Él juego de xiangqi

-Leilei, hazme caso y vuelve, además si estas conmigo es más fácil que todo el mundo me encuentre, por eso está aquí el príncipe heredero, te han seguido y ahora el reino celestial no dejará de fastidiarme.

-Pero… me preocupa que estés sola además solo puedes quedarte entre cinco a diez años en el mismo lugar, ¿sabes lo difícil que es encontrarte?

-Ese es él chiste que nadie me encuentre y entre menos personas sepan de mi existencia mejor.

-¿Estás consciente que tarde o temprano tendrás que tomar que regresar?

-¿Por qué debería regresar, además por qué es mi única opción?

-Ese es tu destino desde que naciste además…

-Su orden de fideos está lista.

-No pensemos hoy en eso y comamos.

-¿Quieres decir que me puedo quedar contigo?

-Está bien, si no piensas regresar estarás más seguro quedándote conmigo.

Mientras tanto en el reino celestial...

-Su majestad, ¿crees que el príncipe heredero Shen Zhe cumpla con su misión de traer a la princesa Xian?

Tiene que traerla, porque de otra manera no podré exterminar a los demonios y he notado que los demonios la ven como su líder.

-Entre más cerca observes al enemigo mejor.

-No entiendo, ¿de qué manera ella es peligrosa?, es una simple diosa rebelde.

Puede ser que no se vea peligrosa, pero es una amenaza para mí que me puede quitar el trono, con su poder inmenso.

-Emperatriz Wa, no todo lo que brilla es oro.

-Entiendo, esta tarde invitaré a la diosa Xuan a tomar el té.

-Eunuco Li, quiero que me avises cuando llegue el príncipe heredero, iré a jugar xiangqi (ajedrez chino) con el dios Chi.

-Sí, su majestad.

Princesa Xian, ya veremos ¿Cómo logras escapar de esta?, tus días felices terminarán pronto, puede ser que tengas la aprobación de los demonios, pero del reino celestial todos te ven como una cobarde, así que ni se te ocurra quitarme el trono.

-Saludos, su majestad.

-Dios Chi llegó puntual igual que siempre.

-Estoy encantado de ganarle siempre a su majestad.

-Tú…

-¿Extrañas los viejos tiempos dios Chi?

Sabía que tenía otra intención al invitarme y no me había llamado solo para jugar xiangqi, hija mía, ¿Qué hiciste esta vez?, ¿Cuándo le harás caso a tu padre?

-La verdad no llevaba bastante tiempo que no descansaba como ahora, su majestad.

-¿Estás seguro Dios Chi?

-Por supuesto, su majestad, ¿no tengo nada más que pedir?

-Ni siquiera si se trata de que tu hija vuelva.

-Nunca quise que estuviera involucrada con el reino celestial, así que si es feliz en el reino humano por mí está bien, su majestad.

-¿Pero no te preocupa que esté sola, dios Chi?

-No entiendo a lo que se refiere su majestad.

-Me refiero a que arregles un matrimonio para ella.

-Nunca he pensado en eso, ella se casará cuando lo crea adecuado su majestad.

-Veo que es igual de independiente que sus padres.

-Puedo estar orgullo de que criamos una buena hija aunque haya sido por poco... tiempo supo como seguir con vida, ¿me pregunto si el príncipe heredero podrá entrenar a las tropas solo?, un futuro emperador debe tener más que esa capacidad.