Capítulo 4 - Llegando a Milán

Las dos semanas habían transcurrido tan rápido, cada día me acercaba más a ese encuentro y me sentía un poco más ansiosa de lo que siempre estaba en la oficina.

- ¡Hola mamá! «Saludé cuando mi madre contestó mi llamada».

- ¡Hola cariño! ¿Cómo has estado? «Preguntó mi madre\, como es común en toda madre\, se preocupaba por mí\, si comía o dormía\, ella necesitaba estar al tanto de mí».

- Estoy bien mamá\, oye te hablo porque mañana voy a viajar a Milán a cubrir un trabajo por una semana y de ahí viajaré a Ciudad B en China.

- ¡Oh\, Nat! ¿Cuándo será el día en que vuelvas a casa? «Contestó mi madre decepcionada».

- Mamá\, tendré una semana de vacaciones\, prometo ir a casa con ustedes. «Traté de tranquilizar a mi madre».

- Bien cariño\, cuídate entonces y por favor habla para saber que estás bien.

- Claro mamá\, lo haré\, cuídate mucho y salúdame a papá y a los chicos. Los amo.

Mis padres vivían en un rancho a las afueras de Kensington, yo me había mudado a unos pocos kilómetros para poder terminar la carrera y cumplir mi meta de ser Editora de Moda.

Después de asegurarme de programar la alarma, me fui a la cama temprano. Debía levantarme a las seis de la mañana para arreglarme y estar lista a las 7 que pasaría Jimmy por mí.

Al día siguiente, los chicos y yo nos encontrábamos en el aeropuerto de Milán a las tres de la tarde. El Hotel Square Milano había mandado transporte para nosotros así es que no debíamos preocuparnos por conseguir un taxi en este ajetreado día.

Cuarenta y cinco minutos después de haber logrado salir del tráfico, llegamos al hotel. Verificamos que todo estuviera bien con el registro en el hotel y el bellboy nos llevó a nuestras habitaciones. Dos habitaciones en total, una para los chicos y otra para Penny y para mí.

Podíamos descansar el resto de la tarde, así que es decidimos tomar una pequeña siesta y reunirnos en el restaurante del hotel a las ocho de la noche.

El clima en Milán era cálido, Penny y yo nos turnamos para tomar una ducha, nos arreglamos y salimos de la habitación para encontrarnos con los chicos.

En el camino pudimos observar a muchos chicos guapos hospedados en el mismo hotel, Penny era más tímida y reservada. ¡Si esto no fuera un viaje por trabajo! ‘No harías absolutamente nada Natalie Williams’, me burlé en mi mente.

Mi vida amorosa era igual de existente que mi vida social, probablemente el trabajo no era más que una forma de mantenerme alejada del compromiso que requiere una relación. Lo que menos tenía era tiempo para ello.

- Jefa\, siento mi estómago gruñir desde hace rato. Muero de hambre y ustedes parecen embelesadas con otro tipo de necesidad. «Penny y yo nos reímos de las ocurrencias de Jimmy».

- Bien\, pidamos entonces. Ya saben\, nada de alcohol.

Cada quien revisaba el menú del restaurante , David ordenó lasaña, Penny y Jimmy escogieron el platillo tradicional de la zona, Ossobuco y yo quería algo más ligero, así es que ordené la ensalada capresse.

Mientras platicábamos tranquilamente en la cena, donde Jimmy contaba sus anécdotas como fotógrafo, recibí un nuevo correo electrónico, decidí revisar más tarde cuando regresara a la habitación.

A las diez de la noche, todos regresamos a nuestras habitaciones, planeábamos salir temprano para visitar los alrededores y encargarnos de algunos registros que debíamos hacer para el evento.