La propuesta

Jess perdió la conciencia, al despertar lo hace en un hospital, ve que varios tubos salen y entran a su cuerpo, está inmovilizada, no siente su cuerpo, lo único que siente es un dolor punzante en su cabeza, trata de hablar pero es como si Miles de agujas atravesaran su garganta, pero lo peor está por venir, recibirá dos noticias devastadoras...

-Carlo, mira aquí tengo la relación de algunos proveedores, chécalas por favor y toma la mejor decisión para poder ir a visitarlos y cerrar los contratos.

- Siempre eres tan profesional?

- Estamos trabajando no? Por eso estoy aquí.

- Claro... Ahorita los verifico... Hablaron del hospital y mi tío preguntó por ti, quiere hablar contigo, al parecer su mejoría es rápida y satisfactoria...

- Que alegría!!! Muy bien entonces te dejo y me voy volando al hospital.

- Te acompaño!!

- No, no es necesario: tienes ese trabajo pendiente y hay que resolver esto en cuanto antes, tenemos la fecha de lanzamiento casi encima. Yo, vuelvo en cuanto pueda para fijar la hora de reunión con los proveedores está misma semana.

- Está bien, te espero...

Jess sale rápidamente de la oficina de Carlo y se dirige hacia la planta baja. Toma el ascensor y de nuevo está ahí Mattia. Parece que últimamente se lo encuentra muy a menudo.

- ****Dios mío!!! Que es esto, una broma?******

Sube y le da la espalda a Mattia, no le dirige la palabra y lo ignora como si estuviera sola.

- A dónde va, señorita?

Continúa sin decirle nada haciendo como que no lo escuchó.

Mattia la toma por los hombros y la gira bruscamente hacia el, dejando solo algunos centímetros entre sus cuerpos. Jess trata de safarse sin éxito.

- Suelteme!!!! Pero que le ocurre???

Le grita evidentemente molesta por el acto de Mattia.

-Nada solo quería verla de más cerca y sepa que odio ser ignorado.

- Entonces no se comporte como un completo imbécil!!!

Esa frase hace que Mattia se enfurezca y la atrae más hacia él y le da un beso arrebatador. Ella lo avienta y le da una bofetada que hace que gire la cabeza hacia un lado.

Jess sale del ascensor lo más rápido que puede. Mattia se queda parado con su mano en la mejilla abofeteada.

- A eso quieres jugar maldita bruja? Me las vas a pagar!! No se quedará así...

Con impotencia y enojo sube a su coche y se limpia los labios con una toalla.

-Estupidoooo!!! Lo odio!!!!! Cómo se atreve a tocarme siquiera?

Grita en su coche y golpea el volante, después de unos minutos se tranquiliza... Enciende el coche y se dispone a llegar con Don Alessandro al hospital.

Entra a la habitación y lo ve ahí, fuerte, tranquilo y sumamente recuperado casi del todo.

- Hija!!!! Gracias por venir a verme!!!!

- Don Alessandro! Cómo se siente??

-Mucho mejor, gracias a ti.... Pero bueno te eh mandado hablar por qué tengo algo importante de que hablarte.

Jess se apresura a darle detalles de la colección cuando Don Alessandro la interrumpe con un movimiento de la mano.

- No, No hija, no te mandé a hablar para que me des detalles de tu trabajo, sé que tienes todo bajo control y que puedo confiar en ti y en Carlo. Eso lo sé de sobra...

- No entiendo? Que pasa Entonces?

- Tengo que pedirte algo muy serio, es de suma importancia. Solo, solo escúchame quieres?

- Lo escucho, dígame...

- Quiero que mi hijo siente cabeza de una vez por todas, que forme una familia y formalice, quiero conocer a mis nietos y no morir en el intento.

- Bueno, creo que eso debería de hablarlo con su hijo... Yo no puedo influir en su vida, mucho menos en ese aspecto.

- Ahí es donde entras tu: quiero que tu seas la mujer de Mattia.

Jess se queda petrificada ante esa petición de locura. Escuchó bien? O su mente le estaba jugando una mala pasada?

- Jajajaja pero que bromista Don Alessandro, no le conocía esa faceta jajajaja.

- La seriedad del rostro de él le hizo entender a Jess que no se trataba de ninguna broma.

- Está hablando en serio?

- Totalmente, si alguien es capaz de mantener en sus casillas y guiar a ese idiota que tengo por hijo, esa eres tu: profesional, inteligente, independiente, hermosa y joven, todo lo que cualquier hombre desearía tener...

Por favor, se que es un mujeriego y que su actitud no le ayuda en nada, pero en el fondo es un buen hombre... Lo sé....

- Se da cuenta de lo que me está pidiendo?

- Sí, es sumamente difícil, pero quiero dejar mi empresa en buenas manos con mi hijo formando una familia...

Y si no es mi hijo sería Carlo, que es como otro hijo para mí... Uno de los dos asumirá la presidencia de la empresa en unos meses o un poco más del año... Quiero retirarme y no tener tantas presiones... Lo hago por mi salud...

- Entiendo lo que me dice, pero es imposible lo que me está pidiendo, su hijo es irremediablemente mujeriego además un grosero, no sé ofenda pero es la verdad.

- Lo conozco, pero también te conozco a ti y se que puedes lograr eso y más.

Jess no se atrevió a confesarle que era una mujer condenada, sabía que no había fuerza en el mundo que le quitara esa idea de su cabeza. y solo le dijo:

-Don Alessandro, por el momento dejemos este tema de al lado y concentrece en mejorar... pronto será el lanzamiento y lo necesitamos lo más entero posible.

Alessandro se dió cuenta de que no iba a lograr nada ese día, pero su plan seguía en marcha. Ya encontraría la manera de hacer que Jess aceptará semejante propuesta.

-Esta bien hija, más adelante hablamos, solo no le menciones nada de esto a Mattia y mucho menos a Carlo, se que él y tú se conocen de tiempo y es evidente que está enamorado de ti.

- Jajaja Carlo, enamorado de mi? Noooo, solo somos buenos amigos...

Trata de mentir, pero sabe que Don Alessandro es inteligente y se da cuenta de todo.

- Bueno bueno, ya, dejemos esto, ve a descansar que ya mucho hiciste el día de hoy... Por favor medita y analiza mi petición. Descansa y hasta mañana.

- Hasta mañana.

Jess se acerca y besa la frente de Don Alessandro. Sale de la habitación y del hospital.

Cómo podría tan siquiera meditar lo que le dijo? Sería más probable que hubiera un eclipse solar cada mes a qué ella se fijara en alguien como Mattia. Tal vez consideraría salir con Carlo por qué ya lo conocía y su forma de ser nada tenía que ver con la de ese mujeriego altanero y prepotente.

Conduciendo se dirige a las oficinas para organizarse con Carlo y los proveedores.

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