¿Volvera?

-¿Por qué necesitaría volver?

-Quiero que me ayudes a entrenar las tropas.

-Después de tanto tiempo siguen con eso, ¿acaso no son lo suficientemente fuertes para entrenarlos?

-Porque eres la hija de los dioses de la guerra eres más adecuada además…

-Yo solo soy la señorita Xian, no soy tal diosa.

-¿Por qué dices algo así?, tú eres tan poderosa, ¿por qué te resignas a trabajar en una tienda de maquillaje?

-Eres tan inteligente, ¿no?

-Por supuesto.

-Entonces no tendrás ningún problema en entrenar a las tropas.

-Tal vez hace tiempo conociste a un niño ignorante que se enamoró de ti con un simple historia pero… ese niño ya no esta más aquí, así que… ¿Vienes conmigo por la buena o por la mala?

Esa mirada desafiante es nueva, pero no está nada mal.

¿Por qué me mira así, acaso mis palabras fueron muy duras?, pero mi padre me mandó al reino mortal con la condición de traerla, lo cual es una oportunidad para mí para conquistarla.

-Ha pasado tanto tiempo desde que invoque mi espada, lo cual me hace dudar si soy apta para entrenar a las tropas.

-¿Vas a esperar a que los demonios pongan una espada en tu cuello para volver al reino celestial?

-Déjame hacerte una pregunta su alteza.

-Adelante.

-¿Estás seguro de quien es tu verdadero enemigo?

-Mis enemigos es los malos.

-¿Sabes distinguir entre alguien bueno y alguien malo?

-Los demonios son malos y nosotros buenos.

-Eres un novato.

-¿Quién va a saber más una diosa que abandonó el reino celestial por cobardía o un dios que lucha todos los días con demonios?

-Ninguna sabe más y ninguna sabe menos.

-Veo que todo este tiempo me he estado engañando con mi imaginación antes pensaba que eras valiente como todos dicen, pero ahora me doy cuenta de que…

-De que soy cobarde, puedes pensar lo que quieras, solo te voy a decir una cosa no hay más buenos ni menos malos, para que los reinos prosperen debe de haber un equilibrio es lo primero que aprendemos nosotros como dioses, pero lo han olvidado por la codicia.

-No me interesan tus teorías, yo puedo entrenar a las tropas solo, no necesitó tu ayuda.

-Como digas, adiós.

Espera un momento no puedo irme, tengo que llevarla al reino celestial a como dé lugar.

-¿Qué te tomó tanto tiempo para cerrar?, acaso ya conoces al príncipe heredero.

-Nada, vamos tengo hambre.

-Encontré un nuevo puesto de fideos que están deliciosos.

-Yo aún no sé que hacer conmigo, pero tú tienes que volver al reino celestial.

-Lo dices por el príncipe heredero.

-Vamos eres el hijo de Pu-za diosa de la fecundidad e hijo de Cang el rey sabio.

-Mira quien lo dice la diosa que tiene el poder suficiente y sobrante para tomar el trono de emperatriz y gobernar los nueve cielos e inframundo sin que nadie se oponga.

-Estoy hablando seriamente yo soy inteligente y puedo esconder mis poderes de manera que puedo sobrevivir en el reino humano.

-No me iré si no vienes conmigo.

-Leilei, hazme caso y vuelve, además si estas conmigo es más fácil que todo el mundo me encuentre, por esa razón está aquí el príncipe heredero.