..." Y-Yo ... "...
..." Y-Yo .. "...
...Titubeo....
Después de lo acontecido la pequeña doncella Yuki se había quedado sin palabras nuevamente y su silencio se prolongo por más tiempo que la última vez, el pánico se apoderó de ella, pensaba muy dentro suyo mientras empezaba a temblar "¿ Yo una dama del emperador?", " Si digo que no, ¿Me mandará a matar ?". Agachó la cabeza sumergida en sus pensamientos, " Pero si digo que si ... ", visualizo el rostro de su emperador y sus mejillas empezaron a arder, se tornaron de un color rojizo, coloradas a más no poder, al imaginarse ser una de las concubinas de aquel hombre tan imponente. Ya no podría retractarse si decía un "si", y tampoco si decía un " no ". Así que en esos breves segundos en los que dos simples palabras cambiarían su vida, Hyeon estaba desconcertado de que no le haya respondido aún, giró su cabeza un poco hacía el costado y miró hacía atrás en su dirección mientras estaba de espaldas hacía su caballo.
Las muchedumbres como siempre no se hicierón esperar con sus murmullos, " ¿Por qué no responde ?", " Ser llamados parientes del emperador no hay mayor honor ", " ¿Por que no acepta ? "
Hyeon dibujo una leve sonrisa en su rostro y se subió en su caballo supusó que esa propuesta fue demasiado para una simple niña como lo era ella. Tomó las riendas de su caballo y giró el corcel que estaba montando, sin perder la sonrisa encantadora que estaba surgiendo en él al ver el rubor que la pequeña doncella mostraba.
Ya no podía ella no hacerse más evidente, cuando subió su mirada nuevamente hacía su emperador, el se estaba llendo, y solo podía ver su espalda, una sensación en su pecho la hizó reaccionar, si ella aceptaba sus padres y hermanos vivirían como si fuesen de la realeza por qué así serían tratados al ser parientes de una de las mujeres de su señor.
" Mi padre y madre viviendo en un palacio, no hay mayor regalo " . Pensó en esos segundos
Ensanchó los ojos y se levantó de inmediato — ¡Mi señor, espere ! — Gritó a lo lejos extendiendo la mano hacia él.
El frenó el caballo y toda la tropa que iva con el también lo hizó, los relinchares y sonidos de herraduras chocando en el suelo hacían eco en todo el Mercado . El la miró desde su caballo y ella bajo de inmediato su cabeza de nuevo al encontrase de nuevo con esas pupilas doradas que penetraban su alma. Y con la voz temblorosa dijo "a-aceptó su majestad "; Casi llendosele el mismo aire en ese dicho.
El río muy dentro suyo, sonriendo tiernamente hacía ella, tanto había tardado por un simple " si " .
— Bien, mañana pasaré por tí — y con esa misma encantadora sonrisa arreó su caballo y cabalgo a trote veloz junto con toda su tropa. Yuki miró detenidamente como la tropa se alejaba de ella .
Se escucharon los trotes y sonidos de caballos alejarse cuando el salió del Mercado. Yuki se levantó del suelo asimilando cada una de las cosas que acababan de ocurrirle, pensando en como sería su vida de ahora en adelante.
Al otro día, Hyeon estaba trazando algunos edictos cuando su madre entró de nuevo por aquella puerta del mismo modo como lo hizó la última vez, abriendo las puertas de par en par sin hacerse anunciar anteriormente por los guardias que custodiaban su puerta.
Hyeon se frotó las cejas y trato de juntar paciencia ante la insolencia que mostraba su madre sin ningúna culpa enfrente de él.
Su madre agitó un abanico que sacó de su manga mirándolo con seriedad — ¿Es cierto que hoy vendrá la nueva concubina que escogiste? — aunque su mirada mostraba desdén enrealidad tenía mucha curiosidad por los rumores que escuchó de los sirvientes.
Hyeon suspiró mientras soportaba el gran dolor de cabeza que estaba empezando a surgirle — Sí, madre, ya se lo dije ayer — bajo su mirada al pedazo de papiro que estaba escribiendo y continúo como si no estuviese presente, estaba dejándole en claro que estaba ocupado y que no dejaría su deber a un lado por su presencia .
