NAHUEL
Durante unos días pasé con Sasha los mejores momentos, estudiaba psicología que tanto me apasionaba, nos amabamos Sasha y yo noche tras noche.
Besarlo y sentir sus caricias en mi cuerpo era tocar el cielo con las manos. Dios cuánto amaba a Sasha, al punto que no toleraba la sola idea de separarme de su lado.
Hacia tiempo que no reia al despertar y al acostarme. La felicidad empezaba a golpear la puerta de mi vida como solía tenerla cuando aún vivía con mis padres.
Mientras Sasha se ocupaba de las cuentas de su mansión y demás yo leia libros de psicologia que me ayudarían bastante.
En poco tiempo me hice amigo del mayordomo y de todos los que trabajaban en la mansión. Solía ir a la cocina a conversar con la cocinera y a pedirle mi comida favorita: salmón.
Comenzaba a ser normal en mi sonreir. Pero esa tarde al salir de cocina y dirigirme a la biblioteca pasé por el living y los ví juntos. Sasha besandose con una chica peliroja. Llevaba puesto un finisimo vestido rojo, con elegantes guantes escarlatas.
Ella lo abrazaba acariciándolo con dedos hambrientos. Cubrí mi boca con mi mano derecha para evitar gritar. Mis ojos se llenaron de lágrimas y retrocedi hasta que choqué con uno de los muebles. Ésto sobresaltó a Sasha y a la peliroja quienes me miraron asombrados.
Ella hizo un gesto de desdén. Sus ojos verdes despedian odio al mirarme. Sasha me miró dolido y angustiado. Ví que ella seguía sujetándolo y él forcejeaba por soltarse.
Pero mi mente quedó en blanco. Respiraba entrecortado.
— Nahuel — dijo Sasha pero no quería oírlo, no quería ni podía saber que él no me amaba. Negué con la cabeza mientras lloraba y me fuí — ¡Espera! — escuché su grito pero no quería verlo ni oírlo.
Corrí a la biblioteca y me escondí en un lugar donde sabía que le costaria encontrarme. Me senté en el piso rodeando mis rodillas con los brazos y oculté mi rostro entre mis rodillas sin poder dejar de llorar.
Demasiado bueno para ser real era este tiempo. Como sucedió con mi familia, mi madre murió, mi padre se volvió a casar y luego me hechó de casa. Así continuó mi calvario que hasta el momento no acabó.
Me dolía tanto ya que era la segunda persona que tanto quería y que me traicionaba por culpa de una mujer. Aunque tanto mi padre como Sasha podrían haberse negado pero no lo hicieron.
Pero cada vez que Sasha me besaba y me hacia el amor podía sentir que era sincero eso me confundía más aún ya que sentía que me amaba. Pero ¿por qué entonces se estaba besando con esa peliroja?
De repente sequé mis lágrimas con el torso de mi mano derecha y me coloqué de pie. Con decisión y determinación salí de la biblioteca y me dirigí al living. Allí estaban ellos aún pero ahora discutían. Ella se negaba a irse y Sasha la alejaba de su lado repitiéndole la orden de que se marchara.
— No te conviene rechasarme Sasga ¿qué dirán los de la alta sociedad cuando se enteren que gustas de hombres? Será una gran vergüenza para tu familia — ella se movia como serpiente — Te ralearán de todos los sectores.
— Me importa muy poco tus amenazas Sofía, vete de mi casa y de mi vida.
— No tendrás una vida amor.
— Eso a tí no te incumbe.
Me asombraba la testarudez de esa tal Sofía ¿acaso no tenía orgullo? Sasha la estaba echando abiertamente y ella ni se inmutaba. Apreté mis labios y entré al living.
Ambos me miraron asombrados, pero Sasha pasó del asombro al amor y corrió a mí. Nos abrazamos y nos dimos un fugaz beso.
Sofía destilaba odio al vernos asi y en verdad me alegraba. En esos momentos senti que en mí emergia Kurt. Me acerqué en a ella y con furia le dí una cachetada sorprendiendo tanto a la peliroja como a Sasha.
— Sasha te ordenó irte de aquí. Vete y no regreses.
— ¡¿Cómo te atreves?! ¡Eres una perra arrastrada!
