14.

Capítulo Catorce.

Incidentes.

Logan.

Logro salir del baño, después de tortuosos veinte minutos. Regreso a la oficina, y la muchacha está hablando por celular.

—¿Qué dices, que regrese?, estás de coña si crees que voy a acceder volver ahí, con el hijo de puta de tu querido socio James, prefiero morirme condenada por cualquier demonio, que volver a Denver con ese imbécil. Y si dejar los LAZOS —ella enfatiza—es tu decisión, mejor, no tienes más hija.—me quedé paralizado tras ella, siquiera ha notado que regresé.Su voz parece quebrada.

—¡Maldigo el día en que nací!—dice arrojando el móvil dentro de su bolso y suspira cansada notablemente, se limpia una lágrima y se calma, mientras acomoda su cabello largo y rubio.

—¿Cuándo demonios vendrá este sujeto?—doy un paso hasta quedar justo a centímetros de ella y me inclino para hablarle al oído.

—¡El sujeto está aquí! - dije bajo, mis manos tiemblan por alguna razón y noto perfectamente como su piel se eriza Involuntariamente, gira su rostro, y sus labios chocan con fueza contra mí.

Un calor abrasador, me invade. Suavidad como ésta, nunca sentí jamás, la erección entre mis piernas que a duras penas y pude calmar, nuevamente explota mi cremallera, mientras puedo oler el perfume suave de su piel.Cierro los ojos y voy a mi lugar, después de despegar mis labios mientras ella está pálida e ida, toda la furia que se cargaba hace un instante, parece haberse esfumado, junto a su suspiro de vida.

Retomando el aliento y habla.

—¿Desde cuando usted está aquí?—La miro, sin evitar sonreír, —Desde que alguien quiere que vuelva y el hijo de puta de James...— digo algo burlón...su tono en el rostro se puso casi violeta, y bajó su mirada. Los lindos azules se fueron por un instante, para volver a mirarme como con furia. Mi amigo en el pantalón está por morir, como la cara de la mujer que tengo en frente.Ya no puedo.

—¡Mañana a las siete en punto aquí está contratada!—digo y ella está pálida ahora. Descubrí que esta mujer tiene la facilidad de ser un semáforo viviente.— Por favor, puede retirarse, no le quito mas tiempo, tengo algo importante que hacer.—digo y ella sale con dificultad por su tobillo, escucho el cierre de la puerta y al fin libero mi adolorido asunto.

—¡Carajo niña!—empiezo a de arriba a abajo, y cierro los ojos imaginando alguna mujer con la que estuve, pero ese beso accidental me toma los pensamientos.

Estoy en el mejor momento y un grito me saca de la concentración. Abro los ojos, y unos azules me ven. Bajo la mirada a mi entrepierna, consciente de que el escritorio es de cristal. Ella está tan en shock como yo, y en este momento deseo que la tierra me trague y me escupa en un lugar al otro lado del planeta.

—¡Olvidé mi... mi bolso!—alude, miro y efectivamente su pequeño bolso está en la silla...—Golpee la puerta pero... Lo siento, no debí...—susurra sin respirar y toma nerviosa el bolso, la veo corre tan rápido y dolorosamente, que ese dolor llega hasta mí. Pero aun así, no dejó ni que respire.

¡Mierda y más mierda! Es probable que mañana ella ni siquiera pise el edificio... por ser un estúpido depravado.

El peso recae en mis hombros, encima ella no me recuerda.

¿Por qué quiero que una mujer como Génesis me note?

Sólo pensar en que ella estará aquí, me provoca cosas extrañas... tendré que buscar algo más... las relaciones casuales, es lo único que se puede mantener hoy en día. incluso con personas como Hoffman, un rato de cama para aliviar los impulsos animales, nada más.

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