Capítulo 9 - Jennefer

Nuestro ansiado fin de semana llegó, Anne y yo viajaríamos a Ciudad A, tras despedirnos de Becky y asegurarnos de que tomara el taxi, esperamos a Joshua quien se había ofrecido a llevarnos al aeropuerto.

Cinco horas más tarde, estábamos en el aeropuerto de Ciudad A, nuestros padres nos estarían esperando, así es que avanzamos a paso rápido para encontrarlos.

Cuando vi a mis padres me colgué de ellos como un pequeño koala, saludé al abuelo, quien también estaba ahí.

- Te extrañé tanto mi niña. «Dijo mi abuelo con algunas lagrimas en sus ojos».

- Yo también a ti Abu. «Lo abracé con cuidado\, reconociendo ese olor que tanto había extrañado».

- Entonces dime cariño\, ¿por qué no veo a ningún muchacho contigo? «Dijo el abuelo\, buscando a los alrededores».

- Bueno\, eso es por que no existe uno para mí. Recuerda que estoy estudiando abuelo\, no hay planes de chicos por ahora.

- Esa es mi niña. «Dijo mi padre jalándome a sus brazos».

Mientras Anne se acercaba a saludar a mis padres y a mi abuelo, yo hice lo mismo con su familia.

- Te veré en la noche\, ¿cierto? «Mamá había organizado una cena para darnos la bienvenida a Anne y a mí».

Cuando llegué a casa, me detuve en la entrada observando cada detalle del lugar donde crecí, el lugar que tanto añoraba. Mis padres habían insistido tanto para que aceptara venir, los años anteriores nos habíamos ocupado en cursos y trabajos de medio tiempo, a pesar de que la distancia entre ambas ciudades es relativamente corta en avión, no tuvimos la oportunidad.

Anne y su familia vivían a cinco casas de la mía, se mudaron al fraccionamiento militar cuando su padre fue reubicado. Nos conocimos a los diez años y desde entonces hemos sido inseparables. La saludé a lo lejos al verla bajar del auto de su padre.

- Papá\, ¿por qué mi hermano no los acompañó? «Pregunté antes de entrar a casa».

- Él está resolviendo unos pendientes\, vendrá a la hora de la cena. «Respondió papá».

Subí directo a mi habitación para descansar, el viaje y la desvelada de la noche anterior me habían provocado cansancio.

La alarma de mi teléfono móvil comenzó a sonar justo a las seis de la tarde, me levanté perezosamente y extendí mis brazos. Empecé a revisar mi habitación, todo estaba tal cual lo había dejado, probablemente con menos polvo.

Tenía suficiente ropa en mis armarios por lo que había decidido viajar con una maleta pequeña. Puse sobre la cama un vestido en color azul pastel y me metí al baño para ducharme. Al cabo de veinte minutos salí y empecé a arreglarme.

Bajé la escalera para ayudar a mamá, ya habían llegado algunos de mis familiares a los que saludé con cariño. Todo estaba listo en la mesa, a las ocho de la noche en punto llegó Anne con sus papás. Nos saludamos como si no nos hubiéramos visto en años, cosa que causó gracia a mi abuelo.

Todos estábamos sentados en la mesa, comiendo y conversando amenamente. La familia estaba interesada en saber sobre nuestra estancia en Ciudad Y, y en cómo nos estaba yendo en la carrera.

Escuché el sonido de unas llaves, estaba segura de que era Bratt, dirigí la vista a Anne y ambas miramos en dirección a la entrada al comedor.

Me sentí horrible al ver la tristeza en los ojos de Anne, mi hermano era un completo imbécil, lo amaba sí, pero eso no significaba que iba a permitir que le hiciera daño a mi mejor amiga.

Bratt se presentó a la reunión acompañado de una mujer que sujetaba su brazo. Le hice señas a Anne para que se calmara.

- Buenas noches familia\, ella es Hiromi Lang\, una amiga. «La chica saludó a todos con una sonrisa en su rostro».

Mamá se levantó de su asiento a prisa para poner un plato más en la mesa, quería poder aguantarme las ganas de lanzarle un plato por la cabeza, pero no podía ser grosera frente a los invitados.

- Si me disculpan\, debo retirarme por un momento. Creo que algo me cayó pesado. «Le hice señas a Anne para que me siguiera».

Ambas subimos a mi habitación, donde ella enseguida se echó a llorar, solo la abracé con fuerza. En este momento, nada de lo que yo le dijera la iba a calmar, ni le iba a quitar el dolor que estaba sintiendo. Había estado enamorada de Bratt desde los quince años, pero fue paciente por que sabía que aún no tenía la edad para declararle su amor.

Justo cuando ella había pensado en hacerlo, él se presenta con otra chica en sus brazos.

- Salgamos de aquí. «Le dije a Anne mientras seguíamos abrazadas sentadas en el piso». Ella me miró con duda\, no entendía de qué estaba hablando.

- Anda\, no tenemos que quedarnos. No será bueno para ti.

-Y ¿a dónde iremos? «Preguntó Anne».

- Déjame eso a mí. «Tomé mi teléfono y marqué el número de un amigo».

- ¡Hola Jake! Llegamos hoy\, ¿qué van a hacer? «Jake Liú\, era uno de nuestros amigos de la preparatoria».

- Listo Anne\, vamos. «Hablaba en silencio». Saldremos por la ventana\, Jake vendrá por nosotras\, lo veremos afuera.

Nos cambiamos de ropa, no podríamos salir por la ventana con esos vestidos. Cerca de la ventana había un viejo árbol. ‘Seguramente podrá aguantar nuestro peso’ pensé.

Jake vivía cerca del fraccionamiento militar, nosotras caminamos hacia la salida del fraccionamiento, tratando de evitar que los guardias nos notaran. Nos escondimos en unos arbustos en lo que Jake aparecía, pronto escuchamos el ruido de un auto y tras asegurarnos de que se trataba de él, subimos de prisa.

-¡Hola chicas! Tienen suerte, estuve a punto de salir hace más de media hora pero mamá necesitaba ayuda con algo en casa. «Dijo Jake».

- Bien y a dónde iremos Jake. «Pregunté inquieta por saber\, quería que Anne se distrajera».

- ¿Están seguras de que sus papis no irán a buscarlas? «Se burló Jake».

- Pequeño cobarde\, sabemos que le temes a nuestros padres\, pero te aseguro que no tienes de qué preocuparte. Yo estaría más inquieta por tú abuelo. «Solté una carcajada al ver la expresión nerviosa de Jake».

El abuelo Liú era un general retirado con muy mal carácter. Jake a pesar de ser ya un hombre independiente, le seguía teniendo miedo.

Llegamos al bar de Joe, un amigo de Jake; al entrar nos encontramos con gritos y abrazos de algunos de nuestros amigos.

- Parece como si lo hubieras planeado con anticipación. «Le dije a Jake».

- No\, en realidad habíamos quedado en reunirnos hace varios días pero hasta ahora se dio la oportunidad y fue genial por que también podrán estar ustedes. La pandilla reunida. «Anne parecía estar disfrutando\, estaba sonriendo y era exactamente lo que quería».