de que Jessica cocine así todos los días, puedes quedarte a vivir aquí Camila- bromeó Matthew tomando más salsa de camarones

-Matt ni siquiera te la pasas en casa. Camila voy a aprovechar de que estás aquí para quejarme - Jessica dejó los cubiertos encima de la mesa preparándose para empezar con su pelea, Camila ya sabía que ella era así, si se podía quejar lo hacía.

- Este hombre que se hace llamar mi esposo\, incrementó su horario de trabajo\, hay días donde no lo veo por tres días\, llego a casa de trabajar y me encuentro con una casa vacía\, ni se para qué compramos una casa tan grande- empezó a hablar Jessica\, Matthew continuaba comiendo ya conociendo los arranques de su esposa

-¿y tu trabajo Jessica?- preguntó Camila intentado que Jessica dejara a su esposo comer en paz

-estoy mejor, ser contadora es algo que adoro, ya pase de ser asistente a llevar algunos libros sola, claro no son muchos, pero ya es un avance, lo bueno es que aumentaron mi paga.

-me contenta Jessica

-le dije que se cambiara de oficina siento que ahí no la toman en cuenta - dijo Matthew ya terminando su comida

-claro que me toman en cuanta, espero que dentro de poco tiempo sea ya una contadora de la firma, me he esforzado mucho- reclamo Jessica

-lo sé cariño- Matthew tomo la mano de Jessica intentando alentarla para continuar de la inseguridad de él.

-Matt te quería preguntar algo - dijo Camila pensando en como realizar la pregunta sin que sonara extraño- ¿sabes de algún anticonceptivo natural? ¿Algún tipo de té que no altere las hormonas tanto como lo hace unas pastillas?

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