— Mira quién habla — luego miré a Sasha — Cuando acabes con ella buscame — Así me fuí pero él me sujetó.
— Nahuel no...
— Esta es tu casa ¿cierto? Actúa como dueño de casa entonces
Luego me fui al dormitorio. Estaba furioso ya que noté que a Sasha le afectaron las amenazas de Sofía. Si él en verdad pensaba eso entonces....¿tendría que irme de aquí? La angustia volvió a apoderarse de mí. De repente recordé el momento en que mi padre me hechó de casa.
La insertidumbre, la angustia, el dolor, el hecho de no saber qué pasaría con mi vida agolparon mi mente y mi alma. Me abracé a mi mismo y empecé a llorar.
Sasha entró momentos después y me abrazó, pero al querer besarme me incorporé alejándome de su lado.
— No...no me beses cuando la devoraste a esa perra....
— Pero....
— Dejé que me besaras frente de ella únicamente para hacerla rabiar.
— Nahuel ella fue quien me besó, me tomó de sorpresa.
— Te afectó mucho lo que ella te dijo Sasha — él me miró en verdad confundido — Si sigues conmigo arruinarás tu imagen ante la aristocracia y serías.....
Él me interrumpió besándome apasionadamente, yo quise resisitirme pero él se mantuvo firme logrando que cediera. Me abrazó protectoramente y me perdí en sus apasionados besos y su sensual abrazo.
SASHA
"Pero Sofía Hara no se daría por vencida, ya que estaba tan obsecionada con Sasha que era capaz de hacer cualquier cosa con tal de tenerlo solo para ella. Ojalá lo hubiese sabido en esos momentos...."
Sasha se detuvo ya que la noche había caído y tenían que cenar. Boris miraba a Sasha muy serio, le molestaba saber que había dañado a Nahuel con Sofía y se lo hizo saber.
— Sasha ¿por qué le fuiste infiel a Nahuel sabiendo lo que había y estaba pasando? — miraba al moreno cruzado de brazos muy molesto.
A Sasha le resultó divertido ver la actitud de Boris ya que se notaba su cambio en lo que respecta a Nahuel. El niño lo miraba con el ceño fruncido.
— Vamos a cenar — fue lo unico que dijo y se bajó del carruaje.
Boris se bajó cabizbajo y siguió a Sasha en silencio, mientras pensaba en Nahuel Nacher. Deseaba verlo en persona aunque más no sea una sola vez. Entraron al restaurante y tras pedir ambos quedaron en silencio.
Mientras miraba a Boris, el moreno recordaba ese momento en que Naruto narró en su diario. Sofía en verdad lo habia sorprendido y para cuando reaccionó Nahuel estaba allí mirandolos y en extremo dolido. Que equivocado estaba Nahuel al pensar que las palabras de esa basura rosa lo afectaban.
En realidad lo asombró al comprobar lo vacía que era la aristocracia. Si creían que podrían inmiscuirse en su vida estaban miy equivocados.
Estaba más que convencido de su sentimientos hacia Nahuel y muy seguro de lo que queria hacer con su vida. Solo pensaba en su amado rubio y en la vida junto a él.
Pero Sofía no quería entenderlo, por eso cuando Nahuel la abofeteó y se fue, él la sujetó del brazo y practicamente la arrastró hacia la puerta.
— ¡Vete de mi casa y de mi vida! ¡No quiero saber nada de ti! ¡Y no me importan tus amenazas!
La tiró practicamente fuera de la casa y cerró la puerta. Sofía siempre le cayó mal ya que era conciente de su obseción hacia su persona.
Ojalá hubiese sido más perpicaz para evitar los acontecimientos futuros pero ya es tarde para lamentarse.
— ¡Oye! — una vez más Boris lo alejó de sus pensamientos
— Dime.
— ¿Por qué lo hiciste llorar si en verdad lo amabas Sasha?
— Nunca me afectaron las palabras de Sofía Hara. Y jamás me fijé en ella porque yo...amaba locamente a Nahuel.
— Pero...
— Cuando sigas escuchando su historia lo entenderás Boris
— Eso espero — dijo el niño pero le sonrió al moreno — Me caes bien Sasha.
—Tu también me caes bien Boris. Ahora come, luego iremos al carruaje a dormir. Mañana seguiré leyendote la historia de Nahuel Nache.
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