Su madre notó su actitud y rechino los dientes "¿ Acaso me está ignorando ?", apretó con fuerza el abanico que le tapaba la boca y tosió con disimuló para llamar su atención. — Espero que está jovencita haga desaparecer tu fama de impotente, hijo —.
Esto último hizó que quebrará su pluma con la que estaba redactando.
Mientras tanto en la casa en ruinas de Yuki.
Su madre arreglaba sus cosas con rapidez, poniendo las prendas que más necesitará en grandes sacos dónde antes solía juntar el arroz . Ella estaba tan llena de gozo que daba gritos de alegría — ¡Que alegría! , ¡ Que bendición ! — decía mientras se apresuraba a rellenar todos los sacos que tenía, ahora su hija sería parte del harén de su majestad, ella junto con toda su familia serían trasladados al palacio donde vivían todos ; las ambiciones de su corazón no la hacían ver qué su hija mayor quién estaba a su costado, no estaba tan alegre como ella .
Estaba feliz por ver a su madre feliz nuevamente, como antes de que su padre llegará de la guerra. Pero por dentro ella estaba sufriendo como no se lo imaginaba, no tenía ni la más mínima idea de que es ser una consorte y tal título la hacía temblar. No tenía la actitud de una dama, no fue educada para ser recatada, desde pequeña ella lo perdió todo, no sabía tocar ni un solo instrumento como las mujeres del palacio lo hacían para complacer a su majestad .
Al perderlo todo a temprana edad sus padres se mudaron más allá de la ciudad para poder plantar arroz, y así sustentar a la familia, pero el invierno devoraba el trigo como una ola de fuego, su esperanza era cosechar antes de que esto sucediera, y así lo hacían, durante los veranos ella junto a su madre y hermanos cosechaban para el invierno, y vendían lo que tenían para poder comer en verano. Fue prácticamente criada la mitad de su vida como una flor de campo, libre y sin ningúna atadura .No conoció la maldad por estar rodeada de paz por lo cual siempre fue risueña y de buen corazón .
Su madre notó la tristeza que invadía el rostro de su hija mayor apesar de que Yuki se mostraba casi alegre, lo cubría muy bien con la simple sonrisa que tenía. Dejó lo que estaba haciendo y fue hasta su hija, puso una mano en su hombro sacándola de su trance, ella estaba sumergida en sus pensamientos catastróficos otra vez.
Su madre la miró sin entender su pesar— hija, ¿por qué no estás feliz ?, desde ahora estarás rodeada de lujos por todas partes, los sirvientes estarán a tus órdenes y deseos, hombres y mujeres se arrodillarán ante ti por miedo a quien perteneces, serás bendecida en tu entrada y en tu salida, entonces ¿ Por qué no sonríes ? — preguntó.
Su hija dejo de fingir la sonrisa y mostró su preocupación en su mirada — Madre, no es que no esté feliz, es solo que ...— empalidecio y no pudo continuar .
Enseguida su madre creyó entender su malestar y tomó su mano, Yuki volteó al instante hacía su madre al sentir como la agarraba de la mano, y cuando al fin unieron miradas las dos, su madre le dijo unas palabras — Hija no hay nadie mejor que el emperador, te tratará bien, no se ha sabido que maltrate a ninguna de sus consortes—.
A ella no le interesaba eso, su miedo era no poder llegar a los talones de tan gran título, si tan solo tenía 14 años y apenas se sabía comportar, . Y al pensar que tambien tendría que entregarle su virginidad la pesanumbraban más .
Desvió su mirada hacia el suelo —Yo esperaba entregarle mi virginidad a alguien que yo amará —.solto de su boca.
Su madre estaba por decir algo más hasta que escucharón como se cayó la gran puerta principal de su casa, eran los sirvientes del soberano quienes entraron a toda prisa llevándose todas las cosas que veían a los carruajes que estaban afuera .
Ésto era por qué el emperador había mandado a traerla de inmediato, ya no pensaba seguir tolerando a su madre, pensó pasar así su malestar a Yuki para estar tranquilo.
