capítulo 15- no lo haré

"Carta a su majestad el rey, mi hermano precioso;

Querido y amado hermano, ya no puedo más con este encierro, déjame salir, al menos al palacio, a la reina ya le diste permiso y a tú hermano, lo ignoras y abandonas, rodeado de bellos y complacientes jovencitos, pero entre ellos no esta al que anhelo."

El rey tenía un tic en el ojo, al terminar de leer la breve carta que el príncipe le había enviado, sin duda, era de los más extraño, tanto él como la reina, han estado actuando muy extraño, como si no fuesen ellos mismos.

- o esas siempre fueron sus personalidades...

Es una duda que tendrá que responder con el tiempo, pero mientras tanto, sella un pergamino que le otorga ya la libertad del príncipe y se lo entrega al mensajero, no tiene caso tenerlo encerrado, si no aporta nada, será mejor despejar su mente de esas sospechas que tuvo cuando fueron encontrados juntos. Después de entregar la orden, estaba por salir, pero le es anunciado que la reina madre, solicita su presencia en su mansión, sin poder negarse, tiene que ir a ese lugar, aunque ya sabe del porqué, de ese llamado. Al llegar, saludo como se debe, ahí, estaba, frente a esa mujer, si bien era su madre, nunca le ha agradado tanto, debido a su manera tan estricta de hacer las cosas y más aun, porque tiene un favoritismo hacia Hanae. La mujer, pese a ser ya mayor, se veía muy bien, nadie pensaría que ya tiene 50 años, su piel no muestra arrugas, su cabello negro, no presenta canas, su salud es digna de envidiar, a diferencia del viejo rey que murió muy pronto, la reina madre, luce siempre imponente y sería, vestida muy tradicional y elegante.

- supongo que tiene una idea porque le llame, majestad.

- así es reina madre, pero de nuevo le repito, que no, no pienso consumar nada, con esa mujer.

- la gente comenzará a hablar, además, necesitas un heredero, si la concubina real se embaraza, podremos bajar a esa reina del trono.

- jamás he pensado en bajar a Jin del trono, ya rompí mi promesa de tenerla como única mujer, no la engañare, menos con su hermana.

- pero ella ya te engaño con tu hermano, ella ya no merece el trono.

- tampoco lo merece la concubina real, no es más que una arpía hambrienta de poder.

- pero ella tiene sangre noble, la reina solo es la hija de una concubina.

- no me importa, la reina no será bajada del trono y no consumare nada con la concubina.

Es bastante fastidiosa la insistencia de su madre, pero diga lo que diga, no bajará del trono a Jin, aun cuando eso sea muy egoísta, pero es la única manera de aun tenerla a su lado. La reina madre, golpeo la mesa delante de ella, es insoportable que insista en mantener cerca a esa mujerzuela, de ser posible, usará todo lo necesario para separarlos, la hija de una concubina no merece un título tan alto.

- sea como sea, esa mujer no es apta para el trono, es una mujer inmoral.

- ya basta, no voy a permitir que nadie la baje del trono.

Siente que ya no hay nada más que decirle a esa mujer, así que mejor pasa a retirarse de esa sala, pero, espera que a la reina madre no se le ocurra ver a la reina o se va armar un alboroto, debido a su nueva manera de ser.

Por otro lado, Jiro ya esta aprovechando su libertad y lo primero que ha hecho, es ir al campo de entrenamiento para ver a todos esos hombres entrenar, además de que habían unos muy atractivos, los soldados estaban un poco sorprendidos por la visita, pero, mientras no estorbe, estará bien, aunque el que no esta feliz para nada, es el general porque desde que llego, Jiro ha buscado coquetear con él.

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