19.

Capítulo Diecinueve.

La sorpresa.

Génesis

Me fui de la empresa con más furia que cuerpo. Llegué a la casa y una grata sorpresa me esperaba, después de subir los seis pisos de escaleras. Sí, el ascensor aún no funciona. Mi lindo Joshua estaba en la mesa, esperando con una enorme bandeja de spaghetti y albóndigas, mi plato favorito.

—¿Joshua?— nunca había querido tanto ver a mi lindo niño. Necesitaba su abrazo, ya que ese hombre de ojos rasgados me ha tenido lo suficientemente confuso, como para no saber donde estoy... en ocasiones me pone en serio mal, no comprendo por qué no puedo hacer lo mismo que hacía en el pueblo. Mandarlo bien al mismísimo demonio y hacer mis cosas con normalidad.—¡Bomboncito!, traigo la última noticia.— Murmura apretando mi cuerpo contra su pecho, mientras la calidez inmensa nos espera envuelve por instante.—¡Dímelo!—Casi grito al sentarme a su lado.—Verás que me quedaré aquí un tiempo. Tengo que hacer los papeles de la empresa familiar, así que no me extrañes más mi Bombón relleno— habla tranquilo, me vuelve a abrazar acercándose a mí, y me es extraño que no haya soltado alguna de sus bromas de siempre. Si no lo hace no es Joshua. No es mi mejor amigo, ese que amo con toda mi alma.

Suelto mi bolso en el suelo y comienzo a peinar mi cabello en una larga trenza.— digo y hace una mueca. —Yo quiero dormir abrazando los michelines suavecitos.— aprieta mi costado con sutileza, haciéndome reír.—Ni lo sueñes nene, estos michelines duermen solos esta noche, y todas las demás—hace un puchero, mientras termino de acomodar mi peinado voy camino a la alacena al otro lado de la pared, me dispuse a sacar los platos para comer. Ya ha pasado medio día, y el hambre me llama.

Con la vajilla en mis manos estoy en busca de dos tenedores, mi móvil sobre la mesa comienza a sonar.—¡Responde por mí, ya voy!— le digo a Joshua y él lo hace, frunce el ceño y me da una mala cara.—Un tipo quiere hablar contigo.—se ve raro, él nunca pone esa cara. Se coloca a mi lado y comienza a servir los platos, que he dejado sobre la mesa, está en serio raro.—¿Así te gusta? Habla señalando el plato con un montón de espagueti encima, asiento y sonrío, espero que no haya sido malinterpretado por mi jefe, el señor gruñón Walton. Un agarre sorpresivo a mis hombros, del sujeto Joshua a mi lado me sorprende, así que cuelgo la llamada en seco después de responder a la voz fuerte de Logan en la línea. Me giro para ver como el cobarde huye, después de darme un gran susto. Los ojos de Joshua se ven extraños, como si quisiera decir algo y no lo hace. Almorzamos, Laura aún está dormida... según él, parece que ella tuvo otra vez una mala noche con ese tipo que se aparece en el bar... y de nuevo la pobre de mi tocaya, lo tuvo que soportar.—Mi bombón... ¿Qué tal si vamos a hacer unas compras y está noche hago mi súper plato especial para ti? Necesito subir unas maletas antes, ayúdame.—habla lindo a mi lado, mientras recoge la mesa, dándome una sonrisa.—¡Me parece bien señor! Espere y me ponga otra ropa para salir—Aún estoy vestida con la ropa de la oficina. No me molesta tanto, pero sí las horrendas medias me hacen sentir algo incómoda.— Ve, porque si ven ese trasero pecaminoso, te lo patearán, o estrujarán ...—hace el ademán mientras aprieta el aire con las manos dando una enorme carcajada.—¡No seas idiota!—un sope fue a parar a su cabeza hueca.—Es que a veces dan ganas de...— se carcajea y salgo a la habitación. A veces dice comentarios que no encajan, en verdad.

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