# 4

SANTIAGO

Esa mujer es insufrible.

Cuando toque la puerta, una dulce y modulada voz me invitó a entrar, la he visto antes en los periódicos, en la sección de chismes, siempre con un hombre diferente, es muy bella, pero cuando entre y ella volteo hacia mí, me quedé en shock.

Una hermosa pelirroja, con unos rizos rebeldes, pero que lucían encantadores, unos ojos azul profundo, unas lindas pecas, que la hacian parecer inocente, y una hermosa boca, que te invita a besarla y no soltarla. Lleva un suéter blanco que le llega a la cadera, y unos jeans negros, se ve realmente adorable. Pero no debo dejar que su imagen me desestabilice, ya conozco a las de su tipo.

Cuando toque su mano, sentí un escalofrío, que recorrió mi espalda, y es que esos ojos, me miraban fijamente, no pude evitar sentirme nervioso.

Le doy toda la explicación de como quiero colaborar con ella, intentando qué mi encanto funcione, pero ella, simplemente me ignora, arroja la carpeta que le di, y me acusa de querer casi, casi, robarme sus diseños.

Estoy muy molestó y cuando estoy a punto de contestarle, entra, de una puerta al costado de su oficina un hombre, alto y rubio.

- Querida, te traigo unas muestras de telas, que, la verdad, están D I V I N A S!-

Dice con un tonito exagerado, es cuando fija la vista en mi y sonríe descarado.

- Oh la la, pero que tenemos aquí, ahora, ¿haces casting de modelos sin mi?, Eres muy mala.- Dice haciendo un puchero

- No, Benji, el no es modelo, el quiere comprar mi empresa- Contesta ella mordaz.

- Cariño, lo siento, pero no estamos en venta, pero si gustas, podemos vernos más tarde y tal vez tú y yo lleguemos a un arreglo- Me dice guiñando un ojo.

- ¡Benjamín!, por favor, deja de decir tonterías, déjanos sólos- Y el sale contoneando las caderas. Yo estaba mudo, no sabía si enojarme o reírme del hecho que llamé más la atención del hombre que de la mujer frente a mí.

- Creo que todo ésto es un malentendido, yo no quiero comprar su empresa, quiero invertir en ella, algo en lo que los dos salgamos beneficiados.- Le digo un poco más calmado.

- Le voy a ser sincera señor Duarte, yo sola levanté esta tienda, me he esforzado mucho, aún a pesar de lo que dicen los medios y no pienso permitir que alguien como usted invierta y quite la escencia de lo que es VIOLETA CLOTHING'S, mi marca son prendas únicas y talvez no llegue a todos los mercados, como usted acaba de mencionar, pero siempre será única y mía.- Estaba molesta, no se podía negar.

Me levanté y solo dije. - Pienselo señorita, es una buena oportunidad, le dejo la propuesta escrita para que la cheque, llámeme, si algo se le ofrece,con permiso.- le dije dándole mi tarjeta.

Salí de ahí, bastante decepcionado, pero también enojado conmigo mismo. Definitivamente la menosprecie, el hecho de pensar que, por la fama que tiene, ella iba a caer solo con mostrarle una sonrisa.

Eso no estaba bien, quiero esa marca y no voy a quitar el dedo del renglón.

Regreso a mi oficina, tengo que pensar en una nueva estrategia.

Cuando llegó, ahí está Gerardo. Hoy no estoy de humor.

-¿Que te pasa campeón? ¿No dormiste bien?- Pregunta burlona mente.

- Ahora no ¿Que quieres?- le contesto seco.

- Solo vine a invitar a mi mejor amigo a tomar algo.- Dice sonriente

- Ya conozco tus salidas y no me interesa.- Por que tenía que venir, justamente hoy.

-Por favor, tienes que salir algún día, y ese día, es ¡hoy!- contesta dramáticamente.

- Está bien, ¿Dónde y a qué hora? Pero por favor, ya vete.- Solo quería que se fuera. No quiero hablar con nadie.

- Te mando la ubicación, nos vemos a las 9:00 p.m.- Al fin desaparece.

Me voy a mi casa después de salir de la oficina, tomo una ducha larga, intentando pensar como voy a convencer a la hermosa pelirroja. En seguida, vienen a mi mente sus ojos, esos ojos penetrantes e inocentes a la vez.

Me pongo algo menos formal y salgo de la casa, tal vez Gerardo, tiene razón, necesito relajarme, estoy de lo más tranquilo, bebiendo con mi amigo, que se me olvida la pelirroja, hasta que mi amigo me da un codazo, es algo que llamó mucho su atención, probablemente su próxima conquista.

Volteo a la entrada del bar y vaya sorpresa me lleve, ahí viene la pelirroja de mis pesadillas... Se ve preciosa.

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