capítulo 5- soy la reina-3°parte.

Yaku5

Después de haber logrado huir de su mansión, se la ha pasado deambulando por todo el palacio, ante la mirada atónita de todos, pues hasta donde saben, el rey ordenó que la reina no saliera de su residencia, pero ahí estaba caminando sin que nadie la detuviera.

- que fastidio con este kimono. Ey tú.

Se detuvo y señalo a una de las doncellas que iban con ella.

- ¿no hay una ropa más cómoda que esta? Apenas puedo caminar con ella.

- alteza, todos sus kimonos son así, no puede vestirse como plebeya.

- ¿ha? Que tontería.

Se fue a sentar en el escalón de uno de los edificios y con los dientes rasga la parte de abajo del kimono, rompiendo un gran parte, para dejar la ropa un poco más corta, estando por arriba de los tobillos, las doncellas que iban tras ella, casi se desmayar al ver tal acto.

- mucho mejor. Bien, ahora intentemos salir de este palacio.

- alteza, no puede hacer eso, solo con haber salido de su mansión, ya está en grandes problemas con el rey.

- ¿por qué? Soy la reina, este también es mi palacio y mando yo, puedo ir y venir donde sea.

Aunque por las palabras de las mujeres, supone que aun siendo una reina, no tiene poder, ya que incluso el rey la encerró, en lo poco que sabe de historia, recuerda que en épocas antiguas, las mujeres no tenían derechos de igualdad; chasqueo la lengua, para después seguir caminando, esta vez, iba cerca de muro, buscando un lado más fácil de trepar, aunque, en su camino, llego a un arco, parece que ese muro, no era uno que diera fuera del palacio, solo lo llevaba a otro jardín, ese lugar era como un laberinto.

- me pregunto si Kaori también reencarno...

Debería buscar en el palacio, pero no hay manera de saber quien entre todas esas personas era su hermana y no estaba seguro de si también esta viva; en recorrido por ese jardín, se detuvo al ver a un hombre, practicando con la espada, el hombre era joven, poco mayor de los 20 se podría decir, cabello largo y negro, al igual que sus ojos, cualquier chica podría decir que era bastante atractivo.

Jin hace una mueca, pues si lleva una espada, es porque debe ser de esos guardias, cuando el chico le nota, puede ver su expresión de sorpresa, que rápidamente cambia a una de molestia.

- tú ¿que haces fuera?

Levanta su espada apuntando hacía Jin, pero la chica, usa su mano para apartar la espada.

- ¿quien te crees tú? Apuntar a la reina con una espada ¿quieres morir?

- ¿que? ¿Por qué tú es...

- aparte eres sordo, soy la reina, la reina, ahora no te atrevas a seguirme.

Jin no, nota que las doncellas tras ella, se han inclinado y tiemblan de miedo, ante la presencia de aquel hombre.

- es increíble que no sepan respetar a la reina, recordaré tu cara, serás al primero que decapite.

Dicho esto, Jin se da la vuelta para salir de esa zona, si ese hombre está ahí, no podrá saltar el muro. Las doncellas se han quedado inclinadas ante el hombre.

- majestad, disculpe a la reina, ella no recuerda mucho desde que se despertó.

- majestad piedad.

- Ey! Dejen de perder el tiempo o las dejo.

Jin se había detenido, aunque se le hace extraño que esas mujeres se hayan quedado de esa manera ¿podría ser alguien superior? Bah! Eso no importa. Cuando las doncellas le siguen nuevamente, empieza a caminar, pero aquel hombre se había quedado en silencio, había algo muy diferente en la reina, muy diferente a lo que él recuerda.

Al llegar nuevamente en otro jardín, Jin corrió rápidamente hacía el muro, ante la mirada asustada de las doncellas, quienes le piden se detengan, fue entonces que Jin salta con todas sus fuerzas logrando subir por el muro, se sostiene y al estar encima, salta hacía el otro lado, pero ya era demasiado cuando noto que había chico en es lugar y fue directo encima de él.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***