BORIS
Con muchas dudas Boris bajó del carruaje encontrandose en una calle totalmente diferente a las que solía frecuentar estando en el orfanato.
Ésta era en extremo lujosa cuyos edificios tenían magníficas fachadas, la limpieza era notoria ya que se respiraba deliciosos aromas. Los transeúntes vestían elegantemente como el señor Ugarte lo hacía.
Repentinamente se sintió fuera de foco por sus humildes ropas.
— Sigueme Boris.
Le dijo el señor Ugarte y empezó a caminar. Boris era conciente de las lascivas miradas que todas las mujeres de diversas edades le lanzaban al señor Ugarte.
Sabía perfectamente el significado oculto tras esas odiosas miradas pero al adulto parecia no importarle. En verdad era extraña su actitud.
Así llegaron a un lugar donde vendían ropas para hombres y niños. Entraron y el señor Ugarte le pidió al hombre, que se les acercó, que le tomase las medidas a Boris porque pensaba comprarle unas cuantas prendas de vestir.
Aquello tomó por sorpresa al niño pero nada dijo.
Inmediatamente pasaron al interior del local donde estuvieron más de tres horas eligiendo las ropas. Más bien era el señor Ugarte quien elegía ya que Boris permanecía en silencio dejándo que elijan y opinen por él.
En verdad no estaba acostumbrado a eso por tal razón no le importó.
Cuando se desvistió para probarse las nuevas prendas el extraño frunció el ceño al ver las cicatrices que Boris tenía en su espalda, pero nada dijo.
Cuando se hubo elegido las suficientes prendas de vestir el señor Ugarte le dijo:
— Elije las prendas que quieras y pontelas. — luego dijo al empleado de la tienda que esperaba — Tire esas ropas que él traía puestas.
— Bien señor.
Cuando Boris salió del probador tenía un aspecto totalmente diferente. Vestía un pantalón negro, una camisa color azúl oscuro y un tapado negro. Zapatos negros. El señor Ugarte tenía dos paquetes en la mano que se los dió a él para que los lleve.
Al salir del lugar entraron en otra tienda de venta de ropas y se repitió el mismo proceso.
Solo que en esta ocasión Boris salió vestido con las mismas ropas que tenía tras salir de la primera tienda.
Más tarde compraron un baúl para guardar las ropas nuevas que iban comprando haciendo que el cochero, tras llenarlo, lo lleve al carruaje.
Concluída la renovación del guardarropa de Boris se fueron a un lujoso restaurante para almorzar.
Boris en verdad estaba hambriento y practicamente devoró todo lo que pidió pero con los finos modales que sus padres en el pasado le habian enseñado. Eso ni el orfanato pudo arrebatarle.
El señor Ugarte lo miraba con una sonrisa en su rostro. Sonrisa sincera, hecho que incomodaba al niño.
— ¿Puedo saber cómo te llamas o debo decirte señor Ugarte nomás?
— Soy Sasha Ugarte
— ¿Cuántos años tienes Sasha?
— 30.
— ¿Estás casado? ¿Tienes hijos?
— No y no.
Boris tenía millones de preguntas por hacerle sin embargo no se animaba a formularlas. Pero al menos ahora sabía el nombre de quién lo salvó de ese infierno y le estaba dando la posibilidad de tener una exisitencia digna.
Porque lo que hasta el momento tuvo en el orfanato no se podía llamar vida.
— Gracias Sasha
— ¿Por qué me agradeces?
— Me salvaste de ese maldito infierno donde me encontraba.
Sasha sonrió mirandolo unos momentos. Aquello en verdad incomodaba a Boris ya que no sabía qué pensaba su interlocutor.
— Debes agradecerle al señor Urquina — dijo Sasha al cabo de unos momentos.
—¿Quién es? ¿Dónde está?
—¿Terminaste de alimentarte ya? — le preguntó Sasha cambiando abruptamente de tema.
— Si pero....
— Bien, es hora de irnos entonces.
Sin prestarle atención a lo que le decía Boris se levantó, tomó su tapado se lo puso, se colocó su galera y tras sujetar su bastón se dirigió a la puerta. Boris tras colocarse su tapado también lo siguió frustrado.
Un mozo les abrió la puerta de calle. Fuera empezaba a nevar pero el carruaje estaba a dos pasos.
Ambos fueron hasta el vehículo en silencio. Una vez dentro Sasha se quitó la galera y dejó a un lado su bastón para sacar del interior de su tapado un cuaderno cuya tapa era de un azul aterciopelado y decía: "Diario".
Boris estaba molesto con Sasha por no responder sus preguntas. Él tenía derecho a saber quién era su nuevo tutor y hacia dónde estaba siendo llevado.
Quería saber sobre Sasha mismo incluso, pero él parecía no importarle nada de nada. Solo obedecía órdenes al parecer.
Frunciendo el ceño lo miraba. Sasha abrió el cuaderno y empezó a leer en voz alta:
"Mi nombre es Nahuel Nacher y aquí plasmaré mi historia intentando no perderme en detalles ya que necesitaría más de un cuaderno si asi lo hiciera. Este diario personal ayudará a que entiendas muchas cosas..."
— ¡¿Qué demonios es eso?! — rugió Boris indignado al oír aquello, de repente estaba hecho una fiera — ¡¿Nahuel Nacher?! ¡Es broma! ¡¿Cierto?! — Sasha se detuvo limitándose a mirarlo con una ceja levantada. Pero al volver a empezar con la lectura en voz alta Boris volvió a interrumpirlo — ¡Ya callate! ¡¿No me interesa nada que tenga que ver con Nahuel Nacher?!
— Sin embargo tendrás que escuchar toda la historia - fue la calmada respuesta de Sasha.
— ¡¿Por qué?!
— Digamos que tenemos demasiado tiempo hasta llegar a destino y como no podremos hacer otra cosa qué mejor que disfrutar de una lectura para hacer más entretenido el viaje ¿no lo crees así?
— ¡No! ¡Para nada!
— Pero no tendrás otra opción Boris, así que tendrás sí o sí que escuchar.
— Tsk — Boris hizo un gesto despectivo.
— "Este diario personal ayudará a que entiendas muchas cosas y a mi me ayudará a dejarlo todo atrás.O al menos eso quiero creer..."
— No me interesa nada de esa basura — interrumpió Boris una vez más mirando por la ventana cruzado de brazos.
Sasha miró al niño sin dejar de sonreír, movió la cabeza y prosiguió con la lectura en voz alta.
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Comments
Ana Patricia Silva Rivera
ohh porque esa actitud quien será este personaje que ha hecho un gran ollo en la vida de boris
2022-02-28
6
Ana Patricia Silva Rivera
se sentirá como un príncipe comiendo 🤔🤷
2022-02-28
0
Ana Patricia Silva Rivera
me imagino ésa escena llena de tristeza y de sentirse desamparado
2022-02-28
0