Yuki y su madre quedaron en blanco al ver cómo sin ningún permiso alzaron hasta el último trapo sucio que se encontraba en la casa. Ambas quedaron pasmadas por la velocidad en que lo hacían .
Sin salir de su asombro, fueron llevabas a los empujones hacía afuera y subidas a la carroza principal, mientras que los hermanos de Yuki fueron metidos a las demás. Los sirvientes fuerón tan rápidos que nos les dejarón protestar en ningún momento. Yuki nisiquiera estaba arreglada como para ingresar al palacio, tenía puesto su vestido común que ella misma confeccionaba.
Después de una hora en la carroza...
Después de ser tomada por sopresa por aquellos desconocidos, Incómoda y triste la joven muchacha se acurrucó como una niña junto a la ventana, suspiraba mientras espiaba al exterior sabía que ahora su vida de libertad como doncella corriendo por los prados había acabado. Su madre no dejaba de alagar la gran carroza lujosa en la que estaba mientras que su hija mirando el paisaje se preguntaba " ¿ Cómo será el palacio ? " , " No fuí a la coronación de nuestro actual emperador por estar cuidando de mi padre " . Aturdida y confundida divisó entre los árboles a lo lejos un gran palacio principal donde residía Hyeon, con puertas y ventanas de Marcos bañados en oro. Tenía estatuas de bronce en forma de dragones en la entrada y dibujos de estos también en todas las revestiduras de las paredes. El emperador tenía un peculiar gusto por las criaturas místicas mandando a hacer varias estatuas, pinturas de todo tipo de dragones. Le gustaba la idea de que existíeran criaturas maravillosas como estás.
Al mirar bien el lugar donde viviría apartir de ahora su corazón se llenó de ansiedad, cerro enseguida la tela que cubría la gran ventana para undir su rostro entre sus piernas, todo eso era demasiado para una plebeya que solo conocía flores y praderas. De día corría con las gallinas y noche dormía junto a los terneros . Así aprendió a amar a los animales.
Su madre quien seguía concentrada en las cosas que veía por dentro del carruaje, notó que Yuki no hacía conversación, hace tiempo que ella estaba hablando sola, la miro como se acurrucaba rodeandose con sus brazos .
" Yuki, Hija, ¿estás bien ? "
Habiendo llegado hasta la entrada de el gran patio de la entrada el gran carruaje que las transportaba a ambas se detuvo. La madre dejó de observar a su hija y exclamó con gran alegría — ¡Ya hemos llegado ! —.
Yuki tembló desde la coronilla hasta las puntas de sus pies.
Ni se imaginaba quiénes estaban en la entrada esperando su llegada; De un lado derecho de la entrada estaba la emperatriz moviendo un enorme abanico mirando a la carroza con ojos desafiantes, ya moría de ganas por ver quién había cautivado a su hijo, y al otro costado estaba Hyeon vestido con su majestuoso traje de lino, cruzado de brazos con un rostro nada amigable, estaba molesto por estar allí en vez de en su oficina, pero su madre lo había convencido de recibir a su nueva consorte y para evitar más dolores de cabeza le hizo caso.
La pequeña doncella esta por dar un gran paso al baje de esa carroza, no sabe ni se imagina las cosas que vivirá en ese palacio. Empezando por el gran amor y pasión que experimentará tras esas paredes revestidas de criaturas míticas, hasta sus mayores penas y desagravios, ¿ Buscará la manera de atraer la atención de su salvador para mantenerse a su familia y a si misma ?, ¿Podrá contraponerse contra las otras concubinas ?, ¿ Podrá dejar atrás su inmadurez y espíritu rebelde propios de su edad, para comportarse como se debe ?, o ¿acaso encontrará alguna otra forma de agradar al emperador?,
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Comments
Gennis Durán contreras
Muy buena novela
2024-04-28
0
Fabiola Garcia
Un "contra" está de más...
2022-08-12
0
Mis Alejandros 1724
Woow esa mujer como que no quiere a la hija piensa más en lo que va a obtener que en su hija, yo tengo 2 varones y soy más celosa con ellos
2022-06-14
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